Complicado regreso de Guaidó y choque de potencias por la crisis venezolana

Raúl Redondo
Pie de foto: Los miembros del Consejo de Seguridad votaron una resolución sobre Venezuela durante una reunión en la sede de la ONU. AP Photo/Seth Wenig
El complejo panorama en torno a la crisis de Venezuelase va complicando a medida que se suceden los acontecimientos. Por un lado, con la situación judicial que espera a Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional venezolana, y por otro, el veto de Rusia y Chinaa la propuesta de Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU)de exigir a al Ejecutivo venezolano el permiso para la entrada de ayuda humanitaria en su territorio y la convocatoria de elecciones libres.
Guaidó salió de Venezuela para asistir en la capital colombiana de Bogotá a la cumbre del Grupo de Lima, viajar a Brasil para entrevistarse con el presidente Jair Bolsonaroy para visitar Paraguay y encontrarse con el presidente Mario Abdó, con la intención de regresar a Caracas próximamente. Pero existe la amenaza de prisión para el presidente encargado de pilotar el tan solicitado proceso electoral en Venezuela porque se le prohibió la salida del país tras la resolución dictada por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela por la acusación de ser el responsable de la violencia en el país propiciando acciones políticas desde el exterior contra el Gobierno de Nicolás Maduro. El propio Maduro aseguró en una entrevista a la cadena estadounidense ABC News que Juan Guaidó “no puede ir y venir, la justicia le tenía prohibido dejar el país”.
Pie de foto: Partidario de la oposición durante una manifestación que insta a los soldados a permitir la entrada de la ayuda humanitaria de Estados Unidos, en Caracas, Venezuela. AP Photo/Ariana Cubillos
El presidente interino Guaidó fue autorizado por el parlamento para ausentarse unos días de cara a esta gira latinoamericana a pesar de las amenazas del régimen de Maduro de enviarle a prisión si desacata al Tribunal Supremo. Tras su paso por Brasil y su encuentro con el presidente Bolsonaro, Guaidó manifestó su intención de volver a Caracas “a pesar de las amenazas” y apoyó la defensa de las instituciones “en toda la región”. “No ahorraremos esfuerzos dentro de la legalidad para que la democracia sea restablecida en Venezuela y sabemos que eso será posible a través de elecciones limpias”, dijo el presidente encargado de dirigir el proceso electoral venezolano.
Enfrentamiento de potencias en el plano internacional
Ya en clave internacional, EEUU y Rusiamostraron sus cartas en el Consejo de Seguridad de la ONUsobre el conflicto que se vive en Venezuela ya que la diplomacia estadounidense pidió aprobar una resolución que exigiese a la administración venezolana el permiso para la entrada de ayuda humanitaria y la convocatoria de elecciones libres y justas, mientras que Rusia y Chinaejercieron su derecho a vetopara detener esta propuesta con el argumento de que los venezolanos deben resolver por sí mismos su situación.
Pie de foto: El dirigente de la oposición venezolana y el presidente interino Juan Guaido,, llegó a principios del jueves a Brasil para las conversaciones encaminadas a conseguir más apoyo del Presidente Jair Bolsonaro.Hay temores de que Juan Guaido pueda ser arrestado a su regreso a Venezuela.Photo by Sergio LIMA / AFP
Estados Unidos solicitó formalmente que el régimen chavista de Nicolás Maduro permitiese la entrada de ayuda humanitaria sin obstáculo alguno y exigió “un proceso político pacífico” hacia unas elecciones “libres, justas y creíbles”. Ante esto, las diplomacias rusa y china ejercieron su opción de veto en el Consejo de Seguridad porque la aprobación de la propuesta de Washington implicaba reconocer que el Gobierno de Nicolás Maduro no era legal, ni legítimo, algo que no estaban dispuestos a aceptar ni rusos, ni chinos, para quienes el opositor Juan Guaidó es un simple instrumento de Occidente para provocar un cambio de Ejecutivo en Venezuela. La postura de Pekín y Moscú fue abiertamente criticada por las potencias occidentales.
EEUU y en torno a medio centenar de países vienen apoyando abiertamente al presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, como presidente encargado de dirigir el futuro proceso electoral y recibieron los nueve votos necesarios para que se aprobase la moción que solicitaba el permiso para la entrada de ayuda humanitaria en territorio venezolano y unas elecciones libres, pero Rusia y China ejercieron su derecho de veto en el Consejo.
La iniciativa norteamericana apuntaba a Nicolás Maduro y al régimen bolivariano como únicos responsables de la ruina de Venezuela y de su crisis humanitaria, solicitando urgentemente la entrada sin trabas de la ayuda internacional para atender a los desplazados, algo dificultado por la administración de Maduro con el cierre de pasos fronterizos, y pidiendo que se convocasen elecciones libres y justas con la presencia de observadores internacionales.
Por su parte, la diplomacia rusa destacó que lo más importante es que los venezolanos se hagan cargo de sus problemas por si solos y no se suplante al poder democráticamente elegido, en este caso el Gobierno de Maduro. “Habría sido la primera vez que el Consejo ignora al presidente de un país y nombra a otro”, apuntó Vasily Nebenzya, embajador ruso. Tanto Rusia como China oponen también que el bloque liderado por EEUU está interesado en un cambio de Ejecutivo en Venezuela con la excusa de una intervención humanitaria y de que no ha habido procesos electorales justos en Venezuela, esto último desmentido por la administración bolivariana y sus apoyos internacionales. Todo esto representa otro capítulo de la nueva ‘Guerra Fría’que se vive entre EEUU y Rusia.
Desde Rusia se solicitó en la sede de Naciones Unidas una solución política y pacífica de la crisis, exigiendo que se evite la intervención en asuntos internos y la amenaza del uso de la fuerza en territorio venezolano, algo que de todas formas no está sobre el papel ya que incluso el Grupo de Lima, bloque formado en 2017 para ayudar a solventar la crisis venezolana del que participan varias naciones sudamericanas y centroamericanas, ha rechazado de plano cualquier intervención militar sobre el terreno. Respecto a la ayuda humanitaria, la postura del país presidido por Vladimir Putin es la de que sólo el Gobierno legítimo de Nicolás Maduro puede pedir colaboración exterior.
Pie de foto: Partidarios de la oposición descargan ayuda humanitaria de un camión que fue incendiado después de los enfrentamientos entre simpatizantes de la oposición y las fuerzas de seguridad de Venezuela en el puente Francisco de Paula Santander en la frontera entre Colombia y Venezuela. REUTERS/Marco Bello
Para la administración chavista, EEUU y sus socios utilizan la crisis humanitaria como pretexto para intervenir militarmente en el país, e incluso son las sanciones internacionales las que provocan la miseria en determinadas partes de la población.
Aunque esto queda rebatido con posturas como la ya reseñada del Grupo de Lima, opuesto frontalmente a una intervención militar, y la de la mayoría de la comunidad internacional e incluso EEUU, ya que el propio Mike Pence, vicepresidente estadounidense, estuvo presente en la última cumbre del Bloque de Lima apoyando a este grupo que, por otra parte, sí solicitó la salida inmediata del poder de Nicolás Maduro y el respeto institucional a la Asamblea Nacional y a Juan Guaidó.
Otras potencias occidentales han salido al paso apoyando la iniciativa de Washington. Así, por ejemplo, el embajador francés François Delattrevotó en contra de la disposición rusa y remarcó que “la crisis política requiere una respuesta política”, pidiendo además una solución pacífica al conflicto. París entiende además que el escenario presentado por Moscú no se ajusta a la realidad porque presenta una Venezuela pacífica en la que hay un apoyo generalizado al Ejecutivo de Maduro, cuando la realidad es muy diferente con una crisis humanitaria y una conflictividad social innegable.
La diplomacia británicatambién se mostró en esta línea a través de su portavoz Karen Pierce, para quien la situación es “extremadamente triste” y exige seguir trabajando para que “llegue la ayuda y se logre una solución democrática”.
Crisis humanitaria, problema urgente
Uno de los principales focos de tensión respecto a la situación de Venezuela es la de la crisis humanitaria. El país latinoamericano vive una situación económica muy dura agravada por una preocupante falta de abastecimiento de todo tipo de productos básicos.
Ante esta situación, la comunidad internacional ha exigido con premura la solución del problema mediante la entrada de ayuda humanitaria a través de fronteras como la de Colombia o Brasil.
Tanto los estados de Cúcuta, en suelo colombiano, como los de Roraima, en territorio brasileño, dan fe de la avalancha de miles de personas que llegan desde Venezuela pidiendo asistencia humanitaria ante la falta de los productos más básicos y diarios para el día a día personal, incluidos básicos productos alimenticios.
Así, por ejemplo, más de la mitad de las camas de hospitales de Roraima,enclave con 1.800 kilómetros de frontera con Venezuela, acogen hoy en día a ciudadanos venezolanos y la situación ya es difícilmente sostenible ante la avalancha de decenas de miles de refugiados vecinos, que ha provocado la petición por parte de las administraciones locales de la emergencia sanitaria ante la imposibilidad de hacer frente a la presión que ejerce toda esta labor de acogida sobre las arcas públicas, que se quedan sin fondos para hacer frente al pago a funcionarios públicos o a proveedores, por ejemplo. Ante esta situación, Roraima pide al Gobierno Federal ayuda, que seguramente llegará porque el gobernador de Roraima, Antonio Denarium, mantiene buena relación con el presidente brasileño Jair Bolsonaro.
El presidente venezolano Nicolás Maduro decretó en su día el cierre de fronteras en un momento de gran flujo de salida de venezolanos hacia territorio brasileño, aunque sigue habiendo fuga de personas a través de rutas clandestinas.
Pie de foto: El barco de Midnight Stone, lleva contenedores con ayuda humanitaria a Venezuela. REUTERS/Henry Romero
A esto se suma otro aspecto crucial que es la dependencia eléctrica de Roraima respecto a Venezuela. El estado brasileño está aislado del sistema eléctrico brasileño por motivo de su situación geográfica y el Gobierno brasileño se ve obligado a comprar energía a Venezuela para abastecer la zona. Y tal y como se vive la situación de necesidad económica en Venezuela, con falta de mantenimiento de todo tipo de instalaciones, Roraima sufre continuos apagones eléctricos por falta de suministro desde el equipamiento venezolano. Esta dependencia energética ha sido utilizada por Nicolás Maduro para sus intereses políticos, sobre todo ahora que la relación con el Ejecutivo de Bolsonaro es inexistente, pero las autoridades venezolanas, de momento, no se han planteado dejar sin suministro al estado de Roraima.
Debido a la situación actual, el propio vicepresidente de Brasil, el general Hamilton Mourão, asistió a la cumbre del Grupo de Lima para respaldar la postura oficial del bloque sobre el rechazo a una intervención militar, pero exigiendo a la administración venezolana el permiso de acceso a la ayuda humanitaria y la celebración de elecciones, cuyo proceso debería dirigir el presidente encargado Juan Guaidó. “Para nosotros, la intervención militar nunca ha sido una opción”, señaló Mourão.
Por otro lado, Colombia también soporta la presión migratoria con decenas de miles de refugiados venezolanos, aunque ha decidido reabrir los cruces fronterizos del norte en Santander tras cesar los últimos disturbios que hubo por la fallida entrada de ayuda humanitaria debido al bloqueo venezolano. El Gobierno colombiano ha reabierto pasos fronterizos, pero restringiendo la movilidad para proteger la integridad personal ya que persisten los obstáculos, con la presencia de personal armado del lado venezolano, haciendo difícilmente operables zonas de paso como la del puente Simón Bolívar, que une la ciudad colombiana de Cúcuta con la venezolana de San Antonio de Táchira.
Según las autoridades colombianas, 35.000 personas cruzan cada día la frontera por los diversos pasos existentes para abandonar definitivamente Venezuela o para conseguir productos de primera necesidad que en suelo venezolano se convierten en artículos de lujo. Además, existen también pasos ilegales aprovechadas por organizaciones delictivas para traficar con el tráfico de productos y personas. Incluso más de 500 militares y policías venezolanos han utilizado esta vía para llegar a Colombia huyendo de su país.