Marruecos destina 40 millones de dírhams en ayudas tras las inundaciones
El ministro de Agricultura, Pesca Marítima, Desarrollo Rural y Agua y Bosques de Marruecos, Mohamed Sadiki, visitó las zonas afectadas durante la tarde del martes junto a los propietarios de algunas de las fincas más afectadas por las inundaciones que dejaron 18 fallecidos, entre ellos una española que falleció en un accidente de tráfico como consecuencia de las lluvias torrenciales, y una decena de desaparecidos.
En la provincia de Ouarzazate, la más golpeada por las tormentas del pasado fin de semana, fue donde se concentró la delegación encabezada por Sadiki junto al gobernador de la provincia de Ouarzazate, el presidente de la región de Drâa-Tafilalet, el presidente de la Cámara Regional de Agricultura y numerosa delegación de funcionarios del Ministerio.
A raíz de la visita, el equipo de Sadiki elaboró un plan de ayudas con una cantidad inicial de 40 millones de dírhams. El objeto de las ayudas será rehabilitar las infraestructuras, reactivar las actividades agrícolas y apoyar a la población afectada.
Este paquete se enmarca en la estrategia Generación Verde, el nuevo plan del Departamento de Agricultura para la campaña 2024-2025 donde se incluirá por primera vez el uso de inteligencia artificial en los cultivos, nuevos fertilizantes y semillas, una mejor gestión del agua y más financiación.
Las inundaciones dañaron cultivos, fuentes de agua e infraestructura agrícola en granjas ubicadas en las afueras del wadis en las provincias de Ouarzazate, Tinghir, Errachidia, Midelt y Zagora. Si bien las consecuencias todavía no están del todo valoradas, el Ejecutivo afirmó que las ayudas se irán actualizando conforme se evalúen los daños con mayor precisión.
La expedición se centró en Oum Rman, en el municipio territorial de Ghessate, lugar donde se notaron más los daños, sobre todo, en canales de riego, muros de protección, sifones, árboles frutales, destacando olivos, higueras, palmeras datileras y todo tipo de cultivos anuales. Las pérdidas, según contaron personas afectadas, son de un 90%.
Como resultado, las inundaciones provocaron daños en árboles frutales (palmeras datileras, manzanos, olivos, higueras, etc.), así como en cultivos de maíz, hortícolas y forrajeros. Los daños a la infraestructura hídrica y agrícola en toda la región incluyeron la destrucción de 29,7 kilómetros de canales de riego, 6 kilómetros de caminos rurales, equipos hidromecánicos, equipos de energía solar y estaciones de bombeo.
Las presas de Marruecos, las únicas beneficiadas de las inundaciones
A pesar de la catástrofe, las inundaciones aportaron más de 263 millones de metros cúbicos a las reservas de las presas, según indicó el Ministerio de Equipamiento y Agua. La cantidad de agua caída entre el viernes y el domingo fue la suficiente como para abastecer a ciudad de Casablanca durante varios días.
Más allá de los daños, la situación de las presas de Mansour Eddahbi, Moulay Ali Chif, Agdez, Kaddoussa y Hassan Addakhil mejoró considerablemente, lo que demuestra la gran importancia e impacto del plan hidrográfico de Marruecos.
Las presas, lejos de servir de almacenamiento de agua, protegen los ecosistemas en momentos en los que la climatología es adversa. Las reservas de agua acumuladas en las presas de la región y alrededores mitigaron las consecuencias de un desastre catastrófico.
Tras la severa sequía que pronosticaba un nivel de llenado menor que el de 2023 (26,7%), las lluvias torrenciales del pasado fin de semana han dejado las cuencas de 6 de las 10 presas del país en un 27,9%, superando en más de 3 puntos las expectativas, según fuentes del Ministerio del Equipamiento y Agua.
En concreto, las cuencas más beneficiadas fueron las de Draa Oued Noun y, en particular, la presa de Mansour Eddahbi, cerca de Ouarzazate. Estas presas recibieron más de 63 millones de metros cúbicos de agua, el 23% del total de agua caída durante las tormentas, aumentando los niveles de llenado en un 69% más respecto del pasado año.
Seguidamente, se encuentran las presas de la cuenca de Guir-Ziz-Rheris, en la región de Errachidia. Con más de 60 millones de metros cúbicos de agua, la cuenca aumentó su capacidad de llenado en más de un 50% respecto del año anterior.
La lista la completan la cuenca hidráulica de Oum Er Rbiaa, concretamente, la presa de Bin El Ouidane, y las presas de la cuenca hidráulica de Moulouya, al noreste del país con 40 millones de metros cúbicos entre ambas; las cuencas de Souss Massa con 14,7 millones; y la de Sebou con 12 millones.
Pese al aumento de los niveles de llenado de las presas, Marruecos sigue evidenciando graves problemas de sequía. Se prevé que, hasta que no se alcancen niveles superiores al 35% del llenado, la disyuntiva seguirá presente.
Mientras, las medidas de la Administración continuarán, sobre todo, en materia de ahorro, buen uso del agua e instar a la población a evitar el despilfarro. Si bien estas lluvias han aportado y ayudado, depender de fenómenos excepcionales para solventar el problema no es la solución.