Malasia, ¿actor relevante u observador pasivo?

Atalayar_IEEE Malasia

En mitad de una región por donde pasa un tercio del comercio mundial, identificado como uno de los choke points más importantes del mundo, costeando aguas en constante tensión por los derechos territoriales, se encuentra un país que puede ser clave para la seguridad y la estabilidad de la región, y del comercio mundial: la Federación malaya.

Debido a su situación geográfica, la Federación ha estado siempre vinculado al comercio mundial. Desde su independencia, ha tratado de ser un país abierto al comercio. Mediante su apertura, ha conseguido exitosamente reducir sus altas tasas de desigualdad y pobreza en los últimos 30 años. Según el Banco Mundial, cerca del 40 % de los puestos de trabajo de Malasia están vinculados a las actividades de exportación. Como otro tigre asiático más, ha mantenido altos índices de crecimiento, siendo este de media del 5,4 %, desde 2010, y se espera que logre su transición de economía de renta media-alta a economía de renta alta en 2024.

Una mayor prosperidad trae consigo una mayor independencia estratégica. Los gobernantes del país son plenamente conscientes de los retos a los que se enfrenta la región, que incluso amenazan su estado de desarrollo. Para ello, el país debe jugar a mantener equilibrios geoestratégicos complicados, a la vez que mantiene su independencia y neutralidad características.

El país persigue dotarse de más y mejores medios que le permitan mantener la libre navegación y proteger sus intereses en la región. A la vez está llevando a cabo una estrategia diplomática que acompañe a este nuevo impulso de convertirse en una potencia media regional, sin depender de grandes alianzas con las grandes potencias, tanto regionales como mundiales.

Malasia está convirtiéndose poco a poco en un actor relevante en un escenario que ya, hoy, ha pasado a ser el nuevo centro mundial, tanto por su peso económico como por el volumen de población que reside en la región. Toda acción que se lleve a cabo en este nuevo centro tiene graves repercusiones. Y Malasia quiere convertirse en un actor relevante en un escenario lleno de gigantes. Para ello, está desarrollando las estrategias que veremos a continuación.

Composición del país

Malasia, país del Sudeste Asiático, está compuesto por dos regiones no contiguas: Malasia peninsular, ubicada en la península malaya; y Malasia Oriental, en la isla de Borneo. La capital, Kuala Lumpur, se encuentra en la parte occidental de la península; el centro administrativo, Putrajaya, está situado 25 km al sur de la capital.
El país cuenta con varios vecinos. Malasia peninsular comparte frontera terrestre con Tailandia, y marítima con Vietnam. Por el sur, tiene una frontera marítima con Singapur y con Indonesia. Malasia Oriental comparte frontera terrestre con Indonesia y con el sultanato de Brunéi, y fronteras marítimas con Filipinas y con Vietnam. Sus vecinos son una de las mayores potencias emergentes, como es Indonesia, y la ciudad-Estado que es el tercer centro financiero mundial y el segundo puerto que más mercancías mueve, Singapur.

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Tras su rápida independencia en 1957, el país tuvo que afrontar una gran cantidad de retos, políticos y militares. El primero fue una breve invasión de Indonesia, ocasionado por las grandes tensiones raciales que existían. Posteriormente sufrieron una insurgencia comunista esporádica en Sarawak, el desencanto periódico en Malasia Oriental por las políticas federales y el dominio de Malasia peninsular, y la secesión de Singapur de la federación (a instancias de Malasia) en 19651.

A pesar de estas dificultades, se mantuvo un sistema político parlamentario cuasi democrático que incluye elecciones periódicas y una diversidad política moderada. También cuenta con algunas restricciones a las libertades civiles, como la prohibición de debatir en público temas considerados como «delicados».
Los estados y territorios federales de Malasia son las principales divisiones administrativas del país. Malasia es una federación de 13 estados y 3 territorios federales. Los estados comparten el gobierno con el Gobierno federal, mientras que este administra los 3 territorios federales.

Otro elemento característico es que es un país multiétnico y multicultural. Esta característica es determinante cuando los políticos deben tomar decisiones y fijar la estrategia del país. Aproximadamente, la mitad de la población es de etnia malaya. Cuenta con minorías de chinos, indios y pueblos indígenas. La lengua oficial del país es el malayo. El inglés se mantiene como una segunda lengua. Aunque se reconoce al islam como la religión establecida en el país, la constitución concede la libertad de religión a los no musulmanes2. El islam es uno de los factores más importantes que distinguen a un malayo de un no malayo y, por ley, todos los malayos son musulmanes. Esto representa tres quintas partes del país.

Al independizarse, Malasia se constituyó como una federación de antiguas colonias de Reino Unido. El sistema de gobierno está inspirado en el sistema parlamentario de Westminster, aprovechando los sistemas existentes. El jefe de Estado es el rey, cuyo título oficial es Yang di-Pertuan Agong. Este es elegido para un mandato de cinco años entre los nueve gobernantes hereditarios de los estados malayos. Los otros cuatro estados, que tienen gobernadores titulares, no participan en la selección. Actualmente, reina el XVI rey de Malasia y sultán del estado de Pahang, Al-Sultan Abdullah3.

Dado su carácter peninsular e isleño, el mar y sus recursos constituyen el centro de la política de seguridad del país. Su situación en un enclave crucial, le ha permitido desarrollarse aprovechándose de ello. Eso implica mantener excelentes relaciones con todos sus vecinos, y con las grandes potencias presentes en la zona. La estabilidad de su sistema político ha permitido que pasase de ser un país pobre, exportador de materias primas principalmente, a albergar sólidos sectores industrial y de servicios, impulsando al país a convertirse en uno de los principales exportadores de aparatos eléctricos y piezas y componentes electrónicos.

Actualmente, Malasia es una de las economías más abiertas del mundo, con una ratio comercio/PIB que supera el 130 % de media desde 2010. La apertura al comercio y a la inversión ha sido decisiva para la creación de empleo y el aumento de la renta, ya que cerca del 40 %4 de los puestos de trabajo de Malasia están vinculados a las actividades de exportación. Su economía es dependiente de la estabilidad en la región. Por ello, es crucial para su seguridad mantener la paz en la zona.

Posicionamiento geopolítico

Los retos a los que se enfrenta el recién elegido primer ministro Mahathir Mohamad no son menores. En su guía sobre política exterior, hace una referencia explícita a las disputas territoriales en el mar de la China meridional5. Aparte de ser un tema crucial para la seguridad del país, abarca otros problemas derivados, como son la inmigración irregular y el terrorismo. A continuación, se detallan algunos de los principales retos.

Las islas Paracel, las islas Spratly, las islas Patras… Todos conflictos que asolan el mar de China Meridional, considerado para China como su «mar Mediterráneo»6. Es un área de gran tensión geopolítica, de importancia comercial y de generación de conflictos entre vecinos. Su importancia radica en que a través de este mar circulan más de 3 billones de dólares7 en comercio, cerca de un tercio del total. La zona es vital para la supervivencia de China, ya que por ella circula el 39 % de su comercio exterior8. Es, por tanto, una ruta imprescindible para abastecer a una población creciente y demandante de mayores productos. Además, cuenta con grandes caladeros de pesca, fuente de riqueza para cualquier país litoral. Y, por si fuera poco, en un mundo donde las necesidades y demandas de energía no dejan de crecer, a pesar de la crisis del coronavirus, en sus profundidades alberga reservas de gas y petróleo. Toda una baza de poder para quien controle estás aguas.

Para llegar a estas aguas, visto desde una perspectiva europea, antes hay que atravesar otro canal muy conocido, el estrecho de Malaca. Es una zona de paso imprescindible para conectar el Índico, y sus países ribereños, con los países de Asia-Pacífico. Es un estrecho de mar cuya longitud es de 500 millas náuticas, y con un ancho que va desde las 40 millas náuticas en su parte más estrecha, hasta las 155 millas náuticas9. Por este reducido espacio, circula el 60 % del comercio por mar, alrededor de ciento cincuenta buques al día. Esta es la principal vía de suministro de petróleo de la segunda y tercera potencias económicas, Japón y China, más de 16 millones de barriles al día10. Después del estrecho de Ormuz, es por este estrecho por donde pasa la mayor cantidad de petróleo. Teniendo en cuenta el crecimiento considerable de economías de la región, como Tailandia e Indonesia, se espera que este flujo no haga sino más que aumentar. Además, no es el único estrecho existente. Son también cruciales para el comercio del Sudeste Asiático, y para las principales rutas internacionales, los estrechos de Makassar, Lombok o Sunda.

Esta situación obliga al Gobierno malayo a implicarse en la seguridad de la región. Su estrategia pasa por mantener su estatus de país no alineado y los tratos pragmáticos con Estados Unidos y China. Mantiene la posición como miembro de la ASEAN y el rechazo por la hegemonía de las grandes potencias en la zona. El desarrollo de la economía de Malasia a través de sus relaciones comerciales es crucial para su supervivencia; y la promoción de las cuestiones de derechos humanos en particular, las que afectan a los musulmanes.

Estrategia diplomática

En línea con lo anterior, el gobierno está renovando la política previa de «mirar hacia el este», planificando la mejora de sus mecanismos de defensa en el mar de la China meridional11. Sus objetivos implican mejorar sus capacidades defensivas para así proteger sus intereses, en línea con los de la ASEAN, considerando como actores principales a los países de Asia-Pacífico.

En esa política de «mirar hacia el este», que tanto éxito le ha reportado en el pasado al país, se enmarcan sus relaciones con China. A Mahathir, el primer ministro, le gusta señalar que China, a diferencia de los portugueses que colonizaron la península malaya a los dos años de su llegada en 1509, nunca ha «conquistado» Malasia, a pesar de ser su vecina desde hace casi 2000 años12. Pese a criticar al ejecutivo anterior por las relaciones desiguales que se daban entre ambos países, Mahathir volvió a apoyar recientemente la Belt and Road Iniciative de una manera más equilibrada. La revisión, la cancelación y la suspensión por parte del gobierno de megaproyectos en Malasia que implican inversiones chinas evitan al Gobierno entramparse en deudas con China y mantener su neutralidad e independencia.

En línea con la estrategia emprendida, se dio en la región un suceso trascendental para el mundo. El 15 de noviembre de 2020, se firmó el Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés)13. Su éxito reside en los países que lo forman, que además de a diez miembros de la ASEAN, incluye a China, Japón, Corea del Sur y Australia y Nueva Zelanda. Dicho acuerdo ha constituido el bloque comercial más grande del planeta. Su población integra a más de 2300 millones de personas, representando cerca del 30 % de la economía mundial14. Mediante este acuerdo, los países podrán acordar normas que regulen sus intercambios comerciales. No solo para el intercambio de bienes y servicios, sino que también hace hincapié en la inversión transfronteriza, contemplando incluso un capítulo especial para el comercio electrónico. Mediante este acuerdo, la región pasa a convertirse en el epicentro económico del mundo.

Tras su firma, Malasia podría convertirse en uno de los mayores beneficiarios, por el acceso al amplio mercado y a la inversión extrajera directa que conlleva. Por ejemplo, reducir las barreras comerciales entre sus principales socios comerciales, como son China (25 % del comercio) Japón y Corea del Sur (18 % entre los dos) beneficia a las empresas del país. De cara a atraer inversión, según la clasificación del entorno empresarial de Economist Intelligence Unit en 2019, Malasia encabeza la lista de países de la ASEAN en cuanto a la competitividad de los mercados emergentes. Para canalizar dichos beneficios, el Gobierno ha planeado, en sus presupuestos de 2021, convertirse en un centro de comercio e inversión a través de diversas iniciativas en el marco de los paquetes de estímulo Penjana y Prihatin.

La estrategia de seguridad del país trata de complementar su política comercial, al garantizar unas relaciones abiertas y amistosas con el mayor número posible de países, que maximice el acceso a sus mercados, la inversión y la transferencia de tecnología. Por otro lado, intenta compensar los desafíos en seguridad de China con sus intereses comerciales, al defender la libertad del tránsito de mercancías, especialmente por sus aguas.

Al mismo tiempo, las relaciones de defensa entre Malasia y Estados Unidos, consolidadas mediante el acuerdo del Grupo Bilateral de Formación y Consulta en 1984, se han mantenido estables a pesar de los vaivenes políticos. El Gobierno persigue mantener su estrategia de no alineación con cualquiera de las potencias, algo de lo que piensa que solo puede salir perjudicado, puesto que su país vive de ser un enclave comercial estable.

Su seguridad en una región en tensión

El nuevo Gobierno ha adoptado una estrategia de seguridad que le permita proteger su integridad como estado y sus intereses. Dicha estrategia está recogida en el Primer Libro Blanco de la Defensa de Malasia15. Es la primera vez que se presenta una línea de actuación en este campo para los próximos 10 años.

Uno de los principales objetivos es el de mejorar las capacidades de las fuerzas armadas y otras agencias de seguridad, incrementar el sentimiento de necesidad de estar listos ante cualquier incidencia, y tener una capacidad de respuesta apropiada, así como participar más activamente en iniciativas regionales, manteniendo su estrategia diplomática de no alineamiento.

El plan hace referencia a la descripción geográfica del país, descrita en términos estratégicos como una «nación marítima con raíces continentales», cuya ubicación geográfica le ha permitido ser un «eje de unión» entre los océanos Índico y Pacífico a través del estrecho de Malaka y el mar de la China Meridional. Gracias a esta situación, su objetivo es el de convertirse en una potencia media regional. Dentro de dicha estrategia, se encuentra solucionar los problemas de porosidad en las fronteras y la amenaza de la piratería en sus aguas, cruciales para el comercio mundial.

Con una oposición en la que se encuentran miembros del anterior gobierno, llegar a acuerdos parlamentarios para que las fuerzas de seguridad y defensa de Malasia estén mejor dotadas, equipadas y mantenidas está siendo de fácil acuerdo.

La Real Fuerza Aérea de Malasia planea actualizar su flota de aviones con capacidades de patrullaje marítimo de espectro completo, complementadas con vehículos aéreos no tripulados, con el fin de patrullar mejor las zonas marítimas de Malasia en el mar de la China Meridional y sus alrededores, donde China está incrementando su presencia. Esto se suma a varios aviones de transporte que están siendo reconvertidos para funciones de vigilancia marítima, en el marco de la Iniciativa de Seguridad Marítima financiada por Estados Unidos. De nuevo se refleja su estrategia de no alineamiento, y como esta redunda en su beneficio.

Los conflictos en el mar de la China Meridional

Mantener la soberanía de las aguas resulta crucial para el país, ya que actualmente está viendo sus intereses perjudicados. La agresiva reacción de China contra las actividades de exploración de West Cappella contratadas por Petronas en mayo de 202016 ha sido una advertencia de que cualquier actividad futura de Malasia en materia de hidrocarburos en sus aguas conlleve un nivel de riesgo mucho mayor. La amenaza que sienten por parte de China se acrecienta cuando ve que sus unidades militares chinas que antes tenían su sede en la isla de Hainan, ahora se encuentran desplegadas en aguas disputadas, amenazando a la flota pesquera del país. Y no es el único que ha acercado sus tropas. Indonesia ha militarizado las islas Natuna en respuesta a su creciente percepción de la amenaza china.

Las crecientes disputas en el mar de la China Meridional, entre grandes potencias como actores como EE. UU. y China, acrecientan la preocupación de Malasia de verse involucrada en un conflicto del que solo puede salir perjudicada. Dichas tensiones incluso han provocado división en el seno de la ASEAN, eje central de la política comercial y diplomática del país. Varias declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, Hishammuddin Hussein, entre julio y septiembre, han puesto de manifiesto la preocupación de Malasia por verse «arrastrada y atrapada»17 en esta espiral viciosa. Para ello, este nuevo Gobierno está tratando de mejorar sus capacidades de seguridad. Cierto es que lo tiene complicado, dado sus altos niveles de deuda, y las proyecciones de crecimiento, no permitirá cubrir sus ambiciosos planes. A pesar de ello, el país ha pasado de esperar, a implicarse en un conflicto creciente, tratando de dotarse de capacidades que le permitan proteger sus intereses, empezando por buscar alianzas multilaterales18 con países afines para influir positivamente y mantener abiertos los canales comerciales que garantizan su seguridad.

El problema del terrorismo

En lo referente al terrorismo, no es un tema menor en el país. Cuando los efectos de la COVID-19 empiecen a disiparse, y los países vuelvan a abrir sus fronteras, el país sabe que debe afrontar el regreso de los combatientes terroristas extranjeros del Estado Islámico desde Siria. Los combatientes extranjeros y sus familias buscan lugares para refugiarse, y Malasia puede convertirse en un destino atractivo.

El mayor atractivo para los terroristas es el programa de exención de visados del país. Esto permite que, dada la porosidad de la región de Sabah con Indonesia y Filipinas transitar libremente entre estos países sea algo sencillo. En el pasado, los terroristas han aprovechado estas vulnerabilidades. Las autoridades malasias tienen como objetivo reforzar y mejorar las medidas existentes en el control de fronteras. Pero todavía la zona sigue estando activa para el tráfico de personas y los secuestros. Una operación dirigida por Interpol, denominada Maharlika III19, llevada a cabo en la región entre febrero y marzo de 2020 durante la pandemia, dio lugar a la detención de más de 180 personas por diversos delitos.

El escenario que enfrenta el nuevo Gobierno es el de un Dáesh militarmente debilitado en Siria, pero presente en el sur de Filipinas. Se sabe que hay malayos simpatizantes con el estado islámico. Antiguos terroristas del JL (grupo se han integrado en su organización. Esto ha implicado un registro de 102 malayos que fueron a Siria en un lapso de cinco años, de 2013 a 2018, de los que se mantiene constancia de 54.
El Gobierno ha establecido un programa de rehabilitación para sus expatriados. Los expertos han cuestionado la eficacia de este programa, ya que varios antiguos combatientes de alto perfil, como Yazid Sufaat y Rafi Udin, participantes en el mismo, mostraron pocos signos de rehabilitación y tuvieron un comportamiento reincidente20.

Según un profesor de la universidad de Arizona21, el terrorismo debe considerar una nueva variable. Esto pasa por la detección de centrifugadoras nucleares con destino a Libia fabricadas por una empresa malaya, lo que revela que la región no es inmune a la proliferación de armas de destrucción masiva.

Dado que el Gobierno se ha centrado en hacer frente a la pandemia en curso, los recursos nacionales se están destinando a la recuperación económica y al sector de la sanidad, y podría decirse que la seguridad nacional ha quedado relegada a un segundo plano. No por ello deben dejarse de lado los problemas incipientes, especialmente en lo relacionado con el regreso de excombatientes.

Aunque las instituciones y organismos de Malasia tienen una experiencia exitosa lidiando con el terrorismo, abordar los factores sociales en un país tan diverso, implica un reto enorme. El Gobierno no quiere enemistarse con la población mayoritaria del país, la cual podría desplazarle del poder en las próximas elecciones.

El papel de la UE y España en la región

Tanto la Federación malaya y la Unión Europea mantienen estrategias e intereses comunes. Ambos priorizan una estrategia de multilateralismo, basado en el libre comercio entre las naciones. Ambos actores firmaron un acuerdo de libre comercio en 201022.

Traducido a cifras, el comercio bilateral entre ambos socios ascendió a 39 800 millones de euros en 2018. Las importaciones de la UE procedentes de Malasia han aumentado gradualmente desde 2006 y se sitúan en 25 600 millones de euros en 2018, mientras que las exportaciones de la UE también han experimentado una tendencia creciente hasta alcanzar los 14 200 millones de euros el año pasado. Aunque Malasia no ha sido hasta ahora un socio comercial importante en el sector de los servicios, las oportunidades ya han aumentado gracias a sus políticas en materia de comercio que el actual Gobierno pretende impulsar.

No solo el comercio trae prosperidad, sino que garantiza la unidad y la seguridad entre aquellos que más se implican. Malasia puede resultar un actor crucial para mantener la paz y la estabilidad en una zona en donde la Unión Europea también se juega mucho.

Para ello, la UE también está estableciendo gradualmente una cooperación con Malasia en ámbitos de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) como la seguridad marítima, el control de las exportaciones y el riesgo Nuclear, Radiológico, Biológico y Químico (NRBQ).

A pesar de su priorización de las relaciones con países asiáticos y de la región, Malasia se ha convertido en un socio importante en la lucha contra el terrorismo, a pesar de las tensiones que surgen entre algunos líderes por su manera de defender los derechos de la población musulmana.

Particularmente con España, las relaciones diplomáticas no han sido abundantes. Al ser países con áreas de influencia claramente definidas, y donde sus intereses no se cruzan, el canal de la Unión Europea mantiene los intereses comerciales y de seguridad de ambos protegidos, y esperan poder seguir aumentando dicho comercio beneficioso para ambas partes.

Las nulas relaciones históricas y la lejanía geografía hace que ambos países no estén cultivando una relación, a pesar de que nos enfrentamos a retos en materia de seguridad muy parecidos.

Conclusión

El mundo ha cambiado. El nuevo centro se ha ubicado en la región de Asia-Pacífico. Dentro de este amplio escenario, existe una gran cantidad de actores cuyas acciones van a pasar a condicionar a otras regiones más lejanas.

Uno de estos actores en la Federación malaya. El nuevo giro mundial ha coincidido con la llegada al poder de un partido diferente por primera vez en 60 años. Esto abre un amplio abanico de posibilidades para un actor cuyas aspiraciones pasan por convertirse en una potencia media regional. El nuevo Gobierno está adoptando una estrategia de seguridad, que implica el asegurar la paz y la estabilidad en la región, ya que es un país muy dependiente del comercio mundial.

La estrategia desarrollada gira en torno a dos líneas claras. En materia diplomática está buscando el no alineamiento con ninguna potencia. Las cada vez mayores acciones llevadas a cabo, tanto por China como por EE. UU., mantienen en tensión a los estados de la región. La Federación malaya, para tratar de compensar a las potencias, está siguiendo una línea de multilateralismo con los países de la ASEAN. La firma del RCEP permitirá una mayor integración económica entre los países de la región. Esto es visto en el país como una manera de garantizar la seguridad, además de una fuente de inversiones y riquezas para su propio país.

El otro eje de su estrategia pasa por su implicación mayor en los conflictos de la región. Para ello, sabe que debe de dotarse con un equipo más moderno y mejorar sus capacidades militares. Esto redundará en tratar de estabilizar una región en la que el acercamiento de tropas por parte de China al mar de la China meridional está tensionando las relaciones con otros países, así como acercando tropas a las fronteras.

Por último, Malasia busca poder solucionar el problema del terrorismo, crucial para mantener la estabilidad en la región.

Malasia está llamado a jugar un papel más activo en la escena internacional y, por ello, ha de ser tenido en cuenta como un socio importante para mantener la paz y la estabilidad en el nuevo centro del mundo, donde los europeos también tenemos intereses que proteger.

Pedro Lafuente/Analista especializado en Asia-Pacífico

Referencias Bibliográficas:
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  2. Disponible en: https://www.worldatlas.com/articles/ethnic-groups-of-malaysia.html
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  6. Disponible en: https://www.econstor.eu/bitstream/10419/99987/1/785306587.pdf
  7. Disponible en: https://thediplomat.com/2017/08/how-much-trade-transits-the-south-china-sea-not-5-3- trillion-a-year/
  8. Disponible en: https://chinapower.csis.org/much-trade-transits-south-china-sea/?utm_content=buffer2dfa4&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer
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  12. Disponible en: https://www.scmp.com/week-asia/politics/article/2151394/mahathir-mohamad-qa- malaysian-pm-beijing-jack-ma-and-why
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  14. Disponible en: https://www.thestar.com.my/business/business-news/2021/01/25/insight---rcep-breakthrough-for-malaysias-external-trade
  15. Disponible en: http://www.mod.gov.my/images/mindef/article/kpp/DWP.pdf
  16. Disponible en: https://www.energyvoice.com/oilandgas/asia/260374/petronas-drilling-china-fury/
  17. Disponible en: https://www.channelnewsasia.com/news/asia/south-china-sea-malaysia-should-not-be- trapped-hishammuddin-12993032
  18. Disponible en: https://www.isis.org.my/2021/01/28/malaysia-australia-ties-raised-to-comprehensive-strategic-partnership/
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  20. Disponible en: https://www.mei.edu/publications/returning-foreign-fighters-malaysia-ready
  21. Disponible en: https://csis-website-prod.s3.amazonaws.com/s3fs- public/legacy_files/files/media/csis/pubs/0401qus_seasia.pdf
  22. Disponible en: https://web.archive.org/web/20140505071518/http://www.miti.gov.my/cms/content.jsp?id=com.tms.cms.s ection.Section_c7fcc8ab-c0a8156f-6f346f34-46e35eb1