La situación en Afganistán se recrudece día a día a medida que los talibanes avanzan por el país. Los brutales enfrentamientos entre el Ejército afgano y los insurgentes han provocado el desplazamiento de miles de personas, y muchos países ya auguran una nueva ola de refugiados como consecuencia del conflicto abierto que asola al país centroasiático.
Turquía ya ha alertado de que el conflicto afgano puede provocar una nueva crisis de refugiados similar a la vivida en 2014 a raíz de la guerra civil siria que puso en jaque a muchos Gobiernos europeos y demostró la fragilidad del sistema migratorio y de asilo de la Unión Europea. Los malos recuerdos de esa crisis de refugiados que impulsó el auge de la extrema derecha en el Viejo Continente podrían repetirse, pero en esta ocasión teniendo como protagonista a la población afgana.

Los afganos ya suponen la segunda población de refugiados más grande dentro del país euroasiático. Según indican expertos y observadores, las cifras oficiales apenas reflejan la gravedad real de la situación sobre el terreno. La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados, ACNUR, calculó el número de solicitantes de asilo afganos que Turquía alberga en 125.104 en un informe de 2020. El país euroasiático experimenta una fuerte crisis económica exacerbada por la pandemia de la COVID-19, por lo que un nuevo flujo masivo de refugiados podría ser crítico para su estabilidad.
La problemática de los refugiados afganos en Turquía se ha acrecentado tras unas declaraciones del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en las que anunciaba un mecanismo para reasentar a refugiados afganos a través de terceros países, entre ellos Turquía. Ankara ha calificado la decisión de “irresponsable” y ha destacado que el territorio turco no puede convertirse nuevamente en un país de paso en una "crisis de refugiados".

Estados Unidos ha iniciado un programa de reubicación para ciudadanos afganos que trabajaron o colaboraron con Washington durante la ocupación, y que tras la retirada de las tropas norteamericanas pueden ser objetivo de los talibanes. El programa está destinado a todos aquellos afganos que trabajaron con contratistas estadounidenses, organizaciones no gubernamentales u organizaciones de medios de comunicación y que no son elegibles para visas especiales de inmigrantes estadounidenses.
Asimismo, para poder entrar en este programa de reubicación los solicitantes deben salir de Afganistán y esperar en un tercer país donde sus casos serán procesados en 12 a 14 meses. Los países que se han plateado como zonas de tránsito serían principalmente Turquía y Pakistán. Ankara no ha recibido la noticia de buen grado, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores turco han señalado que "esto causará una gran crisis de refugiados en la región y aumentará la miseria de los afganos en las rutas migratorias".

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía, Tanju Bilgic, ha recriminado la decisión del Ejecutivo de Biden y ha resaltado que había sido “tomada sin consulta previa". “Turquía no asumirá las responsabilidades internacionales de terceros países y no tolerará el abuso de nuestras leyes por parte de terceros países para sus propios fines bajo ninguna circunstancia. La nación turca no puede soportar el peso de las crisis de refugiados resultantes de las decisiones tomadas por terceros países”, ha subrayado Bilgic.
Turquía está experimentando una fuerte polarización en cuanto a la acogida de refugiados. Una nueva ola similar a la de 2014 podría desestabilizar el país tanto social como económicamente. Asimismo, este anuncio se produce en un momento en el que Washington y Ankara siguen en conversaciones sobre el papel potencial de las fuerzas turcas en la protección y operación del aeropuerto internacional de Kabul tras la retirada de las fuerzas lideradas por Estados Unidos.