Inter y PSG se citan en una final de Champions sin estrellas mundiales
Luis Enrique tenía claro durante el rodaje de su documental que la salida de Mbappé del PSG le otorgaba control absoluto sobre el juego de su equipo. El asturiano no quiso hacerse cargo de ese club en plena constelación de estrellas. Después de su enfrentamiento con Messi en el Barça, se le hacía duro controlar a Mbappé en el césped como para sumar a eso al argentino, a Ramos o a Neymar.
Los parisinos estaban fuera de la Champions en diciembre. Una remontada al City le resarció de la dura derrota contra el Atlético de Madrid y, desde ese momento, fueron imparables en Liga y en Europa. Luis Enrique había tomado el control de sus jugadores y la orquesta tocaba según su partitura. Es más, Dembélé se reencontró con el jugador que nunca fue en el Barça y podría optar sin problema al Balón de Oro si gana la final del 31 de mayo en Múnich.
El Arsenal de Arteta se presentó en París a asfixiar al PSG y casi lo consigue. Pero Donnarumma emergió como un gigante y cerró todas las dudas con las que convive desde hace años sobre su fiabilidad. Fabián marcó el primero de un zurdazo desde la frontal. Todo estaba preparado en esa jugada y el aclarado para el remate salió perfecto. El segundo fue obra de Hakimi, el marroquí mantiene una absoluta regularidad en defensa y ataque con el premio de marcar goles decisivos como este. En medio de todo, un penalti errado por Vitinha que le adivinó Raya para mantener al Arsenal vivo en el infierno de París. Saka marcó el 2-1, pero los ingleses no fueron capaces de desplegar ese juego intenso de los primeros minutos y los de Luis Enrique supieron jugar con veteranía los últimos 20 minutos para no pasar miedo.
Será la segunda final del PSG tras la derrota de 2020 en Lisboa en plena pandemia. Aquel gol de Coman, canterano del PSG, dejó a Mbappé sin Champions y al millonario equipo con las dudas de si tanta estrella le acercaría algún día a reinar en Europa. En frente estará el Inter. Derrotado en 2023 por el City en Turquía. El último equipo italiano en ganar la Champions quiere repetir la gesta de Mourinho en 2010. Más difícil lo tiene el PSG que nunca ha ganado la Champions y, desde 1993, no hay ningún francés levantando este trofeo. El último fue el Olimpique de Marsella frente al Milan en el Olímpico de Múnich.
El Inter de Inzaghi lleva años construyendo un equipo fiable en Europa. Cinco años con el hermano pequeño de los Inzaghi más la etapa de Conte le ponen en disposición de ganar una Champions de nuevo. Su eliminatoria con el Barça fue histórica. En total, 13 goles, un 7-6 que pasará a la historia. La segunda parte de los italianos es oro para Luis Enrique que buscará en esos minutos la manera de destrozar al Inter igual que lo hizo el Barça. Del 2-0 al 2-3, aunque el 3-3 en el 93 más la prórroga fueron oxígeno bajo el diluvio de Milán.
Lautaro jugó lesionado, pero marcó y provocó un penalti. Thuram disputó los 120 minutos tocado y fue clave en el 4-3. Inzaghi plagó de defensas el área italiana y el Barça se estrelló en los guantes de Sommer que sacó un balón teledirigido de Lamine Yamal.
La nueva Champions se acaba. El formato de grupos no ha sido tan apasionante como se esperaba porque la última jornada de Liga defraudó. Al final, la UEFA solo ha sumado más equipos y más partidos y se entiende que los clubes hayan pedido que no se jueguen prórrogas para aligerar minutos.
No habrá estrellas en la final. Sin Mbappé, Haaland o Yamal, la gran final del fútbol europeo será para el fútbol de entrenador. Táctica pura y dura, pizarra y reacción de Inzaghi y de Luis Enrique. El rey de Europa saldrá de Múnich.
