La llegada a Tel Aviv en un vuelo comercial de Etihad del embajador de Emiratos Árabes Unidos, Mohammed al-Khajah evidencia la construcción de las buenas relaciones entre los dos Estados

El embajador emiratí comienza oficialmente su trabajo en Israel 

PHOTO/ARCHIVO - El avión de Etihad a su llegada al aeropuerto Ben Gurion

El primer embajador de Emiratos Árabes Unidos, Mohammed al-Khajah, ha aterrizado en Israel con el fin de comenzar de manera oficial las nuevas relaciones bilaterales entre los dos Estados. Al-Khajah espera trabajar con funcionarios israelíes con el fin de fortalecer la cooperación y estrechar las relaciones entre ambos países. 

En este sentido, Al-Khajah pretende difundir los valores de paz y convivencia entre los pueblos de los dos países. En las reuniones pasadas que mantuvo el primer embajador con el ministro de Relaciones Exteriores, Gabi Ashkenazi, Al-Khajah reafirmó su simpatía con las nuevas relaciones con Israel afirmando que se sentía “muy orgulloso y honrado de ser el primer embajador emiratí en Israel”. Tras esto, el embajador afianzó su trabajo recalcando que su “misión aquí es fomentar y desarrollar está relación” esperando que traiga paz y prosperidad a las personas en Oriente Medio.

El primer vuelo comercial de Etihad Airways llegó al Aeropuerto Internacional Ben Gurion en Tel.Aviv hoy martes, con el embajador emiratí Mohammad Al Khaja a bordo PHOTO/ARCHIVO

Los Emiratos Árabes e Israel formalizaron lazos en una ceremonia celebrada el pasado 15 de septiembre en Washington por la preocupación compartida por Irán. En esta ceremonia se llevaron a cabo los “acuerdos de Abraham”, pretendiendo establecer un marco de cooperación en la zona. La firma de este acuerdo supuso el reconocimiento del Estado de Israel por parte de 4 Estados árabes, lo que se entendió como un auténtico éxito diplomático. 

De esta forma, israelíes y emiratíes han sabido aparcar sus puntos conflictivos para encontrar puntos en común en torno a frenar la amenaza que supone Irán a nivel político y estratégico. De este modo, las consecuencias del pacto y el comienzo de labores diplomáticas en la región pueden influir en la configuración regional de Oriente Próximo. Por una parte la colaboración contra Irán abre la puerta a que Arabia Saudí e Israel establezcan un maro de cooperación a tal efecto y se produzca en  un futuro una acuerdo de normalización que puede desencadenar un efecto dominó  en el resto de países árabes, estrategia deseada por Israel. PHOTO/ Presidential Press Office/Handout via REUTERS

En otro orden, el acuerdo supone un éxito de la diplomacia de Israel ya que, sumando Bahréin y Emiratos, son ya cuatro los Estados árabes que han conseguido mantener y normalizar las relaciones con Israel.  Del mismo modo, estas nuevas relaciones suponen la apertura a nuevas entradas de comercio e inversiones ya que Israel podría encontrar un mercado muy favorable en el Golfo.

Mientras tanto, Palestina sigue siendo la gran afectada a raíz de estos acuerdos ya que, además de no obtener nada de los mismos, han perdido el apoyo que habían obtenido anteriormente de las monarquías del Golfo ya que compartían el deseo de la liberación de Palestina, exceptuando a Qatar.