Habrá nuevas elecciones en Israel

Raúl Redondo

Pie de foto: El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en el plenario de la Knéset, el Parlamento de Israel, en Jerusalén el 30 de mayo de 2019. REUTERS/RONEN ZVULUN

Israel celebrará nuevas elecciones el 17 de septiembredespués de que el primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, no haya podido formar Gobierno tras su última victoria electoral en los comicios celebrados el pasado 9 de abril,en los que superó a su principal rival, Benny Gantz, líder del partido de centro derecha Azul y Blanco.

Netanyahu fue agotando el plazo que tenía para llegar a un acuerdo postelectoral con el resto de las formaciones de su arco ideológico,la derecha, sin que finalmente pudiese alcanzar un entendimiento con el resto de los partidos de ese arco. El principal impedimento tuvo que ver con la ley de reclutamiento al servicio militar obligatorio para los judíos ultraortodoxos, medida que había solicitada como requisito indispensable por parte de Avigdor Lieberman, exministro de Defensa y dirigente de Israel Nuestra Casa, uno de los grupos que tenía la llave para establecer Ejecutivo gracias a sus cinco parlamentarios. 

Entre los otros partidos que eran susceptibles de pactar con el primer ministro estaban precisamente los de carácter más religioso, como Shas y Judaísmo Unido de la Torá,y estos se posicionaron en contra de que se aprobase esa normativa para llevar al servicio militar a aquellos judíos que desarrollan más en profundidad su faceta religiosa. En este caso faltó el apoyo de estos ultraortodoxos, cuyos 16 diputados hacían falta para sumar junto a los 35 que tenía el Likud, partido de Netanyahu, los cinco de la extremista Unión de Partidos de Derechas, los cuatro del centrista Kulanu y los cinco de Lieberman, de cara a llegar a los 61 escaños requeridos para tener la mayoría necesaria. 

En las últimas horas, el primer ministro había avanzado la ley para disolver el Parlamento(Knéset) y hacer el llamamiento electoral. Una iniciativa que había sido vista como una medida para meter presión al resto de partidos de cara a recabar los apoyos necesarios. Además, Netanyahu también quería que se implementase esa ley antes de que se agotase del todo el plazo para formar Gobierno, que espiraba a medianoche del miércoles, algo que, si sucedía, le daba la potestad al presidente de Israel, Reuven Rivlin, de encargar la formación de Ejecutivo a otro candidatode la oposición, como Benny Gantz, o incluso de dentro del propio Likud, como el caso de Gideon Saar, uno de los enemigos más duros dentro de la propia formación. Netanyahu quería evitar a toda costa este extremo para no dar la posibilidad de que otro rival pudiese alcanzar algún tipo de acuerdo de Gobierno a través de la opción que podía otorgar el jefe de Estado hebreo. 

“Hice todo lo que pude para evitar estas elecciones innecesarias”, afirmó Netanyahu tras la votación para la disolución de la Knéset, que arrojó un resultado de 74 votos a favor y 45 en contra. El primer ministro israelí descargó todas las responsabilidades por la inconclusa iniciativa gubernamental sobre Lieberman al indicar que el exministro de Defensa nunca quiso llegar a un acuerdo y que quería “derrumbar el Gobierno”, tachando incluso al líder de Israel Nuestra Casa de “izquierdista”.

Pie de foto: El exministro de Defensa de Israel, Avigdor Lieberman, durante la reunión de su facción del partido Yisrael Beitenu en la Knéset, el Parlamento de Israel, en Jerusalén, el 27 de mayo de 2019. REUTERS/RONEN ZVLUN

Por su parte, el propio Lieberman defendió su postura y centró las críticas en el otro bando. “Ellos (el Likud) y los ultraortodoxos son los responsables de que haya nuevas elecciones.Además, acusó a Netanyahu de haberse “rendido completamente a los pies de los ultraortodoxos”.

Habrá que esperar hasta el 17 de septiembre para averiguar en nuevo Gobierno hebrero, tras este fallido intento de formar Ejecutivo que ha llevado a la nueva convocatoria electoral, algo que no había sucedido nunca en Israel. A esto se suma el asunto de las cuentas pendientes que tiene Netanyahu con la justicia israelí, relacionadas con la acusación por fraude y soborno en tres casos investigados por los cuerpos policiales anticorrupción. El dirigente conservador afrontará la fase de audiencia de este caso en octubre, tras la iniciativa tomada por el fiscal general hebreo Avichai Mandelblit.

Esta indefinición en el Estado de Israel también afecta al proceso diplomático de diálogo de cara a alcanzar la estabilidad en la región de Oriente Medio,ya que Israel es un país de suma importancia en la región y hasta dentro de cuatro meses no habrá un interlocutor con plenos poderes para poder acometer esas conversaciones, de las cuales participa EEUU, principal aliado de Israel para la cuestión de Oriente Medio. El presidente norteamericano, Donald Trump, había enviado a Jared Kushner, su yerno, y Jason Greenblatt para tratar este tema con los dirigentes israelíes antes de la celebración del foro económico programado para los días 25 y 26 de junio en Bahréin, y ahora se tendrá que dialogar y negociar con un responsable en funciones hasta que se constituya un nuevo Gobierno en Israel.