La crisis energética se acentúa. Al corte del suministro gasístico anunciado por Rusia tras declarar que no reanudará el abastecimiento a Europa por el gasoducto Nordstream 1, ahora, en un nuevo revés, los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) han anunciado el recorte en la producción del petróleo a 100.000 barriles diarios.
Esta decisión, que afectará a 23 países a partir del 1 de octubre, responde ante el temor de que con la llegada de la crisis económica haya una menor demanda del “oro negro”. Así, quedaría anulado el leve aumento del bombeo que se decretó el pasado 3 de agosto y que aligeraba “levemente” el aumento en los precios del crudo.

Tras la decisión adoptada en agosto, en una teleconferencia mensual en la web de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y a través de una declaración conjunta, los miembros avisaron sobre “la muy limitada disponibilidad” de la capacidad de bombear crudo, lo que exigía que se utilizase el suministro “con gran precaución”.
Ahora, los ministros de la Organización han acordado “volver al nivel de producción de agosto de 2022” recordando que el alza en la producción de “0,1 millones de barriles diarios (mbd) estaba previsto únicamente para septiembre”.

Además, en un comunicado conjunto han informado sobre la posibilidad de convocar “una nueva reunión ministerial de la OPEP en cualquier momento para abordar la evolución del mercado, si fuera necesario”, lo que evidencia la poca certeza sobre el mercado petrolero, su suministro y los precios a corto plazo. Asimismo, han reiterado que esta última decisión se tomó tras revisar “los fundamentos actuales del mercado” y llegar a un “consenso sobre sus perspectivas”.
Tras la nueva decisión, el precio del barril de petróleo Brent ha aumentado un 4.14%. Después de esta subida, Arabia Saudí, país que encabeza la Organización junto con Rusia, ha advertido sobre el impacto negativo en el endurecimiento de las sanciones sobre el suministro de petróleo ruso, lo que hace que aumente “la volatilidad de los precios”.
Europa atraviesa uno de sus escenarios más complicados en lo que a suministro energético se refiere. Además de la reducción en el suministro petrolero, el corte del gas a través del gasoducto Nord Stream 1 supone un varapalo para Europa, sobre todo para lo países del Este, muy dependientes del gas ruso.
Este corte por parte de Moscú se mantendrá siempre y cuando Occidente siga decretando nuevas sanciones para el país ruso que continúan asfixiando su economía. En palabras del portavoz gubernamental, Dimitri Peskov, “no existen otras razones que puedan causar problemas con el bombeo de gas”, que no sean las sanciones occidentales.

Por su parte y ante la nueva situación, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, ha informado a través de un tweet que la Comisión estaría preparando “hacer nuevas propuestas para los hogares y empresas vulnerables para que consigan hacer frente a los altos precios de la energía”.
Así, Von der Leyen ha querido enfatizar en la idea de que “Europa prevalecerá” y Putin “fallará”. Le acusa de estar empleando la energía como “arma de guerra” al cortar el suministro y “manipular los mercados energéticos”.

Por ello, la Comisión Europea ha propuesto reducir la demanda energética, aprobar un precio tope en el gas ruso y ayudar a los consumidores y a las empresas más vulnerables, además de permitir “el apoyo a los productores de electricidad que enfrentan desafíos de liquidez relacionados con la volatilidad”.
Por el momento el Kremlin ha decretado que el corte del gas se mantenga por un tiempo “indefinido”. Mientras tanto Europa continúa buscando alternativas gasísticas que consigan suplir el gas ruso en un tiempo récord ya que el invierno se acerca y con él, el frío.