
El avance yihadista hacia el golfo de Guinea desde el Sahel occidental lleva produciéndose desde hace varios años, pero hoy tiene lugar en un contexto de degradación de la seguridad en la región a causa de la retirada de las tropas occidentales, la aparición del grupo Wagner y la expansión del crimen organizado. Los terroristas buscan con la conquista territorial establecerse en zonas de refugio, aumentar su financiación, incrementar su capacidad operativa y engrosar sus filas. Mientras tanto, los países del golfo de Guinea presentan debilidades estructurales que pueden hacerlos sucumbir a la amenaza yihadista. Para luchar contra esta lacra, es necesario que, con la ayuda de la comunidad internacional, se establezcan medidas adecuadas, centradas en la seguridad, el desarrollo y la gobernanza.
Introducción
El Sahel, y concretamente Mali, se ha consolidado como el epicentro del terrorismo yihadista a nivel mundial1. En 2019 la región se consagró como la zona del planeta más afectada por el terrorismo. Al ser la frontera avanzada española2 y constituir un nodo de interconexión entre toda África occidental, la posibilidad de que el terrorismo yihadista se expandiera desde el Sahel y alcanzara el Magreb era una cuestión que siempre había inquietado. Sin embargo, el buen hacer en materia antiterrorista de los países del norte hace que actualmente la preocupación recaiga en un hecho que cada día se afianza más: el avance del yihadismo hacia el golfo de Guinea.
El golfo de Guinea está compuesto por diecisiete países con costa (6000 kilómetros en total), que van desde Senegal hasta Angola.

Se trata de una zona interesante y estratégica en términos de reservas de hidrocarburos3, minerales (estaño, cobalto y diamantes) y recursos pesqueros. Además, el golfo de Guinea tiene cierta relevancia internacional para el comercio marítimo: por sus aguas transita alrededor del 25 % del tráfico marítimo africano y cuenta con veinte puertos comerciales que abastecen tanto a África como a Europa de importantes materias primas. Y a todo ello se suma su importancia en materia demográfica: es una de las subregiones africanas donde más crece la población. El ejemplo paradigmático de este fenómeno es Nigeria, donde se espera que la población se doble en 2050 hasta alcanzar los 800 millones de habitantes. Tanto Nigeria como Ghana se consideran parte de los cinco leones africanos4.
Sin embargo, desde hace unos años —especialmente desde el atentado de AQMI en Grand-Bassam de 2016 (Costa de Marfil)— se teme que los países del golfo de Guinea cuya frontera norte limita con Mali, Burkina Faso y Níger engrosen las filas de los grupos yihadistas y esta lacra acabe convirtiendo a Guinea, Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín en santuarios terroristas.
Si bien es cierto que ya había países del Golfo afectados (Nigeria y Camerún)5, la realidad es que las «filiales de Al Qaeda y Estado Islámico que operan en la región tienen su vista puesta ahora en los países del golfo de Guinea»6, donde se ha detectado la presencia de combatientes yihadistas y la comisión de ataques.
Mientras tanto, Francia se encuentra inmersa en un proceso de reevaluación de los «fundamentos de su política diplomática y militar en la región»7 tras el deterioro de las relaciones con Mali, Burkina Faso y ahora Níger, debido a los golpes de Estado acaecidos en estos países y la creciente influencia rusa en el Sahel a través del grupo de mercenarios Wagner. En Níger, para ayudar en la lucha antiterrorista tras el fin de la operación Barkhane, las tropas francesas tenían desplegados unos 1500 soldados, que van a ser retirados del país a lo largo de lo que queda de año. En consecuencia, la presencia de la UE en la zona sufre una importante pérdida, por lo que los Veintisiete deben redefinir el futuro de las operaciones europeas. Por su parte, Estados Unidos ha mantenido un perfil más bajo que Francia en reacción al desarrollo de los acontecimientos en Níger y conserva sus cerca de 1500 soldados y las patrullas con drones armados8.
Que empeore la situación de seguridad en el Sahel no hace más que aumentar el peligro de expansión del terrorismo a las regiones vecinas y especialmente al golfo de Guinea, debido a la porosidad de las fronteras. Esta subregión tiene, además, sus particulares problemas de seguridad provenientes del mar: piratería, crimen organizado y tráficos ilícitos y pesca ilegal.
En el presente artículo se analizarán las razones por las que los terroristas tienen el punto de mira puesto en el golfo de Guinea, los factores y desafíos de los países que lo integran que pueden ayudar a que los terroristas se establezcan de manera permanente en la zona y las medidas para hacer frente a este problema y contener el avance yihadista que están tomando tanto sus naciones como la comunidad internacional.
Los intereses de los yihadistas para expandirse al golfo de Guinea
De acuerdo con el periodista francés Nicolas Beau, los grupos terroristas han afirmado que no renunciarán a transferir sus actividades del Sahel al golfo de Guinea (en concreto, a Benín, Costa de Marfil, Ghana, Guinea y Togo)9. Esta estrategia de reposicionamiento regional responde a múltiples objetivos: un doble objetivo político, que confirma su papel protector de los musulmanes oprimidos y la instauración de un califato; un objetivo estratégico, que permite proyectar una imagen más peligrosa, y un objetivo táctico, que busca el control de unas fronteras plagadas de parques naturales como medio de refugio y base de operaciones y de las vías de comunicación.
Por otro lado, para que cualquier iniciativa tenga éxito se requiere financiación. En dicho sentido, «la supervivencia de estos grupos extremistas depende de las actividades ilegales, incluidos el tráfico de armas y drogas, el robo de ganado, la extracción de oro y la caza furtiva»10, actividades que pueden explotar más prolíficamente ganando territorios en el golfo de Guinea.
Además, el imaginario de los grupos terroristas contempla la creación de un gran califato, para lo que se requiere conquistar territorios. A ello se añade que el golfo de Guinea es una zona estratégica de gran interés para los yihadistas porque permite la salida al mar.
En el hipotético caso de que los grupos terroristas se afianzaran en esta región, los beneficios que adquirirían serían múltiples. En primer lugar, aumentaría su capacidad logística y de movimiento, especialmente en la frontera septentrional de los países del Golfo que limitan con Mali, Burkina Faso y Níger, donde hay una gran cantidad de parques naturales con impresionantes bosques que sirven de refugio. Entre ellos destacan el parque nacional de Camoé (Costa de Marfil) y el complejo de W-Arly Pendjari (WAP), que supera los 32.000 kilómetros cuadrados de áreas protegidas.

El complejo WAP se está convirtiendo en un «importante corredor para los movimientos yihadistas»11 debido a las capacidades operativas que permite. Este parque sirve como refugio y lugar de entrenamiento, mientras se evita la vigilancia aérea y se consiguen suministros12. Además, posibilita que los terroristas establezcan un contacto estrecho con las poblaciones, a las que permiten continuar con sus actividades ilícitas —o incluso las fomentan— y ante quienes se presentan como una alternativa de gobierno. Por ello se trata de la zona con más ataques yihadistas, como puede verse en el mapa a continuación.

Por otra parte, controlando más territorio los grupos yihadistas amplían su capacidad de financiación, ya que esto implica controlar más población y un aumento de la cantidad de personas que deben pagar el zakat13, con lo que sus arcas ascienden. Este dinero se destina a pagar a combatientes, adquirir armamento y otros productos, construir mezquitas y madrasas y también se invierte en la comunidad para impartir justicia, hacer donaciones, etcétera14, lo que, en definitiva, favorece la radicalización de la población.
Al mismo tiempo, la expansión territorial permite a los grupos yihadistas ampliar los lugares donde cometer actividades ilícitas, bien a través de la explotación ilegal de los recursos, bien mediante la participación en los negocios de tráficos ilícitos.
El África occidental es una región con abundantes materias primas que tienen una fácil salida a los mercados internacionales, dado que están muy demandadas. Es el caso del oro, que reporta elevados beneficios. En esta región está cada vez más extendida la minería artesanal o la extracción no regulada, y los yihadistas se aprovechan de ello a través del cobro de impuestos a los mineros o comerciando con el mineral extraído. De nuevo, la situación puede contribuir a la radicalización de la población o a que esta simpatice con la causa yihadista en la medida en que los terroristas pueden ofrecerle protección frente a las fuerzas del Estado que la expulsa de las minas o le exige contribuciones ilegales para seguir con la explotación.
No obstante, el crimen organizado y el terrorismo mantienen objetivos y un modus operandi distintos. El primero actúa de manera más discreta para que sus operaciones tengan éxito, mientras que el segundo busca la publicidad de sus atentados para expandir el terror. Aun así, ambos tipos de organizaciones delictivas cooperan en numerosas ocasiones, si bien suele tratarse de relaciones de conveniencia a corto plazo.
Por ejemplo, uno de los negocios ilícitos más rentables para el crimen organizado es el contrabando de drogas, para el cual las rutas africanas tienen cada vez más importancia a nivel internacional15. Se trafica con tabaco, hachís, heroína, anfetaminas y, sobre todo, con cocaína a través de lo que se conoce como «Autopista 10». Este nombre proviene del paralelo 10, que abarca países de América del Sur como Colombia o Brasil, lugares de origen de la cocaína, y del golfo de Guinea, a cuyos puertos llega la droga que será introducida en Europa a través de las rutas transaharianas, vía Marruecos y Argelia hacia España16. Este negocio promete ser más fructífero si se consolida el aumento de la demanda de cocaína en los países de Oriente Próximo. Pues bien, los yihadistas se benefician del contrabando «prestando servicios de seguridad y realizando cobro de peajes a los traficantes en las amplias áreas que controlan asegurando a estos el destino de su carga»17.
Todo ello contradice la imagen de hombres de fe que siguen los postulados del islam que los yihadistas quieren proyectar, y por dicho motivo los vínculos con las actividades ilícitas dependen de la necesidad de dinero de los grupos en cada momento. De hecho, AQMI o Ansar Dine han llegado a emitir fetuas condenando el tráfico de drogas e incluso han confiscado e incinerado cigarrillos y estupefacientes18.
No obstante, el contrabando supone una ventaja para la capacidad logística y operativa de los yihadistas, dado que les permite adquirir armas, fertilizantes (para explosivos) y motocicletas que usan en sus ataques. Y en ocasiones los contrabandistas engrosan puntualmente las filas de los yihadistas para la comisión de ataques a cambio de dinero19.
Por tanto, el objetivo estratégico de conquistar territorios permite a los yihadistas aumentar su nicho de reclutamiento y simpatizantes entre la población, lo que favorece sus labores de inteligencia. Así pues, a través de las escuelas coránicas suplantan al Estado en la prestación de servicios básicos, permitiendo que la población continúe con sus actividades económicas ilícitas o apoyando la causa de los pastores fulanis o peul.
Las debilidades de los Estados del golfo de Guinea
A la hora de analizar los aspectos que pueden favorecer la capacidad de los yihadistas para desplazarse al golfo de Guinea, lo primero que hay que tener en cuenta es la idiosincrasia de estos países: las fronteras son muy porosas; las tendencias demográficas indican un crecimiento exponencial de la población; existen debilidades estructurales a nivel político, económico y social; los conflictos étnicos, religiosos y entre pastores y agricultores están a la orden del día; la población es muy joven, pero tiene pocas oportunidades económicas y educativas; las diferencias de nivel de vida entre quienes habitan en el sur y en el norte son muy elevadas. Los mencionados desafíos hacen que el terrorismo prolifere y se expanda.
En las fronteras septentrionales de estos países con el Sahel, concretamente con Burkina Faso, hay más de 189 puntos de acceso extraoficiales20, lo que facilita la entrada y salida de yihadistas que usan motocicletas y se aprovechan de la frondosidad de los bosques de los parques nacionales para hacer incursiones rápidas y evitar a las fuerzas de seguridad.
Por otro lado, las tendencias demográficas indican un crecimiento exponencial de la población: para 2050 se espera que África esté poblada por 2400 millones de personas21 y que Nigeria se convierta en el tercer país más poblado del mundo22. Aunque este fenómeno representa una oportunidad, también supone un enorme desafío en la medida en que agudiza los problemas sociales y el sentimiento de marginación entre parte de la población, especialmente entre los jóvenes.
Al mismo tiempo, en la zona norte de estos países existe una importante desafección hacia el Estado, debida a su desigual acceso a recursos básicos como el agua potable o la electricidad. Estas comunidades norteñas son perseguidas por sus actividades económicas, mientras la mitad de sus habitantes vive en situación de extrema pobreza. A ello se une que la mayoría de las personas que habitan estas zonas son musulmanas y tienden a ser discriminadas. Es el caso de Costa de Marfil, con una fuerte identidad cristiana en el sur, donde se encuentra el poder administrativo, político y económico y se decide la cuestión de la ivoirité.
De esta manera, el componente religioso juega un papel fundamental. En los ejemplos de Togo y Benín, la población musulmana representa menos del 20 % del total23 y se encuentra mayoritariamente en el norte, donde en muchas ocasiones carece de acceso a recursos básicos. Los yihadistas explotan la situación en su beneficio, atrayendo al salafismo a los jóvenes musulmanes que se sienten traicionados por las élites de su religión, de mayoría sufí, relativamente próximas a un Gobierno cristiano que no satisface sus necesidades.
En Ghana, donde en principio el componente religioso no genera tantas diferencias entre sus habitantes —las distintas confesiones coexisten pacíficamente, se dan matrimonios interreligiosos y hay buenas relaciones entre líderes—, los yihadistas encuentran otra manera de explotar las fricciones, como hace la Katiba Macina. También conocidos como Frente de Liberación del Macina, este grupo yihadista está conformado por una mayoría de antiguos combatientes del MUJAO24 de la comunidad peul. Su método de reclutamiento se basa en explotar las tensiones intercomunitarias e intracomunitarias de los peul. Particularmente, buscan atraer a los pastores nómadas que tienen disputas con castas peul más altas, en concreto con los propietarios de las tierras de pastoreo y del agua. Los pastores deben abonar tasas para usar sus suelos, pero estas se han incrementado tanto que no alcanzan a pagarlas. Además, consideran que las castas altas «actúan en complicidad con las autoridades administrativas, judiciales y militares, lo que impide a los pastores peul recurrir al Estado para hacer valer sus derechos dejándoles sin más alternativas que recurrir a los grupos terroristas»25. El conflicto se exacerba por la progresiva degradación del suelo provocada por el cambio climático, que hace que este recurso en disputa sea cada vez más escaso.
Esta misma violencia intercomunitaria se da en otros países del Golfo. En Costa de Marfil, las etnias lobi y koulango, agricultoras y dueñas de las tierras, se enfrentan a los peul, pastores nómadas; en Benín, son los bariba y los dendi quienes se enfrentan a ellos. El problema es que, debido a las difíciles condiciones de vida en el sur de los países del Sahel, los peul están desplazándose al norte de los territorios del golfo de Guinea, lo que genera tensión entre la población local.
En definitiva, si bien es cierto que la situación económica y social actual de las naciones del Golfo no es tan mala como la de los países del Sahel occidental cuando comenzaron a sentir la amenaza yihadista, ambas subregiones tienen muchas debilidades en común.
Los yihadistas son conscientes de ello y, por esta razón, replican los modelos que han resultado exitosos durante la última década.
Los yihadistas comienzan integrándose progresivamente en las estructuras políticas, económicas y sociales de las localidades que les interesan26 —en este caso, en las zonas pertenecientes a los parques naturales—, creando redes clientelares y tomando el control de las rutas comerciales, dada la importancia del crimen organizado en la región. A continuación, atacan las infraestructuras y puestos vinculados con el Estado, como colegios, ayuntamientos, estaciones de policía, aduanas, etcétera27. Así consiguen deslegitimar al Estado —que ya tiene mala reputación— mientras instrumentalizan el malestar de estas sociedades, inyectan armas que agravan los conflictos y más tarde se presentan como pacificadores. En último lugar, se asientan en las comunidades, se consolidan en una zona determinada y terminan por suplantar al Estado.
No obstante, el golfo de Guinea todavía no adolece de un terrorismo asentado como les ocurre a sus vecinos del norte, lo que exige el establecimiento de una estrategia para hacer frente a la amenaza yihadista lo antes posible.
La lucha antiterrorista en el golfo de Guinea
Son muchas las dimensiones que hay que tener en cuenta para que la lucha contra el terrorismo yihadista sea efectiva y logre contener su avance en el golfo de Guinea.
A diferencia de los países sahelianos, los del golfo de Guinea son más fuertes económica y políticamente, aunque deben hacer frente a retos parecidos. En este sentido, no repetir los errores que han conducido a Mali o Burkina Faso a convertirse en el foco del terrorismo yihadista a nivel mundial deviene imperativo para el golfo de Guinea.
Por ello, la aproximación de estos países debe ser integral. Es decir, la solución pasa «por el indisoluble nexo entre seguridad, buen gobierno y desarrollo»28. Ya se han puesto manos a la obra con diversas acciones y, sin embargo, queda mucho camino por recorrer para lograr contener la amenaza.
La medida más urgente —por ser la más cortoplacista— es asegurar las fronteras fomentando la seguridad. Ello requiere aumentar la preparación de las fuerzas armadas29
—incluido el respeto a los derechos humanos— y mejorar su equipamiento militar. En este punto, los países que más tienen que trabajar son Benín y Togo, los más amenazados y débiles, hasta el punto de que ni siquiera se sitúan entre las 140 mejores fuerzas militares del mundo30. Benín ya ha incrementado el gasto en defensa y ha solicitado ayuda a Ruanda; Togo también ha incrementado el gasto en defensa, ha decretado el estado de emergencia en el norte y ha lanzado un programa de desarrollo para la región de Sabana, la más pobre y la más amenazada del país31.
El fomento del desarrollo es fundamental para detener el avance yihadista, aunque sus resultados se vean a más largo plazo. Es necesario invertir en infraestructuras públicas
—especialmente en las redes de comunicación—, educación, sanidad32 y empleo. Sin embargo, tradicionalmente este tipo de medidas han carecido de eficacia porque la financiación —nacional e internacional— acaba no dirigiéndose a los proyectos, pues la corrupción de la Administración y las fuerzas del orden lastra cualquier intento.
Por las razones expuestas, instaurar la buena gobernanza en estos países resulta esencial. La situación no solo requiere que se luche contra la corrupción, también se han de impulsar medidas para fomentar la cohesión social y asegurar la convivencia pacífica, de manera que los ciudadanos, cuando se vean amenazados por los terroristas, no opten por dar la espalda al Estado, sino que se acojan a su protección.
Conclusiones
Los países del golfo de Guinea cada vez son más conscientes de la amenaza que supone el traslado de las actividades yihadistas desde el Sahel occidental hacia sus fronteras septentrionales y están tomando medidas para combatirlas. Sin embargo, estas no acaban de surtir efecto y es necesario darles un mayor impulso, sobre todo en lo que respecta al desarrollo.
De nuevo, hay varios puntos que se deben tomar en cuenta: primero, hay que tratar la cuestión religiosa, cooperando con los líderes religiosos y étnicos para prevenir la radicalización y promulgar un islam moderado y pacífico33; segundo, hay que regular el pastoreo y la agricultura con proyectos que instauren la conciliación en el uso del suelo; tercero, se deben cortar las fuentes de financiación de los terroristas a través de la lucha contra el crimen organizado34, la regulación de la minería a pequeña escala y la implementación de la tecnología blockchain35 para controlar la procedencia del oro y otros materiales comercializados.
Asimismo, el esfuerzo que realizan estos países debe estar acompañado por la cooperación internacional36, especialmente en materia de financiación y apoyo de capacidades. Por ejemplo, la Iniciativa Accra tiene que ser reforzada para evitar los errores cometidos con el G5-Sahel. Resulta fundamental, por tanto, la implicación de Europa y en concreto de Francia, que debe repensar las relaciones de cooperación —especialmente en materia de seguridad— con sus antiguas colonias, pues la situación actual de Mali, Burkina Faso y Níger puede llegar a replicarse. Un mayor protagonismo de las fuerzas de seguridad del Golfo, con ayuda formativa por parte de Occidente, impulsaría la cooperación en materia de inteligencia y evitaría la guerra sucia que se da en el Sahel occidental.
Todas estas medidas e iniciativas deberían ser monitorizadas periódicamente para controlar su evolución y efectividad, lo que además permitiría establecer un sistema de alerta temprana que ayude a anticipar las amenazas.
En clave nacional española, deberemos estar atentos al desarrollo de los acontecimientos, dados nuestros elevados intereses a nivel energético, de materias primas (minerales, pesca) y migratorio. Pese a que solo el 10 % de las migraciones en África tienen como destino Europa, ante un boom demográfico tan elevado como el que se prevé, la cantidad de personas que quieran alcanzar suelo europeo podría volverse inasumible.
Hoy por hoy la perspectiva es poco halagüeña, teniendo en cuenta el deterioro de la seguridad que se está viviendo en el vecindario de estos países, sobre todo tras los recientes golpes de Estado de Níger y Gabón.
También habrá que prestar atención al papel que juegue Rusia —de momento, a través de Wagner— en la región. Los rusos no solo se han presentado como partner para la cooperación en materia de seguridad ante Mali, Burkina Faso, Níger o Chad: Serguéi Lavrov hizo referencia en unas declaraciones a Guinea y al resto de los países ribereños del Golfo37.
El golfo de Guinea se encuentra, pues, en una encrucijada. Depende de su capacidad para hacer frente a este desafío que termine por convertirse en una réplica de sus vecinos del norte, o que acabe con la amenaza yihadista y sea más resiliente en la lucha contra otros de los problemas de seguridad que padece, como el crimen organizado y la piratería.
Paula Cabrejas Martínez
Máster en Geopolítica y Estudios Estratégicos
Referencias:
1 SÁNCHEZ HERRÁEZ, Pedro. «El Sahel: epicentro yihadista en África occidental», Cuaderno de Estrategia IEEE, n.º 214. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8756243 [consulta: 21/8/2023].
2 SÁNCHEZ MORENO, Verónica. «El Ejército de Tierra analiza la frontera avanzada de España». CISDE Observatorio, 30 de marzo de 2015. Disponible en: https://observatorio.cisde.es/archivo/el-ejercito-de- tierra-analiza-la-frontera-avanzada-de-espana/ [consulta: 10/1o/2023].
3 Generan el 50 % de la producción petrolera del continente, lo que equivale al 10 % de las reservas mundiales.
4 Concepto análogo a los «tigres asiáticos», hace referencia a cinco países africanos con un alto potencial de crecimiento económico: Etiopía, Ghana, Kenia, Mozambique, Nigeria y Sudáfrica.
5 Estos países, junto con Níger y Chad, conforman la cuenca del lago Chad, uno de los focos de violencia yihadista junto a la triple frontera compuesta por Mali, Burkina Faso y Níger.
6 EUROPA PRESS NACIONAL. «Los países del golfo de Guinea, nuevo foco de interés antiterrorista ante el avance del yihadismo desde el Sahel». 21 de mayo de 2023. Disponible en: https://www.europapress.es/nacional/noticia-paises-golfo-guinea-nuevo-foco-interes-antiterrorista- avance-yihadismo-sahel-20230521110053.html [consulta: 1/9/2023].
7 BENOTMAN, Amal. «Francia está en una encrucijada geopolítica en la región africana del Sahel». France 24, 6 de octubre de 2023. Disponible en: https://www.france24.com/es/%C3%A1frica/20231005- francia-est%C3%A1-en-una-encrucijada-geopol%C3%ADtica-en-la-regi%C3%B3n-africana-del-sahel [consulta: 10/10/2023].
8 CENTER FOR PREVENTIVE ACTION. «Violent Extremism in the Sahel». Global Conflict Tracker, 10 de agosto de 2023. Disponible en: https://www.cfr.org/global-conflict-tracker/conflict/violent-extremism- sahel [consulta: 10/10/2023].
9 EPIK. «Al-Qaida: un plan d’expansion vers le Golfe de Guinée (Analyse)». Anadolu Ajansi, 14 de enero de 2022. Disponible en: https://www.aa.com.tr/fr/afrique/al-qaida-un-plan-d-expansion-vers-le-golfe-de- guin%C3%A9e-analyse/2473703 [consulta: 3/9/2023].
10 RANGEL, Pilar. «Golfo de Guinea: objetivo del terrorismo yihadista», Escudodigital. 26 de julio de 2022. Disponible en: https://www.escudodigital.com/expertos/opinion/golfo-guinea-objetivo-terrorismo- yihadista_52460_102.html [consulta: 3/9/2023].
11 EUROPA PRESS NACIONAL. Op. cit.
12 CALVO, Guadi. Golfo de Guinea: piratería, narcotráfico y terrorismo. Periodismo Alternativo. Disponible en: https://nuevarevolucion.es/golfo-de-guinea-pirateria-narcotrafico-y-terrorismo/ (consultado 03/09/2023).
13 Es el tercero de los cinco pilares fundamentales del islam y consiste en aportar una proporción fija del patrimonio personal —alrededor del 2,5 %— a la comunidad para ayudar a pobres, desfavorecidos, enfermos, etcétera.
14 PAZ BERNAL, Manuel. «Financiación de los grupos yihadistas en el Sahel y África Occidental: fuentes de ingresos y actividades ilícitas», Geopol21. 11 de junio de 2023. Disponible en: https://geopol21.com/financiacion-de-los-grupos-yihadistas-en-el-sahel-y-africa-occidental-fuentes-de- ingresos-y-actividades-ilicitas/ [consulta: 1/9/2023].
15 Idem.
16 EUROPEAN MONITORING CENTRE FOR DRUGS AND DRUG ADDICTION / EUROPOL. EU Drug
Markets Report 2019. Disponible en: https://www.emcdda.europa.eu/publications/joint-publications/eu- drug-markets-report-2019_en [consulta: 9/10/2023].
17 PAZ BERNAL, Manuel. Op. cit.
18 BØÅS, Morten. «El misterio de la movilización de recursos en el Sahel», Política Exterior. 30 de agosto de 2021. Disponible en: https://www.politicaexterior.com/articulo/el-misterio-de-la-movilizacion-de- recursos/ [consulta: 4/9/2023].
19 COLLADO, Carolina. «Evaluación de la amenaza yihadista y sus posibilidades de expansión en el golfo de Guinea», RIET, n.o 3. 2021. Disponible en: https://observatorioterrorismo.com/eedyckaz/2021/08/5-Evaluacion-de-la-amenaza-yihadista-y-sus- posibilidades-de-expansio%CC%81n-en-el-Golfo-de-Guinea-Carolina-Collado.pdf [consulta: 3/9/2023].
20 JEANNIN, Marine. «Ghana worries about rise of terrorist threat in Gulf of Guinea», Le Monde. 7 de junio de 2022. Disponible en: https://www.lemonde.fr/en/le-monde-africa/article/2022/06/07/ghana- concerned-about-extension-of-terrorist-threat-to-coastal-states-of-gulf-of-guinea_5985936_124.html [consulta: 1/9/2023].
21 MAEUEC. III Plan África. Gobierno de España, 2019. Disponible en: https://www.exteriores.gob.es/es/PoliticaExterior/Paginas/Africa.aspx [consulta: 09/10/2023).
22 MERINO, Álvaro. «La densidad de población de África», El Orden Mundial. 5 de marzo de 2020. Disponible en: https://elordenmundial.com/mapas-y-graficos/densidad-de-poblacion-africa/ [consulta: 9/10/2023].
23 EUROPA PRESS NACIONAL. Op. cit.
24 Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental.
25 DE LEÓN COBO, Beatriz y RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Patricia. «La captación y radicalización de los peul por los grupos terroristas en el Sahel» (Documento de Opinión IEEE, 125/2020). Disponible en: http://www.ieee.es/contenido/noticias/2020/10/DIEEEO125_2020BEALEO_peul.html
[consulta: 11/10/2023].
26 Pese a que el presupuesto con el que cuentan los terroristas es limitado, lo invierten de manera eficiente en las comunidades, proveyendo servicios y contratando a los locales con un sueldo superior a cualquiera que pueda ofrecerles el Estado.
27 Por ejemplo, el 2 de diciembre de 2021 dos soldados benineses fueron asesinados en un ataque terrorista, durante el cual se produjeron más heridos. Días más tarde, los terroristas atacaron una patrulla militar también en el norte del país.
28 SUMMERS, Marta. «El terrorismo yihadista en el Sahel. Una amenaza creciente». Casa África, 13 de mayo de 2021. Disponible en: https://www.casafrica.es/es/mediateca/documento/el-terrorismo-yihadista- en-el-sahel-una-amenaza-creciente-de-marta-summers [consulta: 3/9/2023].
29 Desde junio de 2021 Costa de Marfil acoge la Academia Internacional de Lucha contra el Terrorismo, financiada por Francia y la UE.
30 EPIK. Op. cit.
31 EUROPA PRESS NACIONAL. Op. cit.
32 Dentro de la sanidad sería necesario incluir la salud psicológica, en respuesta al trauma intergeneracional sufrido a raíz de décadas de inseguridad (violencia interétnica, marginalidad, crimen organizado, terrorismo, etcétera). La medida contribuiría a reducir la capacidad de reclutamiento terrorista y el extremismo.
33 COLLADO, Carolina. Op. cit.
34 No solo en estos países, sino también por parte de los Estados europeos, que son el destino final de mucha de la mercancía de contrabando, especialmente de las drogas.
35 Este tipo de tecnología es empleada por Ford en la RDC desde 2019 para monitorizar las compras de cobalto.
36 Se debe hacer por una cuestión de solidaridad y por una cuestión de pragmatismo, por cuanto respecta a nuestra seguridad, dado que la expansión de la amenaza yihadista tendrá sin duda consecuencias nefastas para todos.
37 SUMMERS, Marta. «Actividad yihadista en el Magreb y el Sahel, febrero 2023». OIET, 10 de marzo de 2023. Disponible en: https://observatorioterrorismo.com/analisis/actividad-yihadista-en-el-magreb-y-el- sahel-febrero-2023/ [consulta: 3/9/2023].