Al menos 22 redadas se han efectuado recientemente en domicilios y oficinas de periodistas, activistas de derechos humanos y sindicalistas, en el marco de "una investigación preliminar para establecer las circunstancias relativas a la financiación de actos de protesta".
Son una prueba más de que el presidente bielorruso, el expolicía Alexander Lukashenko, está empeñado en seguir el mismo cauce violento que el presidente ruso Valdimir Putin, según ha declarado esta noche la recién elegida presidenta de la AEJ, Isaia Tsaousidou.
Fuertes protestas se sucedieron tras la elección, el pasado mes de agosto, del primer presidente de la historia de Bielorrusia. La UE consideró que la votación no fue "libre y justa". Según una investigación de la OSCE, se produjeron "violaciones masivas y sistemáticas de los derechos fundamentales antes y después de los comicios".

"Esta es la verdadera cara de cómo los medios de comunicación libres están siendo amenazados en todas partes, no sólo en Rusia, sino en Estados de la UE como Polonia y Hungría", dijo. "El vicepresidente de nuestra sección de AEJ en Minsk, Andrei Aliaksandraou, está en prisión desde el 12 de enero, simplemente por informar sobre las manifestaciones masivas".
Fundador y editor jefe del sitio web de noticias Belarus Journal, Aliaksandraou fue hasta 2012 vicepresidente de la Asociación Bielorrusa de Periodistas.
La organización bielorrusa de derechos humanos Viasna también fue objeto de ataques. Se incautaron teléfonos y ordenadores, y se detuvo a varias personas, según Viasna. Al igual que en el caso de los periodistas, Bielorrusia alega una financiación extranjera en la sombra, un eco de los métodos utilizados en Rusia.

El acoso mediante registros, detenciones y persecución penal de periodistas y defensores de los derechos humanos, incluidos los socios del Consejo de Europa (CdE) y de la ONU, es inaceptable, según tuiteó la comisionada para los Derechos Humanos del CdE, Dunja Mijatovic.
"Hasta ahora, inútil, sinceramente", ha dicho el presidente de la AEJ (Asociación de Periodistas Europeos). "El CdE tiene incluso una oficina en Minsk. ¿Hasta qué punto las instituciones europeas, y los contribuyentes europeos, están siendo engañados por gobiernos encantados de firmar cualquier cosa que les reporte dinero y respetabilidad política, pero que apalean a los periodistas si intentan informar de lo que ocurre?"
Bielorrusia se encuentra ahora en su segundo Plan de Acción, para 2019-2021, "una iniciativa conjunta del Consejo de Europa y las autoridades bielorrusas". El CdE describe el plan como "estructurado en torno a los tres pilares operativos del Consejo de Europa: Derechos Humanos, Estado de Derecho y Democracia".