Opinión

Putin frente a China

No habrá declaración del G20 sobre Ucrania. La reunión de los países más desarrollados del mundo en la India no va a emitir una declaración sobre Ucrania porque el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, se ha negado. Se preveía y quizá podamos destacar que el hecho de que la reunión se esté celebrando es ya relevante. No habrá declaración oficial, pero sí encuentros, reuniones, entre los responsables de estos países que pueden dar algunos resultados. Se mantiene el multilateralismo, la seguridad alimentaria y energética y la cooperación al desarrollo. 

El encuentro entre el ministro ruso y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken duró muy poco tiempo, pero se celebró, era el primero desde la invasión rusa. Blinken se ha centrado en sus objetivos propios para esta reunión junto con sus aliados mientras Lavrov y el ministro chino Qin Gang han mantenido un encuentro donde han analizado el plan de paz presentado por Pekín. 

El presidente ruso, Vladimir Putin, mantiene cierto apoyo por parte del Gobierno chino a su invasión de Ucrania. Pero, la presentación de un plan de paz de 12 puntos por parte de Pekín ha creado más que recelos en el máximo dirigente del Kremlin porque el primer punto exige respetar la soberanía de todos los países. Concretamente, el documento señala que “la soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países deben ser defendidas de manera efectiva”. En los otros puntos, la balanza se puede inclinar hacia uno u otro lado según se quieran interpretar. Por eso, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha asegurado que el plan debía parar en el primer punto. Y punto. Pues claro, pero no todo es tan sencillo, ni tan negro, ni tan blanco. Pero sí es cierto que Putin ha recibido un mensaje claro de la otra gran potencia mundial que hasta ahora había prestado un gran apoyo a los intereses rusos por la gran compra de petróleo y gas, que ha permitido financiar a Moscú buena parte del coste de la invasión. Paradójicamente, países europeos también han contribuido con sus compras de gas y petróleo a mantener el presupuesto bélico ruso. Pero aquí nadie regala nada. China e India compran a muy buen precio los hidrocarburos que Putin les ofrece y que necesitan para sus propias economías. La cuestión que cabe plantearse es si el líder chino Xi Jinping va a respaldar a Putin como hasta ahora, o si con el mensaje del plan de paz deja entrever que el conflicto no puede prolongarse durante mucho tiempo porque está perjudicando notablemente a los intereses comerciales de Pekín y puede repercutir negativamente en su economía y, por tanto, en su estabilidad. Si las exportaciones chinas a Europa se reducen más todavía por la crisis, la opción de presionar para llegar al mejor final posible esta ya sobre la mesa. 

Putin acusa a los países de la OTAN de intervenir en la guerra, de estar obligado a tener en cuenta sus capacidades nucleares y de ser cómplices de supuestos crímenes de guerra ucranianos. En la estrategia de comunicación de todos los actores, básica como un arma relevante entre los contendientes, Estados Unidos denuncia que China podría vender armas, drones, a Rusia. En todas las carteras se guardan los papeles esenciales de cara a lo que todos plantean como imprescindible pero con sus condiciones: la negociación para terminar, de manera clara y duradera con un conflicto que ha cambiado las relaciones internacionales a nivel político y diplomático, y que están condicionando las económicas, comerciales, alimentarias y energéticas. El desgaste es evidente y peligroso para todos.