El Sahel, epicentro de distribución de drogas… ¿también hacia Oriente Medio?

- Introducción
- ¿Por qué el Sahel constituye un epicentro de tráficos ilícitos?
- Sahel, ¿epicentro de narcotráfico, epicentro de terrorismo?
- Oriente Medio, ¿un creciente mercado para la droga que pasa por el Sahel?
- Conclusiones
Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.
Introducción
Para comenzar este documento, se hace necesaria una breve contextualización al respecto de las áreas que se tratan, con el objetivo de asegurar la rigurosidad del análisis.
Cuando se habla de Sahel, la definición más extendida es aquella que define la región como una franja de unos 5.000 kilómetros de longitud y 400 de anchura que se sitúa en la orilla sur del desierto del Sáhara1 y que atraviesa de forma horizontal todo el continente africano desde Mauritania hasta Eritrea. Normalmente cuando se habla de Sahel, se hace referencia a cinco países situados en el África Occidental: Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger2. Sin perjuicio de menciones a otros países de la zona, el presente documento se referirá a estos cinco Estados cuando hable del Sahel.
Por su parte, delimitar Oriente Medio resulta más complicado. Las diferentes acepciones del término, obedeciendo a factores geográficos, culturales o religiosos, hace necesario especificar los Estados que lo conforman. A efectos de este análisis, se empleará la agrupación (no oficial) que Naciones Unidas emplea, designando los siguientes países como Oriente Medio: Baréin, Irak, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Catar, Arabia Saudí, Siria, Emiratos Árabes Unidos, Yemen y Palestina3.
Tras esta consideración, se aborda la cuestión planteada.
¿Por qué el Sahel constituye un epicentro de tráficos ilícitos?
La situación de inestabilidad política, social y ambiental a la que se enfrentan los países del Sahel (y del África Occidental en general) supone la tormenta perfecta para el desarrollo de todo tipo de actividades ilícitas que afectan a la gobernabilidad y la seguridad no solo a nivel regional, sino también mundial. La porosidad de las fronteras, la limitada presencia del Estado en ciertas zonas, la escasez de recursos o la corrupción generalizada son tan solo algunos de los elementos que hacen de la situación del Sahel una amenaza a la que la comunidad internacional no debe dar la espalda, especialmente Europa ya que, como afirmó Ángel Losada, el que fuera alto representante de la UE para el Sahel, Sahel significa la nueva frontera avanzada de Europa4. El viejo continente no puede permitirse ignorar los desafíos que llegan desde el sur.
Tal y como afirma la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), aunque no es posible delimitar unas condiciones que tengan como consecuencia directa el desarrollo de actividades criminales sí es posible identificar algunos factores que pueden hacer vulnerables a los Estados ante este fenómeno: alto nivel de desempleo, exposición a la violencia, colapso de la democracia, instituciones débiles o un gran peso de la economía informal5. Todos estos factores, presentes en el Sahel, hacen de la región una zona especialmente atractiva para el asentamiento de grupos criminales.
El desarrollo de actividades delictivas en la región, tales como el tráfico de drogas, armas, personas o metales preciosos, tiene implicaciones negativas para la paz y el desarrollo de los países a los que afecta, exacerbando sus conflictos y sirviendo como método de financiación de los grupos terroristas que operan en la zona6, permitiéndoles orquestar atentados con un nivel de letalidad creciente.
La presencia de grupos criminales transnacionales en el Sahel no es un fenómeno nuevo: históricamente, la zona ha constituido un lugar de tránsito, un lugar por el que se movían mercancías, ideas y personas7. La colonización y el desarrollo del comercio marítimo alteraron las rutas que conectaban toda la región, favoreciendo su conversión en zona de paso de mercancías prohibidas y sustancias ilícitas8, especialmente en las zonas fronterizas entre los Estados donde traficantes y contrabandistas han controlado el movimiento de sustancias, aprovechando la ausencia de presencia estatal en las periferias y la porosidad de las fronteras. La debilidad del Estado, así como la presencia de una población a la que no le llegan los servicios mínimos son el caldo de cultivo perfecto para el tráfico ilícito9.
Las circunstancias políticas, sociales y económicas a las que se han hecho mención anteriormente han debilitado los gobiernos de la región y su capacidad para responder a esta amenaza de forma contundente. La pérdida de control del territorio debido, en parte, a unas exiguas capacidades militares y policiales por parte de los Estados africanos y la concentración de estas en los núcleos urbanos10 permite a estos grupos criminales asentarse y tomar el control de importantes rutas de tránsito en el continente.
Ya centrándose en una actividad delictiva concreta que tiene gran impacto a nivel regional pero también mundial, como es el tráfico de drogas, señalar que, a principios de los años 2000, como consecuencia de medidas represivas contra el narcotráfico en América, los cárteles latinoamericanos se vieron obligados a buscar otras rutas para introducir su mercancía en Europa, y fijaron su atención en África Occidental — principalmente países costeros como Guinea Bisáu, Sierra Leona o Ghana—, utilizando como medio el transporte aéreo. Cuando este resultó ineficaz, se consideró que la ruta por tierra pasando por el Sahel era más segura. Los grupos criminales que ya operaban en la zona decidieron desarrollar esta actividad por los altos beneficios que reportaba y desde entonces, el negocio se ha extendido hasta convertir la región en el epicentro global del tráfico de estupefacientes11.
Este tipo de negocios ilícitos, que desestabilizan las regiones en las que tienen lugar, resultan altamente rentables para aquellos grupos cuya presencia depende de que exista una situación de conflicto constante para poder desarrollarse. La debilidad del imperio de la ley en el Sahel facilita la expansión de la economía de la droga, que a su vez ofrece medios financieros para mantener o expandir los conflictos (el narcotráfico ofrece una importante fuente de financiación para grupos armados que operan en el Sahel)12.
Según la OECD, en África Occidental las principales drogas con las que se trafica son la cocaína, el cannabis y la metanfetamina, siendo la primera la más lucrativa de las tres y la que más impacto ha tenido en la economía ilícita y en la falta de estabilidad13. Se estima que un kilo de cocaína tiene un valor de unos 15.000 € al llegar a África Occidental14, lo cual resulta bastante atractivo, por ofrecer grandes beneficios en unos países tremendamente pobres en su mayoría.
Los datos que ofrece Naciones Unidas de las incautaciones de droga en el Sahel son altamente preocupantes, y permiten acercarse a la magnitud del problema: la cantidad de cocaína que se confisca está en aumento, con unos 860 kilos en el año 2022. Por su parte, el cannabis es la droga más incautada en la región, con requisas de hasta 36 toneladas en el año 2021, así como 23 toneladas de resina de cannabis15. También es preocupante el aumento tanto en producción como en consumo de drogas sintéticas de tipo anfetamina, de las cuales se requisaron 5 toneladas en 202116.
Este descontrol y esta potencial fuente de riqueza (ilícita) no solo atrae a grupos de crimen organizado, sino también a los terroristas.
Sahel, ¿epicentro de narcotráfico, epicentro de terrorismo?
Ante esta situación de devenir en un epicentro de distribución de drogas a escala global, que ya de por sí presentaba un problema, se le une, desde principios de la primera década de los 2000, la proliferación de grupos terroristas de corte yihadista en el continente africano, que han aprovechado la inseguridad de la zona para asentarse, convirtiendo el Sahel en uno de los centros del yihadismo global en la actualidad, tras la derrota del Estado Islámico en Irak y Siria. Utilizando elementos como la religión, los conflictos locales, la corrupción o el sentimiento generalizado de injusticia de la población, han conseguido apoyo en la región17.
Actualmente, los grupos yihadistas que operan en el Sahel están vinculados a los dos grandes grupos terroristas de alcance mundial: Al Qaeda (AQ) y Estado Islámico (IS)18. Entre estos grupos se encuentran el Grupo de Apoyo para el Islam y los Musulmanes, fiel a Al Qaeda, Estado Islámico en el Gran Sáhara o Estado Islámico en África Occidental, sin olvidar la presencia de Boko Haram en Nigeria19. La situación en la región es alarmante, según el Departamento de Seguridad Nacional, en el año 2023 el Sahel fue la región que registró más muertes por terrorismo yihadista del mundo: acumulan el 43 % de las víctimas20. Entre los diez países donde más atentados terroristas se han producido a escala global, tres son países sahelianos: Burkina Faso, Malí y Níger21, dando testimonio de esta triste realidad.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, uno de los principales problemas que emanan ahora mismo desde la región y que supone una seria preocupación para las fuerzas de seguridad es la proliferación y el asentamiento de estos grupos terroristas y su convergencia y colaboración con otros fenómenos delictivos como el crimen organizado transnacional dedicado al tráfico de drogas. Estos dos fenómenos delictivos acentúan la vulnerabilidad de los Estados del Sahel, restándoles autoridad a los gobiernos e impidiendo su ejercicio del monopolio de la violencia22. La interconexión entre ambos es mutuamente beneficiosa: por ejemplo, en aquellas zonas controladas por un grupo terrorista, las organizaciones criminales deberán pagar una suerte de «impuesto» para circular por sus rutas y por obtener algún tipo de protección durante el tránsito. Si bien los grupos terroristas tienen otras fuentes de financiación —secuestro, cobro de impuestos, desvío de fondos—, la colaboración con el tráfico ilegal de drogas constituirá también una fuente de ingresos23. Esto no deja de resultar curioso teniendo en cuenta que el consumo de narcóticos está estrictamente prohibido bajo la ley islámica, ley a la que (supuestamente) se adhieren estos grupos.
El ejemplo por antonomasia y como referente previo ya con un cierto recorrido temporal es el caso de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Mientras estuvo liderado por Mojtar Belmojtar, a principios de la década de 2010, cualquier cargamento que atravesara las áreas dominadas por el grupo terrorista debía pagar una suerte de «impuesto» que contribuiría a las arcas de AQMI y a su desarrollo y asentamiento en la región24. Este líder, además de lucrarse mediante el contrabando de tabaco, se sospecha que también se introdujo en el tráfico de cocaína entre Malí y Argelia25.
Además, los beneficios obtenidos a través de tráfico de drogas dieron a AQMI los medios necesarios para monopolizar el mercado de las armas surgido tras la caída del régimen de Gadafi en Libia26. Son estas armas las que, se señala, están permitiendo la campaña de terror que el grupo mantiene en el continente. Ante la falta de evidencias y la dificultad para encontrarlas, otros analistas consideran que la financiación de AQMI en lo que se refiere a tráfico de drogas está más bien centrado en imponer impuestos a cualquier mercancía que se pretenda mover por «su territorio», así como poner a disposición de los traficantes vehículos y miembros del grupo que garanticen su seguridad al transitar por zonas no controladas27.
El Estado Islámico tampoco se libra de las acusaciones de tráfico de drogas. Como consecuencia de su debilitamiento en Siria e Irak, ha tenido que buscar otras fuentes de financiación en el continente africano, y hay investigaciones que apuntan a la posibilidad de que se haya unido al negocio del tráfico de drogas. Por ejemplo, el grupo Jund al– Khilafa (vinculado a ISIS) se habría beneficiado de ofrecer protección armada a traficantes de cocaína en el norte de África28.
Del mismo modo, estas redes de narcotráfico en África (que se basan en las seculares rutas de tráfico convencionales ya existentes) han sido aprovechadas por parte de los grupos terroristas para transportar otros elementos de tráfico ilícito, como armas o cristales.
El siguiente mapa ilustra claramente como el Sahel se convierte en un centro geopolítico para el crimen organizado dedicado al tráfico de drogas.
El ejemplo más claro de colaboración entre el narcotráfico y la criminalidad en el Sahel se encuentra en la relación con los cárteles latinoamericanos, existente desde principios de la década de los 2000, como ha sido anteriormente mencionado. Sin ser este el objetivo de este análisis es necesario mencionar esta simbiosis criminal, que permite que un 35 % de la cocaína producida en Iberoamérica llegue a Europa atravesando el África Occidental29 y, por tanto, las zonas del Sahel controladas por los grupos terroristas y criminales.
Si bien la mayor parte del tráfico ilícito de drogas que pasa por el Sahel tiene como principal destino Europa, este documento presenta otra ruta que está cobrando importancia en los últimos tiempos: la ruta hacia Oriente Medio, especialmente hacia la península arábiga.
Oriente Medio, ¿un creciente mercado para la droga que pasa por el Sahel?
Ya desde hace algún tiempo, existen vinculaciones del comercio de drogas y de otros ilícitos entre Sahel y Oriente Medio, no es un fenómeno puramente actual. Ejemplo de ello es la financiación del grupo terrorista libanés Hizbulá, el cual se considera uno de los mayores actores en el comercio ilícito en África Occidental30, con una gran parte de sus ingresos derivados del tráfico de cocaína en la zona31. Gracias a datos de Interpol, salió a la luz que el tráfico de cocaína en África Occidental ha financiado numerosas operaciones de Hizbulá en el Líbano desde el año 200632.
Mantienen una estrecha colaboración con grupos criminales asentados en el Sahel que se dedican no solo al tráfico de drogas, sino también a otras actividades como el blanqueo de capitales y la falsificación de documentos. De hecho, el grupo también está acusado de tener un papel preponderante en el tráfico de los conocidos como diamantes de sangre33.
Algunos analistas afirman que parte de las ganancias que se generan mediante el tráfico se blanquean mediante la exportación de efectivo a países africanos, desde donde serán trasladados legalmente a bancos de Oriente Medio34. Es importante hacer referencia al caso de Hizbulá pues ilustra a la perfección cómo la situación de inestabilidad y vacío de poder en una zona del mundo puede afectar a la seguridad de otras regiones, lo cual muestra la cara menos amable de la globalización. Por ello, se hace necesario estudiar posibles nuevos escenarios que supongan una mayor desestabilización de la región del Sahel, como puede ser el desarrollo de un nuevo mercado de consumo de estupefacientes en Oriente Medio.
Resulta altamente complicado predecir nuevas tendencias en los hábitos de consumo de drogas, especialmente si se habla de los países árabes, en los que el consumo de este tipo de sustancias sigue constituyendo un tabú. Sin embargo, existen algunos datos que son de utilidad para identificar patrones de conducta que contribuyen a esbozar posibles escenarios futuros. Para ello, se hace referencia al aumento en el consumo, el precio al que se comercializa la droga y las cantidades detectadas en la región.
La península arábiga, que hasta hace poco había servido de zona de tránsito de drogas hacia el resto de Oriente Medio por la existencia en la misma de numerosos puertos, se está convirtiendo en la última década, además y también, en un mercado de consumo, si se atiende a factores como las cifras de que se dispone de uso de estas sustancias en la región35.
Entre las drogas que más alarma generan en Oriente Medio, se puede destacar la cocaína y las drogas sintéticas (principalmente anfetaminas), por ser estas las que más preocupan a organismos como Naciones Unidas, que en el Informe Mundial sobre las Drogas del año 2023 ya apunta, entre otros datos, que los mercados de la cocaína están expandiéndose fuera de sus mercados tradicionales (América del Norte y Europa) y creciendo en otros lugares, como en Oriente Medio36. Del mismo modo, las sustancias que contienen anfetaminas en distintas concentraciones siguen al alza en la misma región37.
Atendiendo a la información que ofrecen documentos como el Global Report on Cocaine de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) del año 2023, el golfo Pérsico merece especial atención, por el potencial riesgo que presenta en convertirse en un nuevo mercado para la droga proveniente del Sahel, pues parte de esta cocaína que llega a Oriente Próximo ha tenido que atravesar el Sahel para alcanzar las costas del Mediterráneo y poder arribar a su destino final38. Si bien el principal mercado para la cocaína en la zona se encuentra en Israel y el Líbano39, los datos avalan el desarrollo de un mercado potencial en los países del Golfo.
Abundando en la importancia creciente de esta región como mercado de consumo de drogas, se identificó a los Emiratos Árabes Unidos como uno de los tres principales destinos de cocaína40; de hecho, en octubre de 2021 se incautó de media tonelada de esta droga en el país41. Del mismo modo, las autoridades saudíes han detectado un incremento en el tráfico de cocaína por aire desde Nigeria, llegando a ser Arabia Saudí el principal importador de cocaína desde ese país de 2020 y 2021. Las mismas declaraciones llegan desde Ghana y Benín: ambos países identifican el reino saudí como uno de los principales importadores de la cocaína42.
Por su parte, UNODC en su Informe Mundial sobre las drogas de 2023 establece que las anfetaminas en forma de «captagón» es la droga que más preocupación suscita43. El captagón es una sustancia ilícita compuesta principalmente por anfetaminas en distintas concentraciones, fabricada en su mayoría en Siria y el Líbano y con un alto porcentaje de consumo en los países del Golfo44. Es especialmente preocupante el caso de Arabia Saudí, donde los datos de abuso de esta sustancia no paran de crecer, siendo la droga de preferencia de la juventud del reino (la mayoría de sus consumidores tienen entre 12 y 22 años)45. Como simple dato ilustrativo de esto, más de mil millones de pastillas de captagón fueron incautadas en los países árabes del golfo entre 2019 y 202246.
Por lo tanto, Naciones Unidas apunta a la posibilidad de un mercado de la metanfetamina en Oriente Medio47. Droga que también se está extendiendo más allá de sus mercados tradicionales de consumo, si se atiende a las cifras de incautaciones que informan otras regiones como África Occidental48.
Este posible nuevo y gran mercado de metanfetamina en la región resulta preocupante si se contrasta con otro dato que ofrece Naciones Unidas, referente a la producción de dicha sustancia: en el periodo 2012 – 2021 se clausuraron en el continente africano 28 laboratorios clandestinos dedicados a la fabricación de metanfetaminas. Según el mismo organismo, es probable que la fabricación clandestina de esta sustancia se siga dando en el continente africano49.
En cuanto a los opioides, existe una epidemia en la región relativa al consumo no médico de tramadol, que también es altamente preocupante (preocupación que comparten con el África Occidental)50. El tramadol es un opioide sintético cuyo fin terapéutico es aliviar el dolor moderado y que, en dosis superiores a las prescritas por los facultativos, genera una sensación de dependencia al igual que otras sustancias opioides como la morfina.
No solo se presta atención al aumento y las tendencias en el consumo, que ya de por sí es un indicador de que la región merece estar en el radar; también deben ser tenidos en cuenta otros datos como el aumento en las incautaciones de droga. Por ejemplo, en el año 2022, las autoridades saudíes incautaron el mayor cargamento de anfetaminas en la historia del país, cerca de 47 millones de pastillas, haciendo que Arabia Saudí comience a ser considerada como la capital de la droga de Oriente Medio, creciendo como punto de destino no solo para narcotraficantes del Sahel, sino también de otras zonas como Siria y el Líbano51.
Otro aspecto interesante que tener en cuenta es el precio al que se comercializa la droga en esta zona: la cocaína más cara se vende en Arabia Saudí, donde alcanza los 533 dólares por gramo. En Emiratos Árabes Unidos, 401 dólares por gramo y en Kuwait 319, de tal modo que de los diez países donde la cocaína se vende más cara, tres son países del Golfo52 . Esto puede ser un indicador de que la disponibilidad de la droga aún es baja, pero el mercado de consumo comienza a expandirse, por lo que presenta una oportunidad perfecta para los narcotraficantes: los datos indican que los países del Golfo constituyen uno de los mercados más grandes y lucrativos para el narcotráfico internacional, y este fenómeno no hace más que crecer.
Por su parte, la resina de cannabis procedente de Marruecos, una droga también bastante consumida en la región, ya en el año 2008 transitaba por Mauritania, Malí y Nigeria hasta llegar a Oriente Medio, donde, una vez atravesado el mar Rojo, el precio era de unos 4.000 euros el kilo53.
Cuando se habla de precios y de beneficios, necesario es mencionar el caso del captagón por lo altamente lucrativo que resulta. Esta sustancia, la droga de preferencia en los países del Golfo, es barata y sencilla en su fabricación y ofrece grandes beneficios: la producción de una tabla de comprimidos cuesta unos céntimos (en dólares estadounidenses), y se puede vender por 20 dólares en Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos54.
Otra línea de investigación interesante el análisis de la ruta en sentido inverso, es decir, la droga que procede de Oriente Medio y pasa por el Sahel hacia su destino final, normalmente Europa. Un ejemplo de esto podría ser la heroína que, desde Oriente Medio, entra en el continente africano a través de África Oriental, desde donde es transportada hacia el Sahel y de ahí hacia otros mercados55: desde Irán, esta droga llega en contenedores que serán transportados a través de complejas rutas que atravesarán el Sahel56. Por su parte, el captagón, que se fabrica principalmente en Siria y el Líbano, parece estar llegando a nuevos destinos, entre ellos el norte de África y África Occidental, aunque aún no se dispone de información suficiente para saber si existe un mercado de consumo de esta droga en el continente africano57.
A la luz de todos estos datos, se puede constatar el potencial que el mercado de Oriente Medio ofrece para los grupos criminales operantes en el Sahel, proporcionando un nuevo escenario donde expandir el negocio y seguir enriqueciéndose, contribuyendo a perpetuar la situación de inseguridad ya latente en la zona.
Conclusiones
Habida cuenta de la creciente demanda que presentan los países de Oriente Próximo de drogas como la cocaína o la metanfetamina, y de las buenas perspectivas económicas que ofrece su mercado, especialmente la península arábiga, habrá que prestar atención ante un posible aumento del tráfico de drogas desde el Sahel hacia dicha región.
El amplio margen de beneficios que ofrece debido a los elevados precios (principalmente en las monarquías del Golfo) y a una oferta aun relativamente baja, puede resultar muy atractivo para los grupos criminales que se dediquen al tráfico de estupefacientes.
Esa expansión del negocio hacia los países de Oriente Medio contribuiría a una desestabilización aún mayor de los países del Sahel, financiando movimientos armados y grupos terroristas, lo cual no es una buena noticia para nadie: ni para Oriente Medio, ni para las poblaciones del Sahel, ni para Europa.
Lucía Guerrero Jurado*
Máster en Análisis y Prevención del Terrorismo
Referencias:
1 SÁNCHEZ HERRÁEZ, Pedro. «El Sahel: epicentro yihadista en África Occidental», Cuaderno de estrategia n.º 214. Instituto Español de Estudios Estratégicos. 15 de mayo de 2022, p. 81. Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE_214/Cap_3_El_Sahel_epicentro_yihadista_en_Africa_Occidental.pdf NOTA: Todos los enlaces están disponibles en la fecha de cierre de este documento, 1 de mayo de 2024.
2 Ídem.
3 Esta designación se puede encontrar en documentos como el Global Cocaine Report de 2023. Disponible en: https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/cocaine/Global_cocaine_report_2023.pdf
4 PUIG, Oriol. El Sahel, la otra frontera de Europa. Barcelona Centre for International Affairs. 13 de julio de 2020. Disponible en: https://www.cidob.org/ca/publicacions/series_de_publicacio/notes_internacionals/n1_230/el_sahel_la_otra_frontera_ de_europa
5 OECD. Illicit Financial Flows. The Economy of Illicit Trade in West Africa. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, 2018, p. 32. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1787/9789264268418-en
6 OECD. Illicit Financial Flows. The Economy of Illicit Trade in West Africa. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, 2018, p. 5. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1787/9789264268418-en
7 PUIG, Oriol. El Sahel, la otra frontera de Europa. Barcelona Centre for International Affairs. 13 de julio de 2020. Disponible en: https://www.cidob.org/ca/publicacions/series_de_publicacio/notes_internacionals/n1_230/el_sahel_la_otra_frontera_ de_europa
8 BAMBA GAYE, Serigne. Connections between Jihadist groups and smuggling and illegal trafficking rings in the Sahel. FES Peace and Security Series, 2018, p. 8. Disponible en: https://library.fes.de/pdf-files/bueros/fes- pscc/14176.pdf
9 Ídem, p. 8.
10 SÁNCHEZ HERRÁEZ, Pedro. «El Sahel: epicentro yihadista en África Occidental», Cuaderno de estrategia n.º 214. Instituto Español de Estudios Estratégicos, 15 de mayo de 2022, p.104. Disponible en:
https://www.ieee.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE_214/Cap_3_El_Sahel_epicentro_yihadista_en_Africa_Occidental.pdf.
11 Ídem, p. 10.
12 TOCTA Sahel. Drug trafficking in the Sahel. UNODC, 2023, p. 9. Disponible en: https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/tocta_sahel/TOCTA_Sahel_drugs.pdf
13 OECD. Illicit Financial Flows. The Economy of Illicit Trade in West Africa. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, 2018, p. 62. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1787/9789264268418-en
14 BAMBA GAYE, Serigne. Connections between Jihadist groups and smuggling and illegal trafficking rings in the Sahel. FES Peace and Security Series, 2018, p. 10. Disponible en: https://library.fes.de/pdf-files/bueros/fes- pscc/14176.pdf
15 UNODC. World Drug Report. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2023, p. 189. Disponible en: https://www.unodc.org/res/WDR-2023/WDR23_B3_CH8.pdf
16 Ídem.
17 TOUAZI, Ilas. «African narco-jihadism among Al Qaeda and Islamic State affiliates: waging a halal war by harm means», International Team for the Study of Security. 8 de febrero de 2024. Disponible en: https://www.itssverona.it/african-narco-jihadism-among-al-qaeda-and-islamic-state-affiliates-waging-a-halal-war-by- haram-means
18 SÁNCHEZ HERRÁEZ, Pedro. «El Sahel: epicentro yihadista en África Occidental», Cuaderno de estrategia n.º 214. Instituto Español de Estudios Estratégicos, 15 de mayo de 2022, p. 86. Disponible en:
https://www.ieee.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE_214/Cap_3_El_Sahel_epicentro_yihadista_en_Africa_Occidental.pdf
19 Ídem, p. 87.
20 DEPARTAMENTO DE SEGURIDAD NACIONAL. Índice Global de Terrorismo 2023: África, epicentro mundial de la violencia yihadista. 26 de marzo de 2023. Disponible en: https://www.dsn.gob.es/es/actualidad/sala- prensa/%C3%ADndice-global-del-terrorismo-2023-%C3%A1frica-epicentro-mundial-violencia
21 OBSERVATORIO INTERNACIONAL DE ESTUDIOS SOBRE TERRORISMO. Anuario del terrorismo yihadista 2023. 2024, p. 17. Disponible en: https://observatorioterrorismo.com/eedyckaz/2024/03/ESP-ANUARIO-2023-1.pdf
22 BAMBA GAYE, Serigne. Connections between Jihadist groups and smuggling and illegal trafficking rings in the Sahel». FES Peace and Security Series, 2018, p. 7. Disponible en: https://library.fes.de/pdf-files/bueros/fes- pscc/14176.pdf
23 AGUILERA, Ana. «La relación entre el terrorismo y tráfico de drogas en África», Revista Internacional de Estudios sobre Terrorismo, n.º 7. 2022, pp. 36–44, p. 39. Disponible en: https://rietjournal.org/wp- content/uploads/2023/01/ES_RIET_2022_N7_La-relacion-entre-el-terrorismo-y-el-trafico-de-drogas-en-africa_Ana- Aguilera_art3.pdf
24 Ídem.
25 RABASA, Ángel; SCHNAUBELT, Christopher M.; CHARLK, Peter et al. «Counternetwork. Countering the Expansion of Transnational Criminal Networks», RAND Corporation. 27 de enero de 2017, p. 118. Disponible en: https://www.rand.org/pubs/research_reports/RR1481.html
26 Ídem, p. 103.
28 CLARKE, Colin P. «ISIS is so desperate its turning to the Drug Trade», RAND Corporation. 25 de julio de 2017. Disponible en: https://www.rand.org/pubs/commentary/2017/07/isis-is-so-desperate-its-turning-to-the-drug-trade.html
29 SÁNCHEZ HERRÁEZ, Pedro. «El Sahel: epicentro yihadista en África Occidental», Cuaderno de estrategia n.º 214. Instituto Español de Estudios Estratégicos, 15 de mayo de 2022, p. 97. Disponible en:
https://www.ieee.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE_214/Cap_3_El_Sahel_epicentro_yihadista_en_Africa_Occidental.pdf 30 RABASA, Ángel; SCHNAUBELT, Christopher M.; CHARLK, Peter et al. «Counternetwork. Countering the Expansion of Transnational Criminal Networks», RAND Corporation. 27 de enero de 2017, p. 97. Disponible en: https://www.rand.org/pubs/research_reports/RR1481.html
31 Ídem, p.118.
32 Ídem, p. 119.
33 Ídem. Se entiende por diamantes de sangre aquellos diamantes que se obtienen en países en conflicto, donde la extracción de realiza en condiciones de violación flagrante de derechos humanos y cuyo destino es la financiación de actividades ilícitas.
34 SUN WYLER, Liana. Illicit Drug Trade in Africa: Trends and U.S Policy». Congressional Research Service, 26 de febrero de 2010, p. 6. Disponible en: https://www.everycrsreport.com/files/20100226_R40838_99475d8489a68c9e8930d38c218ec2c18871da6e.pdf
35 PANDURANGA, Prashanth; AL-ABRI, Seif; AL-LAWATI, Jawad. «Intravenous drug abuse and tricuspid valve endocarditis: growing trends in the Middle East Gulf Region», World Journal of Cardiology. 26 de noviembre de 2013. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4017343/
36 UNODC. World Drug Report. Punto de interés especiales. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. 2023, p. 11. Disponible en: https://www.unodc.org/res/WDR-2023/WDR23_SPI_Spanish.pdf
37 UNODC. World Drug Report. Resumen Ejecutivo. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. 2023.
p. 46. Disponible en: https://www.unodc.org/res/WDR-2023/WDR23_ExSum_Spanish.pdf
38 UNODC. World Drug Report. Developments and emerging trends in selected drug markets. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2023, p. 157. Disponible en: https://www.unodc.org/res/WDR- 2023/WDR23_B3_CH8.pdf
39 UNODC. Global Cocaine Report. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2023, p. 129. Disponible en: https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/cocaine/Global_cocaine_report_2023.pdf
40 Ídem, p. 120.
41 UNODC. Global Cocaine Report. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2023, p. 130. Disponible en: https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/cocaine/Global_cocaine_report_2023.pdf
42 Ídem, p. 130.
43 UNODC. World Drug Report. The synthetic Drug Phenomenon. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2023, p. 11. Disponible en: https://www.unodc.org/res/WDR-2023/WDR23_B3_CH1_Synthetic_drugs.pdf
44 UNODC. World Drug Report. Resumen ejecutivo. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2023,
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45 VOHRA, Anchal. «Saudi Arabia is the Middle East’s Drug Capital», Foreing Policy. 20 de diciembre de 2021. Disponible en: https://foreignpolicy.com/2021/12/20/saudi-arabia-is-the-middle-easts-drug-capital/
46 SHAAR, Karam. «No quick fixes for the Middle East’s captagon crisis», Atlantic Council. 24 de agosto de 2023. Disponible en: https://www.atlanticcouncil.org/blogs/menasource/middle-east-captagon-crisis/
47 UNODC. World Drug Report. Resumen ejecutivo. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2023,
p. 46. Disponible en: https://www.unodc.org/res/WDR-2023/WDR23_ExSum_Spanish.pdf
48 UNODC. World Drug Report. Resumen ejecutivo. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2023,
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49 UNODC. World Drug Report. Developments and emerging trends in selected drug markets. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2023, p. 169. Disponible en: https://www.unodc.org/res/WDR- 2023/WDR23_B3_CH8.pdf
50 UNODC. World Drug Report. Resumen ejecutivo. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2023,
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51 POURAHMADI, Adam. «Saudí Arabia is becoming the drug capital of the Middle East», CNN. 2 de septiembre de 2022. Disponible en: https://edition.cnn.com/2022/09/02/middleeast/saudi-drug-capital-mime-intl/index.html
52 UNODC. Global Cocaine Report. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2023, p. 95. Disponible en: https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/cocaine/Global_cocaine_report_2023.pdf
53 IEEE. Documento de trabajo: Terrorismo y tráfico de drogas en África subsahariana. Instituto Español de Estudios Estratégicos, 2013, p. 63. Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_trabajo/2013/DIEEET01- 2013_IEEE-IMDEP.pdf
54 GIBON, Clément. «Middle East´s drug of choice», Le monde diplomatique. Julio de 2023. Disponible en: https://mondediplo.com/2023/07/03captagon
55 UNODC. The Afghan Opiate Trade and Africa. A Baseline Assestment. Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2016, p. 33. Disponible en: https://www.unodc.org/documents/data-and- analysis/Afghanistan/Afghan_Opiate_trade_Africa_2016_web.pdf
56 BAMBA GAYE, Serigne. Connections between Jihadist groups and smuggling and illegal trafficking rings in the Sahel. FES Peace and Security Series, 2018, p. 12. Disponible en: https://library.fes.de/pdf-files/bueros/fes- pscc/14176.pdf
57 ROSE, Caroline & SÖDERHOLM, Alexander. The Captagon Threat. New Lines Institute, 5 de abril de 2022, p. 4. Disponible en: https://newlinesinstitute.org/state-resilience-fragility/illicit-economies/the-captagon-threat-a-profile-of- illicit-trade-consumption-and-regional-realities/