Marruecos y el significado de la cincuentenaria Marcha Verde

Mohamed VI durante el discurso sobre la Marcha Verde de 2024 - PHOTO/ARCHIVO
Encontrándose en Lima el presidente de la Cámara de Consejeros del Reino de Marruecos (Cámara Alta), Mohamed Ould Errachid, y su delegación, quisiera referirme al significado de la histórica y emblemática “Marcha Verde” (MV) del 6 de noviembre de 1975

Este 2025 cumple 50 años y define a la movilización de más de 350.000 marroquíes hacia el sur del país, es decir, hacia el territorio del Sáhara Occidental, la porción más austral de la soberanía del reino marroquí, para ocuparlo, respondiendo al decidido y visionario llamado de su entonces monarca, Hassan II, quedando investido por este hecho con el sello indeleble de estadista. 

La MV ha quedado inscrita de manera trascendente y totalizadora en el imaginario colectivo del Estado marroquí, o sea, de su monarquía constitucional y de su pueblo, reflejado en la fuerte unidad nacional de este cada vez más empoderado país árabe del norte de África. 

Veamos: 

1° La MV fue un acto libre y voluntario, dominado por la espontaneidad, es decir, sin mandato imperativo como fue en las monarquías absolutas del Medioevo, so pena de castigo, a las que los súbditos, cumplían sus órdenes, dominados por la intimidación o el miedo. En la MV no hubo nada de eso. 

Al contrario, fueron conductas individuales de inmediata correspondencia, primero con una subordinación de respeto máximo, fundada en la aceptación libre, respecto de la figura del rey, que es distinto, y segundo, de hallarse completamente identificados con un llamado que respondía a los intereses de la patria, y a sus convicciones como ciudadanos de Marruecos, asumiendo la referida respuesta como un deber ciudadano, que, al dejarlo todo, les produjo felicidad y realización personal y ciudadana. 

Este hecho volitivo explica su identificación total con la causa nacional asociada al “ius territoriale”, para pisar la parte del territorio que les pertenecía desde siempre. 

2° La MV fue pacífica por antonomasia. Este fue el ropaje de escrupulosa compatibilidad con el principio de solución pacífica del derecho internacional contemporáneo, que es norma de “ius cogens” o norma imperativa de cumplimiento obligatorio. La MV fue la lección rotunda de un pueblo que, convencido que para contar lo que le pertenece, no se requiere de acciones coactivas o coercitivas. 

Tampoco las poblaciones saharauis jamás entraron en colisión con los marroquíes que se desplazaron, más bien se confundieron como miembros de una misma patria, a la que pertenecen “erga omnes”, todos, y desde siempre. 

3° La MV tuvo por acicate a la contundente Opinión Consultiva de la Corte Internacional de Justicia, el órgano judicial de las Naciones Unidas, que había confirmado que el Sáhara Occidental no era “Terra Nullius”, es decir, que el Sáhara no era “Tierra de Nadie”, o que no era tierra sin dueño, porque era tierra de alguien, es decir, de Marruecos.

 4° La MV, finalmente, confirmó “de iure y de facto”, la integridad territorial del reino, el único escenario geopolítico, inmutable e innegociable, de cuya entraña surgió la propuesta realista, seria y creíble del rey Mohamed VI (2007), de autonomía para el Sáhara, garantía para la paz y el desarrollo de Marruecos, y de la región del Magreb.

Miguel Ángel Rodríguez Mackay, excanciller del Perú e internacionalista

Artículo publicado en el Diario Expreso del Perú