Lucas Martín Serrano: “Cuba 1895, La Partida es una forma de honrar y de oír la memoria de miles de españoles”

Lucas Martín Serrano, analista internacional, publica su tercer libro. Tras Visión Global y Terror Global, en esta ocasión lo hace bajo el título Cuba 1895, La Partida, una novela enmarcada en la pérdida de Cuba por parte de las fuerzas españolas, tras años de lucha contra los múltiples intentos de independencia.
En primer lugar, cuando comenzaba a leer Cuba 1895, La partida, se me venía a la mente saber qué podría haber hecho España por evitar la pérdida de Cuba. ¿Era una batalla perdida, a pesar de haber conseguido frenar el intento desatado con el Grito de Yara y la posterior Guerra de los Diez Años, o podría haber hecho algo para evitar perder Cuba?
Hombre, hablar ahora mismo a toro pasado y con tanto tiempo sobre lo que podríamos haber hecho es complicado. Yo sí creo que, al menos a nivel tanto político como militar, quizás se podrían haber hecho las cosas de otra forma o haberlas dirigido de otra forma y haber mantenido la isla más tiempo. Lo que era indudable es que tarde o temprano, si no era de esa de la forma que sucedió, de otra forma, se habría acabado independizando porque era la tendencia en la época y pasó con todos los países europeos que tenían posesiones fuera de Europa que al final ha acabado perdiendo, pero sí es cierto que podrían haberlo mantenido un tiempo más.
Eso supuso un cambio muy importante, como comentas. Fue algo que estaba pasando en con las posesiones de las potencias en América y hasta qué punto supuso un punto de inflexión a nivel global la pérdida de Cuba para la posición española en la comunidad internacional. ¿Cómo cambió la visión del mundo sobre España?
Más que la edición de mundo sobre España, yo diría cómo nos cambió a los españoles, es decir, la pérdida de Cuba indudablemente supuso un antes y un después. De hecho, gran parte de lo que sucede después en el siglo XX en España, en cierto modo, está relacionado, o al menos de una forma inconsciente, afectó a la forma de ser de los españoles o a la forma de encarar los problemas. Fue un palo muy gordo. Y también porque Cuba era algo muy especial para España. De todas nuestras posesiones en América, Cuba era algo muy especial y lo sigue siendo. De hecho, la relación que tenemos con los cubanos es muy, diferente al resto de países de Hispanoamérica.
A pesar de haber sido una posesión española, esa relación de la que hablas entre las sociedades española y cubana en la actualidad, precisamente por el hecho de haber sido Cuba tan importante para España, ¿Puede hacer que ahora la sociedad española tenga una asociación y una vinculación especial de forma positiva con Cuba?
Todos los territorios que España fue conquistando en América los incorporó a la Corona y eran parte de España. Es decir, España nunca consideró esos territorios como una colonia ni como algo inferior, eran una parte de España más, como podía ser los Burgos, Valencia o Murcia. Entonces es esa consideración de, digamos, ser ciudadanos españoles y ser una parte más de la Corona y del Reino, lo que da esa impronta especial y esa relación. Cuba, quizás porque que fue la posición que estuvo más tiempo con nosotros, y quizás por carácter y por cómo se vinculó la población cubana con la española, tuvo siempre algo especial y como tú bien dices, se mantiene hasta el día de hoy que todos sentimos, que hay una relación muy especial entre lo que es Cuba y España.

Y volviendo un poco más a lo que es la obra en sí, me llamaba la atención después de haber publicado Terror Global y Visión Global, dos obras de un corte diferente a esta, que se centran en el análisis e incluso en la recopilación de artículos. ¿Cuál ha sido la motivación para escribir esta esta nueva obra que se sale un poco de la tendencia de las anteriores?
Es nueva, pero es la que comencé a escribir en primer lugar. Escribir esta novela me ha llevado bastantes años y todo comienza porque, por circunstancias, descubro que un familiar, un antepasado, en este caso de mi esposa, luchó en la guerra de Cuba. Era oficial, como yo, y luchó en la guerra de Cuba, desde el año 95 al 98. Me empecé a interesar por el tema, a leer documentación, conseguir su hoja de servicios, y cuando tuve en mis manos su hoja de servicios y vi lo que había vivido en la isla, en qué acciones había participado y cómo fue el desarrollo del conflicto visto desde los ojos de un teniente que sale de España y se va a la guerra, vi que era una historia muy interesante de contar. Y, además, también como la guerra de Cuba no deja de ser una guerra olvidada, quizás también por lo que he dicho antes, por el golpe que supuso perder la isla y las condiciones en las que se perdió, pues es un evento de nuestro pasado que está un poco dejado de la mano de Dios. Y era una forma también de honrar o de oír la memoria de miles de españoles, la mayoría de ellos chavales muy jóvenes de extracción muy humilde que fueron llevados a filas y fueron a un lugar que no se sabían ni donde ni donde estaba, y se dejaron allí la salud, la juventud y, en gran parte de los casos, la vida. Y que incluso habiendo ido allí obligados, muchos de ellos llevaron a cabo acciones y gestas heroicas que muy poca gente conoce. Entonces creo que tenemos un deber para con ellos de sacarlos del olvido y de honrarlos. Y esta novela creo que era una forma bonita de hacerlo.
Es, digamos, un homenaje a lo que fue esa etapa de la historia de España que 130 años después ha cambiado enormemente. La imagen de España se encuentra en un punto totalmente opuesto, dictadura y transición democrática mediante. ¿Cómo valoras actualmente la situación de España en estos momentos de inestabilidad en relaciones con países tan importantes como Israel, con quien las relaciones han llegado a pender de un hilo, con quien se ha estado a punto incluso de romper las relaciones diplomáticas?
A pesar de que evidentemente España hoy tiene muchos problemas, como tienen muchos países, y nos quejamos de muchas cosas y hay muchas cosas que mejorar, eso es evidente, siempre hay cosas que mejorar. Cuando uno tiene experiencia de recorrer mundo y de vivir por largo tiempo en otros países de otro tipo, con otra cultura y demás, te acabas dando cuenta de que con todas nuestras pegas y con todas nuestras miserias y todos nuestros problemas, no dejamos de ser unos privilegiados. Vivimos en un país que, muchas veces, por decirlo claramente, que no lo merecemos. Cuando uno sale y vive fuera y tiene simplemente que acudir a un médico o necesita algún tipo de ayuda, o acudir a algún organismo oficial y demás, se da uno cuenta realmente del lujo en el que vivimos y de que no lo apreciamos realmente.
En esa suerte que tiene España, sí que es verdad que igual en las relaciones internacionales es lo que ha cambiado en mayor medida. Porque sí que es verdad que viendo de dónde viene España, la situación actual, como dices, es realmente privilegiada, muchas veces infravalorada por los propios españoles. Pero en el terreno diplomático internacional, esa evolución que ha tenido España, sobre todo en los últimos años, ya digo, llevando a quizás situaciones un poco más delicadas en el terreno internacional. Cómo valoras la imagen actual de España en ese contexto, en ese panorama, sobre todo en un momento de inestabilidad en Israel, en Ucrania, en el Mar Rojo, con los últimos acontecimientos… ¿Qué papel juega España en ese entramado diplomático internacional?
España también, a pesar de lo que pensaba muchas veces estando dentro, desde fuera tiene una imagen de respeto y de y de país serio. Repito, con nuestros problemas, con nuestros errores y nuestros fallos, evidentemente, eso no se puede negar. Pero no dejamos de ser un país con peso, un país importante y un país al que, por lo general, en el exterior y, por el contra de lo que pensamos los españoles muchas veces, que somos nuestros peores jueces con nosotros mismos, se nos quiere y se nos respeta. Voy a poner un ejemplo muy claro. En lo que se refiere a nuestra pertenencia a la OTAN y a la contribución de España a la defensa colectiva en el este, España es uno de los países que más carne está poniendo en el asador. Se nos considera un aliado bastante serio. Yo creo que muchas veces la imagen que tenemos desde dentro es un poco distorsionada a lo que se ve desde fuera una vez que uno trabaja fuera y lo ve y trabaja con otros países.

Y ya saliéndonos un poco de las fronteras de España. Quería también referirme a la situación un poco en Gaza. Evidentemente no tiene un horizonte muy claro, mucho menos en el que se pueda ser optimista, al menos de momento. Ya que al comienzo se hablaba de una rápida intervención de las fuerzas israelíes sobre los túneles construidos por Hamás, pero el conflicto sigue alargándose, se sigue alargando el sufrimiento de decenas de miles de palestinos y de israelíes, no hay que olvidarlo. Y entre tanto aparece la escalada de la tensión en el Mar Rojo, acusaciones de genocidio ante la Corte Penal Internacional… ¿Qué destino auguras a la causa palestino israelí? ¿Se va a seguir recrudeciendo hasta un punto de quizá no retorno?
En primer lugar, hay que comentar que lo que se conoce normalmente como la causa Palestina está tocada “de muerte” desde el momento de la firma de los Acuerdos de Abraham. Y me refiero a tocada de muerte, porque digamos que esos acuerdos, que a su vez es lo que provoca la reacción de Hamás el 7 de octubre, quita a Irán esa pieza que solía utilizar para mover el mundo árabe en favor de sus intereses. El conflicto actual yo lo vengo diciendo desde el principio y lo comentaba varias veces en De Cara al Mundo, Israel tiene muy claro que lo que sucede el 7 de octubre no va a volver a ocurrir, no va a permitir que vuelva a ocurrir. Y esta guerra actual o este enfrentamiento no va a terminar hasta que Israel considere que Hamás está fuera de la ecuación. De hecho, lo están demostrando. Han limpiado toda la zona norte de la Franja, la zona centro y ahora van a limpiar la zona sur, en la zona de Rafah. Y hasta que esta tarea no esté completada, tarde el tiempo que tarde, y suponga la pérdida de reputación que suponga, Israel, no va a parar. Es más, yo me atrevería a decir que, una vez que finalice con el tema de Hamás, el siguiente paso va a ser Hezbolá, porque continúa siendo un peligro, igual que el de Hamás, y nadie le asegura a Israel que mientras que Hezbolá siga al sur del río Litani, no vuelve a suceder lo mismo en el norte de Israel. Y, de hecho, Netanyahu ya lo ha comentado, quieren Hezbolá al norte del Litani. Yo creo que Israel ahora mismo no va a abrir otro segundo frente, pero cuando acabe con esta operación en Gaza, yo creo que es muy probable que veamos otra operación similar en el sur del Líbano.
Precisamente me quería referir a esa posible extensión del conflicto porque Hezbolá es verdad que ha sido mencionado en numerosas ocasiones por Benjamín Netanyahu. ¿Puede extenderse a más rincones de la región este conflicto? Porque ya si hablamos de Hezbolá, del Líbano, atenta a mirada de Irán por supuesto, los hutíes, financiados y apoyados por el régimen Ayatolá… ¿Hasta qué punto se puede llegar a extender si sigue esta cadena de conflicto en el que Israel puede, por ejemplo, intentar acabar con Hezbolá de la misma manera que está intentando acabar con Hamás?
Pienso que a nadie y cuando digo a nadie me refiero a los principales actores, es decir, Israel, Estados Unidos, Irán y el resto de los países árabes de la zona, a nadie le interesa una extensión del conflicto. Por lo tanto, a pesar de que eso se lleve a cabo o ese escenario que has planteado se materialice, yo creo que todos los actores, como ha pasado hasta ahora, van a tener especial cuidado en intentar evitar que el conflicto se salga de control y se expanda por toda la región. El tema de los hutíes es un tema particular, porque siendo una milicia como son proxy de Irán, financiada armada y entrenada por las fuerzas Quds, que pertenecen a la Guardia Revolucionaria, creo que, en cierto modo, Irán ha perdido cierto control sobre las acciones de los hutíes, y están un poco jugando por libre. Ya veremos en qué acaba esto, pero quizás estos ataques que estamos presenciando por parte de Estados Unidos contra las milicias hutíes para intentar asegurar la navegación por el por Bab el-Mandeb y el Mar Rojo, igual incluso no le viene mal del todo a Irán para limpiar la milicia de esos elementos díscolos que ha llegado el momento porque están empezando a moverse por su cuenta. Yo creo que están teniendo mucho cuidado en no pasarse de frenada. Y el ejemplo está en el reciente ataque en Siria contra una masa americana que murió en tres americanos, que incluso la respuesta norteamericana ha sido comedida, avisada para no causar bajas iraníes y, por supuesto, no solo iraní, todo mundo tiene mucho interés en que eso no se expanda.
La posible vinculación de la invasión rusa de Ucrania, no porque estén directamente relacionados, sino porque Zelenski ha manifestado en numerosas ocasiones que ha hecho perder el foco de la guerra de Ucrania, quizá de forma inevitable. Incluso ha manifestado que se ha dejado de lado la ayuda a Ucrania, a pesar de aprobar nuevos paquetes como el último de 50.000 millones de euros. ¿Estás de acuerdo con esa idea de Zelenski de que se ha dejado de lado Ucrania, de que se ha perdido demasiado el foco?
No se la ha dejado de lado, pero es evidente que el foco se giró totalmente hacia Israel y que eso ha afectado Ucrania, eso es indudable. Parte de la ayuda que se estaba mandando a Ucrania se derivó hacia Israel porque le hacía falta para esta operación. Pero, como bien dices, el foco no se ha quitado totalmente, los países siguen ayudando a Ucrania. El parón en la ayuda tiene mucho más que ver con temas de política interna de Estados Unidos y con el tema de las elecciones que con el conflicto de Israel. Europa sigue volcada y, de hecho, hace poco se aprobó otro paquete europeo de ayuda a Ucrania, pensando incluso ya en que, por los motivos que sea, o por el cambio de gobierno en Estados Unidos, o por temas de política interna, si esa ayuda decrece, que sea suplida por parte europea, que es lo que se está intentando. ¿Qué el foco ha variado y ha bajado la tensión? Cierto, eso es indudable, pero que se está intentando mantener también es cierto.