La alianza entre Rusia e Irán en el contexto geopolítico actual: vectores de cooperación y poder

Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.

A pesar de las tensiones históricas del pasado y las diferencias ideológicas, religiosas y geopolíticas, las relaciones entre la Federación Rusa y la República Islámica de Irán son cada vez más estrechas. Ambas potencias se encuentran al margen de un orden internacional promovido por Occidente, buscando oportunidades para subvertirlo con el fin de reclamar autoridad sobre lo que ambas naciones consideran sus áreas de influencia. Para ello, ejercen su sharp power en la «zona gris» con diversas tácticas de guerra híbrida. Además, estas potencias aprovechan conflictos y vacíos de poder claves para establecer presencia en estas regiones mientras que, por otro lado, reducen en ellas la influencia occidental. Actualmente, la cooperación ruso-iraní se ha incrementado drásticamente con la guerra de Ucrania, lo que se aprecia con el apoyo conjunto por Ásad en Siria, el uso de armamento iraní por parte de Rusia, la puesta en marcha del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC por sus siglas en inglés), sus intentos por eludir las sanciones internacionales o la protección del programa nuclear iraní frente a los esfuerzos internacionales por frustrarlo.

Introducción

Resulta fácilmente apreciable que Rusia e Irán son importantes socios de conveniencia el uno para el otro; ambas son naciones con gobiernos que, repudiados por Occidente y por buena parte de la comunidad internacional, tienden a cooperar en asuntos que les conciernen tanto a nivel internacional como de puertas para dentro. Además, Rusia e Irán poseen un alineamiento ideológico fundamental que las une, pues no solo comparten una retórica antioccidental, sino que ambas naciones se perciben como potencias legitimadas para liderar sus propias esferas de influencia. Para ello recurren a métodos similares de competición en el continuum, destacando Teherán y Moscú por su forma de efectuar rivalidad en la zona gris. De esta manera, logran modular la intensidad de sus esfuerzos hasta llegar a la guerra abierta, evitando respuestas concisas de sus rivales1.

Ciertamente, la cuestión sobre si Rusia e Irán representan una verdadera alianza está sujeta a debate; las dos potencias persiguen sus propios objetivos estratégicos, como sucede en ocasiones en Oriente Medio2. Además, tradicionalmente Irán ha sido considerado el socio menor en esta relación desigual, en la que en momentos de tensión entre Rusia y Occidente, Moscú azuza a Irán para perjudicar la presencia estadounidense en Oriente Medio3.

No obstante, más allá de los factores ideológicos que unen la agenda geopolítica ruso- iraní, esta alianza se ha visto fortalecida a raíz de la invasión rusa de Ucrania y las consecuencias del conflicto para Rusia. En este contexto, la importancia de Irán para Rusia se ha incrementado drásticamente, y el poder de negociación iraní es mayor que en el pasado. Así, el nuevo panorama internacional abre las puertas a una pronunciada cooperación ruso-iraní en distintos escenarios geopolíticos, tanto en aquellos en los que ya existía una colaboración previa a la guerra de Ucrania, como en aquellas oportunidades que han surgido recientemente.

La guerra civil siria

La larga y multifacética guerra civil que se lleva luchando en Siria desde 2011 es un prominente caso de cooperación entre Irán y Rusia, cuya acción combinada ha salvado al régimen de Ásad de una derrota que se daba por sentada. La intervención ruso-iraní en el conflicto se fundamenta en el valor y las oportunidades que Siria representa para dichos Estados4.

Desde la revolución iraní, Irán vio en el régimen alauita de los Ásad un potencial aliado en tiempos de necesidad; Siria fue el primer país árabe en reconocer la legitimidad del gobierno de Jomeiní, además de que las tensiones entre Háfez al-Ásad y Sadam Huseín a partir de 1979 convirtieron a Siria en un Estado simpatizante con la causa iraní en la prolongada guerra Irán-Irak (1980-1988)5. A ello se añade la vital importancia de Siria a la hora de combatir a Israel y su presencia en Oriente Medio6, pues acabar con el llamado «pequeño Satán» es un objetivo principal de la gran estrategia iraní y mito fundacional del Irán revolucionario.

En cuanto a Rusia, fue Vladimir Putin el que trató de restaurar la diplomacia rusa en Oriente Medio, pues la guerra de Yom Kipur (1973), la invasión soviética de Afganistán y finalmente la disolución de la URSS supusieron que la influencia rusa en la región mermase drásticamente7. Tras la invasión de Irak en 2003, Rusia ha estrechado lazos de forma pragmática con varios Estados de la región, y el régimen de los Ásad fue fundamental para Moscú. Por ello, en 2011, Rusia bloqueó en el Consejo de Seguridad una resolución para condenar al régimen sirio por violación de los derechos humanos, así como le exigió que detuviera la violencia y represión8. En este apoyo ruso a Ásad juega un papel clave la base naval de Tartús; concedida a la URSS en 1971, esta base naval se ubica en la costa de Siria, y supone la consecución del tan ansiado objetivo estratégico ruso de poseer presencia naval en el Mediterráneo Oriental. En 2017 se firmó y ratificó un tratado que extendía por 49 años la presencia rusa en Tartús, ampliaba el área terrestre y naval de la base, e incluso estableció la inmunidad frente a la legislación siria tanto del personal como del material ruso9. A Tartús se le añade la base aérea de Jmeimim en Lakatia, cedida por el gobierno sirio a Rusia en agosto de 2015. Según el acuerdo sobre la base, Rusia puede hacer uso de las instalaciones de forma indefinida y con privilegios similares a los de Tartús. Jmeimim ha sido instrumental para la campaña aérea rusa en la guerra civil siria, pero también para el tránsito de aviones, suministro y mercenarios rusos hacia África10.

Irán fue la primera de las dos potencias en intervenir en el conflicto, proporcionando equipamiento y asesoramiento a las fuerzas leales al gobierno ya en 2011. A medida que la revolución se transformó en una guerra civil con una oposición al régimen armada y bien organizada, Irán comenzó su costosa y extensa intervención militar en apoyo a Ásad. Otra forma de ayuda militar que recibe el régimen sirio es a través de la Fuerza de Defensa Nacional (FDN), milicia leal a Damasco con decenas de miles de combatientes, supervisada por la Fuerza Quds y cuya instrucción corre a cuenta de Irán y Hezbolá11. Adicionalmente, la ayuda de Teherán a Damasco no solo se ha limitado al campo de batalla, pues Irán provee a Siria de recursos, bienes de consumo y créditos a bajo interés12. Diplomáticamente, Irán ha tratado de posicionarse como elemento fundamental a la hora de lograr un acuerdo de paz en el conflicto a nivel internacional, pero también como escudo frente a intentos de justificar una intervención extranjera contra Ásad13.

Por su parte, la intervención rusa llegó años más tarde, pero tuvo resultados excepcionales para el Kremlin y Ásad. En septiembre de 2015, el propio Vladimir Putin anunció ante la Asamblea General su intención de intervenir en Siria contra el Dáesh, mientras que catalogaba como gran error «negarse a cooperar con las autoridades sirias y las fuerzas del gobierno que valientemente luchan a los terroristas sobre el terreno»14.

La intervención militar rusa difiere en buena medida de la iraní, pues la estrategia de Putin busca evitar estancarse en el conflicto con unidades terrestres. Con este propósito, aunque Rusia ha desplegado efectivos en tierra, ha recurrido especialmente con gran éxito a su fuerza aérea para atacar al Dáesh, pero mayormente a fuerzas opositoras a Ásad15. Las empresas militares privadas (EMP) rusas como Wagner también jugaron un papel a mencionar, pues no solo encajan en la estrategia rusa de guerra en la zona gris y evadir responsabilidad, sino que también evitaron sumar bajas en las fuerzas regulares rusas16.

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El resultado de la intervención ruso-iraní en Siria ha sido remarcable, pues logró evitar el final de Basar-al Ásad y dio un vuelco a la comprometida situación del gobierno de Damasco en 2015. Actualmente, la facción leal a Ásad es la más poderosa del conflicto y la que más territorio controla, a lo que cabe añadir un hito diplomático que refleja el éxito de Moscú y Teherán: después de que en 2011 la Liga Árabe suspendiese a Siria como miembro de la organización, el 18 de mayo de 2023 Siria recuperó su membresía17.

Para Rusia e Irán, la campaña en Siria se traduce en diversas ganancias, las cuales van más allá de los contratos que las dos potencias buscan asegurar con Ásad. Irán, con un gobierno en Damasco amistoso e influenciado por ellos mismos y Hezbolá, ha logrado un importante paso en su estrategia de crear un «camino a Jerusalén», pues le permite tener un corredor desde Teherán hasta el sur del Líbano18. Rusia por su lado asegura no solo la supervivencia de un régimen aliado, sino también su presencia militar propia en Oriente Medio. Ello permite a Rusia «proyectar poder hacia el flanco sur de la OTAN», mientras que desafía de forma efectiva a la presencia estadounidense en la región aprovechando precisamente el vacío de poder dejado por Estados Unidos en Siria19. De esta manera, las dos potencias consiguen con sus acciones en Siria aumentar su presencia y desplazar más a Occidente del país y la región.

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El papel de Irán en la guerra de Ucrania

La guerra en Ucrania y las consecuencias que han tenido particularmente para Rusia han propiciado una intensificación de la colaboración ruso-iraní, ejemplificada de distintas maneras. En la fase actual de la guerra, la artillería, los drones y la munición merodeadora tienen una importancia vital, pues se utilizan extensamente para atacar las defensas enemigas, frustrar ofensivas y destruir vehículos y sistemas enemigos20. Además, destaca el uso de misiles y drones por parte de Rusia para atacar la red energética ucraniana, tal y como sucedió en la campaña del último trimestre de 2022. En este periodo, las reservas rusas de este tipo de armamento se redujeron drásticamente21.

Aquí es donde Irán entra en acción como un elemento más en el desarrollo y futura conclusión de la guerra de Ucrania. Y es que, para cubrir sus necesidades de equipamiento, Rusia recurre en ocasiones a la importación de cierto material y sistemas. Irán por su parte, a pesar de las estrictas sanciones y las limitaciones de la economía iraní, posee una considerable base industrial en el sector de la defensa, buscando la autosuficiencia y la producción nacional.
El caso más prominente es el de la compañía iraní Shahed Aviation Industries, la cual diseña y manufactura la serie de drones Shahed22. Entre ellos, en la guerra de Ucrania destaca el modelo Shahed-136, dron suicida de ataque unidireccional que detona su carga explosiva de 50 kilos sobre su objetivo23. El fundamento de este dron es su rentabilidad; mientras que el coste unitario del Shahed-136 está entre 20.000 y 50.000 dólares, puede causar cuantiosos daños a infraestructuras o neutralizar equipamiento enemigo mucho más valioso.

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Bajo la denominación «Geran-2», Rusia adquiere y opera grandes cantidades de este modelo y otros de la serie Shahed. A ello se le añade la constancia de que Irán envió personal militar para instruir al ejército ruso en el uso de este tipo de armamento24. Esta colaboración también se ha traducido en inversión extranjera directa, pues en la localidad rusa de Yelábuga se está construyendo un complejo industrial que permitirá a Rusia fabricar por sí misma este tipo de drones25.

El Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC)

Uno de los objetivos estratégicos perseguidos por Rusia es lograr acceso a los mares de aguas calientes fuera del mar Negro. Este anhelo se puede comprender a partir de dos famosas teorías geopolíticas: el «corazón continental» de Halford J. Mackinder y el posterior «anillo continental» de Nicholas J. Spykman. A partir la teoría de Mackinder, se puede entender a Rusia como la potencia terrestre que aspira a controlar el corazón continental de Eurasia, es decir, la «Isla Mundial» que para Mackinder posibilitaba la hegemonía global26. Por su parte, Spykman centraba la importancia en las áreas marginales del anillo continental de esta Isla Mundial, ya que su control garantizaba la contención y aislamiento de la potencia del corazón continental27. Así, la teoría de Spykman fue aplicada por Estados Unidos desde el inicio de la Guerra Fría contra la URSS y el bloque oriental, lo que se ejemplifica con estrategias geopolíticas como la contención de George Kennan o la «teoría dominó» de Eisenhower.

Este contexto geopolítico es importante para entender las oportunidades que un régimen en Teherán amistoso y con objetivos similares representa para Rusia, pues le permite escapar del cerco en el anillo continental. Una consecuencia de dicho logro es el llamado Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC); esta iniciativa internacional tiene varias rutas, siendo la principal aquella que va desde San Petersburgo hasta el vital puerto de Chabahar, localizado en la costa índica iraní. Desde Chabahar, una ruta naval conecta Irán con el puerto de Mumbai en la India28.

El INSTC nació de la firma de un acuerdo en el año 2000 entre varios países con el objetivo de fortalecer el tránsito de mercancías entre sus signatarios, favorecer el comercio en el corredor Norte-Sur y armonizar las bases legales y administrativas para agilizar el tránsito de mercancías, sin imponer impuestos ni aranceles a la mercancía de los socios29.

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El INSTC ha adquirido un gran potencial recientemente, debido en buena parte al papel que la India ocupa como socio vital comercial y energético del Kremlin: en 2022, Rusia supuso para la India el 15 % de sus importaciones de carbón térmico30, y el 20 % de petróleo crudo31. A la hora de transportar mercancía en el océano Índico, el INSTC es mucho más rápido que la ruta tradicional que Rusia debía seguir para exportar a India. Y es que, desde San Petersburgo hasta la India se deben pasar numerosos cuellos de botella, como los estrechos daneses, el estrecho de Gibraltar, el canal de Suez o Bab el- Mandeb. En concreto, el corredor reduce el coste de envío de la mercancía un 30 % y acelera la llegada de mercancía un 40 % respecto a la ruta tradicional San Petersburgo- Mumbai32. Más allá de las posibilidades económicas y de desarrollo, el INSTC permitiría a Moscú mantener el comercio en el océano Índico sin necesidad de recurrir a estrechos marítimos bajo control de la OTAN y de la UE.

Para Irán, a raíz del INSTC no solo se desarrolla su infraestructura naval y terrestre, sino que logra convertirse en un actor geopolítico de mayor importancia al asegurar su posición como «encrucijada entre norte y sur», con vistas a convertirse en un centro económico para la India y Asia Central y así atraer mayor inversión extranjera33.

No obstante, este corredor no se encuentra actualmente en su pleno potencial. Por ejemplo existe un tramo de vía en Irán de unos 164 kilómetros que aún no está conectado al resto de la ruta. A ello cabe añadir que Rusia e Irán utilizan distintos anchos de vía, de 1520 mm y 1435 mm respectivamente, lo que hace el tránsito ferroviario a lo largo del INSTC aún más complicado34. Las sanciones de las que son objeto tanto Rusia como Irán también juegan un papel a la hora de que la ruta tenga un tránsito inferior al de su capacidad. Por último, la actual inestabilidad en el Cáucaso debido al conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, y las tensiones que Bakú mantiene con Teherán y Moscú complican el tránsito y cooperación a lo largo del INSTC, pues Azerbaiyán es un componente geográfico de gran valor para el corredor.

La evasión de las sanciones internacionales

Actualmente, Rusia ocupa el primer puesto como país más sancionado en la comunidad internacional, seguido de lejos por Irán. Estas sanciones conciernen en su mayoría a individuos particulares y a su patrimonio, pero también a instituciones, navíos y aviones, importaciones de productos occidentales, finanzas, el espacio aéreo o la exportación de recursos energéticos. En el caso ruso, las sanciones se intensificaron a partir de 2014, como respuesta a la anexión de Crimea. Respecto a Irán, las sanciones impuestas sobre la economía iraní comenzaron a levantarse en 2015 a raíz del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), compromiso internacional que buscaba ralentizar el enriquecimiento de uranio iraní. No obstante, Estados Unidos reactivó sus sanciones sobre Irán cuando Trump anunció la retirada unilateral estadounidense del PAIC en 201835.

Para hacer frente a las sanciones, son notables los diversos métodos que Irán ha desarrollado y perfeccionado durante años. Entre ellos, es relevante la capacidad iraní para exportar petróleo ocultando su verdadero origen, labor en la que los Emiratos Árabes Unidos ocupan un papel vital36. También es conocido cómo Irán logra sortear las sanciones para adquirir componentes fabricados en Occidente, los cuales se utilizan en ocasiones para la industria armamentística; un claro ejemplo de ello es la presencia de numerosos componentes occidentales en los drones Shahed-13637.

A raíz de esta experiencia iraní, se ha remarcado desde Occidente cómo Rusia puede obtener lecciones y el know-how necesario para no solo contrarrestar las sanciones con su política económica, sino también evadirlas. Ello se puede plasmar en que Rusia adopte métodos para eludir las sanciones a la importación de petróleo ruso, basándose en la sofisticada manera que Teherán tiene de obtener pagos por estos envíos en dólares o euros en el sistema bancario internacional38.

Al respecto, ya se observan dinámicas que recuerdan a los métodos iraníes de hacer llegar su petróleo al mercado global; una conocida práctica que realiza la India es refinar petróleo crudo importado desde Rusia, con el fin de exportar el combustible refinado a Occidente. El alto representante Josep Borrell comunicó que Bruselas está al tanto de esto, y catalogó la práctica como una evasión de sanciones sobre el Kremlin39. De esta manera, el mencionado INSTC cobra aún más relevancia, pues se revela como un instrumento para los intentos rusos de evadir sanciones impuestas sobre su exportación de petróleo.

Por su parte, Rusia fue de gran ayuda para Irán cuando Estados Unidos se retiró del PAIC y activó sanciones sobre la economía iraní, pues las relaciones comerciales entre Moscú y Teherán se vieron intensificadas desde entonces40. Adicionalmente, tras ser ambos países expulsados del sistema SWIFT, Irán y Rusia firmaron en enero de 2023 un acuerdo para comunicar sus sistemas bancarios mediante el SPFS ruso, con un total de 52 entidades bancarias iraníes que utilizaban el sistema iraní SEPAM añadidas a 106 entidades rusas que utilizaban el SPFS41.

Cooperación con el programa nuclear iraní

El programa nuclear iraní condiciona en buena manera las relaciones de Teherán con Occidente y es una pieza clave para entender las tensiones que Irán mantiene con Israel y Arabia Saudí. La cooperación nuclear ruso-iraní comenzó en 1995, cuando ambos países firmaron un acuerdo para que Rusia finalizase la construcción de la planta nuclear iraní de Bushehr, cuya inauguración tuvo lugar en 2010. También es relevante que Rusia haya formado a centenares de ingenieros y técnicos nucleares iraníes en su territorio.

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Sin embargo, la intervención rusa se manifiesta principalmente al contribuir Moscú a proteger la existencia y progreso del programa nuclear iraní. Rusia tuvo un papel privilegiado durante las negociaciones del PAIC y el P5+1, de las cuales también logró suspender las sanciones estadounidenses a su propia industria armamentística. Cuando Estados Unidos se retiró del PAIC en 2018, Rusia defendió a Irán y las reacciones de Teherán ante el fracaso del plan, asegurando Rusia que la culpa del fracaso del PAIC residía en Estados Unidos y sus sistemáticas violaciones del acuerdo42. Con la toma de posesión de Biden en 2021, se reavivó la posibilidad de volver a alcanzar un acuerdo para un nuevo PAIC. En este periodo hasta el comienzo de la invasión de Ucrania, Rusia se mostró cooperativa de cara al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), mientras que el representante ruso en el OIEA expresó su preocupación respecto a la falta de cooperación de Irán en repetidas ocasiones43.

No obstante, en el contexto de la guerra en Ucrania y con una cooperación ruso-iraní acrecentada, Rusia ha abandonado significativamente sus esfuerzos por llegar a un nuevo acuerdo nuclear con Irán. En buena parte, esto se debe al incremento en el poder de negociación que Irán ha obtenido en las relaciones bilaterales, derivado del apoyo iraní a la causa bélica rusa. Así, cuando la UE propuso en un «texto definitivo» sus condiciones para revivir el PAIC e Irán las rechazó, el representante ruso en el OIEA defendió y justificó la negativa iraní frente a la UE44.

En el plano de la defensa, el afán de Irán por obtener sistemas antiaéreos y aviones de combate de fabricación rusa responde en buena medida al afán por negar a Israel el acceso al espacio aéreo iraní y proteger su infraestructura nuclear45. Adicionalmente, la asistencia rusa en ciberseguridad también podría proteger a la red nuclear iraní de los devastadores ciberataques que Israel y sus socios han lanzado sobre Irán en ocasiones.

Conclusiones

Entender el potencial y oportunidades que brinda la alianza entre Moscú y Teherán puede resultar complicado, pues en ocasiones ni siquiera Rusia o Irán se presentan a sí mismos como aliados. Sin embargo, como describe Tazmini, las relaciones ruso-iraníes se sostienen por dos niveles distintos: «el primer nivel son intereses de realpolitik tanto diferentes como similares, sujetos por una fuerza gravitacional hacia un nivel fundacional formado por principios y percepciones compartidos del sistema internacional»46. Ambas naciones albergan elementos ideológicos esenciales que las impulsan a cuestionar el orden internacional liberal, como pueden ser el legado de haber sido grandes imperios en el pasado o sus aspiraciones de hegemonía regional. Estos componentes se combinan con una política exterior agresiva revisionista, ejecutada con herramientas diseñadas para desafiar el poder estructural de sus adversarios.

Por ello, la convergencia ideológica y metodológica sumada a los objetivos comunes de los gobiernos en Teherán y Moscú da lugar a la colaboración en las distintas iniciativas que se han expuesto aquí. La acción combinada de Rusia e Irán en Siria han mantenido al régimen afín de Ásad en el poder, lo que indudablemente favorece las ambiciones iraníes sin mermar las aspiraciones rusas en la región. El armamento iraní continúa jugando a día de hoy un papel destacado en las capacidades ofensivas rusas, presentando una seria amenaza tanto para objetivos militares como civiles. Respecto al INSTC, las posibilidades comerciales y logísticas de este corredor son sumamente beneficiosas tanto para Rusia como para Irán, mientras que esta ruta comercial presenta un soporte útil para un esfuerzo bilateral por eludir las sanciones occidentales y paliar su efecto económico. Finalmente, aunque sea consecuencia de la importancia que Irán ha cobrado recientemente a los ojos del Kremlin, Rusia parece inclinada a mantener sus esfuerzos por salvaguardar el progreso del programa nuclear iraní de su oposición internacional.

En definitiva, en un momento en el que la codependencia entre Rusia e Irán es más pronunciada que nunca, es importante tener en cuenta que la relación de estos países tiene un considerable potencial de desarrollo con beneficiosas oportunidades para ambas partes. Es por ello que, a pesar las divergencias en objetivos que puedan tener, Rusia e Irán han compartimentalizado y protegido sus intereses comunes y proyectos a largo plazo mediante el pragmatismo, de manera que resulta improbable que las tensiones menores o diferencias entre Rusia e Irán torpedeen esta transaccional pero provechosa relación47.

Álvaro Sánchez-Rey Navarro
Graduado en Diplomacia y Relaciones Internacionales
@alvarosanreyn

Referencias:

1 LÓPEZ-LAGO LÓPEZ-ZUAZO, Manuel. La competición en el contínuum. Documento de Opinión IEEE 56/2021. http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2021/DIEEEO56_2021_MANLOP_Competicion.pdf (consultado el 16/9/2023)
2 TAZMINI, Ghonchech. «Russia and Iran. Strategic Partners or Provisional Counterweights?» en Russian Foreign Policy Towards the Middle East. Ed. por Nikolay Kozhanov. C. Hurst and Co., Londres, 2022, 84-140, p, 120.
3 Ibidem, p. 121.
4 DEL POZO, Pablo. «Siria vuelve a la Liga Árabe tras 12 años de suspensión», Descifrando la Guerra. 24 de mayo de 2023. Disponible en: https://www.descifrandolaguerra.es/siria-vuelve-a-la-liga-arabe-tras-12-anos-de-suspension/ (consultado el 30/10/2023)
5 MA'OZ, Moshe. Syria and Israel: From War to Peacemaking. Oxford University Press, Nueva York, 1995, pp. 153- 154.
6 SINKAYA, Bayram. «The Role of Iran in the Syrian Conflict» en Turkey, Russia and Iran in the Middle East. Establishing a New Regional Order. Ed. por Bayram Balci y Nicolas Monceau, Springer Nature Switzerland, Cham, 2021, 93-114, p. 97.
7 KATZ, Mark. «Different but similar. Comparing Moscow’s Middle East Policies in the Cold War and Putin Eras» en Russian Foreign Policy Towards the Middle East. Ed. por Nikolay Kozhanov: C. Hurst and Co., Londres, 2022. 38-60, pp. 37-38.
8 UN PRESS. «Security Council Fails to Adopt Draft Resolution Condemning Syria’s Crackdown on Anti-Government Protestors, Owing to Veto by Russian Federation, China». 4 de octubre de 2011. Disponible en: https://press.un.org/en/2011/sc10403.doc.htm (consultado el 30/10/2023)
9 SINKAYA, Bayram. «The Role of Iran in the Syrian Conflict». Op. cit., p. 101.
10 EID, Ali y MUSTAFA, Hazem. «Hmeimim pays no bills. An investigation report reveals the impact of Russian presence at Syria’s Hmeimim air base», Novaya Gazeta Europe. 19 de enero de 2023. Disponible en: https://novayagazeta.eu/articles/2023/01/19/hmeimim-pays-no-bills-en (consultado el 30/10/2023)
11 GONZÁLEZ DEL MIÑO, Paloma y PASTOR, Juan Carlos. La política exterior de Irán. Poder y seguridad en Oriente Medio. Catarata, Madrid, 2020, p. 106.
12 SINKAYA, Bayram. «The Role of Iran in the Syrian Conflict». Op. cit., pp. 103-104.
13 Ibidem, p. 104.
14 KREMLIN. 70th session of the UN General Assembly. 28 de septiembre de 2015. Disponible en: http://en.kremlin.ru/events/president/news/50385 (consultado el 30/10/2023)
15 BORSHCHEVSKAYA, Anna. Putin’s War in Syria. Russian Foreign Policy and the Price of America’s Absence.
I. B. Tauris, Londres, 2022, p. 48.
16 Ibidem, p. 89.
17 DEL POZO, Pablo. «Siria vuelve a la Liga Árabe tras 12 años de suspensión», Descifrando la Guerra. Op. cit. 18 GONZÁLEZ DEL MIÑO, Paloma y PASTOR, Juan Carlos. «La política exterior de Irán. Poder y seguridad en Oriente Medio». Op. cit., p. 181.
19 BORSHCHEVSKAYA, Anna. «Putin’s War in Syria. Russian Foreign Policy and the Price of America’s Absence».
Op cit., pp. 82-83.
20 MARTIN, Bradley, BARNETT, D. Sean y MACARTHY, Devin. «Russian Logistics and Sustainment Failures in the Ukraine Conflict», RAND Corporation. 1 de enero de 2023, pp. 11-12. Disponible en: https://static.rusi.org/403-SR- Russian-Tactics-web-final.pdf (consultado el 30/10/2023)
21 WILLIAMS, Ian. «Russia Isn’t Going to Run Out of Missiles», CSIS. 28 de junio de 2023. Disponible en: https://www.csis.org/analysis/russia-isnt-going-run-out-missiles (consultado el 30/10/2023)
22 IRAN WATCH. «Shahed Aviation Industries». 16 de diciembre de 2022. Disponible en: https://www.iranwatch.org/iranian-entities/shahed-aviation-industries (consultado el 30/10/2023)
23 IPHR. «Terror in the details. Western-made Components in Russia’s Shahed-136 Attacks». 3 de julio de 2023,
p. 29. Disponible en: https://www.iphronline.org/western-made-components-in-shahed-136.html (consultado el 30/10/2023)
24 BORGER, Julian. «Iranian advisers killed aiding Russians in Crimea, says Kyiv», The Guardian. 24 de noviembre de 2022. Disponible en: https://www.theguardian.com/world/2022/nov/24/iranian-military-advisers-killed-aiding- moscow-in-crimea-kyiv (consultado el 30/10/2023)
25 INSTITUTE FOR THE STUDY OF WAR. Iran Update, August 1, 2023. 1 de agosto de 2023. Disponible en: https://www.understandingwar.org/backgrounder/iran-update-august-1-2023 (consultado el 30/10/2023)
26 KAPLAN, Robert D. La venganza de la geografía. RBA, Barcelona, 2017, pp. 116-117.
27 Ibidem, p. 137.
28 RASHID Yasir. «Russia-Iran-India Triangle», Center for Iranian Studies. 16 de agosto de 2022, p. 9. Disponible en: https://iramcenter.org/uploads/files/Russia-Iran-India_Triangle_INSTC-080922_v3.pdf (consultado el 30/10/2023)
29 INSTC. Inter-governmental Agreement on International ‘North-South’ Transport Corridor. Abierto a la firma el 12 de septiembre, 2000, pp. 5-7. Disponible en: https://web.archive.org/web/20170517043444/http://www.instc- org.ir/Documents%20Archive/Agreement/Agreement.pdf (consultado el 30/10/2023)
30 BUSINESS STANDARD. «India's thermal coal imports up nearly 15% in 2022, says Coalmint». 9 de enero de 2022. Disponible en: https://www.business-standard.com/article/economy-policy/india-s-thermal-coal-imports-up- nearly-15-in-2022-says-coalmint-123010900414_1.html (consultado el 30/10/2023)
31 BBC. «India's Russia oil imports jumped tenfold in 2022, bank says», BBC. 11 de mayo de 2023. Disponible en: https://www.bbc.com/news/business-65553920 (consultado el 30/10/2023)
32 RASHID, Yasir. Russia-Iran-India Triangle. Center for Iranian Studies. Op. cit., p. 7.
33 Ibidem, p. 11.
34 AVDALIANI, Emil. «The Expansion of the International North-South Transport Corridor: Geopolitical Updates», Silk Road Briefing. 4 de abril de 2023. Disponible en: https://www.silkroadbriefing.com/news/2023/04/04/the-expansion- of-the-international-north-south-transport-corridor-geopolitical-updates/ (consultado el 30/10/2023)
35 ZWEIRI, Mahjoob y ABUSHARA, Nael. «Iran’s Trade with Neighbors: Sanctions’ Impact and the Alternatives», Middle East Policy 29. 2022, 60–70, pp. 62-63. Disponible en: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/mepo.12663 (consultado el 30/10/2023)
36 SUDETIC, Brett y SHOKRI, Umud. «Iranian sanctions evasion and the Gulf’s complex oil trade», Middle East Institute. 11 de mayo de 2021. Disponible en: https://www.mei.edu/publications/iranian-sanctions-evasion-and-gulfs- complex-oil-trade (consultado el 30/10/2023)
37 IPHR. «Terror in the details. Western-made Components in Russia’s Shahed-136 Attacks». Op. cit., pp. 30-31. 38 KARNITSCHNIG, Matthew. «Iran teaches Russia its tricks on beating oil sanctions», Politico. 9 de noviembre de 2022. Disponible en: https://www.politico.eu/article/iran-russia-cooperation-dodging-oil-sanctions/ (consultado el 30/10/2023)
39 SERVICIO EUROPEO DE ACCIÓN EXTERIOR. «Financial Times - EU urged to crack down on imports of Indian fuels made with Russian oil». 16 de mayo de 2023. Disponible en: https://www.eeas.europa.eu/eeas/financial-times- eu-urged-crack-down-imports-indian-fuels-made-russian-oil_en (consultado el 30/10/2023)
40 JENTLESON, Bruce W. Sanctions: What Everyone Needs to Know. Oxford University Press, Nueva York, 2022, p. 90.
41 FINANCIAL TRIBUNE. «Iran and Russia Sign Deal to Link Banks». 29 de enero de 2023. Disponible en: https://financialtribune.com/articles/business-and-markets/116925/iran-and-russia-sign-deal-to-link-banks (consultado el 30/10/2023)
42 TAZMINI, Ghonchech. «Russia and Iran. Strategic Partners or Provisional Counterweights?». Op. cit., p. 131. 43 NOTTE, Hanna. Russia’s Invasion of Ukraine. The Iran Nuclear Price Tag. Friedrich Ebert Stiftung, febrero de 2023, p. 8. Disponible en: https://library.fes.de/pdf-files/international/20083.pdf (consultado el 30/10/2023)
44 Ibidem, pp. 5-6.
45 WEHREY, Frederic, et al. «Asymmetric Ambition and Conventional Reality: Iran’s Evolving Defense Strategy, Doctrine, and Capabilities» en Dangerous But Not Omnipotent: Exploring the Reach and Limitations of Iranian Power in the Middle East. RAND, Santa Mónica, 2009, p. 60.
46 TAZMINI, Ghonchech. «Russia and Iran. Strategic Partners or Provisional Counterweights?». Op. cit., p. 120.
47 ESFANDIARY, Dina y TABATABAI, Ariane. Triple Axis. Iran’s Relations with Russia and China. I. B. Tauris & Co., Londres y Nueva York, 2018, p. 138.