Es espectáculo, estúpido!

Alexandra Dumitrascu
Pie de foto: Lluvia de confetis tras la clausura de la convención del Partido Republicano
Desde hace tiempo, la actividad política ha sucumbido ante las “exigencias” de los medios al adaptar constantemente sus formas de comunicación a los cánones impuestos por la era digital. Afirmar que la política se ha espectacularizado, sobre todo en lo que tiene que ver con la televisión, no es ningún disparate. Los comunicadores políticos, ante todo, se deben a una lucha constante por seducir a las masas, y ya no a movilizarlas. Y la seducción no consiste sólo en el carisma de un determinado candidato, sino en despojar a la política de su esencia para enfocarse en las contiendas hacia el terreno de los pseudoacontecimientos fútiles, aunque espectaculares, para hechizar a la audiencia, y que den para hablar, y rellenar así de contenido al resto de los programas televisivos; a los medios en general.
La Convención Nacional Republicana, que se celebró la semana pasada, lejos de buscar el consenso entre las filas del partido para la nominación oficial de Donald Trump como candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, trató de reforzar o legitimar al mismo, en una previa ante la recta final hacia la Casa Blanca. Su nominación ya se había decidido en las elecciones primarias en las que salió triunfante al eliminar, uno a uno, a sus 16 oponentes en la carrera republicana. Y no se podía hacer de cualquier manera.
Espectacular…con o sin guion
Bajo el archiconocido lema “Make America great again” (Hacer Estados Unidos grande de nuevo), cada uno de los cuatro días de la convención giraron en torno a temas/propuestas electorales, con la vista puesta en alcanzar ese objetivo. Aunque para completar los huecos dejados por la ausencia de las grandes personalidades del partido como George H.W. Bush y George W. Bush , John Kasich, John Mc Cain o Mitt Rommney -generada por la divisiones en torno a la nominación de Trump-, la lista de oradores contó con figuras menos lucientes, y con miembros de la familia Trump, empresarios, y celebridades deportivas y del mundo artístico, entre otros. Los hispanos republicanos también se ausentaron, en señal de protesta ante la retórica agresiva de Trump contra este colectivo.
Aunque no hacía falta más; Trump era la estrella desde el principio y hasta el final. Y como tal, como ex showman en un programa TV de la famosa cadena estadounidense NBC, prometió una convención con un despliegue “monumentalmente espléndido” en el suntuoso pabellón de Quicken Loans Arena, en Cleveland (Ohio).
Ya se sabe que Trump no es un candidato a la vieja usanza, y si había alguna duda al respecto, ésta quedó despejada en el primer día de la convención cuando el magnate hizo su aparición en el escenario, a pesar de que, por tradición, los candidatos no lo hacen hasta en la víspera de su nominación; nunca se había dado el tener al candidato los cuatro días que dura el evento. Además, su aparición se dio en un ambiente teatral, entre humo y reflectores al son del célebre grupo Queen, “We are the champions”; y esto sólo para dar píe a su mujer, Melanie Trump - a la que se refirió como “la futura primera dama de Estados Unidos” – para que recite su discurso. Guiada quizá por la máxima de “que hablen de ti, aunque sea mal”, la ex modelo eslovena pronunció un discurso que posteriormente desencadenó en un escándalo de plagio que eclipsó la convención, por incluir frases enteras del discurso que Michelle Obama dio en la Convención Demócrata de 2008.
Aunque este no fue el único incidente del primer día. Horas antes, el evento se había estrenado con la protesta de un grupo de delgados republicanos de la facción “Never Trump” (Nunca Trump) que trató de boicotear la nominación del millonario al exigir el voto en conciencia. La “rebelión” fue pronto abortada al recibir la negativa de los dirigentes del partido, lo que se saldó con el abandono de algunos del pabellón, y con murmullos ahogados de otros. Un voto de conciencia hubiese permitido conocer el apoyo real a Trump, pero además habría retrasado el inicio de la convención.
La polémica también quedó reservada al segundo día cuando la banda británica Queen se mostró molesta con el uso de la canción del grupo durante la convención. “Un uso sin autorizar en la Convención Republicana en contra de nuestros deseos”, rezaba la cuenta oficial de Twitter del grupo que ya había asegurado que está en contra de su política autorizar sus canciones como “herramienta de campaña política”. La controversia quedó rápidamente disipada con la respuesta del director de comunicaciones del Comité Nacional Republicano, Sean Spicer, quién aseguró a través de otro tuit que la Convención sí pagó la licencia por el uso de la canción en el evento.
Una de las cosas más sorprendentes de la convencion fue la facilidad con la que Trump ganó finalmente la votación. Necesitaba el voto de 1.238 delegados, y finalmente obtuvo el de 1.725 en la primera votación, ya en el segundo día, siendo justo el estado de Nueva York el que le dio el número necesario para ser el candidato oficial republicano. Aunque el protagonista de la noche fue Ted Cruz que evitó en su discurso dar el apoyo al magnate y animó entre sus filas por el voto según la conciencia y los principios individuales, hecho que hizo que se ganara los abucheos de los presentes. La temeraria postura de Cruz, contrincante del empresario durante las primarias republicanas, se justifica por los reiterantes ataques despectivos e insultantes de Trump hacía su persona y hacía su mujer, a la que subliminalmente tachó de fea al comparar una foto de esta con otra de Melanie.
Sin esperar al último día, Trump agradeció ansiosamente la nominación a través de su cuenta oficial de Twitter. “Qué gran honor ser el nominado Republicano para la Presidencia de Estados Unidos. ¡Trabajaré duro y nunca los decepcionaré! ¡América primero!", rezó su tuit, y momentos después ya se dirigía a los miembros de la convención a través de una transmisión de vídeo en la que aseguraba que iba a ganar las elecciones de noviembre que llevaría al cambio real en el país.
Un discurso largo para una América grande
Ya en el último día Trump reservó su momento de gloria al monopolizar el escenario de la convención durante una hora y cuarto, en horario de máxima audiencia, lo que hizo que su discurso fuera el más largo registrado en los últimos 40 años en un encuentro similar. Aunque antes, su hija, Ivanka Trump, con un protagonismo clave el evento, trató de suavizar la imagen de su padre con una alocución que apuntaba hacia el público joven, tradicionalmente demócrata. En un intento de enderezar la percepción misógina de su progenitor, también hizo alusión a las mujeres, al apuntar a la superioridad del número de ejecutivos femeninos respecto al masculino, e hizo de la igualdad salarial la bandera de las empresas del magnate. Sin embargo, este alegato es refutado por el diario Boston Globe que, en una investigación propia, demuestra lo contrario.
Durante su discurso, Trump básicamente esbozó un país doblegado por la violencia, que se encuentra en un callejón sin salida, si los próximos inquilinos a la Casa Blanca seguirán siendo los mismos, es decir Hillary Clinton, a la que reiteradamente culpó de los grandes males de Estados Unidos, tanto a nivel nacional como internacional. Al mismo tiempo se erigió como el garante de la ley y el orden, el que terminará con la criminalidad y el terrorismo a nivel interno, y devolverá al país el respeto y el lugar que se merece en el plano internacional.
Verdades y falacias dominaron casi por igual su discurso que pretendía ser una declaración de hechos para presentar, posteriormente, sus más que conocidas propuestas vacías de soluciones, pero llenas de contenido populista, que apuntan hacia al voto del miedo y xenófobo a partes iguales.
Y una de las principales falsedades de su discurso fue en cuanto a la victimización de los policías, al asegurar que el número de oficiales muertos en lo que va de año es un 50% más alto que el mismo periodo de 2015. Sin embargo, la National Law Enforcement, apunta que la tasa de policías asesinados fue de tan sólo un 6% más alta.
Al referirse al Daesh, Trump afirmó que antes del 2009, previo a la llegada de Hillary a la escena internacional como secretaria de Estado, este grupo terrorista ni siquiera existía en el mapa. Una verdad a medias y con trampa, dado que en realidad la agrupación sí formaba parte del elenco de agrupaciones terroristas desde 2003, aunque como filial de Al Qaeda en Irak.
En cuanto a los inmigrantes, blanco de su campaña electoral, más específicamente en lo que tiene que ver con los refugiados de Siria e Irak, ha propuesto una suspensión de su entrada en el país hasta que los mecanismos de investigación de los antecedentes se pongan en marcha. En realidad este análisis ya existe y se lleva a cabo por el Departamento de Seguridad Nacional que indaga en profundidad todas las solicitudes, en un proceso que dura un mínimo de 18 meses para determinar si los demandantes carecen de lazos con el terrorismo.
Un guiño a la comunidad LGBT (acrónimo de lesbianas, gays, bisexuales y transgénico) se incluyó en el guion del magnate que prometió defenderlos de la “violencia y la opresión del odio de una ideología extranjera”. Y para suavizar los rasgos progresistas anunció al que va a ser su mano derecha de llegar a ganar la presidencia, al gobernador de Indiana, Mike Pence, un cristiano evangélico al estilo tradicional, antiabortista, contrario al matrimonio homosexual, y profundamente anti-inmigración.
Ante tal escenario, las protestas fuera de la Arena que duraron lo mismo que se prolongó la convención, sólo se quedaron en una anécdota. Sin incidentes mayores a destacar, uno de los días más agitados fue el tercero cuando la policía, en un altercado con los manifestantes, lanzó gas pimienta y detuvo a 18 personas.
Una de las novedades de la convención de este año, fue la financiación de la misma, al no contar por primera vez con fondos públicos. Aunque la donación de las grandes empresas privadas languideció también, al haber numerosas empresas que retiraron (FedEx, BP, Apple, HP, Ford, JP Morgan) o disminuyeron (Coca-Cola, Visa, Microsoft) sus aportaciones hacia los republicanos. Aunque ninguna de las empresas haya expresado el motivo de su decisión, una de las posibles especulaciones es el hecho de que no quieren asociar sus marcas con la imagen de Trump. Normalmente, las empresas hacen donaciones a partes iguales para los dos partidos estadounidenses, y no muestran una inclinación explicita para ninguno de los dos. Para no levantar sospechas algunas pueden proceder de igual manera en el caso de la Convención Demócrata que ha comenzado este lunes.
La convención terminó, como no podía ser menos, con una gran fiesta republicana bajo una lluvia de globos y confetis. Habrá que esperar hasta el final de esta semana para determinar si el show republicano va a ser superado tanto en audiencia, como en sensacionalismo y exhibición, por el encuentro demócrata. Aunque, la diferencia reside en que en este último ninguna expectativa se ha creado. Pero, el espectáculo debe continuar, como diría, por cierto, Queen.