“Y a mí que más me da”, plan pergeñado por el BATAPLOF y acatado por la ministra Margarita Robles

El presidente se ha acercado a Irak con un grupo de empresarios para saludar a las tropas españolas allí desplegadas, tras mantener conversaciones con las máximas autoridades del país - PHOTO/Pool Moncloa-Borja Puig de la Bellacasa

Con su visita de hoy, 28 de diciembre, a las fuerzas militares españolas desplegadas en Irak, el presidente Sánchez concluye un plan urdido por el Batallón de Asesores del Palacio de la Moncloa, el conocido como BATAPLOF. Me dicen que uno de sus miembros cualificados ha bautizado la operación con el nombre de “Y a mí que más me da”, aunque su denominación oficial permanece en secreto.

  1. Firmas sin valor contractual
  2. Una de cal y otra de arena: adiós en silencio al cuartel de Loyola de San Sebastián

La operación “Y a mí que más me da” apunta de manera directa a las Fuerzas Armadas, del que el jefe del Ejecutivo es su comandante en jefe. Si, el presidente del Gobierno está en el vértice de la pirámide de la Defensa Nacional y ostenta la dirección política y estratégica de las estructuras militares conjuntas, del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada. Es una muy alta función que se desconoce a nivel general, que la mayoría de los ministros de su Gabinete no saben o quieren olvidar y de la que incluso el propio presidente se hace muchas veces “el sueco”. 

Así es que no son casualidad las carantoñas que desde hace dos semanas, Pedro Sánchez y la titular de su cartera de Defensa, la magistrada Margarita Robles, prodigan con especial mimo hacia los militares y el sector de la industria de defensa nacional. Su intención es sembrar simpatías e intentar captar intenciones de voto entre sus miembros, sus familias y su entorno social, de acuerdo con el plan trazado por el BATAPLOF.

El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, explica a Pedro Sánchez los pormenores del llamado “corte de chapa” de la F-112, que es exactamente el mismo proceso que ya le relató en abril de 2022 con el corte de la F-111 - PHOTO/Navantia

La operación “Y a mí que más me da” comenzó el 16 de diciembre, cuando Sánchez se personó en el astillero de Ferrol de la empresa estatal Navantia con el sólido pretexto de contemplar el corte de una de las primeras planchas de acero que darán forma a la futura fragata F-112, el segundo de los cuatro nuevos buques de guerra para la Armada española.

Aunque su botadura está programada para 2027, parece ser que el BATAPLOF ha buscado de refilón una excusa para que el presidente pudiera estar presente en los informativos de radio y televisión de fin de semana de Galicia, y hacerse fotos sin corbata, pantalones vaquero y jersey de cuello alto en una gran factoría de construcciones navales militares ¿Por qué y para qué? Sencillo.

Amparo Valcarce, con el consejero delegado de Indra, José Vicente de los Mozos. Detrás está el subdirector general de Adquisiciones, coronel Caminero, el que en realidad ejerce las competencias delegadas de la DGAM para contratar - PHOTO/MDE

Firmas sin valor contractual

La razón del coqueto y desenfadado paso de Pedro Sánchez por el astillero de Ferrol consistía en sacar a la palestra a los candidatos del PSOE gallego para las elecciones autonómicas del próximo febrero. Su objetivo, me dice un infiltrado en el BATAPLOF, buscaba congraciarse con determinados colectivos, dar una palmadita en la espalda a los sindicatos afines y sembrar intenciones de voto entre los trabajadores y pequeños comerciantes y empresarios del amplio entorno económico que genera en Galicia la construcción de las fragatas en Ferrol.

La segunda etapa de la operación “Y a mí que más me da” tuvo lugar los días 19, 20 y 21 de diciembre en la sede central del Ministerio de Defensa de Madrid, sito en el Paseo de la Castellana, 109, a poco más de un centenar de metros del estadio de fútbol “Santiago Bernabéu” del Real Madrid.

Allí, en la sede de Defensa, no en mitad del terreno de juego del Bernabéu, la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, durante tres días seguidos ha estampado su firma una, dos, tres, cuatro, cinco y hasta seis veces en sendos documentos protocolarios, sin valor contractual ni administrativo alguno. Se trataba de dar a conocer ante la comunidad de defensa nacional civil y militar el esfuerzo realizado para sacar adelante los contratos que se acaban de rubricar y las cargas de trabajo que la industria va a iniciar.

La SEDEF, con el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, una vez que el general Sebastián Marcos ha suscrito la transferencia del histórico acuartelamiento de Loyola. Obsérvense los rostros de los protagonistas de la cesión y recepción - PHOTO/MDE

Unas horas antes, había sido el subdirector general de Adquisiciones, el coronel de Intendencia del Aire Efigenio Caminero, la verdadera autoridad de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) para suscribir los contratos que dan comienzo al programa del lanzacohetes SILAM, la construcción de dos buques hidrográficos, 16 aviones de patrulla C-295, el simulador del helicóptero H-135, los nuevos Vehículos de Apoyo al Combate y la compra de 500 misiles Mistral 3. El coronel Caminero es el que en realidad ejerce las competencias delegadas para contratar, lo que con buena intención, pero sin valor legal alguno, había simulado comprometer la SEDEF.

Muchas y variadas son las razones que ha tenido Amparo Valcarce para representar su graciable papel de desparramar millones de euros en el sector nacional de defensa. Además de recibir claras instrucciones del BATAPLOF ha bien empleado los fondos ya librados pero todavía no gastados en 2023; las empresas, los ejércitos y la Armada le quedan agradecidas por sacar adelante nuevos sistemas de armas y ella se alza como protagonista de haberlo conseguido, algo normal.

Amparo Valcarce sonríe al alcalde de San Sebastián y al séquito que le acompañó hasta la sede del Ministerio de Defensa, donde se suscribió la transferencia del cuartel de Loyola a la corporación de la capital de Guipúzcoa - PHOTO/MDE

Una de cal y otra de arena: adiós en silencio al cuartel de Loyola de San Sebastián

Y es que, pudiera ser que, con la previsible remodelación del Ejecutivo a la vuelta de la esquina y aprovechando la inminente salida del Gobierno de la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, la ministra Margarita Robles, la mujer que la colocó en el cargo de SEDEF, también quiera hacer mutis por el foro antes de la aprobación de la Ley de Amnistía, y se produzca un reajuste en Defensa que desplace a Valcarce de su cargo. Veremos. 

El lunes, 18 de diciembre, un día antes de comenzar la maratón de compras, la misma Amparo Valcarce había ordenado al director gerente del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa, general de Brigada de Intendencia Sebastián Marcos, suscribir la cesión del principal cuartel de la ciudad al Ayuntamiento de San Sebastián. Es el pago en especie asumido por el BATAPLOF y acatado por Margarita Robles, de un acuerdo que hace tres años cerró el gobierno Sánchez con el Partido Nacionalista Vasco (PNV), a cambio de sus votos para poder aprobar los presupuestos del Estado de 2021.

El presidente invitó a la Moncloa el 24 de diciembre a sus cuatro máximos responsables castrenses: el almirante Teodoro López Calderón, los generales Amador Enseñat, Javier Salto (Aire) y el almirante Antonio Piñeiro - PHOTO/Pool Moncloa-Fernando Calvo

Para rematar en suelo nacional la operación “Y a mí que más me da”, el 22 de diciembre, mientras los niños de San Ildefonso cantaban los números y premios de la Lotería de Navidad, los altos mandos de las Fuerzas Armadas ya habían sido agraciados con el gordo.

El presidente Sánchez mantuvo en la Moncloa, y por primera vez en el año, un encuentro y almuerzo protocolario con el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Teodoro Lopez Calderón, y con los jefes de los Estados Mayores de Tierra, general Amador Enseñat; de la Fuerza Aérea, Javier Salto; y de la Armada, almirante Antonio Piñeiro. Asistió la ministra Robles y me dicen que Pedro Sánchez asombró a los militares con su amplio conocimiento geoestratégico del actual concierto de cámara mundial… y demás.

Como remate casi final de los planes trazados por el BATAPLOF, el presidente Sánchez tuvo su primer almuerzo del año con los cuatro altos mandos de las Fuerzas Armadas y la ministra de Defensa - PHOTO/Pool Moncloa-Fernando Calvo

Y el 24 por la mañana, siguiendo el itinerario marcado por el BATAPLOF, el presidente asistió a una videoconferencia con los jefes de las misiones españolas en el exterior. A los altos mandos y a los jefes de las unidades desplazadas fuera de las fronteras españolas les agradeció “la magnífica labor que desempeñan las Fuerzas Armadas”. Son gestos que, como la visita de hoy a los militares en Irak, le hay que agradecer. Lástima que, como es bien sabido y demuestran las hemerotecas, los hechos y dichos del personaje tienen un valor que suele rayar entre 0 y -1.