La Conferencia de Seguridad de Múnich 2020, otra ocasión perdida

La Conocida como Conferencia Seguridad de Múnich, es un evento anual de iniciativa alemana que, viene realizándose hace más de 50 años (1963), cuyo eslogan es 'Peace through Dialog' (Paz a través del Diálogo). Fundada por Ewald-Heinrich von Kleist-Schmenzin como un foro de discusión sin ánimo de lucro, quien abogó por prevenir los posibles conflictos militares en el futuro; para ello, reúne a importantes líderes políticos y a expertos en política de seguridad.
Un foro, en el que los participantes aprovechan la oportunidad para debatir -al margen de las grandes Organizaciones Internacionales- sobre todo tipo de problemas acuciantes que puedan poner en peligro la seguridad, principalmente aquellos que más preocupan o amenazan al mundo occidental en cada momento.
Con el paso del tiempo y aún más, recientemente, se ha convertido en el foro independiente de seguridad más importante del mundo para el intercambio de puntos de vista por parte de los encargados del estudio y análisis de los problemas y amenazas así como, de aquellos que toman las decisiones en lo referente a políticas individuales o colectivas referentes a la seguridad internacional.
Es sin embargo, un evento que no tiene ni formato ni norma de asistencia fija; en el que comparten mesa y panel de discusión o debate presidentes, primeros ministros, ministros, otro tipo de altos representantes de los países más importantes de occidente y expertos o asociaciones sobre seguridad de carácter oficial o independiente.
Aunque es un evento mundial y cuyas conclusiones alcanzadas no son de obligado cumplimiento ni seguimiento, América Latina y África están fuera de la agenda y los invitados al mismo pertenecen fundamentalmente a países de Europa y Estados Unidos (EEUU), aunque China, India, Irán, Japón y Rusia están adquiriendo, directa o indirectamente, un papel cada vez mucho más importante en dichas reuniones.
En esta ocasión, más de 400 representantes (entre ellos, 35 primeros ministros y otros tantos ministros de alto y mediano nivel de decisión y representatividad) se han reunido en la ciudad que da nombre a la Conferencia entre el 14 y el 16 de febrero a pesar de que el clima no era muy propicio para alcanzar grandes acuerdos y de las amenazas del coronavirus -tema que también entró, sin estar previsto en las discusiones- capaz de abortar determinadas reuniones masivas en las que concurran personas de diversos continentes.
España, a pesar de ser un foro francamente interesante, suele darle poca importancia al mismo y por ello, pasa cada año casi desapercibido incluso, para los principales órganos de seguridad y defensa nacionales y, en consecuencia, nuestra representación no pasa del nivel de ministros de exteriores y/o de defensa.
Su interés se deriva de lo actualizado y candente del temario a cubrir, lo bien que se trazan y preparan sus programas, la importancia de la mayoría de los temas analizados y del grado de libertad con el que se traen y tratan dichos temas; así como la falta de cortapisas a la hora de exponer y achacar culpas o responsabilidades al ser su tratamiento, presentación y discusión menos encorsetadas ni, aparentemente, tan trascendentes como podría ocurrir en organismos cómo la ONU, la OTAN, la OSCE y otros foros internacionales de Seguridad de menor entidad.
Es por tanto, un foro donde numerosos líderes y expertos se congregan para debatir con la intención de aunar diversos esfuerzos en identificar y en buscar alternativas o salidas a los principales retos de seguridad a los que se enfrenta la sociedad internacional. Para ello, una de las características que le otorga peso a la conferencia, es que previamente a su celebración, los organizadores publican lo que se conoce como el “Informe de Seguridad Múnich”; documento, siempre muy importante y bien elaborado, que apoya al conocimiento del temario y fija las líneas de acción que seguirán las discusiones a lo largo del encuentro.
El informe de este año ha sido particularmente impactante ya desde el momento de ponerle su título y por la claridad y rudeza con la que se exponen y presentan sus argumentos tanto en el mismo documento como en la conferencia inaugural de la mano de Wolfgang Ischinger, un experto embajador alemán y, al mismo tiempo, el presidente de la conferencia.
El documento de este año, titulado “desoccidentalización” (en inglés, Westlessness), “afirma que Occidente, tal como hoy lo conocemos, está siendo cuestionado tanto dentro como fuera de sus fronteras. Todo ello en un contexto de auge relativo del mundo no occidental, con desafíos y crisis globales que requerirían una respuesta pactada tras la acumulación de tantos problemas. En este caso y como resumen, describe una situación al borde de la tormenta perfecta”1.
En el mismo documento y referencia se asegura que las fracturas internas de Occidente se deben al auge y constante crecimiento de movimientos antiliberales y nacionalistas, de los que por desgracia conocemos y sufrimos bien en España, que atacan o ponen en solfa los tradicionales valores democráticos sobre los que, sin ningún tipo de reparos, se han venido sustentando nuestra convivencia y prosperidad a lo largo de los últimos 70 años.
“Movimientos revisionistas heterogéneos que poco a poco vienen convirtiendo a Occidente en una comunidad en la que sus criterios étnicos, culturales y religiosos están francamente amenazados. Ofrece la visión de una civilización asediada que desemboca, irremediablemente, en una llamada a la legítima defensa, materializada en muros y fronteras, el rechazo de los refugiados, pero también en la oposición a “lo políticamente correcto” y la perspectiva de género, entre otras cuestiones. Los defensores de un Occidente abierto y liberal, por ahora, parecen incapaces de encontrar una respuesta adecuada al desafío antiliberal”.
El documento ahonda en aspectos muy interesantes a la par que sangrantes al poner de manifiesto que “la crisis que vive Occidente, sin embargo, no se limita a su seno. No hay más que observar los conflictos actuales por doquier. En hechos que ponen de manifiesto la falta de compromiso o el cansancio de los países occidentales dado, que en lugar de involucrarse de manera directa, han optado en general por estrategias alternativas, como las misiones de entrenamiento, ayudando a otros a cuidar de su propia seguridad o apoyando a actores locales con armas defensivas. Los países occidentales parecen haber cedido la iniciativa para lidiar con los conflictos más violentos a otros actores. Pero, mientras los políticos occidentales repiten el mantra de que no hay soluciones militares para los conflictos políticos, sin embargo, otros actores implementan dichas soluciones, sin preocuparse por consideraciones legales o éticas.”
Es precisamente en este concepto donde aparecen con mayor claridad los papeles que últimamente están jugando los nuevos-viejos actores; aparte de la siempre presente Rusia de Putin y de otros no menos importantes como pueden ser China e incluso Turquía, Corea del Norte e Irán que aparecen en conflictos más localizados.
El mencionado informe o papel de discusión se fundamenta a su vez, en el Informe de Riesgos Globales 2020 del Foro Económico Mundial, que deja bien patentes cuales son los diez principales riesgos y amenazas del momento. Documento, que ánimo a su pausada lectura2 por la claridad y su trascendencia y del que me permito extraer parte (dos párrafos) de su prólogo que cito literalmente:
“Poderosas fuerzas económicas, demográficas y tecnológicas están dando forma a un nuevo equilibrio de poder. El resultado es un paisaje geopolítico inestable, en el que los estados ven cada vez más oportunidades y desafíos a través de una lente unilateral. Lo que una vez fueron dados con respecto a las estructuras de la alianza y los sistemas multilaterales ya no se mantienen cuando los estados cuestionan el valor de los marcos de larga data, adoptan posturas más nacionalistas en busca de agendas individuales y sopesan las posibles consecuencias geopolíticas del desacoplamiento económico.
Más allá del riesgo de conflicto, si las partes interesadas se concentran en la ventaja geoestratégica inmediata y no vuelven a imaginar o adaptar los mecanismos de coordinación durante este período inestable, las oportunidades de acción sobre las prioridades clave se perderán.”
A pesar de esta gran y a la par, preocupante presentación y puesta en escena de los grandes retos mundiales y la ya casi irremediable deriva de nuestra seguridad individual y colectiva; la propia conferencia, como viene siendo habitual, volvió a centrarse en enfrentamientos patrocinados por EEUU, quienes siempre tratan de llevar la batuta y enfadar a más de uno.
Enfrentamientos, para los que, recurridamente, se trata de buscar un feroz enemigo común y de fomentar las correspondientes alianzas para combatirle con la pretensión de aunar todo tipo de esfuerzos entre los aliados naturales y en aquellos otros que, no siéndolo tanto, intentan destacar en la arena internacional o puedan sentirse amenazados directa o indirectamente.
Si el año pasado, el enemigo a batir fue Rusia por la construcción de sus ductos para abastecer directamente a Europa de derivados del petróleo y la posibilidad de poder emplearlos como una herramienta de control y fuerte presión sobre el Viejo Continente3; este año, los esfuerzos norteamericanos se han volcado en denunciar los peligros y buscar el modo de luchar contra “el perverso” intento chino de manejar nuestras vidas y por ende, anular las capacidades de defensa de nuestros sistemas de seguridad mediante la incorporación de la tecnología 5G a través de los móviles Huawei y sus sistemas de comunicación y control que, sin duda alguna, pueden penetrar en todo lo que nos rodea.
Tema introducido personalmente por el Secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, quien no tuvo problemas en mostrar su descontento por la pasividad y más que patente neutralidad con la que Europa está tratando este tema de tan grave trascendencia desde su punto de vista. Para ello, dijo textualmente: "El enemigo es China" y llamó a excluir a la mencionada compañía de telefonía del desarrollo de las redes 5G en Europa.
No dudó en acusarla de ser "un caballo de Troya del Partido Comunista chino y de la inteligencia china, quienes a través de esa empresa se harán con los datos de todos los usuarios de la red 5G europea". A su lado, Mark Esper, Secretario de Defensa, corroboró y agudizó el discurso de su compañero de gobierno y sugirió que si Europa no excluye a Huawei estará poniendo en peligro la OTAN.
Puntos de vista que no solo llegaron por parte del partido en el gobierno de EEUU, sino que además fueron compartidos por Nancy Pelosi; quien a pesar de pertenecer a la oposición y haber liderado el movimiento en la Cámara de Representantes para la celebración del fracasado intento de impeachment a Trump, corroboró lo dicho por los dos ministros y añadió que "China está buscando exportar su autocracia digital a través de su gigante de las telecomunicaciones Huawei".
Acusaciones rápidamente negadas por el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, quien con toda parsimonia y sin grandes alardes ni aspavientos, se refirió a unas buenas relaciones existentes entre su país y Europa. Relaciones, que como tales no han existido nunca salvo en los aspectos comerciales, aunque, de momento, China tampoco amenaza directamente a Europa y más bien trata de expandirse y afianzarse en su entorno y áreas de interés e influencia de mayor o menor radio de acción, donde, en ocasiones, claramente chocan con los intereses norteamericanos, lo que puede explicar parcialmente las animadversiones y otro tipo de encontronazos entre las dos primeras potencias económicas mundiales.
Por parte de Alemania -que bien como nación anfitriona y siempre muy activa en participar en cualquier foro de seguridad para mantener actualizada su información sobre lo que se cocina en la mayor parte de los rincones del mundo y un cierto grado de control sobre las posibles iniciativas que se adopten- este año, por razones no muy claras, no ha asistido la Canciller Merkel al foro; persona que suele ser habitual en las ediciones anteriores, lo que ha despertado -en los corrillos de pasillo- bastantes recelos y muchas preguntas sobre varios puntos, destacando las referentes a su futuro papel interno y en la UE debido principalmente al progresivo declive de su partido, el CDU y por el contrario, al auge del partido de ultraderecha, aunque se autodefine como liberal, Alternativa para Alemania (AfD)4 que le viene comiendo el electorado, acercándosele en resultados y condicionando la gobernabilidad de Alemania, en su conjunto o a nivel local y regional5.
Francia, con el incombustible Macron a la cabeza, viene aprovechando toda ocasión posible para despreciar a los demás, cambiar de caballo a mitad de la carrera o de compañeros de aventuras y hacer valer sus capacidades al considerar subjetivamente, que por el mero hecho de ser el único país de la UE con capacidad nuclear, se le debe conceder el privilegio y el derecho de ser el que debe encabezar y dirigir las iniciativas de defensa dentro de la propia Unión; ya que según su propia opinión -expresada el día antes de la última Cumbre de la OTAN en Londres- “la OTAN está muerta cerebralmente”.
En esta ocasión y quizá debido a la no asistencia de Merkel al encuentro, ha vuelto a sacar a paseo su consabido repertorio, con mayor descaro y estridencia, si cabe, al saber que no iba a ser contestado adecuadamente por ninguno de los aliados europeos y, ha incitando a la recuperación del viejo y manido concepto del Eje franco-alemán, poniendo en tela de juicio la capacidad y el compromiso de los germanos para su definitiva puesta en marcha.
Incluso, llegó a hablar del error histórico" que supondría la ruptura del mencionado eje, ya que sin el mismo, Europa no podrá hacer nada. No habló de la "frustración" ante la respuesta que no llega de Alemania a sus propuestas para reformar profundamente la UE, pero sí de auténtica "impaciencia".
Vino a sumarse a la previamente anunciada predicción o testificación del declive de Occidente, del multilateralismo y del cambio de reglas que supone la irrupción en el tablero internacional tanto de China, como de la misma Rusia en busca de reconocimiento y cierto liderazgo mundial. Es más, anunció que Europa sólo podrá garantizar a medio y largo plazo su soberanía si se dota de instrumentos propios y adecuados para su defensa. "La clave en la defensa de Europa está en Europa y no en las relaciones transatlánticas", subrayó. En esta ocasión no repitió su famosa frase sobre la muerte cerebral de la OTAN; frase que, como se recordará, tanto molestó en su día a Trump, pero sí reclamó más Europa.
Declaraciones que, por sus insistencias y estridencia anteriores y recientes, eran más que esperadas; lo que explica, que tanto el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, como el Secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se esforzaran en contrarrestarlas incluso previamente y por ello, ambos reivindicaron el papel de la Alianza en la estabilidad mundial. "La OTAN y la UE son caras de la misma moneda. Si debilitamos la OTAN debilitamos Europa", afirmó con rotundidad Stoltenberg en su intervención.
La complejidad y el número creciente de intereses encontrados y de actores importantes en el ya demasiado largo y de nuevo altamente complejo conflicto sirio6; el grado de compromiso o no de los norteamericanos en Oriente Medio; las directas o indirectas intervenciones rusas en los procesos electorales de muchos países de Occidente y los muy peligrosos acontecimientos recientes, principalmente en Irán e Iraq han tenido su influencia y se les ha dedicado bastante tiempo en la reunión de este año en Munich. Sin embargo, el tema de la pacificación y del embargo de armas sobre Libia no fue tema de interés para la conferencia, quizás por ser objeto de una conferencia paralela y simultánea al respecto en la llamada “Iniciativa de Berlín”7.
En referencia a los puntos que si fueron tratados, el propio Pompeo reiteró el compromiso de su país con la OTAN y con la multilateralidad. "He escuchado declaraciones poniendo en duda el compromiso de EEUU con el multilateralismo y con la idea misma de la Comunidad Internacional (CI). La última la oí ayer, en esta conferencia", dijo Pompeo en alusión al discurso inaugural del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier. "Esas declaraciones no reflejan la realidad", aseguró el estadounidense, quien citó como ejemplos de compromisos internacionales la defensa de la soberanía de Ucrania; la lucha contra el grupo terrorista del autodenominado Estado Islámico; el asesinato del líder de este, Abu Bakr Bagdadi; así como, el de General, ideólogo, estratega y comandante de los Quds iraníes, Qasem Soleimani.
Palabras, estas últimas que dieron pie a que el siempre enigmático ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, invitado habitual en Múnich, contestara adecuadamente con ciertos dardos bastante certeros y muy envenenados. “Ninguna de esas acciones que menciona ha resuelto el conflicto en Irak y Siria”, le recordó. Añadiendo, "Estamos en un mundo multipolar desde el punto de vista militar, político, tecnológico o económico y por ello es normal que cada uno busque su parcela de influencia, pero sólo se habla de contrarrestar la amenaza de China y de Rusia, juntos o por separado".
En su opinión, el mundo es algo más complejo que eso, de ahí que el presidente Vladimir Putin haya propuesto una cumbre de los países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Cumbre, de la que todavía no se sabe mucho sobre ella.
Macron, por su parte, no quiso dejar pasar la oportunidad de meter baza en lo referente a las amenazas y relaciones de la UE con Rusia y, antes de que se produjera la mencionada intervención de Lavrov, acusó a Rusia de frenar los avances del Consejo de Seguridad de la ONU y de persistir en su papel de desestabilizador en las campañas electorales de otros países.
Sin embargo, por aquello de equilibrar su intervención, marcar diferencias con EEUU y por no cerrar definitivamente todas las puertas a la diplomacia y a cualquier posible e hipotético entendimiento, se abrió a la posibilidad de mejorar las relaciones con Rusia, salpicadas por el amargor de muchas sanciones desde la anexión de Crimea por su parte, hace algunos años. "Las sanciones a Rusia no han cambiado absolutamente nada. No estoy proponiendo levantarlas, sólo constato", dijo Macron, quien, a diferencia de Trump y sus asesores no ve un grave peligro y menos inminente en lo que se viene definiendo como el rearme ruso ya que "financieramente es insostenible" y tampoco prevé una alianza perdurable entre Moscú y Pekín pues "la hegemonía china no es compatible con el orgullo ruso".
La participación española en Munich estuvo encabezada por la recientemente estrenada ministra de exteriores, Arancha González Laya, quien, quizás por sus últimas experiencias y mayor preparación en la cooperación y el intercambio comercial, la llevaron a integrarse en el panel –aparentemente encajado a calzador- sobre el Futuro del Comercio internacional y sus Implicaciones para la Seguridad en el que dejó un mensaje más que ambiguo sobre la idea de España al respecto del tema central tratado en la conferencia.
Tal y como viene siendo habitual en los mensajes socialistas, el suyo fue de gran extensión en contraste con el nulo o casi nulo contenido y calado tal y como se refleja en el corto comunicado oficial del gobierno de España: “La ministra ha subrayado en la Conferencia de Seguridad de Múnich el compromiso de España con el comercio internacional y el multilateralismo como único camino para solventar las tensiones internacionales”. Como muestra de lo dicho y de las incertidumbres sembradas por España en estos momentos difíciles, animo a la lectura completa del comunicado oficial en la página con esta referencia8.
Hay que tener presente la dificultad que suponía aparentar o vender un gran y efectivo compromiso por parte de España en la seguridad colectiva ya que su declaración concurría, más o menos en el tiempo, con la decisión oficial de España a no implicarse en misiones militares que supongan determinado grado de riesgo junto a Francia en misiones de la UE, con lo que nuestro país se va quedando cada vez más rezagado y apartado internacionalmente; no solo en el cumplimiento de sus adquiridas obligaciones (gasto en la OTAN), sino también en su predisposición a que se pueda contar con nuestra participación en misiones que impliquen determinado grado de fuerte compromiso, riesgo y fatiga junto a otros países de la UE, lo que nos lleva, irremisiblemente a una inminente y hasta vergonzosa postergación y falta de toma en consideración, tanto en Europa como en otro tipo de alianzas9.
A modo de resumen y como conclusión final, se puede asegurar que desde el documento previo y el momento inaugural, la conferencia de este año, a pesar de tener muy bien identificadas las tendencias, deformaciones, errores y graves defectos progresivos en los que la CI en su conjunto está cayendo de forma imparable, ha estado marcada y salpicada por las tensiones derivadas de las discrepancias entre Europa y EEUU sobre el tipo de los conflictos a afrontar y en la definición de los sujetos activos y pasivos en ellos a los que debe enfrentar o corregir la propia CI.
Ambos bloques discrepan enormemente sobre el estado de salud de la Alianza transatlántica y, ha quedado bien patente y claro, que las tensiones internas en Europa se han mostrado mucho más profundas e hirientes tras el Brexit, la caída en picado de la influencia de Merkel, los posibles problemas para su sucesión y el exceso de chovinismo mostrado por un envalentonado Macron que, en esta ocasión, no ha dudado en lanzar un órdago aún mayor si cabe que en sus recientes intervenciones en otros foros de igual o superior importancia.
Al mismo tiempo, países como España, Italia y el Reino Unido, otrora objeto de cierto interés, e importancia, han sido franca y totalmente irrelevantes y, todo ello ha producido una sensación de vacío y orfandad europea de muy difícil recuperación.
Rusia y China han aprovechado estos momentos de debilidad patente y de falta de coordinación y descontrol entre los tradicionales socios occidentales para imponer sus cuñas, soltar todo tipo de mensajes subliminales o bien directos y evaluar tanto las reacciones como la verdadera situación resultante con vistas a un futuro escenario próximo.
Negros nubarrones se avecinan sobre la CI y los pronósticos a corto y medio plazo no son nada halagüeños debido a la deformación moral, la pérdida de valores y a la falta de interés por el esfuerzo, el trabajo en común y la seguridad colectiva; dando la sensación de que al igual que se dice que el avestruz esconde su cabeza, para no afrontar el peligro con valentía en lugar de defenderse ante él, estamos optando por una especie de auto envenenamiento que nos llevará al suicidio o muerte individual; situación, que se viene transformando en colectiva a pasos agigantados.
Momento y circunstancia que, con alto grado de probabilidad, puede dar lugar a que alguna fuerza externa, aprovechando una más que anunciada próxima crisis económica, consiga manejar o dominar nuestras voluntades actuales y de futuro sin emplear medios drásticos o muy cruentos para conseguirlo.
La ampliación del campo de aplicación de la obtención de datos, creación de tendencias y desviaciones; así como, la seguridad de la información y sus vulnerabilidades pueden ser las armas del futuro. Unas armas, que no necesitaran de costosas plataformas ni de grandes maquinarias militares para conseguir sus amplios objetivos.
Desde mi punto de vista, supone un momento de grave tristeza comprobar nuestra ceguera y cerrazón individual y colectiva para analizar, profundizar y aplicar debidamente las herramientas a nuestro alcance en temas tan trascendentales como la Seguridad. Herramientas, que de sobra, esta Conferencia ha proporcionado desde mucho antes de su materialización.
Tristeza, que se agrava al ver cómo, de nuevo, se ha vuelto a perder un tiempo y unos esfuerzos intelectuales y económicos en momentos de gravedad, donde cada vez es más difícil encontrar auténticos expertos y analistas de peso que sean capaces de abrir los ojos a unos tuertos y aficionados payasos que en estos momentos actúan de dirigentes políticos y que son seguidos a pies juntillas por auténticos ejércitos de indocumentados ciudadanos.
Máxime, en las circunstancias y momentos en los que el tiempo remanente es cada vez más escaso. A la par que necesario para adoptar las necesarias reacciones que nos pudieran llevar a cambiar de rumbo y deriva de los más que probables irremediables acontecimientos.
1- https://www.politicaexterior.com/actualidad/retos-seguridad-munich-2020/
2- http://reports.weforum.org/global-risks-report-2020/chapter-one-risks-landscape/?doing_wp_cron=1581934270.24049496650695800781252-
3-Y más concretamente, al gasoducto Nord Stream 2, un proyecto faraónico de 11.000 millones de dólares que a partir de 2021 hará fluir 55.000 millones de metros cúbicos de gas ruso al año hasta Alemania, a pesar de las sanciones legisladas por Donald Trump contra las empresas que participan.
https://www.abc.es/internacional/abci-pompeo-urge-europa-escoger-entre-eeuu-y-china-202002151405_noticia.html
4- Partido que nació en 2013 como un partido “desvinculado oficialmente de la extrema derecha” y más cercano a los liberales. Desde 2015, gracias a su postura contraria a la llegada masiva de refugiados a Alemania en el contexto de la crisis migratoria en Europa, la AfD ha experimentado un masivo aumento de su apoyo popular tanto a nivel federal como estatal. De ideología euroescéptica, que rechaza el euro y los rescates a los países periféricos, y pide la vuelta al marco alemán tras una disolución ordenada de la eurozona.
5- https://www.infobae.com/america/mundo/2020/02/06/alemania-el-presidente-regional-votado-por-la-ultraderecha-renuncio-y-habra-nuevas-elecciones-en-thuringia/
6- En fechas recientes se han producido unos 900.000 desplazados por el recrudecimiento de los combates.
7- https://www.dw.com/es/iniciativa-de-paz-de-berl%C3%ADn-para-libia-recibe-respaldo-en-conferencia-de-seguridad-de-m%C3%BAnich/a-52398188
8- https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/exteriores/Paginas/2020/150220munich.aspx
9- https://www.larazon.es/espana/20200217/dvt65pbvi5bkzdjbeoohxbuvie.html?