A París no le cae bien los logros de Marruecos en el continente africano

Salvo en la época del expresidente François Mitterrand, nunca un presidente francés ha hecho tanto daño a las relaciones de Francia y Marruecos como lo está haciendo Macron y su equipo. Los buenos conocedores de las entrañas de esas relaciones saben que París y Rabat están viviendo, ya, un divorcio diplomático anunciado. 

Está claro que la cuestión que lleva, el presidente francés, aplazando desde hace mucho tiempo es su postura hacia el dosier del Sáhara tras el apoyo anunciado por Estados Unidos, Alemania y España al plan de autonomía propuesto por Marruecos para zanjar el conflicto que ya ha durado tanto.  

Sin embargo, la cuestión del Sahara representa solamente la parte visible del iceberg. A París no le cae bien los logros de Marruecos en el continente africano y sus puentes diplomáticos recién tendidos, mientras que varios países africanos le enseñan al ejército francés la puerta porque ningún país soberano aceptaría la tutela francesa.