Argelia, tan cerca, tan lejos

Por Roberto Arias
Foto: El ministro de Asuntos Exteriores de Argelia, Mourad Medelci.
Las relaciones España-Argelia se basan principalmente en las exportaciones de gas natural. Pero ambos países cuentan con un potencial jugoso que podría y debería aprovecharse en el futuro. La colonia argelina en España apenas es una décima parte de la marroquí. La política de visados y las restricciones para invertir, partiendo de un exhaustivo control de las divisas, frenan las relaciones comerciales, la inversión en vivienda o en el turismo. El Gobierno español intenta tender puentes para que nuestras empresas desembarquen en Argelia, pero apenas se pone el foco en la otra orilla. En el país magrebí hay una floreciente clase alta que hasta ahora no hemos sabido captar. La punta del iceberg asoma en la Comunidad Valenciana.
La comunidad argelina en España
Las cifras más recientes, según datos del INE de comienzos de este año, indican que 63.396 argelinos están empadronados en nuestro país. De ellos 61.196 tienen tarjeta de residencia y 297 un permiso de estancia por estudios. El resto tienen padrón por país de nacimiento, por ejemplo un francés nacido en Argelia o un argelino casado con un cónyuge de la Unión Europea. Las concesiones de nacionalidad por residencia fueron 544 en 2011 -último año con datos registrados-, y ascienden a unos pocos miles desde 2002. Son cifras que están creciendo muy lentamente en los últimos años pero que se encuentran muy lejos del nicho de población marroquí residente en España, en torno a 800.000. La mayoría de argelinos que llegan a España viven principalmente en dos comunidades: Comunidad Valenciana, un tercio de los empadronados, y Cataluña. Sorprende la escasa presencia en la capital madrileña, al contrario de lo que sucede con sus vecinos del Magreb. La concesión de visados en oficinas consulares fue de 62.000 en la última década. Según la fundación Ceimigra "la inmigración argelina se está acentuando en la última década tanto de forma regular como irregular". Y las cifras son especialmente significativas desde 2010, con aumentos que rondan el 30% anual.
El problema de los visados
Para obtener el visado de estancia se exige a los argelinos presentar la siguiente documentación ante el consulado español: modelo oficial de solicitud; pasaporte que tenga una vigencia por todo el tiempo que dure su estancia en España; justificación del objeto del viaje y las condiciones de estancia; justificar que disponen de medios de vida suficientes para el tiempo de la estancia, unos 57 euros por persona y por día (el 10% del salario mínimo interprofesional); un seguro que cubra los gastos médicos y la repatriación asociados a un accidente o a una enfermedad repentina; justificar que disponen de alojamiento en España durante la estancia; garantías de retorno, como un billete de ida y vuelta con una fecha de regreso que no sobrepase el período de estancia; y la autorización de los padres en el caso de menores de edad. Así las cosas, el Gobierno de Argelia ha pedido en varias ocasiones a España que dé más facilidades en la concesión de visados al considerar que sus ciudadanos aún encuentran muchas dificultades para lograr la documentación necesaria para viajar al país y a la Unión Europea. El ministro de Asuntos Exteriores argelino, Mourad Medelci, asegura que muchos ciudadanos argelinos, "jóvenes y no tan jóvenes", tienen que esperar "muchos meses" para poder visitar a sus familiares en España o viajar por otros motivos. Aunque, reconoce que en los últimos años se ha trabajado para que los visados "se obtengan más fácilmente", pero admite que aún sigue habiendo muchos obstáculos. Según Medelci, España es un país "amigo, agradable", al que "cada vez más, los argelinos quieren venir. Esto no puede ser más que favorable para el desarrollo económico". El problema de los visados es uno de los más importantes para el Gobierno argelino, hasta el punto de que ha condicionado en varias ocasiones la conclusión del acuerdo energético que Argelia negocia con la Unión Europea a que se facilite la circulación de personas entre el país magrebí y los países europeos del llamado espacio Schengen. "España conoce bien nuestros problemas y es la parte idónea para que se entienda en la Unión Europea nuestro mensaje", señala Medelci.
Facilidades para los inversores
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció al principio del año que el Gobierno facilitará y agilizará la concesión del permiso de residencia a aquellos extranjeros que lleven a cabo adquisiciones inmobiliarias por encima de 500.000 euros. Será un permiso de residencia de dos años, pero no de trabajo. También prevé la residencia para los extranjeros que inviertan en proyectos empresariales que creen puestos de trabajo o que tengan un impacto relevante desde el punto de vista socioeconómico o de la innovación científica y tecnológica. Además, se dará el permiso de residencia a los extranjeros que realicen una inversión significativa o un proyecto empresarial de interés general. Sáenz de Santamaría aseguró que se trata de beneficiar a personas que vienen a contribuir a la riqueza del país.
La vivienda, clave
La bajada de los precios en la vivienda española se está convirtiendo en toda una oportunidad para compradores extranjeros que quieren adquirir un piso o una casa en territorio español. En Alicante, este hecho se ha multiplicado durante el último trimestre del año pasado donde se detectó un nuevo tipo de comprador. Se trataba de ciudadanos argelinos que se dedicaban a adquirir viviendas, especialmente las de ocasión y más económicas. Un experto que asesora a empresas y particulares argelinos que invierten en España, y que ha preferido no desvelar su identidad, pone de manifiesto un grave problema. “El control de cambios es muy feroz en Argelia. En teoría se pueden hacer muchas cosas, pero luego tienes que justificar cómo lo has conseguido y con qué dinero, hay miedo a no poder justificar” asegura. Según fuentes del Consejo General del Notariado, en 2012 Argelia fue el noveno país que más operaciones de compraventa realizó en España, unas 1.367 compras. Antes de la crisis, los extranjeros residentes compraban hasta tres veces más viviendas que los no residentes. Pero en 2011 y 2012 ese gap se ha reducido hasta prácticamente igualarse (31.000 frente a 30.000 en 2011 y 40.000 frente a 36.000 en 2012). CaixaBank (La Caixa), a través de sus servicios inmobiliarios Servihabitat, participó en la feria internacional de construcción argelina Batimatec, organizada en el mes de mayo, para hacer una prospección sobre la demanda de inmuebles en España. El director del canal internacional de Servihabitat en la capital argelina, Andrés Fernández Martínez, ratificó el gran interés y demanda del país magrebí por inmuebles en Alicante y Barcelona. El ejecutivo, que confiesa que llegó al país "un poco escéptico", en parte debido a que no existen cifras sobre la compra de inmuebles por parte de ciudadanos argelinos o las que hay no son relevantes, mostró su sorpresa por la cantidad de argelinos que expresan su interés por adquirir un piso en zonas de Cataluña y la Comunidad Valenciana. El cliente medio, entre los centenares de personas que han mostrado su interés por la inversión inmobiliaria en España, tiene unos ingresos entre medios y altos y pregunta por viviendas cuyos precios pueden oscilar entre los 50.000 y los 200.000 euros. La principal dificultad con la que se encuentran estos posibles compradores reside en las dificultades administrativas existentes en Argelia para hacer transferencias o pagos de divisas en el extranjero. En este sentido, Fernández indicó que CaixaBank puede llegar a financiar hasta un 50% de la vivienda pero el resto debe llegar a España desde el país de origen.
Apartamentos de vacaciones
A partir de 2010, las inmobiliarias de la costa valenciana empezaron a recibir demandas de información a través de Internet que se han ido concretando en ventas. Las zonas preferidas para este mercado de vivienda vacacional son Alicante y Elche. El precio es similar al de la costa de Argelia y es el país del Magreb, si excluimos Libia, con mayor renta per cápita. Los clientes son de un segmento socioeconómico alto: profesionales liberales, médicos, industriales, comerciantes, profesores de universidad. Según las agencias de la zona, buscan apartamentos con dos dormitorios, de unos sesenta metros y que combinen proximidad a la playa y zonas urbanas. El precio no supera los 100.000 euros, oscila entre 60.000 y 80.000, y piden que tengan piscina. Aprovechando los viajes de trabajo, cierran la venta al contado. Tienen entre 40 y 55 años y lo quieren para vacaciones. Además, los pequeños comerciantes argelinos cuentan con más facilidades para financiarse. Según datos del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, la llegada de visitantes de Argelia se ha multiplicado por dos entre 2002 y 2011. Las estadísticas oficiales reflejan que la entrada de turistas pasó en esa década de 2.820 a 5.663. Unas cifras pírricas teniendo en cuenta que hay, al menos, entre 200 y 250.000 turistas argelinos con alto poder adquisitivo. Sus destinos preferidos son Turquía y Túnez, mientras Italia gana terreno entre las opciones europeas.
Trabas al turismo
Con todo, en España encuentran otra barrera más. La Carta de Invitación es uno de los requisitos establecidos para los turistas no sujetos al régimen comunitario. Se solicita a aquellos turistas no comunitarios que pretendan alojarse en domicilios privados, como la casa de un familiar o amigo. No la necesitan quienes tienen una reserva de hotel o vienen en viaje organizado. Hasta ahora, el anfitrión acudía con un notario, quien constataba el deseo de alojar a la persona y correr con sus gastos; era un trámite que tardaba poco y costaba entre 40 y 60 euros. Ahora se tiene que tramitar ante la comisaría más cercana. El anfitrión tiene que proporcionar sus datos y los del invitado, decir cuánto tiempo se quedará en su casa, presentar el título de propiedad o contrato de arrendamiento y manifestar que está enterado de las sanciones por delitos relacionados con el tráfico ilegal de personas. Aunque no viene citado expresamente, varias comisarías piden una certificación municipal del número de personas que viven en el domicilio o, en su defecto, una carta del presidente de la comunidad con ese dato. La orden del BOE indica que se tramitará "con la mayor brevedad posible". En varias comisarías consultadas informaron que ese trámite tardaría "entre uno y tres meses".