Juan Luis Cebrián critica el PSOE de Sánchez y su “traición al espíritu de la Transición”

- Estado federal y listas abiertas
- Traición al espíritu de la Constitución
- El País de Cebrián
- “Crónica de una decepción”
- ¿Ha cambiado Juan Luis Cebrián?
“El PSOE hoy no es un partido, es una secta, y amenaza con ser una mafia; no es obrero, no creo que Cerdán, Koldo o Tito Berni sean obreros ni ninguno de los que se sientan en el banco azul; no es socialista, porque no defiende los intereses generales del país; y no es español, sino de toda clase de identidades”. Así de contundente se mostrada el exdirector de El País, Juan Luis Cebrián, durante la presentación de su libro “El efecto Sánchez”, editado por Ladera Norte.
Acompañado por Cayetana Álvarez de Toledo, diputada del PP, el académico y escritor Félix de Azúa y el editor Ricardo Cayuela, las críticas al populismo y único interés de mantenerse en el poder de Pedro Sánchez y a los nacionalismos se convirtieron en protagonistas de este acto en el que no faltó inteligencia, humor e ironía. También quedó patente la preocupación y la necesidad de promover cambios y algunas reformas para recuperar valores y principios democráticos que se están perdiendo con este Gobierno. “Hay una traición directa al espíritu de la Transición”, llegó a afirmar Cebrián.
La librería Antonio Machado en Madrid se quedaba pequeña ante el público que congregó este curioso trío y el interés por la última obra de Cebrián que recopila numerosos artículos publicados entre 2019 y 2024 en el El País, periódico del que fue director desde sus inicios hasta 1988. En ellos, vierte sus reflexiones y opiniones sobre la polarización, el referéndum en Cataluña, la elección del CGPJ, la reforma constitucional, la censura de la prensa… y el comportamiento del presidente Pedro Sánchez al que llega a comparar con Trump. Con toda la libertad y sin pelos en la lengua, aunque quizá por eso en abril dejó de ser presidente de honor del periódico que fundó con José Ortega Spottorno y Jesús Polanco en 1976. Una pluma que no dejó escapar el diario The Objetive, que encantado le abrió las puertas.
Como ya expresó en el ensayo “Caos. El poder de los idiotas”, Cebrián reiteró que el mundo está gobernado por idiotas tanto de derechas como de izquierdas y criticó duramente a los nacionalismos, porque son “la tumba de las democracias”. Para él, lo importante es la igualdad de la ley, independientemente de la identidad.
En su intervención, también hizo una defensa de la libertad de información y la libertad de expresión, un derecho, aseguró, que ha sentido “como nunca” a partir de su jubilación en el 2017, tal y como se refleja además en los artículos recopilados en este libro.
No obstante, resaltó que “El efecto Sánchez” está dedicado a Polanco, porque jamás intentó controlar las opiniones de los columnistas de El País, al revés, les dio una libertad absoluta. En este sentido, se lamentó de que ahora haya más periodistas que trabajan para empresas intentando que no se publiquen determinadas noticias que periodistas dedicados a publicar lo que no quieren que se publique. “Los periodistas saben que tienen que servir a sus lectores”, dijo Cebrián, que calificó este principio de esencial.

Estado federal y listas abiertas
Respecto a los tres cambios que propone en su libro, Cebrián defendió la reforma del título VIII de la Constitución para crear un Estado federal; la de la ley electoral para que las listas no sean cerradas y bloqueadas, algo que, dijo, lleva pidiendo 30 años; y la de los medios, “quiere (refiriéndose a Sánchez) hasta legislar los sentimientos”.
“Creo que la democracia representativa tiene una crisis general, primeramente, porque hay un cambio de civilización generado por internet. La democracia es algo muy delicado, muy endeble, muy joven y muy amenazada”, afirmó Cebrián, quien se mostró preocupado por la desaparición en casi toda Europa del partido socialista. “Sin una socialdemocracia democrática es muy difícil que un país viva en democracia”, afirmó. Ante esta situación, señaló que no hay que asustarse, aunque sí saber que tenemos un problema y es que nos gobiernan los idiotas; y que tenemos un cambio de civilización que no sabemos cómo reglamentar.

Traición al espíritu de la Constitución
Pero sus críticas no fueron dirigidas sólo a Sánchez, también a Zapatero, a quien señaló como el origen de todo, y a quien acusó, con su Ley de Memoria Histórica, de contar una historia falsa de la Guerra Civil, al olvidarse de que fue, precisamente, civil. “Hay una traición directa al espíritu de la Transición”, resaltó Cebrián, que también quiso recordar esos años en que España pasó de una Dictadura a una Democracia y a todos los protagonistas que lo hicieron posible.
“Los Machado, Antonio y Manuel, son la esencia del problema español, dos magníficos poetas, que se querían muchísimo entre ellos, que escribían al alimón. Uno muere en el exilio de la manera más penosa, y el otro se convierte en el líder de los intelectuales fascistas, pero que se seguían queriendo. Ellos son el ejemplo de lo que fue la Guerra Civil”, concluyó Cebrián. Una reflexión que nos lleva al último libro del escritor Joaquín Pérez Azaústre, “El querido hermano”, sobre la relación de los poetas sevillanos, y donde ensalza ese amor fraternal por encima de cualquier ideología.

El País de Cebrián
Antes de la intervención de Cebrián, abría el acto el editor del joven sello Ladera Norte, el mexicano Ricardo Cayuela, para agradecer y elogiar a los intervinientes. De Cayetana Álvarez de Toledo, destacó que, al margen de que se compartan o no sus ideas, “siempre actúa con convicción” y la definió como un “anfibio intelectual y político”.
De Félix de Azúa resaltó que es una figura de la cultura española y su disfrute como lector de sus obras como “Diccionario de las Artes”, “Autobiografía sin vida” y “Autobiografía de papel”; y de Cebrián, que la Transición a la Democracia en España y la consolidación de sus libertades no hubiera sido igual sin El País bajo su mando. Además, añadió que, como todos los de la mesa, con un pie en la política, en la literatura, en el mundo de las ideas, es un gran novelista, con una de las mejores memorias escritas en España en la segunda mitad del siglo XX: “Primera página”.
“Crónica de una decepción”
No faltó la frescura y el humor con Félix de Azúa, quien dijo conocer a tres Juan Luis Cebrián: el director de El País, y ahí aprovechó para explicar que los directores de periódicos tienen una autoridad muy curiosa, que viene del que controla un negocio, pero que vende objetos extraños como la justicia y la libertad, es decir, la buena información, “si se es un buen director”, matizó; el miembro de la RAE, donde es su compañero y se comportan como niños traviesos que todo el rato se pasan información falsa; y el colega de trabajo en el diario The Objective.
Sobre “El efecto Sánchez”, De Azúa dijo que “es una estupenda crónica de una decepción”, un libro que explica lo ocurrido en el país desde el 2018 al 2024 y lo que le ha pasado a él, y a muchos, al ver cómo un gobierno democrático se iba convirtiendo en un gobierno parecido a una tiranía o satrapía, a un régimen desagradable, o, como dice Cebrián en el libro, “un putiferio”.
El académico resaltó que su compañero empezó a percatarse de ese cambio en 2019 al ver que Pedro Sánchez “era un psicópata”, y al darse cuenta de que no estábamos ante una crisis de gobierno, sino que era el Estado lo que estaba en peligro. De Azúa señaló que si tuviera 50 años menos diría que ha llegado el momento de la acción cívica.
¿Ha cambiado Juan Luis Cebrián?
Comenzó Álvarez de Toledo preguntándose qué hubiera pensado Polanco si la viera en esta presentación: “Que Juan Luis se ha vuelto loco”, contestó, ya que recordó algunas de las duras palabras del presidente del Grupo Prisa dirigidas al PP. Tampoco se libró Cebrián de sus dardos, pues la diputada puso sobre la mesa los continuos ataques a su partido. Así, expresó los dos motivos por los que le recordaba al personaje Darth Vader: el primero, por lo que decía en la obra “El futuro no es lo que era”, donde conversa con Felipe González: “La sensación que percibo es que los del PP están felices porque son la derecha de siempre, colaboró con la dictadura porque la engendró…”; y el segundo motivo, por el artículo “El discurso del método”, publicado en El País tras las elecciones del 2001 en El País Vasco, en el que Cebrián cargaba contra el pacto de Nicolás Redondo y Jaime Mayor, pacto que para Álvarez de Toledo fue “un monumento a la modernidad y lo moral”.
“Cebrián era Darth Vader hasta que lo conocí 16 años después, en 2017”, resaltó Álvarez de Toledo, con motivo de una entrevista para El Mundo tras la publicación de sus memorias. En esa entrevista, contó la también periodista, hablaron de temas como la independencia de Cataluña, la prohibición del referéndum catalán, la necesidad de que el Gobierno de Rajoy aplicase el artículo 155 o cómo todos los populismos, sean de derechas o izquierdas, generan odios… “Cebrián fue un visionario”. Su publicación, según Álvarez de Toledo, fue un revuelo mayúsculo, sobre todo para la cúpula de Prisa, “porque Cebrián había roto un tabú y un muro: el que mantenía la izquierda del mismo lado del nacionalismo frente al PP o a la derecha”.
Algunos de aquellos temas aparecen en “El efecto Sánchez”, libro que “probablemente sea la impugnación más caustica y demoledora del sanchismo de las que se hayan publicado. Es el libro de un indignado con razón”, según Álvarez de Toledo.
¿Qué le ha pasado a la izquierda? ¿Qué le ha pasado a Juan Luis? ¿Cuánto ha cambiado el PSOE, cuánto Juan Luis? … La diputaba le lanzaba estas preguntas mientras daba su opinión: “Cebrián se ha centrado y el PSOE se ha extremado. Juan Luis Cebrián está muy lejos de Sánchez, porque es un demócrata, pero tampoco está exactamente donde estaba entonces”.
Preguntas que tuvieron su respuesta: “Cayetana está contenta porque he cambiado mucho. Yo creo que no”, comenzó diciendo Cebrián, aunque admitió haber evolucionado. Entonces, se remontó al año 1962, a la publicación de “Cuadernos para el diálogo”, para explicar que ya en aquella fecha pensaba que el mejor sistema, o el menos malo, era el democrático, creía en la separación de poderes y en una prensa libre, que es lo que ha procurado en sus más de 60 años de vida profesional.
Álvarez de Toledo acababa su turno no sin antes afirmar que se necesita una nueva política de ciudadanos para ciudadanos, y que va a exigir algunos valores esenciales cercanos a los que defiende Cebrián como la verdad, ya que sin verdad no hay democracia, y el valor del mérito.
Pese a la situación que se transmitió en este acto, las duras críticas a Pedro Sánchez y la urgencia de reformas importantes, Cebrián aseguró sentirse optimista, “porque creo en la gente, en la sociedad civil”, y abogó por recuperar el espíritu de convivencia.