La decisión ha sido tomada en medio de los preparativos para la salida a Bolsa del gigante petrolero

Arabia Saudí nombra a Yasir al-Rumayyan nuevo presidente de la petrolera estatal Aramco

photo_camera REUTERS/BRENDAN MCDERMID - El ministro de Energía de Arabia Saudí fue reemplazado por Yasir al-Rumayyan como presidente del gigante petrolero estatal Aramco

El Gobierno de Arabia Saudí ha nombrado a Yasir al-Rumayyan como nuevo presidente de Saudi Aramco, empresa estatal del país y mayor petrolera del mundo. De esta forma, Al-Rumayyan va a sustituir al ministro de Energía, Industria y Recursos minerales del país, Khalid al-Falih, como así lo ha confirmado este propio mandatario en su cuenta de Twitter. La decisión ha sido tomada en medio de los preparativos que está viviendo la compañía para su salida a Bolsa en los próximos meses.  Con este cambio, el Gobierno de Riad tiene, además, el objetivo de separar la dirección de la empresa estatal mediante la división de la cartera del saliente ministro a partir de enero de 2020. Mientras Al-Falih va a continuar siendo ministro de Energía, el cargo sobre el nuevo Ministerio de Industria y Recursos Minerales será asumido por Bandar al-Khorayef. 

El ahora nuevo presidente de Aramco, Yasir al-Rumayyan, era un ya conocido mandatario cercano al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, y también han sido elogiados sus éxitos a cargo del fondo soberano saudí. Labor que ha venido conformándose como clave para la economía de Arabia Saudí en medio del proceso de diversificación en el que se ve inmersa la economía del país. El Gobierno guarda el objetivo de poder ser más independiente de la producción de crudo y tiene intención de hacer del país arábigo uno de los mayores inversores en alta tecnología, dentro del proyecto Visión 2030. El fondo soberano saudí cuenta actualmente con participaciones significativas en compañías como el fabricante de coches eléctricos Tesla, la empresa de vehículos de transporte con conductor Uber o el fondo Softbank; y cuenta, además, con 320.000 millones de dólares en calidad de bienes, cantidad que se ha doblado desde 2015. 

 Vista general de los tanques y oleoductos de Aramco en la refinería de petróleo Ras Tanura, en Arabia Saudí

La mayor petrolera del mundo tiene prevista su salida a Bolsa entre finales de 2019 y 2021 y se prevé como la mayor salida de la historia, es por esto que la empresa estatal está sumergida en un proceso de valoración previa a su salida al parqué. Tras una emisión de bonos de 12.000 millones de dólares el pasado mes de abril, calificada como exitosa por las autoridades, las ambiciones de la compañía y la del Ejecutivo es llegar a la valoración de 2 billones de dólares en su oferta pública de venta. Si la empresa continúa pagando en torno a 46.400 millones de dólares en dividendos en el último semestre de este año, como ya hizo en los primeros seis meses de 2019, y se coloca en la rentabilidad por dividendos del 4,8% en la que cotiza Exxon Mobil en Estados Unidos, conseguirá alcanzar este objetivo de alcanzar un valor aproximado a 2 billones de dólares, según estimaciones de Refinitiv para 2019 recogidas por el diario Cinco Días. Sin embargo, el riesgo de que los inversores puedan mantenerse escépticos y el valor conseguido se quede bajo sigue siendo manteniéndose alto, este será el principal reto del mandato de Al-Rumayyan.

Saudi Aramco se sigue manteniendo como la empresa más rentable del mundo por delante de gigantes como Apple, Exxon Mobil o Shell; y ha registrado el pasado mes de agosto un beneficio neto de 46.938 millones de dólares en los seis primeros meses de 2019, cifra que ha representado un retroceso del 11,3% en comparación con el resultado obtenido en el mismo periodo del ejercicio anterior, según datos publicados por la misma compañía. Pese a que el ingreso de la petrolera entre los meses de enero y junio hasta disminuido un 2,3 % interanual mantiene sus intenciones de seguir acaparando mercado en el negocio petroquímico con la compra del 20% del conglomerado indio Reliance. Las autoridades han apuntado que este descenso se debe a la bajada de los precios del barril del petróleo: “A pesar de los menores precios del petróleo durante la primera mitad de 2019, continuamos registrando unas ganancias sólidas y un fuerte flujo libre de caja apoyado en nuestro desempeño operacional, gestión de costes y disciplina fiscal”, declaró el presidente y consejero delegado de la compañía, Amin H. Nasser. El Estado saudí, único accionista de la compañía abonó este primer semestre, 46.390 millones de dólares en conceptos de dividendos, frente a los 32.000 millones del mismo periodo del año pasado.

Instalación de Gas Natural Líquido (GNL) en el yacimiento petrolífero Shaybah de Saudi Aramco, en Arabia Saudí

La petrolera estatal ha continuado en su estrategia para posicionarse en el mercado mundial y esto también ha marcado la política internacional de Riad. El pasado mes de junio se conocía la noticia de que Saudi Aramco inauguraba el nuevo Complejo de Mejoramiento de Residuos de la refinería surcoreana S-Oil y del Complejo de Olefinas Downstream, ambos localizados a 400 kilómetros de Seúl, la capital surcoreana. De esta forma se ha manifestado el nuevo impulso a la relación inversora que guardan los dos Estados asiáticos que se lleva desarrollando desde 1991 y que ha posicionado a Aramco como un importante accionista de la tercera refinería más grande de Corea del Sur. Del mismo modo, en este marco de entendimiento, se firmaron 12 acuerdos comerciales estratégicos de Arabia Saudí con empresas surcoreanas, por valor de varios millones de dólares. 

España también se ha sumado a esta ola de inversión saudí, la empresa española Técnicas Reunidas se ha adjudicó varios contratos el pasado mes de agosto para la recepción, almacenamiento y compresión del gas natural licuado de la nueva planta de Saudi Aramco en Tanajib por un valor aproximado de 3.000 millones de dólares, según informó la Comisión Nacional del Mercado de Valores. 

Yacimiento petrolífero Manifa de Saudi Aramco, Arabia Saudí

Del mismo modo, las tensiones y choques en la región de Oriente Medio han afectado a la compañía petrolera; en el marco del conflicto que vive Yemen, en el que Arabia Saudí participa activamente, los rebeldes hutíes tienen como objetivo habitual atacar instalaciones saudíes de extracción de petróleo, incluso cuando cedieron en desmilitarizar otras zonas como la ciudad portuaria de Al Hudeida, hechos que el Gobierno de Riad tildó como una amenaza para el suministro energético mundial. En la misma línea, las tensiones en el estrecho de Ormuz, importante paso de transporte de crudo mundial, entre Irán y EEUU y sus aliados, han afectado a la actividad petrolífera saudí. Conocidos han sido los incidentes de sabotaje de cargueros petroleros saudíes en aguas próximas al conflictivo estrecho, hechos que el Gobierno del país arábigo siempre ha atribuido a Irán en esta guerra fría que viven las dos potencias regionales de Oriente Medio. 

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