Marruecos condena a dos años de cárcel a una activista pro derechos humanos

Por Rachid Elalamy
Foto: Wafaa Charaf (a la izquierda), la joven militante pro derechos humanos condenada a dos años de cárcel en Marruecos.
 
Wafaa Charaf, una joven activista  marroquí a favor de los derechos humanos, fue condenada a dos años de cárcel por un tribunal de Tánger, tras un juicio de ocho horas,  por “una denuncia falsa de tortura”. El veredicto pronunciado por el juez sorprendió a los asistentes al juicio, entre los que se encontraban varios abogados y activistas por los derechos humanos de diferentes ciudades marroquíes que se habían acercado a mostrar apoyo a Charaf. Al conocerse la decisión judicial, algunos gritaron, indignados, eslóganes a favor de la liberación de los presos políticos en Marruecos. La activista a día de hoy sostiene su testimonio. Las organizaciones de derechos humanos denuncian que no es la primera vez que se dictan este tipo de condenas para disuadir a los activistas. “Mi detención forma parte de una serie de actuaciones encaminadas a intimidarnos”, aseguró la condenada.  Charaf es miembro de  la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) y  del opositor Movimiento 20 de Febrero, y también milita en el partido de izquierda radical Ennahdj Eddimocrati (La Vía Democrática). La condenada, que tiene 26 años, puso una denuncia contra la Policía por secuestro y  torturas tras una manifestación de trabajadores en Tánger, el pasado 27 de abril. Según Charaf, unos policías de paisano la secuestraron  y la torturaron  durante varias horas. Después, fue abandonada en una carretera a 12 kilómetros del centro de Tánger. Tras pasar varios días hospitalizada, con el apoyo de sus compañeros, se acercó a comisaría a denunciar a sus agresores.
 
Versión policial
La Policía negó las acusaciones y denunció a Charaf por “falso testimonio”.  El pasado 4 de agosto, la joven activista  fue detenida por la Policía en su domicilio y tuvo que prestar declaración ante un juez instructor que la condenó a un año de prisión y una multa de 50.000 dirhams (unos 4.600 euros) por haber mentido en un caso de secuestro y de torturas y haber “dañado la imagen de la Policía”. Charaf recurrió la sentencia, lo que le valió este segundo juicio y condena. Ahmed el Haij, presidente de la AMDH, declaró a Atalayar que esta condena “es un atentado contra la democracia y los derechos humanos, porque criminaliza a la víctima y apoya a los policías que la secuestraron y torturaron”. “Es inaceptable que estas cosas sigan ocurriendo en Marruecos”, opinó El Haij. El semanario de información general ‘TelQuel’ valoró negativamente la condena y el abogado de Charaf, Mohamed Sadqo,  la calificó  de “veredicto político injusto” que “viola la Constitución marroquí y los convenios internacionales contra la tortura que Marruecos ha firmado”. Un responsable de la AMDH afirmó que “en Marruecos se siguen cometiendo brutales violaciones de los derechos humanos. La Policía y los jueces reprimen sin contemplaciones a los que no aceptan el sistema, y son capaces de cualquier cosa, incluso de inventarse una verdad que no existe y de transformar a una víctima en culpable”.
 
Llamamiento internacional
El pasado 19 de septiembre, la Liga Internacional de los Derechos del Hombre hizo un llamamiento a favor de la liberación de Wafaa Charaf. “El proceso de Wafaa es un proceso político. Se ha llevado a cabo con la complicidad de las autoridades marroquíes y los grandes grupos industriales que quieren callar las voces de los defensores de los trabajadores”, indicó esta ONG pro derechos humanos. Otro militante del Movimiento 20 de Febrero juzgado en el mismo caso, Boubker Khamlichi, fue condenado a un año de cárcel sin cumplimiento de la pena. La semana pasada, miles de personas se manifestaron por todo el país contra el “acoso” del poder a la AMDH, que denuncia que, además de persecución de sus miembros, se le está impidiendo desarrollar algunos actos públicos. Por otra parte, la dirección del Museo Mohamed VI de Arte Moderno y Contemporáneo de Rabat, que fue inaugurado recientemente, negó que hubiera censurado un cuadro que figuraba en una exposición. Se trata de una obra de Mounir Fatmi que rinde homenaje a Mehdi Ben Barka, líder de la izquierda marroquí que en 1965 fue secuestrado y asesinado por los servicios secretos del rey Hasan II en París. “Ha sido una gran sorpresa para mí saber que mi instalación ‘Frente al Silencio’, en homenaje a Mehdi Ben Barka, no ha podido verse en la inauguración de la exposición ‘100 años de creación’ en el Museo Mohamed VI. No he recibido ninguna explicación por parte del Museo”, contó el artista en su cuenta de Facebook. Según Fatmi, “la dirección del Museo ha decidido apartar cualquier obra que tenga carácter político o trate del cuerpo y de la desnudez”. La dirección del Museo Mohamed VI de Arte Moderno y Contemporáneo de Rabat aseguró que la obra de Mounir Fatmi no ha sido retirada de la muestra. Según los responsables del Museo, ocurrió que  “el día de la inauguración, por un problema técnico, esa obra no pudo ser expuesta”.