Tshisekedi sigue sin formar Gobierno pese a los grandes desafíos

Prince Yassa/Efe

Pie de foto: Félix Tshisekedi, presidente de la República Democrática del Congo

Pasados más de cien días después de su histórica llegada al poder, el presidente de la República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, sigue sin formar gobierno y con muchos retos pendientes, como lograr la paz y con el Ébola fuera de control y sin visos de erradicarse en los próximos meses.

El pasado 24 de enero, Tshisekedi, de 55 años, fue investido como quinto presidente de la RDC en una multitudinaria y vistosa ceremonia celebrada a las puertas del Palacio Presidencial en Kinshasa.

El líder de la Unión para la Democracia y el Progreso Social (UDPS) tomó posesión del cargo tras ser declarado ganador de las polémicas elecciones del 30 de diciembre, marcadas por las acusaciones de fraude.

Tshisekedi reemplazó a Joseph Kabila, quien gobernaba con firmeza desde el asesinato de su padre en 2001, y su investidura supuso la primera transición pacífica de poder en el mayor país de África Subsahariana desde su independencia de Bélgica en 1960.

"Somos un Congo reconciliado, la RDC que formamos no será un Congo de la división, del odio y del tribalismo", declaró entonces el flamante jefe de Estado, quien ahora busca consolidar su poder y acabar con la influencia de Kabila.

Más de cien días sin Gobierno

En marzo, el gobernante anunció su "programa de emergencia de los primeros cien días" en el poder, centrado en "los sectores de la seguridad, político, social, económico, de infraestructura y juvenil".

El programa debe ser ejecutado por el nuevo gobierno, pero, de momento, Tshisekedi no ha nombrado a un primer ministro que forme el Ejecutivo. Esa designación depende de la mayoría del Parlamento, controlado por la coalición Frente Común para el Congo (FCC), de Kabila. De hecho, el presidente rechazó como primer ministro al empresario Albert Yuma, estrecho aliado de su antecesor en la Jefatura del Estado.

"La cuestión de la formación del Gobierno todavía dependía de ciertos requisitos constitucionales, como el establecimiento de la Asamblea Nacional (Cámara Baja). Ahora que eso está hecho, el primer ministro se conocerá pronto y formará su gobierno", aseguró a Efe Jacquemin Shabani, una dirigente de la UPDS.

Esa demora no ha impedido cumplir a Tshisekedi una de sus promesas: la liberación de unos 700 presos políticos encarcelados durante los gobiernos de Joseph Kabila.

Sin embargo, el gobernante no ha aportado todavía ningún plan concreto para lograr la paz en el noreste del país, donde operan decenas de grupos armados rebeldes, unos congoleños y otros de países vecinos.

"El problema de seguridad en el este del país, por ejemplo, requiere la cooperación de todos los Estados, especialmente de nuestros vecinos", aseguró Shabani, al subrayar que el presidente mantiene su promesa de "poner fin a la inseguridad".

Aunque algunos milicianos se han entregado al Ejército congoleño en los últimos meses, lo preocupante es que se han intensificado los ataques de grupos como los rebeldes ugandeses de las Fuerzas Aliadas Democráticas (ADF), causantes de decenas de civiles muertos.

Los numerosos viajes de Tshisekedi a países de la región, como Ruanda y Uganda, así como a Estados Unidos, han tenido como objetivo, entre otros, recabar apoyos para establecer la seguridad en la zona.

El ébola “no es una enfermedad imaginaria”

La situación en esa área se complica aún más por el brote de ébola declarado el 1 de agosto de 2018 en las provincias de Kivu del Norte e Ituri, que ha provocado, hasta la fecha, 994 muertos en 1.510 casos.

La respuesta médica a la epidemia se ha visto obstaculizada por la violencia de grupos armados, que han atacado centros de tratamiento del ébola, y la desconfianza de muchos residentes, que creen que la enfermedad es una invención.

"No es una enfermedad imaginaria", advirtió el propio presidente el pasado mes en una visita a la ciudad de Benin, una de las afectadas por el brote. "Si seguimos las instrucciones, el ébola se acabará en dos o tres meses", señaló Tshisekedi el 16 de abril, con un optimismo que contrasta con una realidad muy complicada y tozuda sobre el terreno. Días después, el jefe de Estado anunció la creación de un comité multisectorial para combatir la enfermedad.

Otra de las asignaturas pendientes es la lucha contra la corrupción que, en palabras de Tshisekedi, "empaña la imagen de un verdadero Estado de derecho", si bien no se ha aplicado todavía ninguna medida significativa para terminar con esa lacra.

Pese a todas la dificultades que afronta el presidente, un 53% de los congoleños se declara "satisfecho" con su gestión, según un sondeo de opinión publicado en marzo pasado por la empresa demoscópica Target Research. 

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