Conflicto por la decisión de España de desmarcarse de la exigencia de gasto en defensa para la OTAN
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, anunció oficialmente que rechaza destinar el 5 % del Producto Interior Bruto (PIB) a defensa, una exigencia establecida en el seno de la Alianza Atlántica, sobre todo por parte de la gran potencia dominante, Estados Unidos.
El presidente estadounidense, Donald Trump, exigió hace tiempo a todos los integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) destinar al menos el 5 % del PIB a defensa para reforzar el ámbito militar de los países de la Alianza Atlántica y tener una mayor seguridad en Occidente. Un punto muy importante teniendo en cuenta la gran inestabilidad internacional existente con conflictos graves abiertos, como la guerra de Ucrania, donde Rusia, país con frontera con países alineados con la OTAN, ejerce desde febrero un 2022 una invasión rechazada internacionalmente de manera mayoritaria.
La seguridad de diversos integrantes de la OTAN se ve comprometida, sobre todo la de los países vecinos de Rusia, y eso disparó todas las alarmas en el seno de la Alianza Atlántica. Donald Trump, desde que llegó nuevamente al poder en noviembre de 2024, ha exigido un mayor esfuerzo inversor para reforzar las capacidades militares de los países adscritos a la Alianza Atlántica, hasta llegar al 5 % del PIB nacional de cada país.
Pedro Sánchez se ha desmarcado y ha sacado a España de esta ecuación alegando que “no es razonable” asumir ese gasto en defensa. El presidente del Gobierno español remitió una carta al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en la que indicó que no tenía intención de asumir ese gran gasto en materia de defensa al no poder comprometerse con esa exigencia económica. De cara a la próxima cumbre fijada para finales de junio, Pedro Sánchez planteó que haya excepciones o que el objetivo del 5 % sea opcional y alegó que cada Gobierno puede decidir legítimamente si está dispuesto a hacer ese sacrificio. “Como aliado soberano elegimos no hacerlo”, señaló Pedro Sánchez planteando una alternativa para no “limitar las ambiciones de gasto de otros aliados”.
Reacción negativa
Ante esta postura, Estados Unidos reaccionó de manera negativa, obviamente. El gigante estadounidense ya planteó la necesidad o exigencia de llegar al 5 % del gasto del PIB para defensa en cada país aliado para tener una OTAN reforzada y mejor preparada.
Desde la Administración norteamericana se ha indicado ya que todos los países de la OTAN, “incluido España” deben destinar el 5 % del PIB a defensa.
“Trump ha dejado muy claras sus prioridades para nuestros aliados europeos”, indicó Karoline Leavitt, secretaria de Prensa del Gobierno norteamericano, quien insistió en la directriz dada por el presidente estadounidense, quien dejó bien claro que esta inversión en materia de defensa es innegociable.
Habrá que ver lo que se discute en la próxima cumbre de la OTAN fijada para el 24 y 25 de junio en La Haya, Países Bajos. Se prevé tensión por el umbral mínimo del 5 % para el gasto en defensa exigido, sobre todo con España, que ya se ha desmarcado de esta exigencia, enfrentándose incluso a Estados Unidos, gran potencia dominante en el seno de la Alianza Atlántica.