El desierto del Sáhara se inunda por primera vez en 50 años

Un campo inundado en la región marroquí de Zagora el 7 de septiembre de 2024 - AFP/ SMAIL AIT HMAD
Las tormentas han dejado imágenes impactantes del agua brotando en las arenas en medio de flora desértica
  1. Una señal devastadora de lo que vendrá
  2. El futuro de la región depende del impacto del cambio climático
  3. Las tormentas perderán su categoría de anomalías climáticas

El desierto del Sáhara, con sus 9,4 millones de kilómetros cuadrados, es el desierto cálido más grande del mundo. Se extiende por una amplia franja que atraviesa el norte, centro y oeste de África. La sequía y el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, causados por el calentamiento global, están afectando a varios países. 

Los científicos advierten que podrían repetirse tormentas inusuales en el futuro. Lluvias excepcionales en el sureste de Marruecos provocaron las primeras inundaciones en el desierto del Sáhara en más de medio siglo, lo que ha dejado atónitos a expertos y meteorólogos de todo el mundo.

Según la agencia meteorológica de Marruecos, en dos días el sureste del país recibió más lluvias de las que caen en todo el año. Tagounite, un pueblo al sur de Rabat, experimentó una cantidad de precipitaciones sin precedentes para esta época del año. Más de 100mm cayeron en 24 horas, una situación insólita en décadas. 

Tal y como afirmó Houssine Youabeb, trabajador de la agencia, hace décadas que no se registraban tales precipitaciones en un periodo de tiempo tan corto. Uno de los ejemplos más sorprendentes es el “renacimiento” del lago Iriqui, el cual había estado seco por 50 años. 

Una señal devastadora de lo que vendrá 

En Chad las tormentas han dejado más de 1,5 millones de personas desplazadas y más de 340 muertes solo durante los meses de verano. En Nigeria, los desplazados se cuentan en cientos de miles y los fallecidos ascienden a 220. En Sudán se han destruido más de 132.000 viviendas dejando a más de 3 millones de personas sin hogar y más de 130 personas han perdido la vida a causa de las inundaciones.  

Las inundaciones en Derna, Libia, en septiembre de 2023 dejaron más de 11.300 personas fallecidas, siendo catalogada como la peor inundación en África en cien años, según Yale Climate Connections. La tormenta Daniel impactó la costa este de Libia y causó graves inundaciones, consideradas como las peores en África en un siglo. 

Essam Heggy, científico del Centro AWARE de la USC, señaló que la erosión, los sedimentos y las represas deterioradas fueron causas del colapso de la infraestructura hidráulica en Derna, empeorando los daños de las intensas lluvias. 

Los autores del estudio destacaron la preocupante fragilidad de las zonas áridas ante el aumento de eventos climáticos extremos debido al cambio climático. Durante los últimos diez años, el desierto del Sáhara ha sufrido un aumento de condiciones áridas y fuertes tormentas costeras. 

El futuro de la región depende del impacto del cambio climático 

El cambio climático está transformando los paisajes áridos en zonas verdes y también está afectando la temporada de huracanes en el Atlántico, lo que ha tenido repercusiones significativas en varios países africanos en los últimos meses. Los países que necesitan más lluvias están recibiendo menos, ya que las tormentas se están moviendo hacia el norte. 

Estos fenómenos se explican por la ampliación de las zonas comprendidas entre los trópicos de Capricornio y Cáncer. El ensanchamiento de esta región del planeta que comprende más de un 30 % de la superficie, está provocando el desplazamiento de las tormentas al norte, por el trópico de Cáncer y al sur por el de Capricornio. Esto abre la posibilidad de que aumente la frecuencia de este tipo de, por el momento, anomalías climáticas. 

Las tormentas extra tropicales, conocidas como este tipo de fenómenos, cambiaron el aspecto del Sáhara en poco tiempo, y podrían alterar el clima de la zona en los próximos meses o años. Debido al incremento de las temperaturas, el ciclo del agua se ha vuelto más rápido. 

Las inundaciones en el Sáhara han transformado el paisaje y mostrado los impactos del cambio climático en una zona generalmente árida. Los expertos creen que eventos extremos como este podrían ocurrir con más frecuencia en el futuro debido al aumento de las temperaturas a nivel mundial, lo que provoca más humedad en el aire y facilita la formación de tormentas en lugares donde antes era poco común. 

Entre los principales perjudicados de esta serie de cambios está la región de América Central. El aumento de la vegetación en una región tan calurosa como el Sáhara afectará al océano Atlántico aumentando la nubosidad y cambios de temperatura que generarán vientos y tormentas con un potencial nunca visto. Huracanes y tormentas como Kirk en el oeste de Europa o Milton en Florida serán cada vez más frecuentes y poderosas. 

Las tormentas perderán su categoría de anomalías climáticas 

La desertificación ha provocado más sequías, y las tormentas han aumentado en el Mediterráneo oriental debido al calentamiento del agua del mar.  Heggy mencionó que es importante utilizar satélites avanzados para monitorear las cuencas hidrográficas áridas y así reducir los riesgos en zonas como el Sáhara, la Península Arábiga y otros desiertos. 

En muchos países, la sequía es un problema recurrente debido al incremento de fenómenos climáticos extremos por el calentamiento global. Los científicos creen que es probable que se produzcan más tormentas como la del mes pasado en el Sáhara en el futuro. 

La secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial, Celeste Saulo, informó a los periodistas el lunes que los ciclos del agua en todo el mundo están cambiando con mayor frecuencia. Debido al calor, el ciclo del agua se ha acelerado. Dijo que el clima se ha vuelto más impredecible y nos enfrentamos a problemas de exceso o escasez de agua cada vez mayores. 

Estos cambios en el clima pueden tener consecuencias positivas o negativas. Las lluvias podrían recargar los acuíferos subterráneos, esenciales para las comunidades del desierto, y garantizar una fuente de agua más estable. 

Otra preocupación es que los eventos extremos causen más problemas que soluciones, ya que las inundaciones repentinas pueden provocar pérdidas de cultivos y viviendas en áreas con poca infraestructura para manejar grandes cantidades de agua, como ya ha sucedido en varias zonas afectadas.