La Internacional Socialista cae en picado bajo el mandato de Pedro Sánchez

Pedro Sánchez - PHOTO/PSOE/Eva Ercolanese
Hace ahora dos años, a finales de noviembre de 2022, la Internacional Socialista reunió su 26º Congreso en Madrid, y eligió a Pedro Sánchez como presidente de la entidad multinacional

De aquí a tres años, en 2027, tendrá lugar el 27º cónclave de dicha organización, y Pedro Sánchez deberá (o debería, al menos) rendir cuentas.

La elección del presidente español para encabezar la Internacional Socialista fue un mero trámite. No se sabe qué ocurrió en los meandros de esta, si hubo o no negociaciones previas, pero Pedro Sánchez se presentó en solitario, por lo que no hubo necesidad de votación. Así que nunca sabremos quién le apoyó y quién no, de los 132 miembros con que cuenta la Internacional Socialista. 

¿Qué balance previsible presentará el presidente del Gobierno español ante sus socios? Según las informaciones actuales y los pronósticos, será muy flojo, cuando no crítico. 

La Internacional Socialista juega su futuro en Europa, que es donde nació. Por muy activos y populares que se presenten sus actuales miembros en América Latina, en África y en Asia, es en Europa donde juega su supervivencia. 

Y en Europa, desde que Pedro Sánchez es presidente de la organización, las cosas no le van nada bien. Antes ya iban mal, ahora los pronósticos son peores. 

Veamos algunos ejemplos. En pocos países europeos, los socialistas/socialdemócratas gobiernan. En Albania, lo hace el Partido Socialista miembro de la IS, pero lidiando con un presidente que, aunque también es socialista, es un militar retirado; en Eslovaquia ha repetido mandato el socialdemócrata Robert Fico; en Malta gobierna el laborista Robert Abela; en Portugal, dirige el Gobierno el socialdemócrata Luis Montenegro; en Rumanía, lo hace el socialdemócrata Marcel Ciolacu. Es decir, cuatro pequeños países sin apenas incidencia en la economía europea, y sí Portugal situado en el medio de la tabla de la Unión Europea, pero que tiene una Renta per Cápita 14 veces inferior a la de España. 

Sólo cuatro países europeos influyentes son gobernados por un líder socialdemócrata: Alemania, con Olaf Scholz; Gran Bretaña, con Keir Starmer; Dinamarca con Mette Frederiksen; y España con Pedro Sánchez.  Sin embargo, el dato más notorio que muestra la caída en picado de la socialdemocracia europea, lo da Alemania, que fue la cuna del movimiento en el siglo XIX. El actual mandatario germano Olaf Scholz se someterá a una moción de censura el próximo día 16 de diciembre, y al no tener suficiente apoyo parlamentario, ya están previstas las elecciones generales para febrero de 2025. Y los sondeos son catastróficos para los socialdemócratas, que cosecharán un 16 %, frente al 33 % de los Cristiano Demócratas y el 17 % de Alternativa para Alemania. 

En el único país europeo en el que los socialdemócratas han conseguido triunfar últimamente ha sido en Gran Bretaña, donde los conservadores han sufrido la peor derrota de su historia con 121 escaños frente a los laboristas que obtuvieron 412. 

Sin embargo, es difícil para Pedro Sánchez alardear de una parte de este triunfo, no solo porque el Reino Unido ha roto los puentes con la Unión Europea tras el Brexit, sino por la tradicional tibieza, cuando no gélidas relaciones entre Madrid y Londres por el inextricable conflicto por Gibraltar. 

En la realidad, la mayoría de los miembros europeos de la Internacional Socialista se encuentran en la oposición en sus respectivos países, y suman 26, de ellos 21 miembros de la Unión Europea, y cinco candidatos a la misma: Andorra, Austria, Bélgica, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Chipre, Croacia,  Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Irlanda del Norte, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Moldavia, Montenegro, Países Bajos, Polonia, República Checa, San Marino y Suecia. 

Pedro Sánchez proclamó solemnemente ante la Internacional Socialista, que ahora preside, que “somos la última defensa ante la derecha y la ultraderecha”, “el faro que guía”, “la esperanza de Europa”, y una larga letanía de autobombos. Como en otras ocasiones, la realidad ha sido tozuda, y el balance de su gestión frustrante para sus seguidores.