
Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.
Los retornados de conflictos yihadistas representan actualmente una parte importante de la amenaza que supone este tipo de terrorismo. Formados como combatientes terroristas extranjeros (CTE) en el seno tales organizaciones, los conocimientos que adquieren los convierten en elementos fundamentales dentro de la estrategia del yihadismo para llevar el terror a Occidente y captar al mayor número de voluntarios posible debido al gran atractivo moral que presentan.
Sobre todo tras la pérdida del «califato» establecido por el Dáesh en Siria e Irak, atentados como los de París de noviembre de 2015 o los de Bruselas de 2016 han dejado patente la capacidad de estos individuos para llevar a cabo acciones terroristas de alta letalidad e impacto mediático, motivo por el cual se hace necesario adoptar las medidas adecuadas para luchar contra este vector de amenaza yihadista.
El yihadismo ha buscado emplear su presencia en diversos conflictos surgidos en países árabes durante los últimos cuarenta años para aprovechar las consecuencias de los mismos en su propio beneficio. Desde el inicio del conflicto afgano-soviético, pasando por otros ejemplos, como los de Bosnia, Chechenia, Irak o, tras la Primavera Árabe, Siria e Irak, las organizaciones yihadistas allí presentes han buscado atraer al mayor número de voluntarios a sus filas.
Estos voluntarios, de diversa procedencia —Estados afectados, otros limítrofes o diversas partes del mundo—, viajarían a combatir para cumplir con la obligación de hacer el yihad y son un elemento importante dentro de la estrategia de globalización del yihadismo.
Ideólogos como el palestino Abdullah Azzam hablaban de que el musulmán ideal era una especie de Homo jihadicus que veía el combate como una parte integral de su forma de vida, por lo que debía llevar a cabo el yihad tanto como pudiera1. Azzam defendía que la ocupación de un territorio musulmán generaba el deber individual para todos los musulmanes de participar en el yihad contra los invasores, con independencia de su lugar de residencia2.
Esta idea sería ampliada por Osama Bin Laden, fundador de Al Qaeda Central (AQC), quien señaló la obligación de todos los musulmanes de llevar a cabo un yihad global contra el «enemigo cercano» (gobiernos musulmanes impíos) y «lejano» (los países occidentales que los apoyan)3 con el objetivo de crear un «califato universal»4.
Tras el fracaso durante los noventa del siglo pasado de diversas organizaciones terroristas —muchas de ellas creadas por retornados de Afganistán5— en su objetivo de hacerse con el control de los mencionados países árabes6, el foco de actuación de estas se desvió hacia el enemigo lejano7.
Este fenómeno se vería acentuado a partir del 11S8, tras el cual AQC perdió su santuario en Afganistán y se transformó en un referente ideológico que marcaba las pautas de actuación generales a todas aquellas organizaciones e individuos afines a su ideología, encargados de su materialización.
La invasión de Irak en 2003 y el conflicto que surgió en este país sirvieron de catalizador para la captación de yihadistas en Occidente por parte de células terroristas, lideradas en muchos casos por individuos retornados de conflictos en los que habían participado.
Además, se potenció el concepto de yihad descentralizado de Mustafá Setmarian Nasser, Abu Musab al Suri9. Esta tendencia descentralizadora se acentuaría aún más con la Primavera Árabe y al iniciarse el conflicto sirio-iraquí, en el que Dáesh se asentó territorialmente y consiguió que miles de combatientes de diversas partes del mundo viajasen para unirse a sus filas y colaborar en la implantación de su idea de califato.
Con la creación de una coalición internacional para combatir al Dáesh, sus máximos responsables potenciarían la comisión de acciones terroristas contra los integrantes de la misma. Dentro de esa estrategia de comisión de atentados en Occidente, el Dáesh se serviría de diversos vectores de amenaza, entre los que tendrían un papel muy importante esos combatientes terroristas extranjeros (CTE), que, integrados en sus filas, retornaron a los países occidentales de los que partieron para llevar a cabo el yihad, sirviéndose de su formación operativa y atractivo para captar a nuevos voluntarios que materializaran los mandatos de la organización.
La dinámica expuesta quedaría de manifiesto con la comisión de acciones terroristas como las del 13 de noviembre de 2015 en París10 y la del 22 de marzo de 2016 en
Bruselas11: ambas contaron con la participación destacada de retornados del conflicto sirio-iraquí.
Tras el conflicto afgano-soviético, los llamados «afganos árabes» —combatientes procedentes de diversos países que habían viajado a luchar contra el invasor soviético— tomaron diversos caminos; entre ellos, viajar a combatir a otros conflictos en los que se viera afectada población musulmana12 o retornar a sus países de origen o residencia con el objetivo de imponer su visión radical y desviada del islam.
Así, surgieron grupos terroristas como el Grupo Islámico Armado (GIA) argelino. Creado por retornados del conflicto afgano-soviético, el GIA fue uno de los grupos yihadistas más violentos y extremistas durante los noventa del siglo pasado13, pues atentó no solamente contra su enemigo cercano —el Gobierno argelino—, sino también contra el lejano —representado principalmente por Francia—, por su apoyo a las autoridades argelinas. Su actividad desembocaría en la materialización de diversos atentados, como el secuestro de un avión de Air France con la intención de estrellarlo contra la torre Eiffel14 o los cometidos en el metro de París15 por el francés de origen argelino Khaled Kelkal, retornado a Francia tras recibir entrenamiento terrorista en Afganistán16.
Esta organización sufrió la escisión de una facción que, en 2007, se uniría a AQC, pasaría a denominarse Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), adoptaría sus estrategias, objetivos y modus operandi y se marcaría una agenda regional, orientada a la expansión a los demás países del Magreb y el Sahel, para lo que enviaría a combatir a parte de sus integrantes a conflictos como el de Irak17.
Otro conflicto que influyó en el yihadismo fue el de Bosnia. Surgido tras la desintegración de la antigua Yugoslavia, este supuso una gran oportunidad para la declaración de un yihad en suelo europeo18 y para la búsqueda de la creación de campos de entrenamiento con el objetivo de reclutar y entrenar a yihadistas procedentes de Europa, motivo por el cual la actividad propagandística aumentó en cantidad y calidad con respecto a conflictos anteriores.
En el conflicto de Bosnia participaron veteranos de otros conflictos, como el afgano- soviético, e individuos de diversos países europeos19, que posteriormente retornaron a estos últimos buscando apoyar la causa del yihadismo por medio de la actividad propagandística y la comisión de atentados.
Entre los individuos procedentes de países europeos puede señalarse el caso de los franceses Lionel Dumont y Christophe Caze. Tras retornar a Francia, formaron el Grupo Roubaix y captaron a más individuos, con quienes el 29 de marzo de 1996 cometieron un atentado con un coche cargado de bombonas de gas en las cercanías de una comisaría de policía de la localidad de Lille, donde estaba prevista la presencia, dos días después, del presidente Jacques Chirac para la inauguración de una cumbre del G720.
Otro conflicto con repercusión dentro del yihadismo fue el checheno, que quedaría finalmente en un segundo plano a partir de 2003 con la ocupación de Irak. Tras el desmantelamiento de la estructura estatal del régimen de Saddam Hussein, se generó una situación de inseguridad que creó las condiciones necesarias para que surgieran diversos grupos yihadistas, entre los que tendría un papel protagonista Al Qaeda en Irak (AQI), antecesora del Dáesh. Esto, unido al aumento del empleo de internet y a la mejora y abaratamiento de los viajes, debidos al proceso de globalización tecnológica, marcaría un punto de inflexión en relación con el problema de los retornados al facilitar y agilizar los procesos de captación, radicalización y adoctrinamiento de voluntarios en Occidente, a quienes les resultaría más sencillo viajar para participar en este conflicto con respecto a otros ejemplos anteriores.
A partir de este momento, la amenaza de los retornados supondría un importante problema de seguridad para Occidente tanto por la capacidad de captación de nuevos voluntarios como por la formación operativa, lo que les otorgaba una mayor capacidad para la ejecución de atentados.
Este conflicto comenzaría a perder intensidad a partir de 2010, hasta que el desencadenamiento de la Primavera Árabe sentó las condiciones idóneas para que el yihadismo pudiera resurgir con fuerza y, de paso, tuviera lugar el nacimiento del Dáesh.
Con la Primavera Árabe se iniciaron diversos conflictos, especialmente el sirio-iraquí21, con una influencia fundamental en la conformación actual del terrorismo yihadista en general y de la situación de los retornados en particular.
Sobre todo, desde 2014: con la ruptura entre AQC y el Dáesh22 y la declaración de
«califato» de este último grupo se materializó un hecho largamente esperado por el yihadismo. La creación de un «Estado islámico» marcó un antes y un después: añadió a la legitimidad moral del líder de esta organización dentro del movimiento yihadista la legitimidad política derivada de la existencia de un «califa», cuyas decisiones «han de ser obedecidas por todos los musulmanes».

La maquinaria del Dáesh para captar a nuevos voluntarios y lograr que se desplazaran a suelo sirio o iraquí y se integraran en su estructura protoestatal generó un flujo nunca antes visto de yihadistas dispuestos a unirse a una organización terrorista23, a la que prestaron juramento de fidelidad otros grupos terroristas tanto presentes en el conflicto como repartidos por diversas partes del mundo.
Miles de voluntarios se unieron al Dáesh durante los siguientes años para colaborar en la implantación de su «Estado» y en la expansión territorial. Los procedentes de Europa llegaron a suponer el 25 por ciento del total de los CTE presentes en el conflicto24.
No obstante, con la creación de la coalición internacional para la lucha contra el Dáesh, los dirigentes de la organización terrorista cambiaron el foco de atención hacia el enemigo lejano e hicieron llamamientos a la comisión de atentados en el territorio de los Estados que apoyaban la lucha contra su expansión25. El 21 de septiembre de 2014 Abu Mohamed al Adnani, portavoz de la organización hasta su muerte en 2016, emitió un comunicado animando a todos los musulmanes a «matar infieles donde fuera que se encontraran y de cualquier forma posible»26.
A partir de este momento aumentaría exponencialmente la actividad terrorista llevada a cabo por parte de seguidores y miembros del Dáesh en Occidente, entre ellos algunos retornados de la zona sirio-iraquí, tal y como quedaría de manifiesto en acciones terroristas como las siguientes:
- El primer atentado cometido por un retornado del conflicto sirio-iraquí tuvo lugar el 24 de marzo de 2014 en el Museo Judío de Bruselas, donde fallecieron cuatro personas27. El autor fue un ciudadano francés de origen argelino, Mehdi Nemmouche, integrado en las filas de Dáesh28 antes de retornar a Europa.
- Del 7 al 9 de enero de 2015 se llevaron a cabo varias acciones terroristas en París en el único caso de colaboración en Europa entre seguidores de AQC y del Dáesh. El 7 de enero, en una acción reivindicada por Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), los hermanos Said y Cherif Kouachi asesinaron a doce personas en la redacción de la revista Charlie Hebdo y a un policía a la salida de la misma29. Ambos fueron abatidos tras abandonar el lugar de los hechos.
Mientras tanto, el ciudadano maliense Amedy Coulibaly asesinaba a un policía municipal de París el día 8 y el 9 tomaba a varios rehenes en un supermercado kosher de la misma ciudad. Finalmente fue abatido. Esta segunda acción fue reivindicada en nombre del Dáesh30 y posteriormente se publicó un video en el que Amedy afirmaba que la acción se había ejecutado en coordinación con la de los hermanos Kouachi31.

- El 21 de agosto de 2015 se produjo un atentado con arma de fuego en un tren Thalys que realizaba el trayecto Ámsterdam-París. El autor, Ayoub el Khazzani, que fue reducido por los pasajeros tras encasquillarse el arma que estaba utilizando, había viajado a zonas de Siria bajo control del Dáesh ese mismo año32.
- El 13 de noviembre de 2015 fallecieron en varios ataques coordinados en París unas ciento treinta personas y resultaron heridas más de trescientas cincuenta33. En uno de los registros llevados a cabo con posterioridad fue interceptado el autor material de los hechos: el belga de origen marroquí Abdelhamid Abaaoud, Abu Umar al Baljiki, quien, al igual que otros integrantes de la célula autora de los ataques, había formado parte de las filas del Dáesh en Siria y retornado posteriormente. Abdelhamid Abaaoud fue vinculado con los autores del atentado del Museo Judío de Bruselas y del tren Thalys34, así como con los retornados de Siria detenidos en la localidad belga de Verviers el 15 de enero de ese mismo 201535.
- El 23 de marzo de 2016, en el aeropuerto belga de Zaventem y en la estación de metro de Maelbeek fallecieron treinta personas y resultaron heridas doscientas en un atentado con explosivos36. Parte de los autores eran retornados que habían formado parte del Dáesh en Siria e Irak. Estos individuos también estaban vinculados con Abdelhamid Abaaoud37.
Aparte de estos atentados, la actividad antiterrorista llevada a cabo en diversos países occidentales evidenció la presencia de más individuos retornados de zonas de conflicto y su intención de ejecutar nuevas acciones.
Con la derrota militar del Dáesh y la pérdida de su último bastión territorial en Baghuz el 24 de marzo de 2019 a manos de tropas kurdas38, la situación cambió.
El Dáesh retomó la actividad terrorista en este escenario y continuó con sus llamamientos para atentar en Occidente, mientras que los CTE presentes en el conflicto trataron de retornar a sus países de origen o residencia, viajaron a otros conflictos para continuar con su yihad o, en el caso de haber sido detenidos, se plantearon una posible solución a su situación: el regreso desde Siria e Irak —lugar de enjuiciamiento y condena— a sus países, con el fin de enfrentarse en este último destino a sus posibles responsabilidades penales.
Aparte de lo expuesto, en el caso de las mujeres y niños que viajaron al conflicto para establecerse en el territorio del «califato», muchos de los cuales ya habían sido repatriados, se produjo la misma encrucijada.
Una de las consecuencias del conflicto sirio-iraquí en Occidente ha sido, además del aumento de la actividad terrorista, la presencia de un mayor número de internos por terrorismo en las cárceles, con el consiguiente problema de seguridad que pueden representar estos individuos una vez que cumplan condena, debido al riesgo de que retomen su actividad radical.
Con la pérdida de intensidad del conflicto sirio-iraquí ha descendido el número de atentados yihadistas en Occidente, pero la amenaza sigue presente, tal y como nuevamente quedó de manifiesto el 25 de enero de este año en la localidad española de Algeciras.
Entre los diferentes vectores de amenaza del yihadismo tienen un papel importante los retornados de zonas de conflicto, debido a su capacidad operativa y su atractivo moral e ideológico a la hora de captar y radicalizar a nuevos voluntarios39, así como a sus altos niveles de radicalización.
A partir del conflicto desencadenado en Irak en 2003 y, fundamentalmente, con la actividad del Dáesh en el conflicto sirio-iraquí, el fenómeno de los CTE y los retornados ha alcanzado una nueva dimensión: la amenaza que representan para nuestras sociedades ha aumentado.
A diferencia de conflictos anteriores, a los que viajaban individuos para llevar a cabo el yihad como CTE, a Siria e Irak han viajado familias enteras buscando formar parte del
«proyecto califal» del Dáesh, lo que plantea el problema de cómo afrontar su retorno y la necesidad de dar una respuesta específica al tratamiento para su reinserción en nuestras sociedades.
Con las mujeres la actuación dependerá del marco normativo de cada país, que varía desde los casos en los que se les ha retirado la nacionalidad —el Reino Unido40, Bélgica41, Australia42 y Alemania43— a otros en los que, no siendo posible aplicar esta medida, se ha de valorar la respuesta más adecuada, juzgando no solo si sus conductas antes o durante la estancia en el «califato» son reprochables penalmente, sino también, desde una perspectiva social, el posible potencial para la radicalización y captación que presentan.
Respecto a los menores, la respuesta estatal tendría que encaminarse a valorar la mejor forma de ayudarlos a reintegrarse en la sociedad y superar los traumas que hayan podido sufrir durante su estancia en zonas de conflicto controladas por el Dáesh, tanto por haber sido enviados a campos de entrenamiento de la organización como por haber sido protagonistas o víctimas de acciones de especial violencia44.

Por otro lado, también se ha de abordar la cuestión de los internos en prisiones occidentales a causa del riesgo que pueden representar tanto durante su estancia como tras la finalización de la condena. Sobre todo, debido al número de operaciones antiterroristas y detenciones efectuadas en los últimos años, cuya cifra se estima en torno al millar según un informe del Consejo de Seguridad de las NN. UU.47.
Estos internos suponen un problema que se ha de tomar en cuenta debido a la alta probabilidad de que retomen la actividad yihadista, lo que hace necesario la búsqueda de los mecanismos oportunos para reinsertarlos antes de que reincidan, tarea hasta el momento llevada a cabo sin mucho éxito48.
Como punto final se puede señalar que la Unión Europea ha buscado la adopción de las medidas más adecuada para, al menos, minimizar las repercusiones de esta amenaza y mejorar la actuación estatal e institucional en aspectos como los reflejados a continuación49:
- Avances en la prevención en materia de radicalización, tratando de coordinar el mensaje difundido para minimizar la efectividad de la propaganda yihadista y buscando, a la vez, dificultar la labor de iniciativas de esta naturaleza a través de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
- Fomento y mejora del intercambio de información entre los actores estatales afectados y con competencias en la materia.
- Reformas y adaptaciones legislativas encaminadas a aportar una respuesta lo más eficaz posible para hacer frente al problema.
- Refuerzo de los controles en las fronteras exteriores de la Unión Europea, potenciando la actuación de FRONTEX en este apartado.
Víctor M. Sánchez*
Doctor en Derecho por la USAL
Referencias:
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2 HEGGHAMMER, T. The caravan. Abdallah Azzam and the rise of global jihad. Cambridge University Press, Londres, 2020.
3 Idem.
4 BURGAT, F. El islamismo cara a cara. Bellaterra, Barcelona, 1996.
5 LIA, B. Architect of global jihad. The life of Al-Qaida strategist Abu Mus’ab al-Suri. Hurst & Company, Londres, 2014.
6 BOZARSLAN, H. Una historia de violencia en Oriente Medio. Del fin del imperio otomano a Al Qaeda. Barcelona. Ediciones Península. 2008.
7 KRUGLASNSKI, A. BÉLANGER, J.J. Y GUNARATNA, R. The three pilars of radicalization. Needs, narratives and networks. Oxford University Press, New Cork, 2019.
8 LUTZ, J. y LUTZ, B. Global terrorism. Routledge, Taylor & Francis Group, Abingdon, 2008.
9 PÉREZ VENTURA, O. «Mustafa Setmarian. El ideólogo de la yihad moderna» (Documento Marco, n.o 5). IEEE, 2014. Disponible en: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_marco/2014/DIEEEM05-2014_Mustafa_Setmarian_IdeologoYihadModerna_OPVentura.pdf [consulta: 1/2/2023].
10 EL PAÍS. «El ISIS reivindica la autoría de los atentados de París». 14 de noviembre de 2015. Disponible en: https://elpais.com/internacional/2015/11/14/actualidad/1447502476_094158.html [consulta: 22/1/2023].
11 DEPARTAMENTO DE SEGURIDAD NACIONAL. «Atentados terroristas en Bruselas. 22 de marzo de 2016». 22 de marzo de 2016. Disponible en: https://www.dsn.gob.es/es/actualidad/sala- prensa/atentados-terroristas-bruselas-22-marzo-2016 [consulta: 12/2/2023].
12 LIA, B. Op. cit.
13 LUTZ, J. y LUTZ, B. Op. cit.
14 NASIRI, O. Mi vida en Al Qaeda. Memorias de un espía occidental. El Andén, Barcelona, 2007.
15 AFP. «Kelkal, implicado en atentados en París», El País. 1 de octubre de 1995. Disponible en: https://elpais.com/diario/1995/10/01/internacional/812502011_850215.html [consulta: 17/2/2023].
16 KOHLMANN, E. Al-Qaida’s jihad in europe. The afghan-bosnian network. Berg Publishers, Nueva York, 2004.
17 MOKEDDEM, M. Al Qaida au Magreb Islamique. Contrebande au nom de l’islam. Casbah Editions, Argel, 2010.
18 BYMAN, D. Road Warriors. Foreign fighters in the armies of jihad. Oxford University Press, Nueva York, 2019.
19 Idem.
20 KOHLMANN, E. Op. cit.
21 ÁLVAREZ-OSSORIO, I. Siria. Revolución, sectarismo y yihad. Los libros de la Catarata, Madrid, 2016. 22 GÓMEZ, L. Entre la sharia y la yihad. Una historia intelectual del islamismo. Los libros de la Catarata, Madrid, 2018.
23 ÁLVAREZ-OSSORIO, I. Op. cit.
24 MARRERO ROCHA, I. Soldados del terrorismo global. Los nuevos combatientes extranjeros. Tecnos, Madrid, 2020.
25 KRUGLASNSKI, A. BÉLANGER, J.J. Y GUNARATNA, R. Op. cit.
26 FISK, Z. ISIS: the terror of ISIS. Assesing the real threat posed by the islamic state (version Kindle). Blowfish, 2014.
27 MORA, M. «Detenido un yihadista francés por el atentado antisemita de Bruselas», El País. 1 de junio de 2014. Disponible en: https://elpais.com/internacional/2014/06/01/actualidad/1401607194_479473.html [consulta: 30/1/2023].
28 EURONEWS. «Nemmouche declarado culpable del atentado contra el Museo Judío de Bruselas en 2014». 7 de marzo de 2019. Disponible en: https://es.euronews.com/2019/03/07/nemmouche-declarado- culpable-del-atentado-contra-el-museo-judio-de-bruselas-en-2014 [consulta: 1/2/2023].
29 YÁRNOZ, C. «Doce muertos en un atentado en la revista Charlie Hebdo en París», El País. 7 de enero de 2015. Disponible en: https://elpais.com/internacional/2015/01/07/actualidad/1420629274_264304.html [consulta: 1/2/2023].
30 AGENCIAS. «Atentado en Charlie Hebdo. El secuestro en la tienda judía de París acabó con cinco muertos, entre ellos el captor». RTVE, 9 de enero de 2015. Disponible en: https://www.rtve.es/noticias/20150109/atentado-charlie-hebdo-asalto-supermercado-judio-paris-deja- menos-cinco-muertos-entre-ellos-secuestrador/1081354.shtml [consulta: 2/2/2023].
31 YÁRNOZ, C. «Coulibaly reivindica el ataque en nombre del EI en un vídeo póstumo», El País. 11 de enero de 2015. Disponible: https://elpais.com/internacional/2015/01/11/actualidad/1420973582_232997.html [consulta: 3/2/2023].
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40 REDACCIÓN. «El Reino Unido retira la nacionalidad a la adolescente que huyó con 15 años de casa para unirse al Estado Islámico», La voz de Galicia. 20 de febrero de 2019. Disponible en: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/internacional/2019/02/20/reino-unido-retira-nacionalidad- adolescente-huyo-15-anos-casa-unirse-estado-islamico/00031550665921916729842.htm [consulta: 17/2/2023].
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43 SÁNCHEZ, R. «Alemania retirará la nacionalidad a miembros de DAESH», ABC. 5 de marzo de 2019. Disponible en: https://www.abc.es/internacional/abci-alemania-retirara-nacionalidad-miembros-daesh- 201903051328_noticia.html [consulta: 17/2/2023].
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47 SIMCOX, R. y STUART, H. «The threat from Europe’s jihadi prisoners and prison leavers», CTC Sentinel, vol. 13, n.o 7. 1 de julio de 2020, pp. 22-36. Disponible en: https://ctc.usma.edu/the-threat-from- europes-jihadi-prisoners-and-prison-leavers/ [consulta: 20/2/2023].
48 ZULOAGA, J. M. «Yihadistas: 186 “bombas de relojería” cuando salgan de la cárcel», La Razón. 10 de febrero de 2020. Disponible en: https://www.larazon.es/espana/20200210/4k3lelv7mfhc3pg4rp6j7wjgxu.html [consulta: 21/2/2023].
49 MOLINA SERRANO, P. J. «La UE y su enfoque integral para afrontar el problema de los retornados. el caso francés» (Documento Opinión, n.o 5). IEEE, 20 de enero de 2020. Disponible en: http://www.ieee.es/contenido/noticias/2020/01/DIEEEO05_2020PABMOL_retornados.html [consulta: 21/2/2023].