Luis Enrique y Achraf llevan al PSG a conquistar Europa

El Paris Saint-Germain ha roto, por fin, la maldición que le perseguía en Europa y se ha coronado campeón de la UEFA Champions League tras una histórica goleada 5-0 al Inter de Milán en Múnich.
Luis Enrique logra un triplete inédito con la Ligue 1 y la Copa de Francia para entrar en el Salón de la Fama de los grandes entrenadores de Europa. El club parisino, tras años de inversiones multimillonarias y proyectos fallidos, alcanzó la cima del fútbol continental en un año marcado por el cambio de modelo tras la marcha de Mbappé y la figura de Luis Enrique.
La historia reciente del PSG no puede entenderse sin la entrada en escena, en 2011, del fondo Qatar Investment Authority, que adquirió el 70 % del club por unos 50 millones de euros. Desde entonces, el club ha gastado más de 2.200 millones de euros en fichajes. Primero apostó por estrellas consagradas como Neymar, Mbappé, Messi, Ramos, Marquinhos o Keylor Navas y, en los últimos años, ha girado hacia un modelo más joven con menos estrellas. Esta política ha elevado el valor del club hasta los 4.400 millones de dólares y ha convertido al PSG en una herramienta de visibilidad global para Qatar muy por encima del Mundial de 2022 donde la victoria de Messi como jugador del PSG ante Francia se convirtió casi en un problema de Estado.
El ansiado título europeo llega, paradójicamente, en la primera temporada después de la marcha de Mbappé, y tras abandonar la estrategia de fichajes galácticos para apostar por jóvenes talentos y un bloque sólido liderado por Luis Enrique como imán de focos y críticas, un papel donde el asturiano se siente cómodo. La inversión qatarí, más allá del éxito deportivo, ha transformado la marca PSG y la ha situado en el epicentro del fútbol mundial.

Luis Enrique: el arquitecto de la gloria
La llegada de Luis Enrique al banquillo parisino en 2023 supuso el inicio de una revolución táctica y mental después de años marcados por entrenadores como Pochettino, Emery o Ancelotti. El técnico asturiano, campeón de Champions con el Barcelona en 2015, ha sabido reconstruir el equipo tras la salida de sus grandes estrellas, obligando a practicar un fútbol coral, presión alta y una capacidad de sacrificio total entre sus jugadores. Su planteamiento en la final fue impecable: el PSG dominó de principio a fin, anulando al Inter y mostrando una madurez que ha ido ganando con los partidos, incluido la eliminación de la temporada pasada a manos del Dortmund.
Luis Enrique, además, vivió la final de Múnich con una carga emocional especial, dedicando el triunfo a su hija Xana, fallecida en 2019, y luciendo una camiseta en su honor durante la celebración. El técnico español se une así al selecto grupo de entrenadores que han ganado la Champions con dos clubes diferentes algo de que se mostró especialmente orgulloso Pep Guardiola, uno de los pocos que lo ha logrado y que calificó al exseleccionador de “amigo”.
Pero hay un nombre que brilla especialmente en este PSG. Achraf Hakimi Mouh nació en Madrid, en el barrio de Getafe, el 4 de noviembre de 1998, en el seno de una familia marroquí que emigró a España en busca de un futuro mejor. Su infancia estuvo marcada por el sacrificio: su madre trabajaba limpiando casas y su padre era vendedor ambulante. “Éramos pobres y necesitábamos muchas ayudas. Mis padres lo dieron todo para que yo pudiera entrenar y cumplir mi sueño”, llegó a revelar en alguna entrevista. El fútbol fue su vía de escape desde niño, jugando en las calles y en el club local Deportivo Colonia Ofigevi, donde empezó a destacar por su velocidad.

Un ojeador del Real Madrid detectó su talento y, con solo siete años, Hakimi ingresó en la cantera blanca. Fue superando etapas hasta debutar con el primer equipo en la temporada 2017-2018, donde ganó la Champions League y el Mundial de Clubes. Sin embargo, ante la falta de minutos, fue cedido al Borussia Dortmund, donde explotó como uno de los laterales más prometedores de Europa, y posteriormente fichó por el Inter de Milán, con el que conquistó la Serie A y al que ganó la final de su segunda Champions en Múnich.
En 2021 y con la pandemia aun lastrando al fútbol mundial, el PSG apostó fuerte por él, pagando 68 millones de euros por su fichaje para convertirlo en uno de los defensores más caros de la historia del club. Hakimi se ha consolidado como un pilar básico en el esquema parisino, con aportaciones tanto en defensa como en ataque, y siendo clave en la consecución de la Champions con el primer gol de los cinco históricos tantos.

El amor por Marruecos y su papel como ídolo nacional
Aunque nacido y criado en España, Hakimi nunca dudó a la hora de elegir a qué selección representar. Desde 2016 es internacional absoluto con Marruecos, país al que siente un profundo apego y al que ha dado grandes alegrías, como su papel en el Mundial de Qatar 2022. Su penalti a lo Panenka ante España en octavos de final lo convirtió en héroe nacional y símbolo de una generación que mira a Europa sin olvidar sus raíces.
Hakimi no solo es un referente deportivo, sino también un ejemplo de superación y orgullo para el pueblo marroquí fuera de sus fronteras. Siempre ha reconocido el esfuerzo de sus padres y su amor por Marruecos: “Juego por mi familia y por mi país, es lo que me da fuerza”.
La victoria del PSG en la Champions League 2025 es la culminación de una década de inversión, estrategia y transformación. En el centro de este éxito, figuras como Luis Enrique y Achraf Hakimi simbolizan el nuevo rumbo del club: un equipo menos dependiente de estrellas y más comprometido con el colectivo.