Marruecos invita al secretario general de Amnistía Internacional a visitar el país

 

El ministro de Justicia de Marruecos, el islamista Mustafá Ramid, invitó al secretario general de Amnistía Internacional (AI), Salil Shetty, a visitar el país norteafricano. Esta invitación fue dirigida a Shetty a través de una delegación de la ONG defensora de los derechos humanos que visitó Marruecos y se reunió con Ramid. Según fuentes del Ministerio de Justicia, la reunión fue “fructífera” y la delegación de AI “escuchó atentamente” los datos que dio Ramid sobre la situación de los derechos humanos en Marruecos; y más concretamente sobre el caso de Ali Aarrass, condenado a 10 años de prisión por terrorismo y víctima, según el sentenciado y Amnistía Internacional, de torturas policiales. “La tortura no es sistemática. He dicho a la delegación que existen aspectos negativos y existen cosas positivas, especialmente en materia de lucha contra la tortura”, hizo saber el titular de Justicia en rueda de prensa. En su último informe, AI denunció la permanencia de la tortura en comisarías y centros de detención en Marruecos, y recalcó que esta práctica ilegal y criminal se aplica contra los militantes saharauis partidarios de la independencia del Sáhara occidental. El Gobierno marroquí negó las acusaciones de AI y aseguró que Marruecos respeta los derechos humanos. La mayoría de las ONGs defensoras de los derechos humanos reconocen que Marruecos ha hecho grandes progresos en esta materia, pero advierten de que todavía no han desaparecido viejas prácticas del pasado como la tortura, las detenciones arbitrarias y los juicios con escasas garantías. Hace unos días, varias ONGs marroquíes expresaron su preocupación por las trabas y  prohibiciones que pone el Gobierno del islamista Abdelilah Benkirane para frenar  su labor social. El presidente de la Organización Marroquí de Derechos Humanos (OMDH), Mohamed Nechnech, condenó la existencia  de la tortura en Marruecos, una denuncia que también hace la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), cercana a la izquierda radical. “Estamos muy preocupados”, señaló  Nechnech, porque “todos hemos hablado sobre la tortura e incluso la Constitución la criminaliza, pero lo que ocurre es que  hay un vacío enorme entre la legislación y la aplicación”. Por su parte, Jamila Sayuri, presidenta de la Asociación Adala (Justicia), coincidió con la postura de la OMDH al afirmar que su colectivo  también ha constatado un paso hacia atrás en materia de derechos humanos, después de los avances conseguidos en el país en los últimos 15 años.

 

Por otra parte, el rapero más polémico de Marruecos, Mourad Belghawat alias ‘Lhaqed’ (El rencoroso), fue puesto en libertad el viernes de esta semana, después de haber pasado cuatro meses en la cárcel tras ser  detenido en Casablanca y condenado por agresión a la fuerza pública y revender entradas de fútbol. ‘Llaqued’ pertenece a un grupo opositor denominado Movimiento del 20 de Febrero (M20F) que surgió en 2011 y durante meses movilizó a  miles de personas en distintas ciudades del país a favor de cambios políticos y sociales democráticos. El rapero, de 26 años, no tiene pelos en la lengua, y esto se refleja en sus canciones, que suelen ser irreverentes contra  los poderosos, la Policía, la moral pública y el funcionamiento político del país. “Estoy muy contento de volver a ver a mi familia y mis amigos, y de poder volver a mi estudio para hacer música”, declaró el joven rapero en una conversación telefónica con Atalayar. “Sigo pensando que me detuvieron ilegalmente y quiero demostrar mi inocencia”, contó Mourad Belghawat. El abogado de este joven presentó un recurso por su condena que será estudiado por la Justicia el próximo 13 de octubre. La ONG  Human Rights Watch (HRW) denunció el carácter  “político” del juicio contra el rapero, que ya fue condenado a penas de cárcel en dos ocasiones, la última vez  por “ultraje a la Policía”, en marzo de 2013. Se dan las circunstancias de que el M20F al que pertenece ‘Lhaqed’ organiza este domingo a las 18 horas en Rabat una manifestación contra el Gobierno de Benkirane, después de varios meses de inactividad política. La protesta se llevará a cabo contra la reforma de las pensiones  del Gobierno y “a favor de los derechos de los jubilados más pobres” y en contra del “saqueo de las riquezas del pueblo marroquí”.