Human Rights Watch denuncia al Polisario por violar los derechos humanos de los saharauis de Tinduf

Por Rachid Elalamy
Foto: El campamento de refugiados de Smara, el más grande de los que administra el Frente Polisario en Tinduf / HRW.
 
Human Rights  Watch (HRW) acusa  al Frente Polisario, movimiento independentista apoyado por Argelia que reivindica la independencia del Sáhara occidental bajo administración de Marruecos, de violar los derechos humanos de los refugiados y deportados saharauis que malviven en los campamentos de Tinduf, situados en territorio del Sáhara argelino. “Los refugiados del conflicto en el Sáhara Occidental que han estado viviendo en campamentos en el desierto de Argelia durante cuatro décadas en general parecen poder salir de los campamentos si así lo desean, pero sufren restricciones a sus derechos”, asegura HRW en un informe que presentó en Argel hace pocos días. El documento de 94 páginas ‘Sin vigilancia: Derechos Humanos en los campamentos de refugiados de Tinduf’ es un estudio exhaustivo sobre la vida de los saharauis en en esta zona inhóspita del desierto argelino. HRW no es la primera ONG que denuncia las violaciones de derechos humanos en Tinduf y acusa directamente al Polisario de este problema. Otras ONGs solventes como Amnistía Internacional (AI),  colectivos de antiguos militantes del Polisario que abandonaron este movimiento y víctimas saharauis de la represión de los aparatos de seguridad de los independentistas y de Argelia, han denunciado la situación de los derechos humanos en los campamentos de Tinduf. En España, hasta hace pocos años, estas denuncias no tenían ningún eco en los medios de comunicación, porque ya se encargaban de que así fuera algunos periodistas afines al Polisario y a las numerosas asociaciones españolas subvencionadas por la Administración pública  que lo apoyan. Generalmente, estas denuncias acababan en las papeleras de las redacciones o eran interpretadas por los medios hostiles a los adversarios del Polisario como “calumnias” y “campañas de intoxicación” de los servicios secretos marroquíes.  
 
Nuevos tiempos
Los tiempos han cambiado y hoy en día es prácticamente imposible ocultar los atropellos a los derechos humanos que se cometen en Tinduf. HRW sostiene en su informe que “no han encontrado pruebas ni patrones de abusos serios contra los derechos humanos, aunque sí han identificado varias áreas de preocupación”. Entre ellas, citan casos de algunas represalias por expresar opiniones críticas, juicios en tribunales militares a civiles por delitos de droga y casos aislados de esclavitud, pese a que fue prohibida por el Polisario en los primeros momentos de su fundación. Otras ONG son más severas y denuncian casos de torturas y malos tratos, asesinatos y desapariciones. Otro caso que preocupa a HRW es el de la joven española de origen saharaui Mayuba Mohamed Handidaf, de 23 años, secuestrada por sus padres biológicos en Tinduf sin que el Polisario lo hubiera impedido. Este caso ha provocado una ola de protestas e indignación en muchos países y  ha colocado la relación del  Polisario con España en su mayor crisis en las últimas tres décadas, como informó nuestro compañero Pedro Canales en un reportaje publicado en Atalayar el pasado 16 de octubre. En este sentido,  HRW condena el “fracaso de las autoridades del Polisario en intervenir para asegurar su derecho a la libertad de movimiento”. La joven española, que vivió en un pueblo de la provincia de Valencia con su familia adoptiva, visitó a sus padres biológicos el pasado 18 de agosto. Después, no pudo regresar a Europa, porque sus padres biológicos se lo impidieron. La joven, licenciada por la Universidad de Alicante, trabajaba en la  Fundación Marie Curie de Londres y en septiembre tenía previsto comenzar a cursar un máster. HRW se entrevistó con el embajador del Frente Polisario en Argel, Bhahim Ghali, que ha sido acusado por algunas ONGs de torturador, y este dirigente prometió que intentaría negociar  con la familia de Mayuba Mohamed Handidaf su liberación.
 
Delito penal
“Las autoridades del Polisario deben dejar claro a todas las partes implicadas que el confinamiento forzado es un serio delito penal y asegurarse de que la joven es capaz de ejercer su derecho a la libertad de movimientos y dejar el campamento, si así lo desea, para retornar a Europa”, hizo saber HRW. Según la ONU, entre 90.000 y 125.000 personas viven en los campamentos de Tinduf. Además de estos campos, el Polisario administra una estrecha franja del Sáhara Occidental, denominada 'territorios liberados' donde se proclamó, en 1976, la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reconocida por unos 70 países, pero no por España ni por la ONU. Resulta sorprendente que HRW no haya detectado la existencia de presos políticos en Tinduf, aunque sí encontró a disidentes que piensan de forma distinta a la dirección del movimiento liderado por Mohamed Abdelaziz. “No hemos encontrado prisioneros políticos. Hay grupos críticos con el Frente Polisario, pero siempre dentro del marco independentista”, recalca el informe. “HRW no halló evidencias de que miembros del Polisario hubieran encarcelado a personas durante los tres últimos años debido a su opinión política o activismo”, asegura el informe. “Tampoco encontró un patrón de torturas atribuible al Polisario, si bien entrevistó a dos hombres que aseveraron haber sufrido abusos físicos de miembros de las fuerzas de seguridad del Frente en incidentes separados, mientras se encontraban bajo custodia”, señala dicho documento. Los investigadores de HRW realizaron este informe después de una misión que llevaron a cabo a finales del año pasado.