La dinámica geoestratégica de Irán en Oriente Próximo

El interés estratégico que la República Islámica de Irán tiene proyectado hacia sus Estados vecinos de Oriente Próximo obedece a una doble finalidad. En primer lugar, encontramos la tradicional expectativa de la minoría musulmán chií (mayoritaria en Irán), de asociarse con los intereses de sus comunidades homólogas en Estados colindantes, donde su credo, no siempre mayoritario, pueda verse amenazado. Por otro lado, encontramos las expectativas económicas que Irán manifiesta hacia el exterior de su frontera occidental. El ansiado corredor terrestre que une las ciudades de Teherán y Beirut le daría una ruta segura con salida al Mediterráneo. Algo, sin duda, que proporcionaría a Irán una ventaja y preeminencia económica en la zona1.
El tradicional aislamiento global al que se ha visto avocado Irán en los planos político y económico se corresponde con la perpetua enemistad profesada contra su vecina Arabia Saudí, de amplia mayoría suní y tradicional aliada de Estados Unidos. Teherán y Riad aspiran a ser el referente de la comunidad musulmana a nivel global. Además, si unimos a este hecho el interés geoestratégico que los saudíes también profesan en el área sirio-iraquí, obtenemos un conflicto de intereses de doble índole entre saudíes e iraníes, donde la solución a corto plazo se antoja complicada.
Por su parte, Estados Unidos centra sus críticas hacia Irán, en la retórica de que es un Estado que dispone de un amplio programa nuclear orientado a la creación de armas de destrucción masiva, además de financiar el terrorismo de actores no estatales en el exterior de sus fronteras.
Sin embargo, el carácter moderado de Hasán Rohaní, en relación con su antecesor Mahmud Ahmadineyad, ha facilitado históricos acuerdos como el pacto nuclear establecido entre la ONU, la UE e Irán, en el año 2015. Ni siquiera posteriores acontecimientos, como que EE. UU. se levantara de la mesa de negociación en 2018, ni el reciente asesinato de Qasem Soleimani en enero de 2020, han propiciado que Irán abandone la negociación con Europa, lo que corrobora que el interés de Irán en la negociación transciende más allá de la propia guerra asimétrica que lleva a cabo contra EE. UU.
En este sentido, la política exterior de Irán es clara. Rohaní no parece estar interesado en cambiar ningún aspecto de la actual política exterior respecto a Siria e Irak, toda vez que su prioridad no ha sido la política regional, sino la internacional. Uno de los principales objetivos pasa por mejorar las relaciones políticas y económicas con Europa, Asia y las organizaciones internacionales para atraer inversión de capital y conseguir un levantamiento efectivo de las sanciones. Para Irán, reforzar los lazos económicos con Europa es clave para contrarrestar el efecto negativo que tendrán los años de Donald Trump en la presidencia de EE. UU2.
Sin embargo, para los intereses norteamericanos y sus aliados en la región, no es permisible un vacío de poder en Siria e Irak que sea rellenado por actores no estatales vinculados a la República iraní3. La problemática además se acrecienta si se tiene en cuenta que las Fuerzas Armadas iraquíes actualmente son dependientes de las fuerzas de la coalición internacional.
Como veremos a continuación, la lista de organizaciones armadas a las que, de modo directo e indirecto, Irán presta su apoyo más allá de sus fronteras nacionales es amplia. Este hecho resta credibilidad al discurso de deshielo internacional que parece haber asumido Teherán. Sin embargo, no pueden ignorarse las oportunidades que abre la existencia de un sector reformador en Irán, avalado por millones de votos de ciudadanos que confían en sus resultados4.
Muchos, aunque no todos de los grupos que patrocina Irán son chiitas. Si bien la ideología juega un papel importante en la política exterior del Estado, los expertos sostienen que el objetivo principal del régimen es proyectar el poder en todo el Oriente Medio, para contrarrestar la influencia de Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí. Según Álex Vatanka (investigador principal del Instituto del Oriente Medio), el éxito de la estrategia de Irán se basa en gran medida en su capacidad para capitalizar los vacíos de poder en Oriente Medio. ¿Cómo hace Irán esto? Principalmente a través de la fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria que Soleimani controló hasta su muerte. La fuerza Quds organiza y entrena combatientes con milicias aliadas y les proporciona armas según un informe del Centro Soufan5. Por otro lado, Irán también explota la vía de la diplomacia para cimentar alianzas económicas con países como Irak y Líbano.
Hezbolá es un grupo paramilitar chií y partido político en el Líbano. Es el primer y más exitoso proyecto de representación de Irán en el exterior desde su formación durante la guerra civil libanesa en 1982. Esta organización se ha convertido en el más poderoso de los aliados no estatales de Irán en Oriente Medio. Irán suministró armas a Hezbolá durante su guerra de 2006 contra Israel. Más recientemente, Irán ha movilizado la intervención de Hezbolá en nombre del presidente sirio Bashar al-Asad en la sangrienta guerra civil de nueve años en Siria. Una evaluación del departamento del Tesoro de Estados Unidos, en el año 2018, estimó que el apoyo de Irán a Hezbolá alcanzaba los 700 millones de dólares anuales6. También Hezbolá se ha desplegado en Irak en la lucha contra el Estado Islámico promoviendo los intereses iraníes en este Estado7.
En la idiosincrasia de Hezbolá se encuentra la destrucción del Estado de Israel y coopera con otras organizaciones islámicas militantes como Hamás, con el fin de alcanzar este objetivo. Hamás incluso mantiene su propia «embajada» en Teherán. En 2002, salió a la luz que Irán estaba involucrado en numerosos intentos de lanzamiento de cohetes hacia Israel, y, que quienes realizaban dichas acciones, miembros de Hamás y la yihad islámica, habían sido entrenados por Hezbolá en campamentos iraníes. El tráfico de armas entre Líbano, Irán y Gaza ha sido una constante.
Para Hamás, la cooperación con Hezbolá es una oportunidad permanente para mejorar capacidades y aprendizaje operativo, una fuente de nuevas armas y tecnologías, y un ejemplo de integración de capacidades militares con aspiraciones políticas. Para Hezbolá, el apoyo a la causa palestina es parte de la estrategia global iraní. Hamás es una forma indirecta de poder atacar a Israel con bajo riesgo directo8.
Tradicionalmente, la estrategia política iraní pasaba por intentar mantener en el plano de la discreción sus conexiones con la milicia de Hezbolá, dado el recelo existente al respecto por parte de la comunidad internacional. Sin embargo, diferentes acontecimientos acecidos a lo largo de los últimos meses han dejado entrever públicamente estas conexiones.
Por ejemplo, una de las más recientes manifestaciones públicas del vínculo existente fueron las declaraciones en prensa del líder de Hezbolá Hassan Nasrallah a raíz del asesinato del general Soleimani. Este prometió que su organización atacaría a las fuerzas estadounidenses en la región, en represalia por las ejecuciones de los principales comandantes iraníes e iraquíes ocurridas el día 3 de enero de 20209. También, más recientemente, Irán ha protestado públicamente en relación con la inhabilitación de Hezbolá aprobada por el parlamento alemán a finales del mes de abril10. En opinión de Teherán, esta medida únicamente intenta satisfacer las demandas de los intereses de EE. UU. y de su aliado Israel.
El origen del apoyo iraní a milicias iraquíes se remonta a la década de 1980. En esa época, Teherán apoyó a una serie de poderosas milicias chiíes que se oponían al Gobierno despótico de Saddam Hussein. Años más tarde, tras la invasión estadounidense de Irak en 2003, muchas de esas milicias fueron organizadas para hacer frente a la invasión de las Fuerzas Armadas de EE. UU. El Pentágono atribuyó 608 muertes de tropas estadounidenses en Irak a las fuerzas de poder de influencia iraní entre 2003 y 2011. En última instancia, a medida que el Estado Islámico organizó un bombardeo relámpago en Irak en 2014, esas mismas milicias se convirtieron en activos críticos para detener la expansión de los militantes y lucharon estrechamente con las fuerzas iraquíes para reducir el control territorial del Estado Islámico a cero11.
Estas milicias fueron sancionadas por el Estado y pasaron a ser conocidas como las Fuerzas de Movilización Popular (FMP). Se han convertido en una poderosa facción política, las cuales se estima que disponen de la mayoría de los escaños en el Parlamento iraquí. Además, las FMP están constituidas como grupo paraguas que alberga a varias milicias respaldadas por Irán, entre otras, las Brigadas Imam Ali12 y Sayed al-Shuhada. Este conglomerado de fuerzas está prácticamente dirigido por Abu Mahdi al-Muhandis, un comandante militar que ha sido calificado por Washington como terrorista.
En este mismo contexto, la también milicia chií respaldada por Irán Asaib Ahl al-Haq o la Liga de los Justos, saltó a la fama como líder de la insurgencia chií tras la invasión liderada por Estados Unidos en el año 2003. De forma más activa, desde 2006, esta milicia vino realizando duros ataques contra las fuerzas militares de EE. UU. y sus aliados. Su modus operandi pasaba por secuestros selectivos de occidentales, asesinatos de soldados estadounidenses y ejecuciones de funcionarios iraquíes13. Finalmente, su líder Qais al-Khizali exigió públicamente que las tropas estadounidenses abandonaran Irak una vez que el Estado Islámico había sido derrotado en gran medida.
Frente a este conglomerado de milicias chiíes respaldadas por Teherán ha emergido recientemente una línea dura de oposición. Estos grupos se han convertido en el blanco de la ira popular en algunos sectores iraquíes. Las protestas antigubernamentales comenzaron en octubre de 2019 y los manifestantes exigían, entre otras demandas, poner fin a la influencia de Teherán en los asuntos de Bagdad14.
Estas manifestaciones populares fueron lo suficientemente contundentes como para desestabilizar al débil gobierno y forzar la dimisión del primer ministro Adel Abdul Mahdi en noviembre del pasado año. Sin embargo, las protestas han continuado y las cifras de manifestantes muertos a manos de las tropas del ejército iraquí supera las 600 personas15. Tras varios meses de difíciles negociaciones, el reciente nombramiento del nuevo primer ministro, Mustafá Al-Kadhimi, en mayo de 2020, abre camino hacia una nueva legislatura llena de incertidumbre en cuanto al alcance de una efectiva pacificación en el panorama social.
Las motivaciones que originaron las multitudinarias manifestaciones obedecen también a otros factores. La deriva económica que atraviesa el país desde hace varios años y el caos de corrupción que impregna las instituciones ha consolidado una base sólida de protesta. Sin embargo, el detonante y desencadenante principal de las mismas, deriva de la intromisión iraní en los asuntos políticos de Irak que es actualmente de un gran calado en comparación con el pasado más reciente. El desarrollo de la guerra, principalmente contra el Estado Islámico, ha propiciado que este conjunto de milicias fuera adquiriendo una fuerza y protagonismo sin precedentes en el Gobierno de Bagdad. El principal indicador de este hecho ha sido observado tras el término de la contienda bélica, cuando se ha consolidado una importante presencia de este conjunto de actores no estatales en el seno de las instituciones iraquíes.
En Siria, Irán intervino para preservar a su único aliado estatal, Bashar al-Asad, contra lo que comenzó en 2011 como una rebelión popular desencadenada principalmente en el seno de la mayoría suní. Reacio a comprometer a un gran número de sus propias tropas, Irán alistó a Hezbolá y a milicias de Irak, así como a chiíes de Afganistán y Pakistán para la lucha en este Estado. Aunque finalmente fue necesaria la intervención de Rusia, la política logró salvar a Asad y de esa forma se facilitó el aseguramiento de la tan ansiada ruta terrestre para los suministros militares iraníes desde Teherán hasta el Líbano16.
Las milicias activas en Siria, procedentes de reclutados al este de Irán, están compuestas por la afgana Fatemiyoun y la pakistaní Zainebiyoun. Se trata de individuos motivados por una combinación de fe chiita, lealtad a Jamenei y avaricia. De hecho, respecto a los reclutados en Afganistán, en muchos casos desconocen incluso las razones de la lucha. Mansharof describe casos de combatientes afganos que regresaron a su país natal y comentaron a los medios de comunicación locales que no sabían a quién habían estado combatiendo en Siria. Manifestaron públicamente que habían sido reclutados, armados y que sólo habían recibido una formación básica. Según él, Irán habría explotado la falta de un poder centralizado en Afganistán y Pakistán17. Ambos países disponen de una población mayoritariamente suní y conseguir militantes entre las minoritarias filas chiitas con el objetivo de reforzar las milicias en Siria, resultaba sencillo y rentable.
Las sucesivas guerras y la pobreza han dispersado durante años a los afganos a lo largo de la amplia geografía de Oriente Medio. Miles de jóvenes cruzan anualmente la frontera con Irán en busca de una mejor calidad de vida. Millones de afganos alcanzaron la mayoría de edad en campos de refugiados de Pakistán e Irán o como trabajadores en los estados del golfo Pérsico. La falta de oportunidades para esta cohorte de población joven sin posibilidades también ha sido aprovechada por Teherán para nutrir las filas de las milicias que han luchado en la guerra de Siria. El Gobierno de Irán ofreció de antemano permisos de residencia y salarios decentes en contrapartida por combatir en la contienda bélica18. Este acuerdo contractual entre ambas partes no sería objeto de crítica, si las autoridades iraníes no se estuviesen aprovechando de la posición de vulnerabilidad existente en esta masa de población.
La embajada iraní en Kabul niega que el Gobierno de Teherán esté involucrado en este tipo de reclutamientos irregulares. Sin embargo, uno de los líderes de la oposición siria que lucha contra la División Fatemiyoun instó en 2016 al Gobierno afgano a detener el flujo de combatientes a su país. Según algunas estimaciones de la Coalición Nacional Siria, se calcula que el número de afganos que en ese periodo se encontraba combatiendo en las filas de Assad superaba los 8 000 combatientes19.
En este sentido, el acudir a la estadística como medio de prueba fiable ante la retórica de negación por parte del Gobierno de Teherán clarifica bastante la situación. Frente a la posición de Irán respecto al reclutamiento masivo de ciudadanos extranjeros para reforzar las milicias en Siria, la figura 1 nos muestra una fiable estimación del número de milicianos proiraníes muertos en combate en esta área, desglosados por nacionalidad a lo largo del periodo 2012-2018.
Las inferencias que muestra el gráfico son bastante clarificadoras. Casi la mitad de las bajas registradas en el periodo se corresponden con individuos de nacionalidad libanesa. En segunda posición, con casi un tercio de las muertes, encontramos a las tropas procedentes de Afganistán.
Finalmente, es necesario alcanzar la tercera posición para encontrar a las tropas iraníes en cuanto a número de bajas se refiere, con menos de la mitad de muertes que el Líbano y a mucha distancia de las bajas causadas a las tropas afganas.
Dada la magnitud de los números estudiados, no solo se confirma que ha existido por parte de Teherán un efectivo reclutamiento de milicianos a lo largo de varios países de su entorno, sino que estas tropas han sido utilizadas por parte de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, por sus siglas en inglés) para operar en primera línea de combate. Es especialmente significativa la elevada cifra de afganos resultados muertos, sobre todo teniendo en cuenta que la cifra de desplazados a la guerra en Siria es mucho menor que las tropas procedentes de Líbano, Irak o del propio Estado iraní.
La principal inferencia que deriva de la investigación realizada muestra que la influencia que la República Islámica de Irán profesa hacia las milicias armadas chiíes en Oriente Próximo se muestra evidente. La conexión existente entre el Gobierno de Teherán y el amplio conglomerado de actores no estatales que se han mencionado de forma directa e indirecta en este estudio queda contrastada.
Además, lejos queda la tradicional postura por parte del Gobierno iraní de silenciar públicamente tales conexiones. Para Teherán, actualmente el orgullo de poseer influencia exterior en defensa de la doctrina chií, a la par que estratégicamente se beneficia de un empoderamiento político y económico en esta área, ha quedado demostrado vista la estrategia publicitaria que ha llevado a cabo en los últimos meses.
Prueba de ello fue la conferencia de prensa que el general de los IRGC, Amir Ali Hajizadeh, transmitió para la televisión iraní solo unos días después del asesinato del emblemático compatriota Soleimani. En ella, el general aparece rodeado de diferentes estandartes donde pueden apreciarse las divisas oficiales de la República Islámica de Irán y de la Guardia Revolucionaria. Sin embargo, aparecen también junto a estas banderas la práctica totalidad de emblemas de los actores no estatales mencionados en este análisis. En este sentido, la finalidad pasaba por ofrecer una clara demostración de fuerza por parte de Irán y sus aliados, en respuesta a la arbitraria ejecución del líder Qasem Soleimani por parte del Gobierno de EE. UU.
En segundo lugar, es necesario mencionar que diferentes estados de la comunidad internacional han calificado de terroristas varios de los actores no estatales apoyados por Irán en el extranjero. A pesar del aperturismo de Rohaní y la aparente predisposición a cumplir con sus obligaciones internacionales, este hecho dificulta que se puedan articular acuerdos de distensión y que se lleve a término el bloqueo económico y político instalado contra Teherán.
Por otro lado, el ambiente prebélico siempre existente entre Irán y EE. UU., también dificulta la articulación de relaciones bilaterales occidentales de otros Estados con Irán, precisamente porque no se pueden ignorar los riesgos que conlleva relacionarse con un actor decidido a afrontar aventuras militares con el objetivo de perpetuarse en el poder.
Para complicar aún más la situación, que la UE facilite cualquier tipo de acuerdo comercial con Teherán, pone en riesgo la seguridad y estabilidad de sus acuerdos ya existentes con EE. UU., algo difícil de asumir para las políticas y economías europeas.
Parece razonable decir que la moderación de la política de Rohaní se encuentra encaminada a romper con el tradicional aislamiento iraní. Sin embargo, es necesario ser extremadamente prudentes. En primer lugar, porque el apoyo a milicias armadas en el extranjero genera recelos y no ofrece garantías a la comunidad de Naciones Unidas, en general, y a Occidente, en particular. Y, en segundo lugar, porque el sector iraní que añora el tradicional aislamiento posicionándose abiertamente en contra de cualquier vínculo con Occidente es aún muy influyente. La posición de fuerza de Rohaní frente a esta visión menos aperturista puede complicarse si las mejoras económicas prometidas no se materializan y el bloqueo político contra Irán no se levanta de forma clara.
Será necesario observar cómo se comporta el electorado en los próximos años; lo cual será clave para que las reformas de aperturismo puedan seguir sucediéndose y pueda superarse esta larga crisis existente derivada del tradicional aislamiento de la República de Irán.
Respecto a la política exterior iraní, el Gobierno de Teherán debe modificar las estrategias en el extranjero que estén vinculadas de forma directa o indirecta a grupos de milicias armadas. La guerra de Siria ha podido servir como pretexto para el reclutamiento de combatientes de forma irregular y aprovechar la vulnerabilidad de grupos de población como los reclutados afganos. Sin embargo, una vez pacificada la zona en gran medida, es necesario que el Gobierno lleve a cabo un ejercicio de responsabilidad y se aleje de una vez por todas de las aventuras hacia una preeminencia exterior que pase por la mano de expediciones militares.
La actual situación política existente en Siria, Irak y Líbano es más favorable que nunca de cara a los intereses de la república iraní. Tras el estallido de las Primaveras Árabes y las diferentes derivaciones de estas en los Estados de la región, Irán ha sabido situarse en la posición adecuada, afianzando su posición y ganando una influencia destacada frente a sus principales rivales en la zona.
Desgraciadamente, el empoderamiento de Teherán ha ido de la mano de operativos militares propios en coordinación con sus milicias armadas afines; lo cual, no es admisible desde el punto de vista de la comunidad internacional. En la figura 2 podemos observar los principales territorios dominados por la red de milicias proiraníes. De este modo, queda afianzada la ansiada ruta terrestre que une las capitales de Irán y Líbano. Este hecho facilita al Gobierno de Irán una salida segura al Mediterráneo y empodera la posición de Teherán frente a sus principales rivales en la zona como por ejemplo Arabia Saudí.
Es perfectamente legítimo que la estrategia de política exterior de Irán pase por la pretensión de afianzar sus intereses en países de su entorno. Sin embargo, esta influencia debe conseguirse por medio de la diplomacia y alejándose de cualquier vía directa o indirecta que lleve aparejada el uso de la fuerza militar.
Lamentablemente, el trasfondo religioso imperante, que rodea a todo conflicto que surge en Oriente Medio, reduce las posibilidades de articular cualquier posible acercamiento de carácter duradero. Más allá de los intereses económicos entre las principales potencias involucradas, siempre emerge la imperecedera confrontación ideológica entre la rama suní del islam junto al patrocinio de actores como la wahabita Arabia Saudí, frente a los intereses chiíes defendido principalmente por la República Islámica de Irán. Este carácter religioso, que reviste cualquier disputa de naturaleza política, dificulta el entendimiento diplomático, provoca polarización entre las diferentes posturas defendidas, y, en última instancia, legitima el uso de la violencia como estrategia para lograr objetivos políticos.
La prospectiva ante el futuro a corto y medio plazo en Oriente Medio no pasa por un pronóstico de relajación de las hostilidades. La iniciativa hacia un posible acercamiento de posturas debe propiciarse en el seno de las principales potencias nacionales involucradas. Mientras esto no suceda, el apoyo diplomático que pueda ofrecerse desde las instituciones de la comunidad internacional lamentablemente corre el riesgo de no prosperar hacia la vía del entendimiento y la concordia.
Miguel Ángel García-Fraile Hernández*
Alumno del Máster en Análisis y Prevención del Terrorismo
Universidad Rey Juan Carlos
Bibliografía y notas al pie:
1-AVDALIAN, Emil. “El desarrollo del corredor iraní hacia el Mediterráneo”, Hatzad Hasheni, 21.12.2017 [fecha consulta 02.04.2020]. Disponible en: https://hatzadhasheni.com/el-desarrollo-del-corredor-irani- hacia-el-mediterraneo-por-emil-avdalian/
2-ZACCARA, Luciano. “Los desafíos del segundo mandato de Rohaní”, Real Instituto Elcano, ARI 73/2017, 20.09.2017, p. 6.
3-CORDESMAN, Anthony H. “The Strategy the U.S. Should Pursue in Iraq”, Centre for Strategic & International Studies, 12.02.2019, p. 2.
4-ARTEAGA, Félix. “¿Qué hacer con Irán?”, Real Instituto Elcano, ARI 26/2018, 27.02.2018, p. 5.
5-PARKER, Claire y NOACK, Rick. “Iran has invested in allies and proxies across the Middle East. Here’s where they stand after Soleimani’s death”, The Washington Post, 03.01.2020 [fecha consulta 05.04.2020]. Disponible en: https://www.washingtonpost.com/world/2020/01/03/iran-has-invested-allies- proxies-across-middle-east-heres-where-they-stand-after-soleimanis-death/
6-Ibidem.
7-HUBBARD, Ben. “Iran Out to Remake Mideast With Arab Enforcer: Hezbollah”, The New York Times, 27.08.2017 [fecha consulta 06.04.2020]. Disponible en: https://www.nytimes.com/2017/08/27/world/middleeast/hezbollah-iran-syria-israel-lebanon.html
8-BLANCO, José María. Hezbollah, el partido de dios, Instituto Español de Estudios Estratégicos. Documento de investigación 01/2015, 06.03.2015, p. 19.
9-AZHARI, Timour. “Hezbollah vows retaliation against US for Soleimani killing”, Al Jazeera. 05.01.2020 [fecha consulta 12.05.2020]. Disponible en: https://www.aljazeera.com/news/2020/01/hezbollah-vows- retaliation-soleimani-killing-200105193320827.html
10-“Hezbollah accuses Germany of giving in to US, Israel with ban”, DW-Made for minds, 04.05.2020 [fecha consulta 11.05.2020]. Disponible en: https://www.dw.com/en/hezbollah-accuses-germany-of- giving-in-to-us-israel-with-ban/a-53329469
11-PARKER, Claire y NOACK, Rick. “Iran has invested in allies and proxies across the Middle East. Here’s where they stand after Soleimani’s death”, The Washington Post, 03.01.2020 [fecha consulta 20.04.2020]. Disponible en: https://www.washingtonpost.com/world/2020/01/03/iran-has-invested-allies- proxies-across-middle-east-heres-where-they-stand-after-soleimanis-death/
12-“Imam Ali Brigades: brutal fighters and skilled propagandists”, The France 24 Observers, 06.08.2015 [fecha consulta 12.05.2020]. Disponible en: https://observers.france24.com/en/20150608-imam-ali- brigades-brutal-fighters-skilled-propagandists
13-WYER, Sam. “The resurgence of Asa’ib ahl al-Haq”, Institute for the Study of War, Middle East Security Report 7, December, 2012, p. 6.
14-“Who are Iraq’s Iran-backed militias?”, AP News. 31.12.2019 [fecha consulta 10.05.2020]. Disponible en: https://apnews.com/57a346b17d6da07ae732ba1437520fd2
15-AL ANSARY, Khalid. “Iraq’s President Picks Intelligence Chief to Lead New Government”, Bloomberg News. 09.04.2020 [fecha consulta 14.05.2020]. Disponible en: https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-04-09/iraq-s-president-picks-intelligence-chief-to-lead- new-government
16-CHAMPION, Marc. “How Iran Pursues Its Interests Via Proxies and Partners”, Bloomberg News. 05.01.2020 [fecha consulta 14.05.2020]. Disponible en: https://www.bloomberg.com/news/articles/2020- 01-05/how-iran-pursues-its-interests-via-proxies-partners-quicktake
17-“El nuevo enemigo de Israel justo sobre la frontera siria”, Noticias de Israel, 31.12.2019 [fecha consulta 10.05.2020]. Disponible en: https://israelnoticias.com/editorial/enemigo-israel-iran-siria/
18-LATIFI, Ali, M. “How Iran Recruited Afghan Refugees to Fight Assad’s War”, The New York Times. 30.06.2017 [fecha consulta 14.05.2020]. Disponible en: https://www.nytimes.com/2017/06/30/opinion/sunday/iran-afghanistan-refugees-assad-syria.html
19-RASMUSSEN, Sune y NADER. “Zahra. Irán recluta a combatientes afganos de forma encubierta para que luchen en Siria”, eldiario.es, 04.07.2016 [fecha consulta 02.05.2020]. Disponible en: https://www.eldiario.es/theguardian/Iran-combatientes-afganos-encubierta-Siria_0_533697342.html