La Iniciativa Atlántica de África anunciada por Mohamed VI, así como los lazos económicos, han hecho que la influencia marroquí aumente, debilitando la expansión iraní del mismo modo que debilitó antes la argelina

Marruecos frena la expansión de Irán en África

Nasser Bourita, ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, durante su discurso en Addis Abeba, Eriopía, en la 37ª Cumbre de la Unión Africana - PHOTO/X/@MarocDiplmoatie

Desde hace tiempo, Irán está tratando de expandir su influencia en África, consolidando su presencia en el continente a través de la difusión del chiísmo y de proyectos comerciales y económicos. No obstante, los esfuerzos y ambiciones de Teherán chocan con la presencia histórica, cultural, religiosa y comercial de Marruecos en África.

  1. La Iniciativa Atlántica de África consolida la influencia marroquí
  2. La estrategia iraní en África 
  3. Turquía y Rusia, otros actores clave en África

Por este motivo, el Reino es el principal país regional que puede enfrentarse a la influencia de Irán y frenar su expansión. Rabat es considerado un referente espiritual para los distintos movimientos sufíes en el continente, donde sus imanes ya están presentes. Asimismo, Marruecos es un lugar de encuentro habitual para diversos líderes políticos, religiosos y tribales de toda la región del Sahel.

Por ejemplo, el Foro Internacional de los miembros de las órdenes sufíes se organiza anualmente en el Reino con la participación de 50 países bajo el patrocinio del rey marroquí Mohamed VI. El evento se desarrolla en uno de los principales santuarios sufíes -Sidi Shekar- cerca de la ciudad de Marrakech.

Varias zawiyas sufíes en África están vinculadas a centros sufíes en Marruecos. Por ejemplo, la zawiya Tijaniya en Senegal celebra encuentros religiosos al estilo marroquí y conmemora la muerte de los reyes marroquíes, lo que indica la estrecha conexión entre estas zawiyas en África y Marruecos. 

La Iniciativa Atlántica de África consolida la influencia marroquí

Varios analistas opinan que la expansión de la cultura sufí dificultará que la predicación del chiísmo como movimiento político, que es lo que pretende Irán en África. Mohammed Al-Tayyar, investigador marroquí en seguridad y estudios estratégicos, señala a Al-Arab que “Irán intentó expandir su influencia sectaria en los países de África occidental y en los países del Sahel y del norte de África, pero chocó con las raíces sufíes de Marruecos. “La antigua autoridad religiosa marroquí constituye un obstáculo para la expansión del chiísmo iraní”, añade. 

Al-Tayyar considera que, a nivel ideológico, “Irán no puede seguir el ritmo de Marruecos, nación que ha renovado sus relaciones con las órdenes sufíes en África y se dedica a formar imanes y guías africanos en institutos religiosos nacionales a través de la Fundación Mohamed VI para Académicos Africanos”. 

Mohamed VI - PHOTO/ARCHIVO 

Por otro lado, la Iniciativa Atlántica de África anunciada por el monarca marroquí, así como la red de relaciones económicas con muchos países han hecho que la influencia marroquí aumente, tanto a nivel económico como político, lo que debilita el poder iraní del mismo modo que debilitó antes el dominio argelino.

Marruecos anunció el pasado mes de septiembre que estaba dispuesto a desarrollar “infraestructuras portuarias y ferroviarias” a disposición de Malí, Burkina Faso, Níger y Chad, países del Sahel sin costa. Además, los tres primeros países anunciaron su retirada de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) a finales del pasado enero tras golpes de Estado. 

La estrategia iraní en África 

Por su parte, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, visitó en julio Kenia, Uganda y Zimbabwe, países con los que aseguró alcanzar acuerdos en materia energética, aunque no anunció proyectos claros. En caso de que estos pactos se hayan firmado es difícil que se implementen debido a las sanciones de Estados Unidos. 

Esto pone de manifiesto como Irán trata de entrar en África, beneficiándose de las redes que ha logrado crear en algunos países africanos importantes como Nigeria, así como de las redes establecidas por su aliado Hezbolá dentro de la comunidad libanesa en África.

El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, recibe al presidente iraní, Ebrahim Raisi, en el Palacio El Mouradia, en Argel, Argelia, el 3 de marzo de 2024 - Presidencia argelina/Handout via REUTERS 

Teherán busca construir asociaciones económicas, aunque sean limitadas, para comenzar a consolidar su presencia en el continente. Tras esta cooperación económica, Teherán podría seguir expandiéndose creando milicias, entrenándolas y suministrándoles armas, al igual que ha hecho en Oriente Medio con Hezbolá, Hamás, los hutíes de Yemen o las milicias pro iraníes en Irak y Siria.

Además de la cooperación económica, el pasado mes de octubre Teherán firmó una serie de acuerdos de asociación con Burkina Faso en materia de energía, planificación urbana, educación superior y construcción

Igualmente, Teherán -que también produce drones de combate- anunció a finales de enero pasado la creación de dos universidades en Mali, además de la firma de una serie de acuerdos de cooperación.

Turquía y Rusia, otros actores clave en África

Todos los pasos que da Irán en África están basados en una política que se caracteriza por un lenguaje revolucionario y una lógica antiimperialista del tercer mundo. No obstante, muchos de los acuerdos que firman no tienen éxito y su influencia choca, en el caso de África occidental o central, con Turquía, otra nación que ha redoblado su presencia en el continente.

Ankara ha administrado aviones de combate y helicópteros a países como Mali o Burkina Faso con fin de luchar contra los grupos yihadistas, posicionándose como una alterativa a Europa y a Rusia, otro país que se expande en la región aprovechando la retirada francesa