Nada va bien entre Argel y Bamako. En 48 horas, las cosas se han precipitado y los embajadores de ambos países han sido llamados a filas. Esto significa que los canales oficiales de diálogo están cerrados. ¿Cómo se ha llegado a esta situación?

Argelia-Mali: al borde de la ruptura diplomática

Algeria's President Abdelmadjid Tebboune delivers a speech during a signing ceremony in the pavilion of honour at Algiers airport, in Algiers, on August 27, 2022. - French President  is on a three-day visit to Algeria aimed at mending ties with the former French colony, which this year marks its 60th anniversary of independence. (Photo by Ludovic MARIN / AFP)
El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune (Foto de Ludovic MARIN / AFP)

Pensábamos que la convocatoria del embajador de Mali en Argel por parte de Ahmed Attaf, ministro argelino de Asuntos Exteriores, como reacción a la de su homólogo convocado en Bamako, aclararía lo que creíamos que era un simple malentendido. El lenguaje conciliador utilizado por el ministro argelino hacia el jefe de la representación diplomática maliense en Argel no presagiaba en absoluto una escalada de tensión. 

La escalada vino de Argel cuando convocó a su embajador en Bamako. Es como si Ahmed Attaf actuara al margen de las directrices marcadas por poderes ocultos cuyo objetivo no es otro que hacer prevalecer la sensatez y la razón entre dos países vecinos que siempre han mantenido unas relaciones marcadas por el respeto y la cordialidad.

La retirada del embajador de Argelia en Mali no fue planteada por el ministro argelino de Asuntos Exteriores durante su encuentro con el embajador de Mali. El comunicado de prensa emitido por el departamento de Ahmed Attaf el 21 de diciembre no indicaba que ambos países fueran a dar el paso de retirar a sus embajadores. Fue Argel quien tomó la iniciativa, y Bamako respondió inmediatamente haciendo lo mismo. Un acontecimiento sin precedentes en los anales de las relaciones entre ambos países. 

Todo comenzó con la toma de la ciudad septentrional de Kidal por el Ejército maliense a mediados de noviembre. No hubo reacción oficial de Argelia, patrocinadora de los acuerdos de abril de 2015 entre el gobierno central de Bamako y los rebeldes del norte. No fue hasta un mes después cuando Argel se hizo notar en un comunicado emitido el 13 de diciembre en el que las autoridades argelinas expresaban su "firme convicción de que el acuerdo de Argel sigue siendo el marco adecuado para resolver la crisis en Mali". En esta ocasión, invitan "a todas las partes malienses a renovar su compromiso con esta obra colectiva de paz y reconciliación".

El llamamiento de Argel fue atendido por los rebeldes, que viajaron a Argel, donde fueron recibidos en las altas esferas. El Primer Ministro argelino recibió a su vez a Alghabass Ag Intalla, Secretario General del Alto Consejo para la Unidad del Azawad (HCUA) y actual Presidente de la CSP, a Fahad Ag Almahmoud y Hanoun Ould Ali, representantes de la Plataforma, así como al portavoz de la CSP, Mohamed Elmaouloud Ramadane. Sólo el líder del Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA), Bilal Ag Acherif, no ha respondido a la llamada de Argel.

Las reuniones entre el jefe del gobierno argelino y sus anfitriones malienses se centraron principalmente en un intercambio de puntos de vista sobre la evolución reciente de la situación en la región. Según fuentes cercanas al expediente, dirigido por la Dirección General de Documentación y Seguridad Exterior que dirige el general de división Djebbar Mehenna, no se planteó relanzar el acuerdo de Argel. El relanzamiento del acuerdo requiere la implicación del gobierno maliense que, contrariamente a la práctica habitual, se ha mantenido al margen y a oscuras de las negociaciones de Argel.

Fue la audiencia concedida por el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, al imán conservador quietista Mahmoud Dicko, un hombre político-religioso poco influyente, lo que provocó la ira de las autoridades malienses. Su reacción no se hizo esperar, sobre todo porque habían oído hablar de las conversaciones entre los opositores al gobierno y el Gobierno argelino. Para los malienses, esto fue justificación suficiente para convocar al embajador argelino en Bamako al día siguiente de la reunión Tebboune-Mahmoud Dicko, en presencia del jefe de los servicios secretos exteriores de Argelia. Al día siguiente, Argel hizo lo mismo con el embajador de Mali en Argel. Se pensaba que las cosas se detendrían en este punto. Pero, contra todo pronóstico, las autoridades argelinas convocaron a su embajador en Bamako "para consultarle".

A diferencia de los franceses y los españoles, que nunca han seguido a Argel por el camino de las hostilidades evitando responder a las citaciones de los embajadores de Argel en París y Madrid, los malienses respondieron inmediatamente. En una carta dirigida al Ministerio argelino de Asuntos Exteriores, las altas autoridades hicieron referencia "al principio de reciprocidad llamando a consultas al Sr. Mahamane Amadou MAIGA". (Ver documento).
 

Lettre ambassade du Mali à Alger
Lettre ambassade du Mali à Alger

Las cosas se han movido rápidamente, y lo que parecía difícil de imaginar no hace tanto tiempo, finalmente ha sucedido. La retirada de embajadores significa el cierre de los canales oficiales de comunicación entre dos Estados. Es el penúltimo paso antes de que se rompan las relaciones diplomáticas. Algo que no interesa a Argel, dado que en el momento en que la antorcha arde entre ella y Bamako, el jefe de la diplomacia maliense, Abdoulaye Diop, se encuentra en Marrakech para participar en una reunión ministerial de coordinación de la iniciativa internacional del rey Mohammed VI para favorecer el acceso de los países del Sahel al océano Atlántico, que se celebrará el sábado 23 de diciembre en Marrakech, con la participación de Malí, Níger, Burkina Faso y Chad.