Argelia-Mali: un grave impasse
"El Gobierno de Transición estaría interesado en conocer el sentir de las autoridades argelinas si Mali acogiera a representantes del Movimiento por la Autodeterminación de la Cabilia al más alto nivel del Estado", reza el comunicado nº 64 firmado por el ministro de Estado, ministro de Administración Territorial y Descentralización, portavoz del Gobierno maliense el 25 de enero. Es la primera vez en la historia que un Estado extranjero menciona al MAK (Movimiento por la Autodeterminación de la Cabilia) en un documento oficial dirigido a las autoridades argelinas. Los marroquíes, a pesar de todo lo que Argel les ha hecho pasar con su apoyo sin parangón al Polisario, nunca han dado el paso. La mera mención del pueblo cabila por Omar Hilal, representante del reino cherifiano en la ONU, había puesto a Argel en un brete. ¿Cuál será su reacción tras esta salida en Malí?
Todo empezó de nuevo en Kampala, cuando los malienses sospecharon "la mano oculta de las autoridades argelinas en una maniobra consistente en imponer un capítulo sobre Mali en el documento final de la cumbre del Movimiento de Países No Alineados de Kampala (Uganda), sin el consentimiento de las autoridades malienses", como recuerda el comunicado del 25 de enero. Argel se apresuró a responder emitiendo un desmentido para exculparse.
Sin embargo, hay otros agravios contra Argel. "La voluntad de las autoridades argelinas de mantener el régimen de sanciones de las Naciones Unidas contra Mali, en un momento en que el Movimiento de Países No Alineados y la Federación Rusa se oponían a ello en interés de Malí, que pedía el levantamiento del régimen", es un acto considerado inamistoso. Al igual que "la acogida sin consulta ni notificación previa al más alto nivel del Estado argelino de ciudadanos malienses subversivos y de ciudadanos malienses perseguidos por la justicia maliense por actos de terrorismo; la existencia en territorio argelino de oficinas de representación de ciertos grupos firmantes del Acuerdo de Paz y Reconciliación en Malí resultante del proceso de Argel, convertidos ahora en actores terroristas". Esta es prácticamente la configuración argelino-marroquí, que da que pensar a las autoridades malienses. Éstas no dudan en concluir que existe "una percepción errónea por parte de las autoridades argelinas, que consideran a Mali como su patio trasero o un Estado felpudo, en un contexto de desprecio y condescendencia”.
Nos interesaría saber cuál ha sido la reacción de Argel a este comunicado y qué respuesta prevé. Hasta ahora, los argelinos han jugado la carta del apaciguamiento sin buscar una escalada. Pero en este caso, los malienses no se anduvieron con rodeos. Utilizaron un lenguaje inusual. Un lenguaje muy agresivo al que Argel no está acostumbrado.