Crece la producción mundial de petróleo mientras se desploma el precio del barril

Henar Hernández
Pie de foto: Los precios del petróleo alcanzaron este lunes su nivel más bajo en tres meses y medio tras haber perdido casi más de un 12% en tan solo una semana, consecuencia de la huida de los inversores, preocupados por las tensiones comerciales. AP PHOTO/HUSSEIN MALLA
El mes de mayo cerraba con el mayor desplome de los precios de petróleo, en concreto, del barril de Brent, desde el pasado noviembre, hasta posicionarse en los 63 euros. Esto implica, según ha analizado Bloomberg, el peor resultado de un mes de mayo en los últimos siete años, propiciado, entre otros factores, por el recrudecimiento de la guerra económica entre Estados Unidos y China. Lejos de recuperarse, el precio del barril de Brent sigue hundiéndose en el mes de junio. Así, el valor se situaba este lunes en 61,28 dólares en el mercado de futuros de Londres, la cifra más baja registrada desde febrero, lo que a su vez implicaba una reducción del 4,95% respecto de la sesión anterior.
Esto coincidía con la publicación del Boletín Estadístico Anual (ASB, por sus siglas en inglés) de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en el que se revelaba que la producción mundial de crudo en 2018 se había incrementado un 1,6% si se comparaba con el año anterior, hasta alcanzar los 75,78 millones de barriles al día (mb/d), una cantidad récord que supone el mayor crecimiento anual desde 2015. El informe, que desglosa la producción por países, sostiene que las tres naciones principales productoras de petróleo fueron Estados Unidos (10, 96 mb/d), Rusia (10,53 mb/d) y Arabia Saudí (10,32 mb/d).
En esta línea, cabe destacar, por un lado, que la monarquía del Golfo, principal país exportador de petróleo de la OPEP planteó aumentar su propia producción de crudo para estabilizar el mercado del sector tras el anuncio estadounidense de poner fin a las exenciones a la compra de crudo iraní a partir del 2 de mayo, de las que se beneficiaban ocho países: China, Turquía, India, Japón, Corea del Sur, Taiwán, Italia y Grecia. Sin embargo, el ministro de energía saudí, Khalid al-Falih explicaba que “no ve la necesidad de aumentar la producción de petróleo inmediatamente”, aunque emplazaba la decisión a la reunión de la OPEP que tendrá lugar el 25 de junio y advertía de que la medida que se adoptará dependería de la demanda de los clientes.
Por otro lado, el Departamento de Energía estadounidense (EIA, por sus siglas en inglés), anunciaba este lunes que la producción de petróleo del país norteamericano en el primer trimestre de 2019 se había incrementado en 1,5 mb/d – obteniendo 11,8 millones en total – con respecto al mismo periodo del año anterior.
Todos estos acontecimientos se ven envueltos por la escalada de tensión que se está produciendo en Oriente Medio entre Estados Unidos e Irán. Yahia Rahim Safaví, asesor militar del líder supremo de Irán, Ali Jameneí, alertaba, en este sentido que si las tensiones se materializasen en forma de conflicto abierto, el precio del barril podría elevarse por encima de los 100 dólares, lo que no podría ser “tolerado por Estados Unidos, Europa, Japón y Corea del Sur”, en palabras del asesor iraní.
Pie de foto: El precio del barril de Brent en los últimos 6 meses. AFP/AFP
El caso de Venezuela
1,5 mb/d también es la producción de petróleo que la OPEP ha estimado para Venezuela durante el año pasado, lo que refleja una reducción considerable si se considera que, en 2015, el país latinoamericano emitía 2,4 mb/d y, en 2010, 2,8 mb/d. Las últimas cifras apuntan a que, en abril de 2019, la producción de crudo se situó en los 830.000 mb/d, un valor por debajo del millón. La situación para Venezuela podría ser calificada como “trágica”, pues cabe recordar que el Estado presidido por Nicolás Maduro cuenta con las mayores reservas de crudo del planeta, con capacidad para 309.000 millones barriles de petróleo, según datos de la CIA estadounidense.
En este punto, es importante resaltar el papel que han desempeñado las sanciones estadounidenses aprobadas contra el sector petrolero venezolano. Así, el 28 de enero de 2019, Estados Unidos anunció un nuevo paquete de penalizaciones, entre las que se incluyeron la prohibición a la petrolera estatal PDVSA de comerciar con empresas estadounidenses, a excepción de que los ingresos de esos negocios se destinasen a fondos reservados para el líder opositor Juan Guaidó. Los efectos de las medidas punitivas fueron recogidos por el diario The New York Times, que advirtió de que “las nuevas sanciones socavarán de manera drástica el poder de bolsa de Maduro, pues prohíben que los ingresos de las ventas petroleras en Estados Unidos lleguen a las manos de su Gobierno […] Sin el acceso a los fondos se acelerará la inflación del país, que ya es la peor en todo el mundo, y empeorarán la escasez de combustible y la capacidad del Estado para comprar y distribuir alimentos”.
En esta línea, un informe del Centro de Investigación Económica y Política (CEPR, por sus siglas en inglés) – afincado en Washington – señaló que la producción de petróleo ha disminuido un 36,4% desde enero de 2019, lo que supone una reducción de 431.000 barriles menos por día. Asimismo, se estima que, para finales de este año, los ingresos por exportaciones de petróleo caigan en un 67,2% en comparación con 2018, una cifra que implica un “cataclismo sin precedentes”, de acuerdo con los autores del estudio.
Pie de foto: Complejo petrolero estatal de PDVSA cerca de El Tigre, un pueblo ubicado dentro de la Faja Petrolífera Hugo Chávez de Venezuela, formalmente conocida como la Faja del Orinoco. AP PHOTO/ FERNANDO LLANO
El rol de la OPEP
El próximo 25 de mayo está prevista la celebración de la próxima reunión de la OPEP, en la que se decidirá si se mantiene el nivel de producción actual, se eleva o se reduce. En diciembre de 2018, los países miembros acordaron recortar la producción ante el temor de que el precio del barril de Brent se desplomase hasta los 50 euros. Con las tensiones en Oriente Medio como telón de fondo, cabe resaltar que tanto Rusia como Arabia Saudí pidieron aplazar el encuentro hasta el 3 o 4 de julio, una sugerencia que ya ha sido rechazada por Irán, Argelia y Kazajistán.