Piratería y terror en el Mediterráneo

David Morales. CEO de UC Global Security Consulting
Un nuevo frente.
Cada vez surge con más fuerza la idea de que el Daesh tiene como prioridad lanzar y atentar contra objetivos en el mar como método de llevar la inestabilidad, entorpecer e impedir el tráfico de mercancías y personas por las rutas marítimas del Mediterráneo. No es la primera vez que en los círculos de inteligencia se teoriza sobre la posibilidad de que Daesh lleve de forma abierta actos de piratería / terrorismo marítimo, desde sus bases en el Norte de África y Oriente Medio.
Las unidades de inteligencia Europeas y la OTAN han llegado a estas conclusiones debido al potencial empleo de armamento de alcance medio tipo RPG que disponen los terroristas/ piratas. Además, podrían realizar acciones más sofisticadas con el empleo de misiles de corto alcance, proveniente de los silos y arsenales saqueados durante el conflicto Libio y que tendrían como objetivo los buques petroleros, gaseros y/o mercantes); e incluso utilizar métodos de abordaje al estilo de los empleados en las costas somalíes con el fin de buscar rehenes con los que atemorizar a la opinión pública.
El potencial escenario de volver a sufrir un evento del tipo Achille Lauro (Achille Lauro fue noticia en todo el mundo cuando el 8 de octubre de 1985, en el transcurso de un crucero entre Alexandría y Port Said, cuatro terroristas árabes del Frente de Liberación de Palestina se apoderaron del buque, resultando muerto un pasajero norteamericano. El 9 de octubre, los terroristas se rindieron y la mayoría de los pasajeros regresaron a Italia) ha puesto a la asociación internacional de líneas de cruceros en alerta poniendo medidas para incrementar la seguridad de los buques. Como nota curiosa Abu Abas, el cerebro del secuestro, no fue detenido hasta que tropas especiales americanas le capturaron el 15 de abril de 2003 en Bagdad, casi dieciocho años después del secuestro del Achille Lauro.
Los buques como nuevos objetivos.
A todos nos conmocionaron las noticias que llegaban de las costas de Somalia sobre secuestros de buques mercantes y pesqueros que transitaban por las aguas del Océano Índico, trayendo a la actualidad actos de piratería, motivados por el lucro y la rapiña, que se consideraban más de otro tiempo y de otros lugares, pero que han ido desembocando en una fuente de financiación e ingresos de diferentes grupos delictivos, y donde los grupos yihadistas radicales han visto una oportunidad de buscar un nuevo medio para expandir sus ataques.
Es un nuevo escenario donde aplicar los métodos y acciones de Guerra Asimétrica aplicada en las campañas terrestres, ahora aplicadas a las operaciones marítimas. Los buques no sólo son objetivos, sino que también pueden ser utilizados o empleados como armas o plataformas desde donde dirigir, lanzar ataques, además de poder ser empleados como armas. Muchos analistas de inteligencia llevan años teorizando sobre el interés de ciertos grupos terroristas ante la idea de perpetrar un 11-S marítimo.
¿Podemos imaginar las consecuencias que supondría para la economía de un país o región que en sus principales puertos pudieran desarrollarse eventos de tipo terroristas dejando inutilizados o interrumpidos de forma parcial sus actividades comerciales? Debemos recordar que la principal entrada de mercancías sigue realizando por vía marítima.
La actual incapacidad de algunos estados del Mediterráneo para controlar su espacio marítimo de forma efectiva, con las repercusiones regionales o internacionales que ello conllevan para la seguridad de la región en general y que pueden ser utilizadas como plataformas de actuación de acciones de tipo delincuencial o terroristas a gran escala es una realidad cada vez mas palpable. No debemos ir muy lejos para comprobar que la actual situación de falta de control existente en las costas de Libia principalmente, y en menor medida pero con gran importancia en las costas de Marruecos, Túnez y Argelia, propicia que desde sus costas se lancen las oleadas de inmigrantes con destino a la frontera sur de Europa (costas de Italia, Malta, España). A éstas se les une la nueva ruta desde Siria con la llegada incontrolada de refugiados desde las zonas de Afganistan, Iraq y la propia Siria. Estas situaciones nos dan una muestra de que el Mare-Nostrum es un escenario de fácil acceso para estas organizaciones.
Los problemas que afectan al Mediterráneo afectan directa o indirectamente a toda la escena internacional, desde Oriente Medio hasta Marruecos. Existen diferentes factores desestabilizadores entre los que destacamos los siguientes:
- Libia.
La guerra civil en Libia y las peleas continuas han tenido un gran impacto en el desplazamiento interno de más de 434.000 personas en junio de 2015. El país también ha sido utilizado como un paso para refugiados libios y refugiados de otros países de África del Norte y del África subsahariana. Según la Organización Internacional de Migración, medio millón de personas habían huido de Libia durante septiembre de 2015. Se estima que 76.000 refugiados y emigrantes han viajado a Europa desde Libia en barcos con un destino incierto.
- Egipto
La actual situación de inestabilidad del país hace que exista una gran preocupación relativa a si el Daesh ocupó la península del Sinaí para actuar como un escalón en todo el Oriente Medio. Su presencia en la zona podría facilitar la realización de ataques en Egipto y aumentar la inestabilidad política en la zona. Igualmente la existencia de la continua amenaza hacia Israel en las fronteras comunes en la región del Sinaí, ha causado varios incidentes al ser interceptados cohetes lanzados hacia Israel.
- Siria.
La actual guerra a gran escala que se vive en el país, enfrentando de un lado al gobiernos sirio apoyado por Rusia, Irán y el partido político chií libanés Hezbollah y del otro a grupos insurgentes contra el gobierno, ha dado lugar a un efecto dominó en terceros países como respuesta a la expansión del llamado Estado Islámico de Irak y Siria que está amenazando el entorno de seguridad en el Mediterráneo. Por el momento, con la entrada de activistas yihadistas camuflados entre la gran masa de refugiados que acceden por mar a Europa, para así ocupar las plazas en los Balcanes desde donde lanzar sus operaciones a Europa.
Aumento de la presencia Militar.
Todos estos factores que acabamos de analizar han motivado que la presencia militar en el Mediterráneo haya aumentado considerablemente. Desde el comienzo de los ataques aéreos de los EE.UU, muchos países han establecido operaciones de vigilancia y reconocimiento en el área del Mediterráneo oriental. Esta presencia militar naval en la región se ha producido principalmente con el fin de garantizar el flujo ininterrumpido de libre comercio de un volumen anual de 200.000 barcos transitando por la región, que transportan millones de toneladas de hidrocarburos y otras mercancías desde los países productores en Oriente Medio y Asia.
Igualmente importante es destacar que en toda la costa del Mediterráneo Oriental se establece la presencia de infraestructuras criticas, puertos de estaciones de carga/ descarga y de transferencia especialmente destinadas a la explotación energética de petróleo y gas, las cuales podrían pasar a suponer objetivos de ataques terroristas con consecuencias económicas y medioambientales en la región.
Cabe destacar las tuberías de petróleo y transporte de gas natural que cruzan el mar Mediterráneo con destino a Europa, como el oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan (BTC) o el gasoducto que va desde Argelia a España, con las cuales las reservas totales de energía de la región equivalen a 30 mil millones de barriles de petróleo con un valor de mercado aproximado de 1.5 trillones USD, y donde un ataque o corte del suministro de las mismas pondrían a la económia del viejo continente en graves apuros.
Los responsables militares navales de la Union Europea han sugerido ya la posibilidad de emplear las tácticas, que tan buenos resultados les han dado en la ejecución de la Operación Atalanta desarrollada en aguas del Indico y costas de Somalia, con el fin de aplicarlas a las áreas marítimas del Mediterráneo donde se están produciendo una mayor incidencia de acciones por parte de traficantes de drogas y personas, con el objetivo de que estas acciones minimicen el impacto sobre el tráfico marítimo en la región.
El turismo: un nuevo objetivo.
Son varios los servicios secretos que han recolectado información en África y advierten de la posibilidad de la realización de una campaña de terror en las playas europeas desarrolladas por terroristas del Daesh. Pretenden infiltrarse entre la población civil haciéndose pasar por vendedores ambulantes, turistas o empleados de comercios hoteleros, con el fin de desarrollar sus acciones en complejos hoteleros y resorts vacacionales, tal y como ocurrió en Túnez.
El incremento de refugiados e inmigrantes que llegan a nuestras costas proporcionaran la cobertura de entrada a los miembros de estos grupos terroristas y sus aspirantes a asesinos, haciéndose pasar por refugiados o vendedores ambulantes de playa, camuflar un rifle de asalto entre sus bultos y ponerse a disparar cuando mejor le parezca. No parecería muy descabellado, en concreto se tiene conocimiento de planes de ataque a multitudes frente al agua para evitar que ninguna víctima pueda escapar, con el empleo de acciones suicidas.
Como ya sabemos, lugares como el sur de Francia, la costa del sol en España y las costas Italianas, son potenciales objetivos que no pueden ser descartados, especialmente sabiendo lo fácil que resultarían.
La primera mitad de año, Daesh ha tenido una gran cantidad de fracasos sobre los territorios que ocupan, empezando a perder plazas y batiéndose en retirada, motivo por el cual necesitan realizar acciones de fuerza.
Lamentablemente no existen planes para proteger las playas contra este tipo de amenazas, lo cual nos llevaría a ver una nueva evolución del terror por parte de grupos del tipo Daesh o Boko Haram.