Los discretos indicadores de la economía argelina contradicen el optimismo del FMI
Después de que Argelia haya aprobado el mayor presupuesto de su historia, sin apenas cambios en el déficit comercial, con la inflación y los precios de los alimentos disparados, y un poder adquisitivo cada vez menor, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha emitido un sorprendente informe en el que indica que la economía argelina mantendrá un crecimiento anual de cerca del 4 %, lo que situaría al país norteafricano a la cabeza de la región.
En el informe titulado “Navegando por el cambiante panorama geoeconómico”, el FMI atribuye el crecimiento de la economía argelina a las medidas de diversificación llevadas a cabo por el Gobierno años atrás.
El estímulo de las exportaciones no petroleras, de especial valor en este tipo de dosieres, han propiciado que los resultados, aparentemente, no se correspondan con la realidad. El impulso que estas medidas han aportado a la pequeña y mediana empresa, especialmente al sector agrícola, también han sido significativas.
La guerra de Ucrania aumenta las exportaciones de gas
En clave geopolítica, la mejoría de los indicadores económicos relacionados con la energía y los cereales tienen mucho que ver con la guerra de Ucrania y Rusia, este último uno de los grandes aliados del país. Los constantes incrementos en el precio de la luz y las necesidades de Europa de exportar grandes cantidades de gas han generado un superávit de ingresos pese a los bloqueos y aislamiento internacional que ha sufrido el país.
Desde el Gobierno se argumenta que los beneficios económicos son el resultado de las reformas realizadas en el sistema jurídico que fomenta la inversión mientras que reduce los trámites burocráticos. Sin embargo, la llegada de Donald Trump a la presidencia norteamericana puede producir un giro de 180 grados, ya que en numerosas ocasiones ha afirmado que “acabaría con la guerra de Ucrania en 24 horas”, por lo que los ingresos extraordinarios que ha acumulado Argel durante estos dos últimos años pueden verse reducidos a las cotas anteriores al estallido de la guerra entre Kiev, y la OTAN, y Moscú.
Aun así, de mantenerse los datos, la economía argelina superaría por primera vez, en porcentaje de crecimiento, a las economías del Golfo. Pese a ello, el informe es claro y avisa que la estabilidad del capital argelino sigue siendo “fuertemente dependiente de la exportación de hidrocarburos”. Concretamente el documento reza que “el gas y el petróleo son dos recursos básicos para que el consumo no se paralice y se mantenga el movimiento en la rueda del desarrollo”.
Sin embargo, estos datos no casan con la realidad. El desplome del dinar argelino, la reducción del poder adquisitivo, el aumento del desempleo, el crecimiento constante de la inflación, la triplicación del IPC desde 2010, la producción de petróleo en mínimos históricos y la impresión de moneda en sus máximos... marcan el día a día de las familias argelinas.
Aunque instituciones internacionales como el Banco Mundial también han ratificado en varios informes el crecimiento de la economía, la realidad es que el país tendrá serias dificultades para saldar las cuentas y poder revertir el déficit económico que equivale al 21,8 % del Producto Interior Bruto (PIB).