Ronald Koeman llega al Barcelona en plena crisis.
Pochettino, Allegri o Setién. Y eligieron a Setién. Esa terna de entrenadores es la que han hecho pública desde el Barça para justificar el fichaje del hombre que miraba a las vacas antes de sentarse en el banquillo del Camp Nou. Tres entrenadores, tres estilos, tres trayectorias y una decisión basada en una victoria del Betis ante el Barça años atrás.
Los pilares del Barça sufren de una acuciada aluminosis. Bartomeu no ha sabido dirigir la institución. En el plano deportivo se han firmado derrotas que pasarán a su historia negra. Económicamente el club sangra dinero. Y hasta la política ha vuelto a requerir del Barça para sus espantadas independentistas. La pandemia augura malos tiempos para la próxima temporada.
Ronald Koeman es el elegido para el banquillo de la temporada 2020-2021. La última temporada de la directiva de Bartomeu. El 2-8 ante el Bayern ha precipitado pocas cosas. Fuera Setién y Abidal y una entrevista del presidente para anunciar que sobran jugadores y devaluarlos en el mercado. El presidente no se va porque no puede. Tiene que cuadrar las cuentas. Ajustar el saldo hasta que sea positivo para que no tenga que poner dinero de su bolsillo. En marzo de 2021, si el coronavirus lo permite, se celebrarán elecciones.
Koeman llega para hacer limpieza en el vestuario del Barça. Pero sacar del club a determinadas estrellas con altísimos salarios y contratos en vigor es imposible. El Real Madrid no fue capaz ni de vender a James el verano pasado. Ramos forzó una falsa salida a China y, junto a Bale, solo consiguieron seguir atados a su jugoso contrato en Madrid. El Barça no puede vender a Umtiti, Rakitic, Suárez, Alba, Busquets, Vidal… y esperar que le paguen un dineral y se hagan cargo de sus fichas.
Koeman tiene mal cartel en España. Su papel en Valencia fue el de villano. Angulo, Cañizares y Albelda sufrieron en sus carnes un maltrato profesional que rozaba la demanda en un juzgado. El holandés fue el encargado de ejecutar la orden de apartarles porque el club ya no los quería. Un circo que se podían haber ahorrado con más mano izquierda. Después llegó la Copa del Rey y las rajadas de los implicados en el destierro con Joaquín diciendo que Koeman solo se preocupaba de que hubiera vino en la cena.
Su carrera como entrenador empezó hace 10 años como asistente de Van Gaal en el Barcelona. Después ha tenido una trayectoria muy modesta en Portugal y en su Holanda natal donde ha mejorado sus cifras ganando muchos partidos en el Ajax, en el Feyenoord y en el PSV. En Inglaterra demostró que no es de esos entrenadores que saca partido de plantillas normales. En el Everton coincidió con Deulofeu, canterano del Barça, que ya se ha apresurado a declarar que de Koeman “no aprendí absolutamente nada”.
El panorama para el socio culé puede ser desolador. Un entrenador normalito que otrora fue mito azulgrana y un tipo polémico por su trato a los jugadores. Una mezcla explosiva si le metes en un vestuario lleno de egos y coronado por Messi. Messi, del que ya ha dicho con suficiencia que le gustaría que se quedara. Como si hubiera otra opción. No es lo mismo apretar a los jugadores del Valencia años atrás que a las estrellas del Barcelona de ahora. Y no lo es por una cuestión de imagen, que es lo que más preocupa al fútbol en los tiempos que corren.
Pero llega Koeman. El del gol ante la Sampdoria en 1992 en Wembley. El que le dio al Barça su primera Copa de Europa y modeló el Dream Team de Cruyff. El defensa más goleador de la historia con 253 goles en 535 partidos. El Barça le quita a Holanda a su seleccionador para sentarle en el banquillo. Eso ya lo inventó Florentino Pérez con Lopetegui y ya sabemos cómo acabó la historia.

Todo dependerá de la llegada de Koeman al vestuario. Su entrada el primer día de pretemporada. Sus primeras palabras. Sus gestos. Sus órdenes. Ahí se verá si ha llegado a cumplir las peticiones del club o ha llegado para darle valor al Barça. Su temperamento será el que marque su destino. Si enloquece y empieza a sacar del equipo a pesos pesados para que entrenen en Montjuic no llegará al día de Todos los Santos. Si el club le ayuda a dialogar con los jugadores para que entiendan su fin de ciclo tendrá una oportunidad.
Su fecha de caducidad se la han fijado para marzo de 2021. Las elecciones decidirán un nuevo presidente y entrenador. Si el candidato Víctor Font gana ya ha declarado que su míster será Xavi y eso es el mejor aval que puede presentar su candidatura. Ese día pondrá fin a la etapa de Koeman en el Barcelona pase lo que pase después, aunque su contrato diga que ha firmado dos temporadas.
El Barcelona cierra una etapa inadmisible con una contratación irracional fruto de otra aún peor con Setién y todo por poner en la calle a Valverde cuando eran líderes y funcionaban en Europa. Koeman llega para hacer de poli malo y conseguir que la junta directiva maquille los números y salve su cabeza. Que no es poco. El holandés será otra vez errante.