Crece la división en Palestina que se aleja, aún más, de la reconciliación entre Fatah y Hamás

Alex Erquicia
Pie de foto: Manifestantes palestinos en una protesta en la ciudad de Gaza, el 24 de febrero de 2019, exigiendo que el presidente palestino, Mahmoud Abbas, renuncie. MAHMUD HAMS / AFP
El proceso de reconciliación en Palestina como respuesta a la lucha de poder entre las dos principales facciones palestinas ha sufrido otro revés que enroca aún más una relación de poderes obscura. La enemistad entre Fatah, el movimiento secular nacionalista que gobierna en Cisjordania, y Hamás, el grupo islamista que controla de facto la Franja de Gaza, se hace cada vez mayor.
El proceso de apaciguamiento que llevó a un acuerdo de reconciliación entre ambas partes para acabar con la división interna, en octubre 2017, está prácticamente finiquitado al no haberse llegado a materializar del todo. Tal hecho ha quedado evidenciado con el nombramiento del nuevo primer ministro palestino encargado de formar gobierno en los próximos días. El presidente palestino, Mahmud Abás, termina así con el proyecto de desarrollar un gobierno de unidad y redobla su dura posición como líder de los palestinos pese a la crítica, y deseo de cambio, de muchos de ellos.
Abás ha encargado formar gobierno al leal y veterano político Mohamed Shtayeh, reforzando aún más el control de Fatah en las instituciones palestinas. Nombrando a un alto miembro de la miembro de la cúpula de Fatah a tal tarea, Abás hace así caso omiso a las peticiones de reforma por parte de algunas ramas del movimiento, otras facciones palestinas y del propio pueblo palestino."El nuevo gobierno es un paso más que confirma que Abás no quiere avanzar hacia la reconciliación, a no ser que sea exclusivamente en sus términos y, por tanto, en detrimento de todo lo que pueda exigir Hamás", asegura a ATALAYAR Itxaso Domínguez, coordinadora de Oriente Medio y Norte de África de la Fundación Alternativas.
Pie de foto: El presidente palestino Mahmoud Abbas ha nombrado a Mohammad Shtayeh como el nuevo primer ministro palestino. Thaer Ganaim/APA Images via ZUMA
Por su parte, Hamás, la rama palestina de los Hermanos Musulmanes fundada en 1987, no reconoce el nuevo primer ministro al no haber consenso y condena la designación de Shtayeh, que "amplía la división palestina" y refleja "el unilateralismo de Abás y su monopolio del poder". Shtayeh se encargará de la formación del nuevo Ejecutivo de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que preside Abás. El jefe político de Hamás, Ismail Haniye, ve en esta operación un deseo de desplazar aún más a Hamás de la actividad política en Palestina. En 2017 la ANP impuso sanciones económicas sobre Gaza, además de restringir el acceso a la electricidad, que ahondaron la crisis económica y social que vive la Franja propiciada por el bloqueo terrestre, aéreo y marítimo de Gaza impuesto por Israel y Egipto desde 2007.
La división palestina es permanente desde que Hamás tomara el poder en Gaza en 2007, tras los comicios del año anterior, y expulsara de las instituciones gubernamentales de la Franja a los integrantes de Fatah. La impaciencia crece dado que el mandato presidencial de Abás, en un principio por un término de cuatro años, ha expirado hace mucho. En enero se cumplieron 14 años desde que fuera elegido presidente de la Autoridad Palestina.
El inmovilismo presidencial y los cambios de gobierno se producen en un contexto de tensión y de desintegración política en Palestina. En diciembre Abbas anunció la disolución del Consejo Legislativo Palestino (CLP), órgano legislativo de la ANP, la asamblea unicameral de 132 escaños que representa los territorios de Cisjordania y Gaza y llamó a nuevas elecciones parlamentarias en los territorios palestinos en un plazo de seis meses. Hamás, que con 74 asientos tiene la mayoría del Parlamento, rechazó la decisión que ve como otra intromisión política más por parte de Abás (Fatah ostenta 56 escaños). El CLP es un órgano inoperante desde el inicio de la división interna palestina entre Hamás y Fatah en 2007 cuando Hamás se hizo con el control de Gaza tras enfrentamientos violentos entre milicias rivales (expulsando a Fatah y la ANP).
Pie de foto: Palestinos participan en un mitin en apoyo del presidente Mahmoud Abbas, en Ramallah, en la Cisjordania ocupada por Israel, el 25 de febrero de 2019. REUTERS/Mohamad Torokman.
Las autoridades palestinas no han convocado comicios presidenciales ni legislativas desde 2005 ni 2006, respectivamente, por lo que Abás está gobernando a sus anchas, en una deriva autoritaria según muchos observadores. La Autoridad Palestina teme convocar elecciones dado que los islamistas de Hamás podrían alzarse con el poder como sucedió con su victoria en las elecciones parlamentarias, los últimos comicios que se organizaron en los territorios palestinos en 2006 (donde la facción obtuvo el 44% de los votos en las primeras elecciones en las que concurrió).
La enemistad entre los dos bandos se expresa de muchas maneras como bien ha mostrado el presidente Abás en distintas ocasiones. El continuismo que representa Shtayeh supone un reto tanto para Palestina como en el avance contra el bloqueo israelí. Las reiteradas peticiones de reforma por parte de los palestinos y el fin del gobierno de consenso nacional hacen dudar de las opciones para que Fatah y Hamás logren un único interlocutor. "El desencanto popular se manifiesta casi todas las semanas en la calle, pero la represión es cada vez más brutal. Aunque soy extremadamente reacia a hablar de 'intifadas' y similares, no son pocos los que dicen que la tercera intifada será contra la Autoridad Palestina, no contra Israel", aseguró Itxaso Domínguez.
El ansiado fin de la era de la división y el enderezamiento de la unión del pueblo palestino se queda en un espejismo de lo que pudo haber sido. El acercamiento para devolver Gaza al control de la Autoridad Palestina se ha esfumado y la división existente entre Hamás y Fatah ha llevado a algunos a especular sobre una separación final entre las dos comunidades palestinas a gran escala. "El proceso de reconciliación siempre es posible, más que nada porque gran parte de la población lo exige con una cierta regularidad (de hecho esa fue la reclamación de la 'Primavera Árabe' sui generis palestina), y porque países como Egipto (y aliados) o Qatar invierten esfuerzos y dinero en ello, pero nada indica que Mahmud Abás y los suyos estén dispuestos a ceder poder y/o permitir que se creen instituciones verdaderamente representativas de las distintas ideologías y tendencias en el seno de la sociedad palestina", declaró a ATALAYAR la investigadora de la Fundación Alternativas, Itxaso Domínguez.
Un gobierno de unión nacional que represente a todos los palestinos es lo que en estos momentos más puede hacer por el futuro del Estado a tenor del esperado plan de paz de la administración de Estados Unidos para el Oriente Medio (que algunos creen que hasta puede incluir in plan para establecer un estado palestino separando Cisjordania de Gaza). Incluso, tal gobierno de unión, podría introducir sus mensajes ante las próximas elecciones en Israel del 9 de abril y ayudar a llevar al terreno político las protestas conocidas como las Marchas del Retorno que se vienen produciendo en Gaza desde hace un año (desde el 30 de marzo de 2018).
Pie de foto: Un manifestante palestino usa una honda para devolver un bote de gas lacrimógeno arrojado por las fuerzas israelíes durante los enfrentamientos en una manifestación cerca de la frontera con Israel, al este de la ciudad de Gaza, el 8 de marzo de 2019. Photo: MAHMUD HAMS / AFP
La incapacidad de subsanar las divisiones entre ambos bandos palestinos ilustra las dificultades que la propia Palestina supone en la ecuación que busca la solución al conflicto con Israel. Unas elecciones consensuadas en la que la población palestina elija a sus representantes es la opción que y dejar atrás los fracasados intentos para llegar a un acuerdo guiado por un verdadero proceso de reconciliación. La otra opción que tienen es una separación total entre las dos facciones palestinas, tanto política como territorial.