
El 4-M los madrileños acudimos a las urnas. Y el pueblo habló. Libertad fue la palabra seductora para atraer a la inmensa mayoría de los ciudadanos. Isabel Díaz Ayuso, con un discurso en positivo (acabar con la pandemia, no arruinar al comercio y a la restauración, y seguir creando empleo) se ganó la confianza de un pueblo que nunca se rindió ante el “candidato” del PSOE, que no era otro que el propio presidente del Gobierno. Ayuso consiguió más votos que toda la izquierda. Vía libre hasta mayo de 2023. Atrás quedó un Gobierno de coalición PP-Cs torpedeado sin piedad por el vicepresidente Aguado. Eso es el pasado.
Es claro que entre las reformas del Estatuto habrá que incluir en la siguiente Legislatura, no solo la reducción de diputados (de 136 a 100) sino acortar el periodo entre las elecciones y la investidura (43 días en funciones). Demasiadas horas perdidas. Hemos seguido el discurso de la presidenta. Valiente, sereno, sensible y realista. Y el triángulo es sencillo: Madrid-Ayuso-Libertad. La candidata ha anunciado reducir las consejerías a nueve y eliminar la vicepresidencia. Contrasta con el elefantiásico Gobierno de La Moncloa (23 ministros, 4 vicepresidentas y la Fiscal general del Estado que actúa como la ministra 24). Ayuso ha consagrado la ética y la austeridad en su filosofía de Gobierno, como aprendimos con Adolfo Suárez. Ya ha demostrado generosidad en la composición de la Mesa de la Asamblea. Y, ante la ausencia de oposición real que ha intentado plantar semillas de resentimiento en sus declaraciones post-discurso, la lideresa popular, con la franqueza que le caracteriza, ha asegurado que su Gobierno continuará siendo “el primer muro donde se estrellen las políticas populistas del Gobierno de la Nación”. Promete trabajar para toda España porque Madrid es hoy el motor económico y solidario imprescindible para salir de la crisis. Esperemos que no haya discriminación en los fondos europeos; esos fondos que el presidente no ha consensuado con nadie.
Su presencia en la Plaza de Colón confirma que reivindicará la unidad nacional, la Constitución, y la Monarquía Parlamentaria porque “España no está en venta”. Y ha mantenido su coherencia previa a la campaña cuando nadie le contestaba: “No a los indultos porque son ilegales y, además, inmorales. Bajar los impuestos a los contribuyentes en el tramo regional del IRPF, defender la libertad de elección de centro en la educación y de sanidad -¡Viva el Zendal!, ayudar a las menores de 30 años para tener hijos, crear una oficina “antiokupacion” y facilitar el acceso a la Universidad a todos los estudiantes sin recursos, reduciendo las tasas y los Másters, son compromisos suficientes para estos 23 meses de Legislatura.
La vacunación integral y la mejora de todos los centros hospitalarios de la Región van a posibilitar una asistencia post COVD-19 que incluya nuevas prestaciones socio-sanitarias y una atención preferente a las enfermedades mentales incluida la prevención al suicidio. La ratio por alumno en clase y los idiomas, serán las mejores armas para ganar el futuro inmediato. Objetivo: mejorar la vida de los españoles gobernando para todos los madrileños.
El discurso ha sido una autopista sin peaje para ganar juntos el futuro imperfecto que nos aguarda. Madrid-Ayuso-Libertad: el triángulo equilátero sobre el que se construye la estabilidad política que necesitamos para crear empleo, ser más libres y más iguales. Porque, como escribió León Felipe, “no es lo que importa llegar solo y pronto sino con todos y a tiempo”. Aquí no sobra nadie.
Antonio Regalado dirige Bahía de Ítaca en aregaladorodriguez.blogspot.com