La vicepresidenta de la Comisión de Pesca en el Parlamento europeo quiere negociar con el Polisario

Paco Soto

Pie de foto: Linnéa Engström, vicepresidenta de la Comisión de Pesca en el Parlamento europeo.

Linnéa Engström, primera vicepresidenta de la Comisión de Pesca en el Parlamento europeo, quiere superar el problema político y jurídico que impide que Bruselas y Rabat puedan hacer efectivo al cien por cien el tratado que firmaron. El pasado 27 de febrero, la Corte de Justicia de la Unión Europea (CJUE) dio por bueno al acuerdo de pesca firmado entre Marruecos y la Europa Comunitaria, excepto en aguas del Sáhara Occidental. La decisión fue interpretada como una victoria política del Frente Polisario y una derrota para Marruecos y España, que es el país de la UE más interesado con la aplicación del tratado.

En altas instituciones europeas hay preocupación, y por esto mismo Linnéa Engström expresó su voluntad de negociar con el Polisario una salida razonable a la crisis. No será fácil, porque el movimiento independentista apoyado por Argelia mantiene una postura inamovible sobre las aguas del Sáhara Occidental. Por su parte, Rabat considera que este territorio hace parte de Marruecos y el acuerdo pesquero lo debe englobar. La mayoría de los pescadores afectados por el acuerdo son españoles, y el Gobierno de Mariano Rajoy hará todo lo posible por superar el contencioso.

Pie de foto: Pescadores españoles faenando en aguas marroquíes.

Para Marruecos y España, bienvenidas sean las posturas que favorezcan la solución del problema. Pero en al caso de Rabat, no a cualquier precio. Marruecos no puede aceptar que se tomen decisiones que, según su opinión, violen su soberanía nacional. Hace un año, la eurodiputada sueca Linnéa Engström ya pidió negociar con el Polisario. Es evidente que sin negociación no habrá acuerdo; y sin acuerdo, “los problemas relacionados con la pesca en Marruecos no se solucionarán”, piensa un diplomático y experto en cuestiones económicas de la UE.

La decisión judicial del pasado 27 de febrero complicó aún más el panorama. El dossier es complejo, pero “hay que encontrar una salida, y todas las partes tendrán que hacer concesiones”, opinan en círculos comunitarios en Bruselas. En este contexto, Linnéa Engström invitó al abogado del Polisario, el francés Gilles Devers, “a abrir negociaciones de cara a firmar un eventual tratado que permita a los barcos de los 28 [países de la UE] pescar en aguas del Sáhara”, según fuentes comunitarias.

Llamamiento de Devers

El pasado 1 de marzo, el abogado François Devers pidió a los armadores europeos, que si no están de acuerdo con la decisión de la Justicia europea respecto al acuerdo pesquero Rabat-Bruselas y quieren seguir faenando en aguas saharauis, “que se dirijan directamente al Frente Polisario para tener este derecho”. Así lo dijo en una conferencia en Bruselas.  Es difícil creer que Marruecos aceptaría una solución de esta naturaleza.

La eurodiputada sueca, que es miembro del Grupo los Verdes/ALE, pidió también a los Estados de la UE que, de momento, retiren sus barcos de aguas saharauis. ¿Queda así la puerta abierta a la negociación? De momento, parece difícil afirmar que sí o que no. Lo que sí se sabe es que próximo 14 de julio finaliza el actual acuerdo en vigor.

Linnéa Engström suele adoptar posiciones críticas con los planteamientos de la Comisión Europea (CE). En marzo de 2017, pidió a Bruselas que negociara directamente con el Polisario, para elaborar una política general de gestión de recursos pesqueros en aguas saharauis. Algunos observadores opinan que las posiciones de la eurodiputada sueca complican la misión de los negociadores marroquíes y europeos. Desde luego, ni Rabat ni Madrid están satisfechos con la eurodiputada.