Para los europeos, Kamala Harris ganó el debate a un Trump enojado

En la mayoría hay consenso: Harris asistió al debate mucho más preparada que su contraparte y aprovechó la ocasión para evidenciar que ella representa un criterio más mesurado y ecuánime, frente a la imprevisibilidad de un Trump que siempre tiende a sobreactuar y puede sacar de su boca cosas como que los migrantes se comen a las mascotas de los estadounidenses.
En España, Televisión Española (TVE), en su resumen cotidiano, habló de un “debate encarnizado” y resaltó a un Trump que “lanzó bulos y teorías infundadas”, que no se bajó ni un segundo de su forma agresiva: “Su eterno gesto de enojo quedó eclipsado por la cara amable de la vicepresidenta Harris, porque ella logró evidenciar que votar por Trump es un peligro para la estabilidad de los norteamericanos. Él se mostró irascible y ella tranquila”.
En cuanto a los medios impresos, el periódico El País tituló que “Kamala Harris acorrala a Donald Trump en un debate de alta tensión” y destacó que fue un éxito la estrategia de la candidata demócrata para poner a la defensiva al expresidente, haciéndole reaccionar con excesos.
“Donald Trump y Kamala Harris protagonizaron en Filadelfia un debate a cara de perro, sin concesiones, en el que chocaron frontalmente en los principales asuntos de campaña: economía, inmigración, aborto, delincuencia y respeto por la democracia. Fue un debate vivo, emocionante, muy tenso, en el que la batalla duró de la primera pregunta a la última; la política demócrata fue más capaz de cuestionar”, de acuerdo con dicho periódico.
En otro medio español, en ABC, Vanessa Guerra, experta en comunicación no verbal, refirió que durante el debate fue posible identificar varios puntos calientes: el primero, en el arranque mismo del encuentro.
“Harris entra en escena y se dirige hacia el centro del plató mientras que Trump se encamina directamente a su tribuna. La acción del candidato denota una intención clara de evitar el contacto con la vicepresidenta, pero Harris se acerca a desearle suerte y darle la mano. Esto implica entrar en su espacio y, de alguna manera, ocuparlo o incluso invadirlo. Es una muestra de fortaleza, seguridad y capacidad de liderazgo por parte de Harris”, de acuerdo con Guerra.
Para la experta en expresión corporal, uno de los puntos álgidos del debate sucede cuando se aborda el tema del aborto: “Es muy significativa la reacción de Kamala Harris durante las intervenciones relacionadas con el tema del aborto pues, aunque la gestualidad de su rostro manifiesta preocupación y afectación (con el rictus hacia abajo y un atisbo de seriedad) durante la intervención de Trump, su réplica expresa un salto emocional que le lleva a mostrar calma y confianza en la argumentación”.
También en ABC destacaron a una Harris crecida ante Trump, que está pidiendo tener otro debate televisivo, algo que ha rechazado el candidato republicano. Una candidata que, a juicio de David Alandete, en un artículo para dicho diario, solo tenía un solo cometido: “El de reinventarse. Dejar atrás definitivamente a la vicepresidenta impopular, a la fallida gestora de la crisis migratoria y a la candidata perdedora de las primarias demócratas de 2020”.
Por su parte, el periódico El Mundo resaltó que, tanto los analistas, como los espectadores, dieron a Harris como ganadora del debate: “Ha salido reforzada, sin haber cometido errores y logrando sacar de quicio a Trump. La vicepresidenta se impone en un fiero debate frente al expresidente, al que los moderadores corrigieron reiteradamente por los bulos”.
“El plan de la demócrata no podía ser más sencillo: presentar su faceta más moderada y centrista, apuntar al ego de Trump y esperar a que su ira hiciera lo demás. Y funcionó a la perfección. Ella permaneció serena y sonriente toda la noche. Harris, a diferencia de Hillary Clinton o de Joe Biden, en 2016 y 2020, no se obsesionó ni por desmontar las falsedades de su rival, ni por exponer su programa”, recalcó El Mundo.
En un artículo firmado por Pablo Suanzes, corresponsal en Bruselas, se recoge que el mensaje de Harris fue esperanzador, y, en ningún momento, se pareció a "la izquierdista radical y marxista" caricaturizada por los republicanos.
Quien ha sido más cauto para analizar el verdadero impacto del debate entre los electores de ambos partidos y, fundamentalmente, en los electores indecisos es Josep Cuní, director de Las Mañanas, de Radio Nacional de España, tras puntualizar que Estados Unidos es un país conservador y, por ello, es mejor ser precavidos a la hora de analizar lo sucedido.
Sobre todo porque el periodista insistió en que hay una corriente de intelectuales europeos que convergen con la visión del Partido Demócrata en Estados Unidos y eso ha impedido que “durante mucho tiempo Europa entienda lo que verdaderamente siente y piensa el ciudadano norteamericano”. Cuní, además, remarcó que la izquierda en Europa no tiene nada que ver con lo pueda llamarse izquierda en la Unión Americana. “Estados Unidos es un país conservador en sus hábitos, en sus costumbres y, hay que decirlo, en Europa desconocemos sus realidades locales”.
Un comentario en el mismo sentido y menos eufórico que el resto fue el de Rocío Colomer, en una nota publicada en La Razón, recordó a los lectores que si las elecciones se celebraran hoy, Harris ganaría por poco en el voto popular, pero perdería el Colegio Electoral, lo que significaría la victoria de Trump.
“Cabe recordar que, en el extraño sistema estadounidense, las elecciones presidenciales son en realidad cincuenta carreras separadas en los estados. Demasiados demócratas viven en California y Nueva York, ¡algunos de ellos necesitan mudarse a estados bisagra! Ocho semanas es mucho tiempo en política, pero, en este momento, Harris está un poco desvalida. Aunque está muy cerca”, apuntó Colomer.
Una clara derrota para Trump
El periódico británico The Guardian abordó esos 105 minutos de debate como una clara derrota para Trump al quedar exhibido por su falta de preparación para una cita que vieron millones de estadounidenses.
En un artículo de Robert Tait, se abordó que los republicanos fueron prácticamente unánimes en que Trump había quedado en segundo lugar: “Esta es la diferencia entre alguien que está bien preparado y alguien que no está preparado. Quien haya preparado a Donald Trump debería ser despedido”.
Harris también provocó lo que algunos aquí en Europa vieron como una respuesta reveladora cuando le dijo a Trump que los aliados de Estados Unidos lo consideraban “débil”, ya que lo veían como un fanático de Vladimir Putin.
Otro punto que no pasó desapercibido en Europa fue cuando Trump se escudó bajo el apoyo de Víktor Orbán, primer ministro de Hungría, para afirmar que él era un líder respetado. El primer ministro húngaro de extrema derecha no es bien visto dentro de la Unión Europea (UE) por sus duras políticas antiinmigrantes, su amistad con Putin y por no apoyar la defensa de Ucrania contra la invasión rusa.
El propio The Guardian, en una última hora el miércoles 11 de septiembre, tan solo un día después del encuentro, destacó en sus páginas que Trump “perdió” el debate al enfocar de forma inadecuada una serie de temas ante 67 millones de espectadores. El debate, entre Harris y Trump fue visto por quince millones de personas más respecto del debate entre Biden y Trump.
El futuro con Putin
Europa busca pistas sobre la dirección que podría adoptar Estados Unidos tras las elecciones de noviembre próximo, escribió Patrick Wintour, también para The Guardian.
“El debate fue seguido con tanta atención por diplomáticos y políticos europeos como por los votantes estadounidenses, ansiosos por ver quién puede ser el próximo en instalarse en la Casa Blanca y, lo que es más importante, la dirección que puede tomar un aliado vital. Hay diplomáticos europeos que no subestiman a Trump… nunca lo descarten”, reiteró Wintour.
Por su parte, en Alemania, Michael Roth, presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Partido Socialdemócrata en el Bundestag, afirmó que Harris había logrado hacer que Trump pareciera “como una persona envejecida, vieja, enojada y confundida”, a pesar de haber estado en el Gobierno durante gran parte de los últimos años. “Harris ha desmantelado a Trump en el escenario abierto y se ha posicionado como una candidata del cambio. Ella provocó deliberadamente a Trump, y él cayó en la trampa”.
A su vez, el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán, en un tuit en X, respondió a las críticas de Trump sobre la dependencia energética alemana de Rusia escribiendo: “Nos guste o no, el sistema energético de Alemania está en pleno funcionamiento, con más del 50% de energías renovables. Y estamos cerrando, no construyendo, plantas de carbón y nucleares. El carbón estará fuera de la red a más tardar en 2038”.
Otro punto que no pasó desapercibido del debate y que está flotando en el aire aquí en Europa tiene que ver con la negativa de Trump a decir si quería que Ucrania derrotase al dictador ruso, Vladimir Putin. El candidato republicano señaló que solo quería que se detuviera la guerra y que se salvasen vidas.
En tanto, en el francés, Le Monde, Piotr Smolar escribió que una Harris a la ofensiva ganó el debate a Trump, en un primer cara a cara, con visiones muy distintas sobre la economía, el aborto, la inmigración y las armas.
“De repente, Donald Trump parecía mucho mayor… hizo una mueca y se estaba haciendo más pequeño. Gesticuló, sin sarcasmo, ni oxígeno. El martes 10 de septiembre, durante su primer enfrentamiento televisado, el expresidente se aferró a sus bulos, como una boya perforada, frente a Kamala Harris”, indicó Smolar.
En Italia, Corriere della Sera, criticó la mediocre actuación de Trump y su obsesión con los extranjeros ilegales y la confabulación de que cazan perros y gatos para alimentarse.
Sin embargo, el analista italiano, Federico Rampini, en un vídeo en dicho medio de comunicación, señaló que el debate había sido pésimo y que los estadunidenses siguen sin enterarse de los planes de Gobierno de ambos candidatos.
“Después del enfrentamiento televisado entre Donald Trump y Kamala Harris, todos estamos tan ocupados preguntándonos si el respaldo de Taylor Swift cambiará los votos a favor de los demócratas y contando los puntos anotados por uno u otro… y hemos pasado por alto que ninguno de los dos candidatos a la Presidencia de Estados Unidos ha dicho claramente cuál es su programa de Gobierno y cómo piensa financiarlo”, espetó Rampini.
Por último, el alemán Süddeutsche Zeitung publicó la noticia del debate señalando que se trató de un gran golpe al ego de Trump y destacó el bulo bochornoso de que los inmigrantes se comen a las mascotas de los norteamericanos y calificó a Trump como “máquina de mentiras”.