Los discretos indicadores de la economía argelina contradicen el optimismo del FMI

Bahía de Argel con el casco antiguo de la capital, conocida como la Kasbah (izq.) y contenedores de carga (der.) en Argel - AFP / LUDOVIC MARIN
Pese al incremento del déficit, la inflación y la subida de precios, el Fondo Monetario Internacional estima que la economía argelina crecerá un 3,8 %
  1. La guerra de Ucrania aumenta las exportaciones de gas

Después de que Argelia haya aprobado el mayor presupuesto de su historia, sin apenas cambios en el déficit comercial, con la inflación y los precios de los alimentos disparados, y un poder adquisitivo cada vez menor, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha emitido un sorprendente informe en el que indica que la economía argelina mantendrá un crecimiento anual de cerca del 4 %, lo que situaría al país norteafricano a la cabeza de la región. 

Agencia de empleo local en el barrio de Bab El Oued de la capital Argel - AFP/  RYAD KRAMDI

En el informe titulado “Navegando por el cambiante panorama geoeconómico”, el FMI atribuye el crecimiento de la economía argelina a las medidas de diversificación llevadas a cabo por el Gobierno años atrás. 

El estímulo de las exportaciones no petroleras, de especial valor en este tipo de dosieres, han propiciado que los resultados, aparentemente, no se correspondan con la realidad. El impulso que estas medidas han aportado a la pequeña y mediana empresa, especialmente al sector agrícola, también han sido significativas. 

Pequeño supermercado en un barrio residencial de la capital, Argel - PHOTO/AFP

La guerra de Ucrania aumenta las exportaciones de gas

En clave geopolítica, la mejoría de los indicadores económicos relacionados con la energía y los cereales tienen mucho que ver con la guerra de Ucrania y Rusia, este último uno de los grandes aliados del país. Los constantes incrementos en el precio de la luz y las necesidades de Europa de exportar grandes cantidades de gas han generado un superávit de ingresos pese a los bloqueos y aislamiento internacional que ha sufrido el país. 

Planta de gas de Tiguentourine en In Amenas, a 1.600 km (994 millas) al sureste de Argel - REUTERS / LOUFI LARBI

Desde el Gobierno se argumenta que los beneficios económicos son el resultado de las reformas realizadas en el sistema jurídico que fomenta la inversión mientras que reduce los trámites burocráticos. Sin embargo, la llegada de Donald Trump a la presidencia norteamericana puede producir un giro de 180 grados, ya que en numerosas ocasiones ha afirmado que “acabaría con la guerra de Ucrania en 24 horas”, por lo que los ingresos extraordinarios que ha acumulado Argel durante estos dos últimos años pueden verse reducidos a las cotas anteriores al estallido de la guerra entre Kiev, y la OTAN, y Moscú. 

Sucursal del Banco Al Baraka en la ciudad de Argel - REUTERS / RAMZI BOUDINA

Aun así, de mantenerse los datos, la economía argelina superaría por primera vez, en porcentaje de crecimiento, a las economías del Golfo. Pese a ello, el informe es claro y avisa que la estabilidad del capital argelino sigue siendo “fuertemente dependiente de la exportación de hidrocarburos”. Concretamente el documento reza que “el gas y el petróleo son dos recursos básicos para que el consumo no se paralice y se mantenga el movimiento en la rueda del desarrollo”. 

Un vendedor coloca textiles en su tienda en un mercado de Argel - PHOTO / AFP

Sin embargo, estos datos no casan con la realidad. El desplome del dinar argelino, la reducción del poder adquisitivo, el aumento del desempleo, el crecimiento constante de la inflación, la triplicación del IPC desde 2010, la producción de petróleo en mínimos históricos y la impresión de moneda en sus máximos... marcan el día a día de las familias argelinas. 

Aunque instituciones internacionales como el Banco Mundial también han ratificado en varios informes el crecimiento de la economía, la realidad es que el país tendrá serias dificultades para saldar las cuentas y poder revertir el déficit económico que equivale al 21,8 % del Producto Interior Bruto (PIB).