La actividad económica en América Latina y Caribe aumenta pero a ritmo lento

Raúl Redondo
La actividad económica en Latinoamérica y Caribe sigue en auge pero a un ritmo menor de lo esperado, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Se espera que la zona crezca un 2% en 2019 y un 2,5% en 2020, datos bastante menos esperanzadores que en otras regiones.
Las mayores restricciones en cuanto a las condiciones financieras mundiales y el descenso de los precios de las materias primas que provocaron la guerra comercial entre EE.UU. y China ayudaron a que el crecimiento económico latino se desacelerara. Por otro lado, la política monetaria se contrajo en diversas economías con el objetivo de contener la inflación relacionada en parte con la devaluación de la moneda, entorpeciendo aún más el crecimiento.
Así, el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) real se ha mantenido en torno al 3,5% como media mundial desde 2015 y hasta la último dato previsto para 2020 mientras que para América Latina y Caribe se prevé el crecimiento ya referido del 2%, aunque sí mantiene una subida sostenida desde que tocase fondo en 2016, cuando el PIB de Latinoamérica y Caribe cayó en torno a un 0,5%.
Las dudas sobre la implementación de políticas económicas afecta a las previsiones
Tras una serie de procesos electorales en América Latina, aumentó la incertidumbre en la aplicación de políticas económicas en algunas de las mayores economías latinas, lo que afecta a las perspectivas. Así, en México se ha producido la interrupción del proyecto de construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional azteca y una cierta tardanza en algunas reformas de los sectores de la energía y la educación que provocaron dudas sobre las políticas económicas de la administración mexicana, además de la incertidumbre sobre el nuevo acuerdo comercial con EE.UU. y Canadá.
Mientras, en Brasil, la división del Congreso brasileño podría imponer obstáculos para la ejecución del gran proyecto de reforma estructural, consolidación fiscal y reforma de las pensiones. Para el país carioca se espera que el crecimiento supere el 2% en el período 2019-2020 y, de momento, el programa de reforma favorable a los mercados del nuevo gobierno de Jair Bolsonaro ayudó a impulsar la confianza de las empresas y a alentar las perspectivas de crecimiento a corto plazo, siendo ahora las principales prioridades la reforma de las pensiones y la reducción del déficit presupuestario.
Por otro lado, en Argentina las elecciones generales a celebrar en octubre de 2019 podrían influir en posibles reformas; la economía argentina entró en recesión en 2018, con depreciación del peso argentino y auge de la inflación incluidos, afectando esto a la confianza de los inversores. Aunque la tendencia inflacionista para 2019 es descendente, lo que rebajaría la tasa de interés que, sumada a un aumento del salario real y de las exportaciones, ocasionaría una recuperación económica a partir del segundo trimestre de 2019.
En los casos de otras economías como la chilena, colombiana o peruana, se puede apreciar cierta solidez. Chile se mantendrá a buen nivel en 2019-20 por la firmeza del consumo privado y el dinamismo de la inversión. Por su parte, Colombia ofrece una proyección de crecimiento económico gracias al respaldo de la política monetaria, la implementación de infraestructura 4G y los cambios recientes de política tributaria en materia de inversión. Mientras, para Perú se espera un crecimiento de en torno al 4% con el soporte de la demanda interna privada.
Caso aparte es el de Venezuela, con una agravada crisis económica y humanitaria y estimaciones de caída del PIB real en 2019, lo que acarrearía un descenso acumulado de más del 50% desde 2013, con deterioro de la producción de petróleo y de las condiciones del sector no petrolero también.
Para el Caribe se mantienen las expectativas de repunte económico en 2019-2020 debido a la solidez del turismo proveniente de EE.UU., las labores de reconstrucción tras los huracanes de 2017 en naciones dependientes del turismo y la mayor producción de materias primas en países exportadores de las mismas.
Influencia de Estados Unidos y el dólar
Existen varios riesgos que podrían influir negativamente en las perspectivas de América Latina y el Caribe. Uno de ellos es el aumento de las tensiones comerciales entre China y EE.UU, o la desaceleración en economías prominentes. La región sudamericana y caribeña se vería socavada también por la volatilidad financiera mundial, el incremento de las tasas de interés en Norteamérica y la apreciación del dólar. Así, el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales provocó salidas de capital de América Latina a finales de 2018, situación muy diferente a la que se dio sin ir más lejos en 2017, cuando el tránsito de acciones y bonos y los flujos acumulados en miles de millones de dólares de EE.UU. fue muy superior en países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela.