La renovada relación entre América Latina y España

Atalayar
Pie de foto: fotografía de familia de la Cumbre de Cádiz celebrada en noviembre de 2012.
La relación bilateral de España con América Latina es una constante en las relaciones internacionales, ya que ambas comparten una base lingüística, histórica y cultural. Así lo indica Jesús Gracia, Secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica en su último artículo.
Tras la llegada de la democracia a España en los años 70 y la promulgación de la Constitución, la política exterior ha sido dirigida hacia América Latina en los sucesivos gobiernos de la democracia. Asimismo, el resto de instituciones españolas y los diversos sectores de la sociedad han colaborado en la formulación de la política exterior hacia esta zona regional. Llegado el término de esta legislatura, es necesario un análisis en torno a los avances logrados durante estos cuatro años, y los puntos que se han reforzado en la relación bilateral.
La situación de España en el año 2012 era complicada, pues España estaba atravesando una fuerte crisis económica, que llevó a la reducción de los presupuestos generales del Estado destinados a cooperación y acción cultural. América Latina, por su parte, comenzó el año 2012 con un incremento de los precios de las materias primas y los recursos naturales, situación que fue aprovechada por el conjunto de países de la región. En el ámbito político, el llamado “socialismo del siglo XXI” monopolizó el discurso político en la región hasta el año 2014.
Por todo ello, la política de España hacia Iberoamérica durante estos cuatro años se ha articulado en torno a los siguientes puntos:
En primer lugar, ha sido necesario estrechar las relaciones con los marcos institucionales de integración de Latinoamérica y apoyar la actuación de los diversos estados en la reconducción de las crisis que alguno de ellos, como Paraguay, ha atravesado. Asimismo, en el caso de Colombia, España ha mostrado su decidido apoyo al proceso de búsqueda y consolidación de la paz, y en las negociaciones de Estados Unidos con Cuba, nuestro país ha facilitado “la apertura de un mandato negociador de la Unión Europea”, y ha colaborado con Estados Unidos en la “normalización de sus relaciones diplomáticas, hecho que ocurrió unas semanas después del viaje del ministro García Margallo a La Habana”. También se han renovado y actualizado los diversos acuerdos de asociación estratégico con Chile, Perú, México, Colombia y Brasil.
En segundo lugar, se ha llevado a cabo la “renovación de las Cumbres Iberoamericanas y del sistema iberoamericano”. España fomenta la cohesión de Iberoamérica en torno a tres ámbitos prioritarios: Cultura, Conocimiento y Cohesión Social. Se ha acordado la celebración de las Cumbres cada dos años, la redistribución de las cuotas de la SEGIB, aumentando la proporción correspondiente a América Latina y reduciendo la relativa a la Península Ibérica, y se ha nombrado una nueva secretaria general iberoamericana en sustitución de Enrique Iglesias, tras ocho años en el cargo y una importante labor a sus espaldas.
Asimismo, España ha defendido la “coherencia en la defensa de los principios democráticos y derechos humanos” en América Latina. En algunos casos, como el de Venezuela, esto ha provocado que la relación entre ambos países haya atravesado “momentos difíciles debido a la crisis del régimen y su balance en materia de derechos humanos que han hecho muy difícil cualquier aproximación”, según indica Jesús Gracia. Por otro lado, se debe destacar la insistencia de España en incluir varios apartados que hagan referencia a los derechos humanos y la democracia en el Acuerdo UE-Cuba.
Otro punto clave se articula en torno a las inversiones y el comercio, a pesar de que ambos hayan sido afectados por la crisis económica. De este modo, la apuesta española en América Latina ha sido constante, y las empresas españolas en la región son un claro ejemplo de la Marca España en el ámbito de la acción exterior.
Ha sido también necesario adaptar la cooperación al desarrollo al nuevo contexto latinoamericano. Desde la creación de la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo en 1989, América Latina ha constituido una prioridad en materia de cooperación, ya que la ayuda a países afines en el ámbito cultural y lingüístico “tiene a la larga una eficacia mayor”, según indica el Secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica.
Para garantizar un mayor rendimiento y una mejor distribución de la ayuda, nuestro país ha establecido una nueva agenda, que se basa en establecer prioridad de unos países latinoamericanos (Haití, Cuba, Perú y Colombia entre ellos) sobre otros en materia de cooperación al desarrollo, crear una serie de programas horizontales para complementar la eficacia de la ayuda, adaptar los instrumentos a las nuevas necesidades regionales e incidir especialmente en el Fondo de Cooperación de Agua y Saneamiento.
La lengua y la cultura constituyen un importante vínculo que ayuda a cimentar la relación bilateral, labor realizada a través del Instituto Cervantes, la ACE, la Fundación Carolina y la AECID. Al mismo tiempo, los diversos institutos y universidades regionales latinoamericanos ayudan a profundizar en la relación bilateral basada en la lengua y la cultura comunes.
Asimismo, España ha promovido el refuerzo de la política de la UE hacia América Latina. A diferencia de lo que comúnmente se dice, cada país de la Unión Europea mantiene y desarrolla sus relaciones bilaterales con América Latina, y actualmente España no es el “puente” que une a ambas regiones. Sin embargo, España sí que es el “aliado incondicional y confiable de los intereses de América Latina en Europa”. De este modo, ha defendido durante esta legislatura la conveniencia del fortalecimiento de las relaciones, mediante una mayor presencia de la UE en América Latina, y de los países latinoamericanos en los “asuntos globales”.
Finalmente, España ha sido capaz de reforzar su presencia en el Caribe anglófono, con un diálogo político más estrecho e institucionalizado manifestado en la firma de los Memoranda con cuatro países de la región (Granada, San Cristóbal y Neves, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía).
Con todo ello, se puede concluir que España ha renovado la relación con América Latina. Las relaciones políticas y económicas se han visto afianzadas y reforzadas en torno a los lazos comunes que unen a ambos pueblos. Esto muestra el interés de nuestro país por asegurar la prosperidad y modernización de América Latina, lo que “redundará siempre en beneficio de España. Los éxitos de América Latina son nuestros éxitos así como los contratiempos o las desgracias se sienten en España como si fueran propias”, concluye Jesús Gracia en su artículo.
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