Boko Haram, una secta de terroristas iluminados que mata y secuestra

Por Paco Soto
Nigeria tiene 170 millones de habitantes y es el país más poblado de África, y las autoridades llevan a cabo una lucha sin cuartel contra los terroristas de Boko Haram en los Estados del noreste nigeriano de Borno, Yobe y Adamawa. Miles de militares combaten a este grupo armado formado por iluminados que matan y secuestran a inocentes. Musulmanes y cristianos son las víctimas de los radicales.  Nigeria gasta el 23% de su presupuesto en la guerra contra Boko Haram, que ha dado un nuevo paso en su estrategia criminal y cruel al secuestrar  a más de 200 niñas para venderlas como esclavas y asesinar a centenares de personas en el pueblo de Gamboru Ngala, cerca de la frontera con Camerún. “Yo soy el que las secuestró, os hemos quitado a vuestras hijas” y serán “vendidas como esclavas” u “obligadas a casarse por la fuerza”, manifestó Abubakar Shekau, el actual jefe del grupo terrorista, a través de un vídeo. Las últimas barbaridades cometidas por esta secta de yihadistas enloquecidos que practican el terrorismo y la delincuencia, han dejado fuera de juego al presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, que cuenta con el apoyo explícito de Estados Unidos, Francia y Reino Unido. Boko Haram, que surgió en 2002,  defiende la aplicación estricta de la Sharia (ley islámica) y el establecimiento del califato musulmán (república islámica) en Nigeria. El nombre del grupo yihadista, que en su origen atrajo a jóvenes sin trabajo ni futuro del norte del país, significa en lengua española ‘La educación occidental es pecado’. 
 
Su fundador es el difunto Mohamed Yusuf, un yihadista que rechazaba el Estado laico y defendía la aplicación por la fuerza de un islam rigorista. Yusuf aseguraba que los graves problemas sociales y económicos que sufre Nigeria son consecuencia directa de los valores occidentales que introdujo el colonialismo británico en el país africano. Mohamed Yusuf empezó a reclutar seguidores de su islam ultraconservador en los años noventa del siglo pasado, cuando era un predicador en la mezquita de Maiduguri -la capital del Estado de Borno-. En la actualidad, Boko Haram capta a muchos jóvenes estudiantes coránicos cuyas familias son muy pobres y no pueden costear la educación de sus hijos. En el año 2009, estallaron graves enfrentamientos entre Boko Haram y las fuerzas de seguridad en Maiduguri. 700 personas murieron y Mohamed Yusuf fue detenido y ejecutado. El grupo yihadista pasó entonces a la clandestinidad y muchos de sus jefes huyeron a otros países. Boko Haram se radicalizó y defendió abiertamente el terrorismo al considerar que la protesta pacífica era ineficaz. El movimiento islamista se fijó el objetivo de sembrar el pánico en la población para desestabilizar el Estado y tomar el poder en un país que es una gran potencia petrolera. Abubakar Shekau fue la mano derecha de Mohamed Yusuf y es un yihadista aún más radical y bárbaro que el fundador de Boko Haram. 
 
Los ataques terroristas del grupo han causado miles de muertes en colegios, mezquitas, iglesias e instituciones del Estado, sobre todo en el noreste de Nigeria. El atentado contra la sede de la ONU en Abuya –la capital del país-, en 2011, causó la muerte de 23 personas. Estados Unidos considera a Shekau “un terrorista global” que amenaza los intereses  estadounidenses y occidentales en Nigeria. El jefe de Boko Haram da poca importancia al discurso político y religioso y centra toda su actividad en el terrorismo. Los expertos consideran que los terroristas del grupo nigeriano fueron entrenados por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) –la franquicia magrebí de Al Qaeda- en el norte de Malí entre 2012 y 2013. El grupo se financia gracias a los atracos a bancos y otras actividades delictivas y al apoyo de algunas mezquitas en manos de partidarios del yihadismo.