Marruecos expresa su indignación por el nombramiento de un representante especial de la UA en el Sáhara occidental

Por Rachid Elalamy
Foto: Sede del Ministerio marroquí de Asuntos Exteriores y Cooperación en Rabat.
Marruecos rechazó totalmente la decisión de la Unión Africana (UA) de nombrar al expresidente de Mozambique, Joaquim Chissano, como representante especial en el Sáhara occidental. La cumbre de la UA se celebró los días 26 y 27 de junio en Malabo (Guinea Ecuatorial), y el único líder de la Unión Europea (UE) invitado fue el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. El mandatario español se entrevistó con Mohamed Abdelaziz, líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). La RASD es miembro de pleno derecho de la UA. Marruecos no es miembro de la UA debido a la posición oficial de este organismo sobre el conflicto saharaui. Joaquim Chissano, que fue un líder del independentismo mozambiqueño contra el colonialismo portugués, es un firme defensor de la autodeterminación de la antigua colonia española del Sáhara occidental y apoya las tesis del Frente Polisario de Abdelaziz, que busca la independencia del territorio administrado por Rabat. El Ministerio marroquí de Asuntos Exteriores y Cooperación que dirige Salahedine Mezuar hizo saber que Marruecos “no se siente vinculado de ninguna manera por esta decisión unilateral” de la UA. El Reino de Marruecos “rechaza totalmente” la decisión de la UA, precisó el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado en el que reafirmó que “el proceso de búsqueda de una solución política definitiva al diferendo regional respecto al Sáhara marroquí le incumbe exclusivamente a la ONU”. Según Rabat, “la UA no tiene ninguna base jurídica ni fundamento político o legitimidad moral para intervenir de cualquier manera en este asunto”. En la misma línea, la diplomacia marroquí consideró que la UA causa a Marruecos un “perjuicio radical e injustificado” y calificó la actitud del organismo africano de “plenamente anacrónica”. Marruecos cree que es intolerable que la UA acepte una “entidad fantoche en su seno, en violación total de la legalidad internacional” como la RASD.
Un viejo conflicto
La UA, por su parte, quiere desempeñar un papel activo en el viejo conflicto del Sáhara Occidental, que opone desde hace casi 40 años a Marruecos y al Frente Polisario apoyado por Argelia. Este conflicto envenena las relaciones entre Rabat y Argel e impide la construcción política y económica del Magreb. El Polisario y Argelia defienden la celebración de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara occidental que contemple tres opciones: la independencia, la autonomía o la plena integración del territorio en el Reino de Marruecos. Por su parte, Rabat se decanta por una amplia autonomía saharaui pero bajo soberanía marroquí. La población saharaui está dividida entre los que apuestan por la independencia, que no en todos los casos apoyan al Polisario, y los partidarios de la autonomía. En los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Sáhara argelino), es prácticamente imposible saber cuál es la verdadera opinión de la población, porque los dirigentes del Polisario ejercen una dictadura y la libertad de expresión brilla por su ausencia. Un sector de la juventud de los campamentos se ha rebelado contra el Polisario y defiende una renovación profunda de la cúpula de este movimiento y la vuelta a la lucha armada contra Marruecos. Algunos disidentes no son independentistas y sueñan con unirse a Marruecos.
Potencias occidentales
España es el país europeo con mayor apoyo social a la causa del Polisario. Pero en los últimos años han crecido los críticos con el Polisario y partidarios de buscar una solución negociada razonable al contencioso de la antigua colonia española entre Rabat, Argel y el movimiento de Abdelaziz. España, oficialmente, defiende la celebración de una consulta de autodeterminación bajo control de la ONU, pero en la práctica apoya la solución autonómica de Marruecos. El apoyo de Estados Unidos a Marruecos en este asunto no es total, entre otros motivos, porque la superpotencia mundial no quiere enemistarse con un aliado estratégico en la lucha antiterrorista como es Argelia. Francia es la única potencia occidental que apoya sin fisuras a Marruecos. En otro orden de cosas, el ministro Salahedine Mezuar decidió poner una denuncia contra el periódico ‘Sahifat Annas’ por “atentar contra su persona y su dignidad”, según dijo su abogado defensor. El citado diario informó en un artículo de que Mezuar tiene dos nacionalidades, la marroquí y la francesa. En unas declaraciones a la agencia pública MAP, el ministro calificó de “falsas acusaciones” la información de ‘Sahifat Annas’ y aseguró que “sólo tengo la nacionalidad marroquí y estoy orgulloso de tenerla y de estar al servicio de mi país y mi Rey”. Mezuar es un político centrista y liberal que habla perfectamente español y conoce bien España. Su nombramiento al frente de Exteriores fue una decisión política que consolidó las buenas relaciones diplomáticas que viven España y Marruecos desde hace un tiempo.