El Parlamento británico vota aplazar la fecha límite para el Brexit

Raúl Redondo
Pie de foto: Los TELLERS anuncian los resultados de la votación sobre la ampliación del período de negociación del Brexit en el Parlamento en Londres, Gran Bretaña, 14 de marzo de 2019. Photo: Tomada de vídeo. Reuters TV a través de REUTERS
La Cámara de los Comunes votó a favor de solicitar el aplazamiento de la fecha de salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), que estaba prevista inicialmente para el 29 de marzo, según el plazo impuesto de dos años a partir del artículo 50 del Tratado de la Unión tras haberse aprobado la salida por referéndum popular. Por 412 votos a favor contra 202, el Parlamento británico optó por solicitar a la UE el alargamiento de la fecha límite de marcha para seguir negociando y explorando las diversas opciones tras los últimos rechazos en la Cámara al acuerdo de salida que tenía cerrado la primera ministra británica, Theresa May, con las instituciones europeas y también a una salida desordenada sin pacto previo.
May anunció que el plazo límite podría ser ahora el 30 de junio si se vota por fin la salida ordenada y negociada con las autoridades europeas, algo a lo que se opusieron los parlamentarios británicos por una amplia mayoría en dos votaciones anteriores celebradas recientemente, la última hace escasas horas. En cualquier caso, los dirigentes comunitarios deben dar todavía su visto bueno a este aplazamiento porque implica modificar lo ya dispuesto en el artículo 50 del Tratado, que versa sobre el procedimiento de salida de Estados miembros de la Unión, en este caso el Reino Unido.
En la sesión anterior a la de esta última votación, los parlamentarios británicos ya descartaron claramente una salida desordenada y no pactada con la Unión Europea. Este ‘portazo’ a Europa hubiese dado paso a un escenario imprevisible de difícil pronóstico tanto legal, como comercial y diplomático respecto al estatus de los británicos ante Europa. Este ‘Brexit duro’ se podría producir si la Cámara de los Comunes no se muestra a favor de una salida pactada con la Unión, la cual dejaría que se efectuase una salida ‘por las bravas’ de imprevisibles consecuencias, algo que los políticos británicos han dejado claro que no quieren que suceda.
Pie de foto: Manifestaciones anti-Brexit en el Parlamento en Londres, Gran Bretaña el 14 de marzo de 2019.Photo: REUTERS/Peter Nicholls
La UE ya ha hablado claro, en este caso insisten en que habrá ‘Brexit’, pactado o no, ya que es lo que decidió por referéndum la población británica. Aunque ya hay voces indicando que se puede avecinar un nuevo referéndum en territorio británico que podría ‘dar la vuelta a la tortilla’ y cambiar el sentido del voto de la última consulta popular hacia una permanencia en los estamentos institucionales europeos.
El propio Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, expresó que solicitará a los líderes comunitarios que ofrezcan una extensión amplia del plazo para que Reino Unido reconsidere su estrategia y para que haya consenso político al final. “Apelaré a los líderes de los 27 para que estén abiertos a una extensión larga, si el Reino Unido encuentra necesario repensar su estrategia sobre el ‘Brexit’”, apuntó Tusk.
Aunque desde varios sectores de la UE no se es partidario de alargar la fecha límite de salida. Hay una corriente de opinión que apunta a la falta de consenso político británico como principal obstáculo para dar una salida al conflicto del ‘Brexit’ y se culpa a Theresa May por haber iniciado una negociación con la UE sin haber llegado primero a un acuerdo con los diversos partidos políticos británicos sobre los términos para la marcha de Reino Unido de Europa. Por el contrario, los Estados miembros de la Unión sí fueron acordando previamente los pasos a dar a la hora de entablar contactos con el Ejecutivo británico.
Lo que sí requiere la UE antes de conceder un plazo de gracia posterior es que haya una justificación clara de por qué se va a solicitar esta ampliación, es decir, que desde el Gobierno de May se exponga claramente la directriz que se va a seguir en ese hipotético plazo extendido sobre la estrategia del ‘Brexit’. Desde fuentes comunitarias ya se apuntó en pasadas fechas que la UE está preparada tanto para una salida negociada de Reino Unido como para una salida desordenada sin acuerdo previo, un ‘Brexit duro’.
La próxima fecha para tener en cuenta ahora es el 20 de marzo. Según explicó May ante sus interlocutores en la oposición, para ese día los parlamentarios deberán haber aprobado el acuerdo que su administración negoció con Bruselas si quieren que el ‘Brexit’ se materialice en el plazo de tres meses.
Pie de foto: Resultado de la votación del 14 de marzo en el Parlamento del Reino Unido sobre retrasar el Brexit- Imagen: AFP/AFP
Este pacto no fue respaldado por los parlamentarios británicos en gran medida por el asunto de la ‘salvaguarda irlandesa’. Desde Reino Unido se quiere evitar que haya una frontera con controles y aduana entre la República de Irlanda, Estado independiente que forma parte de las instituciones comunitarias, e Irlanda del Norte, Estado adscrito a Reino Unido. Ya la propia UE indicó que si se producía el ‘Brexit’ se podría llegar en un plazo de tiempo relativamente corto a un acuerdo comercial con el Ejecutivo británico para sortear este obstáculo fronterizo y aduanero, pero desde el bando británico no se quería estar sometido a la voluntad europea al considerar esto una pérdida de soberanía nacional por estar supeditado a la decisión y a las condiciones europeas para un futuro pacto.
Sombra de un segundo referéndum
Tras la última sesión parlamentaria hubo enmiendas interesantes a la propuesta del Gobierno de May y lo más llamativo es que, por primera vez, se volvió a considerar en serio en sede parlamentaria la opción de volver a celebrar un referéndum. Vuelve a estar sobre el tapete la posibilidad de una nueva consulta a la población británica sobre si quiere salir o no de la UE. Si se desarrollase un segundo referéndum entonces las altas instancias comunitarias se verían ‘obligadas’ a conceder una prórroga amplia para dar tiempo a que se solucione el asunto de la salida o no de los británicos.
Aunque, a pesar de que fue planteado, la Cámara de los Comunes rechazó en primera instancia la convocatoria de un nuevo referéndum, por una amplia mayoría de 334 votos contra 85.