Los Ángeles en llamas: migración, identidad y resistencia frente a Donald Trump

Las protestas en Los Ángeles, tras las redadas del ICE, reflejan el rechazo a las políticas antinmigrantes, la injusticia y una fuerte resistencia cultural 
Manifestantes sostienen carteles durante una protesta contra las redadas federales de inmigración, en Atlanta, Georgia, EE. UU., el 10 de junio de 2025 - REUTERS/ MEGAN VARNER
Manifestantes sostienen carteles durante una protesta contra las redadas federales de inmigración, en Atlanta, Georgia, EE. UU., el 10 de junio de 2025 - REUTERS/ MEGAN VARNER
  1. La bandera mexicana como símbolo de resistencia 
  2. La postura de México frente a las redadas migratorias 
  3. Un símbolo histórico de lucha
  4. “Los migrantes no son criminales”
  5. El “motor migrante” de Estados Unidos 

Las protestas en Los Ángeles comenzaron el 6 de junio de 2025, tras las redadas migratorias llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) en toda la ciudad. El día siguiente, el presidente Donald Trump ordenó el despliegue de 2.000 soldados de la Guardia Nacional sin el consentimiento del gobernador de California, Gavin Newsom, lo que desató un conflicto entre las autoridades federales y estatales. Trump calificó a Los Ángeles como una “ciudad de criminales”, mientras que Newsom denunció lo que consideró un abuso de poder y un ataque a la soberanía estatal.

El 8 de junio, los enfrentamientos estallaron entre manifestantes y fuerzas del orden, que respondieron con gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Algunos manifestantes bloquearon autopistas y prendieron fuego a vehículos, intensificando la violencia en las calles. Las protestas, motivadas por la creciente preocupación sobre las detenciones de inmigrantes, especialmente en una ciudad con una gran población hispana, continuaron con fuertes tensiones entre los manifestantes y la policía local.

En respuesta a la situación, Trump desplegó más efectivos, incluidos 500 marines adicionales, mientras que los gobernadores demócratas, como Newsom, criticaron la acción unilateral del presidente. La crisis migratoria también generó críticas internacionales como la de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien instó a Estados Unidos a tratar a los detenidos con dignidad, acusando al Gobierno de violar los derechos de los migrantes.

<p>Un manifestante sostiene carteles durante una protesta contra las redadas federales de inmigración, mientras miembros de la Guardia Nacional de California se encuentran afuera del edificio federal Edward R. Roybal - REUTERS/MIKE BLAKE </p>
Un manifestante sostiene carteles durante una protesta contra las redadas federales de inmigración, mientras miembros de la Guardia Nacional de California se encuentran afuera del edificio federal Edward R. Roybal - REUTERS/MIKE BLAKE 

La bandera mexicana como símbolo de resistencia 

Durante las manifestaciones, la bandera mexicana emergió como un símbolo prominente, ondeando junto a las de otros países latinoamericanos y de Estados Unidos. Para muchos manifestantes, especialmente los jóvenes mexicoamericanos, esta bandera representa su orgullo cultural, su historia y su resistencia contra las políticas antimigrantes de la Administración Trump.

Sin embargo, la Casa Blanca condenó su presencia y acusó a los manifestantes de mostrar una “invasión extranjera”. El asesor presidencial Stephen Miller y otros funcionarios la consideraron una señal de que Los Ángeles era un "territorio ocupado". Mientras tanto, algunos comentaristas liberales advirtieron sobre el impacto negativo que podría tener la bandera mexicana en el movimiento, sugiriendo que podría desviar la atención de las políticas migratorias hacia la lealtad extranjera.

A pesar de estas críticas, la bandera mexicana sigue siendo un emblema de lucha y solidaridad en Los Ángeles, donde más de 3.4 millones de personas de origen mexicano residen. Esta situación refleja el complejo vínculo entre identidad cultural y la política migratoria, especialmente en una ciudad con profundas raíces mexicanas.

“Esta es nuestra ciudad y esto era México. No puedes echarnos de la tierra que alguna vez fue nuestra”, exclamó una manifestante durante las protestas, dirigiéndose al presidente Donald Trump. 

<p>Manifestantes se reúnen mientras miembros de la Guardia Nacional de California se encuentran frente al Edificio Federal Edward R. Roybal, tras su despliegue por el presidente estadounidense Donald Trump, en respuesta a las protestas contra las redadas migratorias, en Los Ángeles, California, EE. UU., el 9 de junio de 2025 - REUTERS/DAVID SWANSON </p>
Manifestantes se reúnen mientras miembros de la Guardia Nacional de California se encuentran frente al Edificio Federal Edward R. Roybal, tras su despliegue por el presidente estadounidense Donald Trump, en respuesta a las protestas contra las redadas migratorias, en Los Ángeles, California, EE. UU., el 9 de junio de 2025 - REUTERS/DAVID SWANSON 

La postura de México frente a las redadas migratorias 

La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, reaccionó ante la polémica generada por el uso de la bandera mexicana en las protestas contra las redadas migratorias. Sheinbaum calificó la imagen de la bandera sobre una patrulla incendiada como una “provocación” y pidió una investigación al respecto. No obstante, aclaró que los mexicanos siempre se han manifestado de manera pacífica, y rechazó las acusaciones de alentar la violencia.

A pesar de la controversia, Sheinbaum reafirmó el derecho de México a defender a sus compatriotas en el extranjero. Destacó que el Gobierno mexicano, a través de su red consular, ya está en contacto con los detenidos para brindarles apoyo y asesoría sobre sus derechos, y reiteró que su enfoque hacia el fenómeno migratorio se basa en el diálogo y la reforma migratoria integral, no en la violencia ni en las redadas.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum - REUTERS/ RAQUEL CUNHA
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum - REUTERS/ RAQUEL CUNHA

Un símbolo histórico de lucha

El uso de la bandera mexicana como símbolo de resistencia no es algo nuevo. A lo largo de la historia, ha representado la lucha por la justicia social y la unidad del pueblo mexicano en momentos clave. Durante la guerra mexicana-americana (1846-1848), la bandera fue un símbolo de resistencia contra la invasión estadounidense. Los soldados mexicanos, incluidos los cadetes de la Academia Militar de Chapultepec, lucharon heroicamente para defender su tierra, y dejaron una huella imborrable en la memoria colectiva del país.

Más tarde, a principios del siglo XX, la bandera mexicana se convirtió en un estandarte de la Revolución Mexicana. Líderes como Francisco Madero, Emiliano Zapata y Pancho Villa lucharon por la justicia social, y la bandera simbolizó la lucha por los derechos de los trabajadores y la redistribución de la tierra.

“Los migrantes no son criminales”

Por otro lado, la presidenta mexicana manifestó su firme rechazo a la criminalización de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, especialmente tras las recientes redadas en Los Ángeles que acabaron con la detención de 35 mexicanos. En su intervención, Sheinbaum enfatizó que los migrantes no son criminales, sino personas que emigraron por necesidad y que contribuyen significativamente a la economía estadounidense. Aseguró que en su próxima reunión con el presidente Donald Trump, en la Cumbre del G7 en Canadá, le expresará que los migrantes son parte esencial de la sociedad estadounidense y que deben ser tratados con dignidad. Además, destacó que el trato a los migrantes no debe basarse en redadas ni violencia, sino en un enfoque de diálogo y una reforma migratoria integral. "No estamos de acuerdo con esta forma de atender el fenómeno migratorio, no es con redadas ni con violencia", aseguró la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum. 

El “motor migrante” de Estados Unidos 

Indiscutiblemente la inmigración ha sido durante mucho tiempo una piedra angular de la sociedad estadounidense y de su desarrollo económico. Estados Unidos, conocido a menudo como una "nación de inmigrantes", ha dependido siempre de la afluencia de diferentes poblaciones para impulsar su crecimiento, innovación y riqueza cultural.

A lo largo de su historia, Estados Unidos ha sido un país forjado por inmigrantes que, desde los asentamientos coloniales del siglo XVII hasta la actualidad, han transformado profundamente su estructura económica y social. Los primeros europeos, principalmente ingleses, llegaron en busca de libertad religiosa y oportunidades, mientras que el comercio esclavista trajo forzosamente a miles de africanos cuya labor fue clave para el desarrollo de las colonias. Con la independencia, las oleadas migratorias desde Europa se intensificaron, aportando mano de obra esencial para la industrialización. A partir del siglo XX, políticas como la Ley de Inmigración de 1924 intentaron restringir el flujo migratorio, pero la reforma de 1965 abrió las puertas a una inmigración más diversa, enriqueciendo la cultura y el mercado laboral. En las últimas décadas, a pesar de los debates sobre seguridad fronteriza y migración irregular, los datos muestran que los inmigrantes han sido fundamentales para el crecimiento económico del país. Ocupan puestos clave en sectores como la agricultura, la construcción o la tecnología, fundan empresas innovadoras (como Pfizer o Colgate), y han impulsado tanto el empleo como la competitividad global de Estados Unidos. En palabras del propio FMI, “la fuerza laboral migrante es una ventaja comparativa que sostiene el dinamismo del país”. Desde su fundación hasta la economía del siglo XXI, la inmigración ha sido, y sigue siendo, uno de los motores más poderosos del progreso estadounidense.