Mohamed Bensaid Ait Idder, el último adalid del Ejército de Liberación Nacional de Marruecos
Conocí a Bensaid Ait Idder en los años 90 en Rabat, cuando, junto a Abderrahman Yussufi, Mohamed Bucetta y Ali Yata, pusieron en marcha una coalición de partidos de la oposición democrática al rey Hassan II, llamada “Kutla”. Cuando a finales de esa misma década y sabiendo que su fin estaba cercano, el rey Hassan II designó al socialista Abderrahman Yussufi para presidir el Gobierno, sus aliados de la Kutla, el comunista Ali Yata y el isticlaliano Mohamed Bucetta, aceptaron entrar en la coalición gubernamental. No así, Bensaid Ait Idder, que se mantuvo intransigente en sus posiciones radicales. El dirigente del Ejército de Liberación Nacional de Marruecos murió el martes en Casablanca.
En una entrevista que hice al que fue jefe del Ejército de Liberación del Sur, Mohamed Bensaid Ait Idder, me contó la odisea de la formación del Ejercito libertador en la región sahariana, que él mismo dirigió entre los años 1955 y 1958, y que posteriormente se integró en parte en las Fuerzas Armadas Reales (FAR). “Entre los activos del Ejército de Liberación del Sur había más de 70 saharauis, algunos de ellos veteranos en la lucha de resistencia a la ocupación española y muchos otros jóvenes, algunos de ellos estudiantes de Casablanca, Marrakech y Rabat”. Entre ellos, según Bensaid Ait Idder, había familiares del que fundaría más tarde el Frente Polisario, El Uali Mustafá Sayed, de posiciones políticas cercanas al Partido Comunista marroquí, así como el padre del que fue jefe del Polisario durante 40 años, Mohamed Abdelaziz, que falleció en Agadir en octubre de 2017, Khalili Mohamed El Bechir Erguibi.
El movimiento de resistencia armado anticolonial en la zona sur de Marruecos sufrió una experiencia desastrosa. No solo tuvo que hacer frente a la embestida militar conjunta de los Ejércitos español y francés, sino que se vio sometido a una represión brutal por parte de las recién creadas Fuerzas Armadas Reales, con su estrella montante el general Mohamed Oufkir, edecán del sultán Mohamed V, así como por las fuerzas policiales del Ministerio del Interior, que dirigía Mohamed Laghzaoui.
El no reconocimiento del papel liberador jugado por el Ejército de Liberación del Sur y por el contingente de saharauis oriundos de las exprovincias españolas desencantó a muchos milicianos saharauis, que se alejaron paulatinamente del sueño libertador dirigido por Mohamed Bensaid Ait Idder.
Sin embargo, a lo largo de su vida militante en tanto que nacionalista ardiente defensor de la independencia de Marruecos de sus antiguas metrópolis coloniales, París y Madrid, Bensaid Ait Idder no desperdició ninguna ocasión para defender dos objetivos, según él, trascendentales: la unidad del Magreb y la defensa de la integridad territorial de Marruecos, desde el Rif hasta las arenas del Sáhara, desde Tánger a La Güera.
Sus acciones armadas contra el Ejército español en el Sáhara, y contra el Ejército francés, que desde Mauritania apoyaba la excolonia española del Sáhara, formaban parte de la resistencia anticolonial. Mientras que, en el plano interno puramente marroquí, al exjefe del Ejército de Liberación del Sur se le conoció como “el opositor de los tres reyes, Mohamed V, Hassan II y Mohamed VI”, tal como lo ha calificado la revista de historia marroquí “Zaamane”. Sin embargo, el último de los tres soberanos, Mohamed VI, le impuso en 2015 una medalla del Orden Alauí, con la más alta distinción civil.
En 2010, Mohamed Bensaid Ait Idder, estuvo presente en Madrid en el entierro realizado en el cementerio musulmán de Griñón del artífice de la independencia magrebí, el tunecino Hafid Ibrahim, quien durante toda su vida y en particular durante su exilio madrileño como opositor al presidente tunecino Habib Burguiba tras la Segunda Guerra Mundial, propulsó y financió la lucha armada anticolonial del Ejército de Liberación Nacional argelino y del Ejército de Liberación marroquí. Bensaid Ait Idder estuvo presente en su inhumación, junto al ex primer ministro marroquí Abderrahman Yussufi, al líder de la resistencia marroquí en el norte, Mohamed Ghazi, el embajador tunecino y el consejero político de la Embajada de Marruecos, Boughaleb el Attar.
Poco tiempo antes, conocí a Hafid Ibrahim en su casa de Somosaguas, donde nos recibió junto al resistente argelino Mohamed Guenaneche, que al igual que el tunecino fue miembro de la “Estrella Norteafricana” fundada en los años 20 del siglo pasado por Messali Hadj, encuentro que tuvo lugar gracias a la mediación del entonces embajador de Túnez en España, Habib Mansour.
Curiosamente, Bensaid Ait Idder, que combatió armas en mano la colonización del Sáhara por España, reconoció que fue esa misma España en las décadas 40, 50 y 60 del siglo pasado la que protegió las actividades anticoloniales de Hafid Ibrahim, llegando incluso a desarticular un intento de asesinato del líder opositor magrebí.
Uno de sus últimos actos militantes fue para Bensaid Ait Idder el viaje a Argel en diciembre de 2015 para asistir al término del duelo por la muerte de Hocine Ait Ahmed, creador y dirigente del Frente de Fuerzas Socialistas y uno de los líderes de la Guerra de Liberación en Argelia. Bensaid Ait Idder propuso entonces la organización de un gran encuentro entre los países del Magreb involucrados en la crisis del Sáhara para debatir sobre la solución al conflicto que envenena la relación en la región, especialmente entre Argelia y Marruecos. Bensaid incluyó entre los participantes a tres miembros de la dirección del Frente Polisario. Ni Argel ni el Polisario se posicionaron sobre la propuesta de Bensaid Ait Idder, que quedó en suspenso. Fue sin duda alguna la proposición de mayor peso y autoridad hecha a nivel de la sociedad civil de los partidos políticos y de las organizaciones militantes del Magreb, para intentar solucionar el conflicto del Sáhara.